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La Política Mexicana


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    La Política Mexicana – Monografias.com

    Cada que se acercan periodos electorales en nuestro País {México}, es la misma cosa, los políticos se acuerdan de que hay votantes en las calles y los buscan afanosamente llenos de promesas, sonrisas y demagogia.

    Los partidos que los apoyan o promueven se movilizan organizando reuniones, mítines, declaraciones, desayunos, visitas o lo que sea con tal de que los candidatos sean bañados de exposición pública.

    Esto ha venido ocurriendo desde el siglo pasado.

    Y es considerado necesario, porque fuera de estos periodos previos a las elecciones nadie conoce a los candidatos ni nadie quiere conocerlos y a nadie le importa "la política", excepto, claro está a los que viven de ella.

    Y es más, a los candidatos no le gusta ni les "conviene" que los conozcan, fuera de estos ratos esporádicos de "luz pública" prefieren permanecer en el mas absoluto anonimato.

    Sobre todo a los candidatos a puestos legislativos o representativos populares, porque en los que aspiran a puestos ejecutivos sucede exactamente todo lo contrario: quieren que todo el mundo los vea, todo el mundo los reconozca, quieren tener más exposición pública que el mismo Presidente de la República o algún ídolo juvenil.

    Sin embargo, créanlo o no, todo esto no es más que una inmensa nube de humo, no sabemos si de incienso o humo negro, pero es una nube con la que se pretende ocultar una realidad lacerante: la búsqueda de la "continuidad" de los privilegios que otorga el poder político en México.

    ¿Por qué? Porque está muy claro que en México solamente a los políticos interesa la política, el resto de la ciudadanía esta muy ocupada tratando de sobrevivir para perder su tiempo en "esas……", porque han de saber, queridos lectores que la única forma en que se puede hacer política en este país, es perteneciendo a algunos de los partidos políticos que viven a expensas de la ciudadanía gracias al IFE, y que son los que pueden dedicarse a esas actividades sin necesidad de estarse preocupando "por el bolillo diario".

    Para quien tiene que trabajar para sobrevivir, la política no es opción, ni ocupación.

    Lo que para algunos observadores resulta ridículo es que los políticos están dispuestos a traicionar los mismos principios de su partido en aras de esa continuidad y de hecho lo hagan con una frecuencia impresionante que viene siendo insultante para la ciudadanía.

    En cada elección, menor, mayor o intermedia se producen un sinfín de "alianzas políticas" entre candidatos y partidos supuestamente opuestos en ideologías y postulados, que no dudan un segundo en traicionarlos con tal de "seguir en el poder".

    Ya es una "maniobra política" indispensable, necesaria para "asegurar" el triunfo, sin la cual prácticamente ningún candidato o partido lo lograría porque con su actuación al paso de los años, la ciudadanía cada vez está más descontenta con los resultados que nunca has estado de acuerdo a las expectativas.

    Lo que proporciona mucho material para pensar es lo poco educado políticamente que está (estamos) el electorado quien con su voto "avala" esas alianzas lo que a su vez demuestra la escasa o nula "transparencia" de la política mexicana y lo mucho que nos falta como ciudadanos para progresar ya que los mismo "políticos" se han encargado y se encargan de que no progresemos, a ellos es a quien menos conviene un México "educado" y políticamente activo.

    La única forma que la ciudadanía ha encontrado para combatir este y otros fenómenos ha sido y sigue siendo "la abstención", es decir, "el no votar".

    Pero el sistema político mexicano "es inteligente", las abstenciones "no cuentan" y se toma como expresión popular los que si emitieron voto aunque solo hayan sido el propio candidato y sus familiares más cercanos, lo cual convierte las "elecciones" en un a farsa total y no en la expresión mayoritaria de la ciudadanía.

    De continuar esta tendencia pronto habrá elecciones con tres votos y 645,000 "abstenciones".

    Lástima que aún no se decide a hacer lo mismo para evitar los abusos del ambulantaje y los mercados sobre ruedas y otras muchas formas de explotación comercial pública o privada de las que la ciudadanía no ha sabido deshacerse y que se siguen manteniendo gracias a esa "indolencia" y equivocado sentido de la "caridad": "que bueno que cuando menos están haciendo su luchita" y al apoyo "descarado" de las autoridades, a cambio del "voto".

    Este es un fenómeno que merece estudiarse y profundizar sobre él, pues ante la falta de civismo, el desencanto con la política en general y los resultados nefastos de los que se han dedicado a estas actividades, la ciudadanía mexicana día a día se ha ido alejando de "sus deberes ciudadanos" (ja, ja) para dedicar más tiempo del necesario en tratar de resolver su situación económica.

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