Descargar

Presentación número 6 complementaria del museo virtual. Sala Ernesto Che Guevara


    Presentación No. 6. Complementaria del museo virtual – Monografias.com

    Presentación No. 6. Complementaria del museo virtual

    edu.red

    EL ESPACIO CHE.

    El "Espacio Che" se configura con la articulación de la presente sala "Ernesto Che Guevara" y todo el patio del museo, donde se exponen las armas utilizadas por los internacionalistas cubanos en las diferentes misiones especiales, cumplidas desde la misión que despidiera Camilo Cienfuegos a Dominicana, en junio de 1959, hasta de última década del siglo pasado.

    Como todas las demás presentaciones, este espacio, cuanto aparece en él, no es más que un complemento de lo que realmente sería un museo virtual, con el empleo de todas las posibilidades tecnológicas que existen, no solo de las que dispone el país. Por ello considero todas estas presentaciones un "boceto de visualización" de aspectos que no deben faltar en un verdadero museo virtual.

    Por otro lado, mucha de la información que se debe sumar se encuentra en diversos museos relacionados con las luchas del pueblo cubano: la historia de la solidaridad y el internacionalismo de nuestro país constituye prácticamente la historia de la Revolución Cubana desde 1868 (incluso antes). De modo que un verdadero museo virtual requiere del esfuerzo y dedicación de un grupo de trabajo multidisciplinario, de diseños y aplicaciones tecnológicas mucho más avanzados que las simples presentaciones o Power Point.

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    edu.red

    "Año de la Agricultura" Habana Fidel: Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos. Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria. Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío. Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos. Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario. He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios. Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos. Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos… y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura.

    Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse. Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas. Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte! Te abrazo con todo fervor revolucionario, Che

     

     

     

    Autor:

    Enrique Martínez Hernández.