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El karma, Bach y la matriz


Partes: 1, 2

    Algunos sostienen que el karma

    Es parte de la acción metafísica

    Que reparte premios o castigos

    Según nuestras acciones de vida.

    ¿Pero quien lo determina?

    ¿En qué libro de la existencia está escrito?

    Me digo: el caos genera caos y la Naturaleza

    Sólo elabora planes

    Vinculados a la vida y la muerte

    Sin consideraciones morales.

    Entonces, ¿quién "maneja" los karmas?

    ¿Acaso la Matriz de realidad virtual

    A modo de ente cibernético que alza pancartas

    Del bien y del mal, avasallando omnipotente

    Nuestra sufrida humanidad?

    ¿Un Dios único exclusivo y excluyente

    No abonado a ningún sindicato de fieles?

    ¿Un Dios pragmático y asequible

    A católicos,

    cristianos de toda laya,

    musulmanes,

    brahmanistas,

    confucionistas,

    sintoístas

    judíos :-ortodoxos de la Torá; sionistas pro imperiales; liberales de las sagradas escrituras;

    animistas

    y todo el resto de las creencias seculares y profanas?

    ¿Estará escrito en las runas?

    ¿Es parte acaso de los textos védicos?

    ¿Menciona la Kábbala el karma

    Como parte de un orden arcano

    De características legislativas metafísicas?

    Yo he cometido adulterio

    -y en cantidades "industriales"-;

    Yo he sido inmoral

    Con algunas conductas puntales

    (la rima es casual pero vale).

    Yo he sido y soy aún

    -aunque algo atenuado por la cercanía de la muerte

    Egoísta y egotista.

    Por lo tanto, me digo: no me quejo de mi karma.

    Acepto pagar culpas como parte activa

    De causa y efecto

    (o es efecto y causa?)

    Y está bien que así sea.

    (después de todo, la justicia que tenga al hombre

    Como hacedor, se desvirtúa por imperio

    De nuestra propia subjetividad).

    Pero Dios.sabes que muchos te tienen

    Por un Dios de Mansedumbre y de Justicia

    (yo prefiero hablar de ira y de venganza).

    Por eso te pregunto(a ti, sí, claro):

    Me pregunto (otra vez):

    ¿Por qué, amparado en la potestad

    De tu propia justicia

    (Supuestamente divina; supuestamente justa)

    ¿No laceraste el tronco de mi propio árbol?

    ¿Por qué no quistaste parte de mi savia

    Socavando el conducto de humedales

    ¿Y el humus de mi hábitat?

    ¿Quién debe pagar sino quien hace el mal?

    Pero no fuiste al tronco.

    Caíste con una ira despreciable

    Sobre una de mis ramas.

    Y la desgajaste.

    La quebraste.

    La dejaste sin hojas

    Para que los vientos se ensañaran con ella.

    (Hablemos claro, Dios: con unción religiosa

    No tuviste reparos morales

    En escoger como sujeto de tu ira

    Al más frágil e inocente de mis hijos).

    Y llenaste de tinieblas su intelecto

    Apagando cada una de las luces

    Que iluminaban la recámara de su espíritu.

    Furtivo ladrón, tomaste sus neuronas

    Como velas de cuya luz se apodera el viento.

    Desquiciaste su cabeza (léase cerebro)

    Y enfermo de venganza

    Liberaste el sello originario

    Dejando que la suma de todas las angustias

    Y los miedos

    Penetraran en ese recinto inviolable.

    (Esquizofrenia es el rótulo médico).

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