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Mito y realidad del Estado (página 2)

Enviado por carlosevaristo


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CAPITULO V

LA IDEALIZACION DEL ESTADO

1. El Estado como objetivación del ideal jurídico

Desde otra perspectiva el Estado ha sido considerado como la condición ideal del derecho, como una objetivación del ideal jurídico; a esta corriente pertenecen, entre otros, los representantes del idealismo alemán desde sus orígnes, en el campo jurídico con Samuel Pufendorf, Thomasius y Wolf; los representantes de la escuela histórica del derecho como Gustavo Hugo, Thivault y Savigni y los más genuinos representantes de la filosofía como Emmanuel Kant, Juan Amadeo Fichte y Jorge Guillemo Federico Hegel.

Tomemos en cuenta que los tres últimos fueron pensadores que asistieron al preludio y al acto de representación de la gran revolución burguesa contra el feudalismo en Francia (1789-1798), es decir, que tuvieron conocimiento de la Ilustración, de los Enciclopedistas y de las consecuencias inmediatas de ese drama histórico. Así mismo es natural, todos los mencionados autores tuvieron conocimiento y relación con las ideas e intereses de sus naciones, que se dirimían entre una nobleza feudal y altanera, y una burguesía ascendente pero tímida y prudente; que no quiso tocar los intereses de la nobleza por la vía revolucionaria, como en Francia, porque precisamente, esos intereses estaban vinculados con los de la misma burguesía que tenía en los feudales los mejores consumidores de sus productos. En ese contexto, las ideas sobre el Estado se conducen a darle una configuración ideal.

2. Samuel Pufendorf (1632-1694)

Pufendorf es un ecléctico que reune, en sus obras jurídicas, el pensamiento de Hugo Grocio, Baruch Spinoza, Thomás Hobbes y Renato Descartes. Su propósito es adaptar las ideas de estos tratadistas al régimen feudal imperante en Alemania y justificar así, el absolutismo de la nobleza. En cuestiones sociales -que el llama morales-, aplica el método racionalista de Descartes, sobre una base matemática; pretende, de esta manera, elaborar una serie escalonada de axiomas o postulados que aplica al orden social, al Estado y al derecho.

Divide el mundo en dos grupos, el de las cosas naturales, que son perceptibles por los órganos de los sentidos; y el de las cosas morales que no son preceptibles por los sentidos sino por la razón, de las cuales se ocupan las ciencias sociales o morales. Entre las cosas morales se encuentran la familia, la ciudadanía, el Estado, el derecho, etc. Todas estas cosas morales provienen de Dios y del hombre.

El estado y el derecho no son considerados como fenómenos históricos. Explica, como todo jus-naturalista, que el hombre vivió en estado de naturaleza y que el Estado nació como una necesidad metodológica, es decir, como una necesidad de someter al hombre a una diciplina indispesable para su seguridad. Dice que la ley fundamental de la razón es la existencia de una vida pacífica entre los hombres; y que esa ley es la base del derecho natural. En este sentido, está totalmente opuesto a Hobbes. Pero admite de éste, el absolutismo del príncipe, en las relaciones con los súbditos, para justificar la dominación de la nobleza feudal en Alemania.

Se opone a las doctrinas medioevales relativas a la formación del Estado, conocidas como doctrinas patriarcales, doctrina patrimonial y doctrina teológica, y busca un fundamento filosófico más racional para justificar el aparecimiento del Estado y el absolutismo de los príncipes alemanes; encontrando esta solución en su tesis de que el fundamento del poder político, del poder del Estado, estriba en estos tres elementos: la superioridad, la independencia y la ilimitación.

Y explica: en el estado de naturaleza, no hay leyes divinas sino sólo el derecho natural, que es la aspiración a la libertad, la autoconservación y la independencia; las cuales tienen un carácter eterno e inmutable. Estima que estos tres signos están vinculados entre sí y que el titular del poder político, del poder del Estado, el príncipe, no responde de sus actos porque está por encima de las leyes. En cuanto a la forma del Estado se pronuncia por la monarquía porque una sola persona dispone, con más precisión que muchas sobre las cosas de interés general. Admite que el poder del príncipe o monarca, debe ser absoluto y que sólo el poder del Emperador debe estar sujeto a limitaciones impuestas por los electores.

Esta opinión la basa en el texto de la llamada "bula de oro" del año 1356, según la cual, el emperador debe ser elegido por los electores (y estos eran, en Alemania, los príncipes o monarcas de los trescientos y más pequeños Estados Feudales que se mantuvieron hasta mediados del Siglo XIX).

3. Cristian Thomasius (1655-1728)

Thomasius afirma que la tarea más importante de su tiempo, es la de liberar la filosofía y el Estado, de la influencia religiosa; basándose en el carácter universal de la razón que se impone sobre la creencia en lo divino. Sin embargo, sostiene que el Estado debe tolerar todas las religiones aunque no debe pronunciarse por ninguna; pero sí, debe combatir las herejías porque son las que acarrean la violencia.

Refuta la teoría del origen divino del poder del soberano. Refuta a San Pablo que, en este sentido, sostiene dos tesis contradictorias; por una parte dice que "todo poder viene de Dios" y por otra dice que "El Estado es una institución humana". En realidad dice Thomasius, si el poder del Estado viniese de Dios, habría que justificar, en esa forma, el poder conquistado por los regicidas, los usurpadores y aún del pueblo insurreccionado que derriba del poder al soberano hereditario.

Divide la sociedad humana en tontos e inteligentes. Los primeros deben ser gobernados porque son los que alteran la paz; los segundos son los llamados a gobernar, a dar normas de conducta para todos; a fin de lograr la paz. Las normas de conducta pueden ser morales y conllevan el consejo; y las jurídicas que llevan el elemento de coacción, o sea el castigo. El consejo es aplicado por un preceptor; el castigo por un soberano, división tiene su fundamento, en la situación histórica de la Alemania del tiempo de Thomasius; pues existía un verdadero Estado policía que se adentraba hasta en la vida privada de los súbditos; y por eso intenta separar de la tutela del Estado la vida espiritual de los gobernados.

4. Christian Wolf (1679-1754)

Wolf es autor de dos obras fundamentales: "Pensamientos racionales acerca de los actos y de la abstención de los actos humanos" y "Derecho natural investigado por el método científico". Su pensamiento se apega más que el de Pufendorf y el de Thomasius para justificar el régimen feudal dominante en Alemania, lo mismo que el absolutismo del Estado prusiano.

Dice este autor que el Estado tiene un origen contractual, en cuyo convenio los súbditos se han sometido voluntariamente a sus soberanos. El Estado debe tener ingerencia en todas las esferas de la vida social y privada, y de tenerlas totalmente bajo su tutela y vigilancia. Se pronuncia por un verdadero Estado Policía que vigila, controla y dirige todas las actividades de los súbditos. Con esa idea Wolf expone que la actividad del Estado debe abarcar, desde el nacimiento y educación moral y científica de los hijos, hasta que contraigan matrimonio en edad temprana; desde los precios en los mercados, hasta la limitación de los intereses de los prestamistas; desde la fundación de escuelas y academias hasta la dirección de los más grandes asuntos públicos; desde preservar la religión y contruir iglesias, hasta combatir el ateísmo; etc..

En esta concepción del Estado Policía no hay lugar para la iniciativa y la libertad individual. El concepto de derecho en Wolf, es la libertad de acción para cumplir las obligaciones. En materia de derecho civil justifica el cumplir las obligaciones. En materia de derecho penal justifica el empleo de torturas cuando no existen otros medios para el descubrimiento del culpable. Las ideas de Wolf fueron materializadas en el Código territorial Prusiano.

5. La ilustración alemana

Pufendorf, Thomasius y Wolf, fueron los ideólogos de la nobleza feudal dominante en Alemania, partidarios del régimen de servidumbre y de la esclavitud feudal.

Oponentes suyos, aunque moderados, son los miembros de la ilustración alemana, entre los que se destacan Teófilo Efraín Lessing (1729-1781), que es considerado el progenitor; Federico Schiller (1759-1803) y Juan Wolfgan Goethe (1749-1832) que representando a la tímida burguesía alemana, predicaban el progreso, la libertad creadora en el arte, la filosofía y la investigación científica; criticaban el despotismo absoluto de la nobleza y lo anacrónico e injusto del régimen feudal; pero al mismo tiempo, aunque alaban al pueblo holandés por su gloriosa gesta revolucionaria de independencia, en el Siglo XVI y la del pueblo francés en el Siglo XVIII, sostenían que era mejor entenderse con la nobleza, para buscarle una solución al problema de la injusticia y de la libertad, y así transformar el "Estado Policía" de la nobleza feudal en un Estado ideal de libertad y progreso.

6. La Escuela Teocrática de Derecho

Fundada por Francisco Josep de Maistre (1754-1821) en Francia y seguida por el visconde Luis de Bonald (1753-1840), atribuye un origen divino al poder del Estado e idealiza, de tal manera, las costumbres, las insitituciones establecidas y en fin, todas las tradiciones, al punto de declarar que toda modificación de ellas, todo cambio, significa un atentado al orden mundial establecido por la providencia.

  1. De Maistre, dice: "No hay constituciones escritas; sólo hay una constitución divina duradera, eterna; el hombre no tiene poder creador alguno, no es capaz de ser libre de formular leyes". Admite que la mejor forma de gobierno es la monarquía y que debe ser absolutista; sin otra voluntad superior a ella, con excepción de la voluntad del Papa como representante de la Iglesia Católica. El Papa es infalible y aunque, de hecho realmente se equivoque; no puede existir ningún poder superior a él que le reclame o le exija cuentas por su equivocación; en definitiva, no hay apelación contra la decisión del papado.
  2. De Bonald explica, particularmente, la subordinación del Estado a la Iglesia; afirma la impotencia creadora del hombre, pues éste no ha inventado ni la sociedad, ni la familia, ni el lenguaje, etc.; todos estos fenómenos tienen su origen en Dios; la mejor actitud del hombre frente a la vida es la pasividad, la resignación, la conformidad y la obediencia; es decir, la actitud más negativa. Este autor dice que todo está organizado "monarquicamente", la divinidad gobierna el mundo, el jefe único dirige la familia, el alma única gobierna al hombre; el Estado es la idealización de la Monarquía absoluta.

En resumen, los Corifeos de la Escuela Histórica del Derecho, al referirse al Estado sostienen, también, que éste es un producto de la voluntad popular "de la conciencia general del pueblo", "del espíritu nacional", que se va formando históricamente y que aparece como una necesidad impuesta por la "convicción de la comunidad nacional".

7. La Escuela Histórica del Derecho

La Escuela Histórica del Derecho, es otra corriente que se opone a la consideración objetiva del derecho y del Estado, y los idealiza desde el punto de vista de las costumbres y de las tradiciones; en las que ve la expresión o reflejo del "espíritu del pueblo"; fué sostenida a fines del Siglo XVIII y principios del XIX en Alemania, por los eminentes jurisconsultos Gustavo Hugo (1764-1844) que es su fundador; Federico Carlos de Savigny (1779-1861) y Jorge Federico Puchta (1798-1846).

  1. Gustavo Hugo, en su obra "Manual de Derecho Natural como filosofía del Derecho" hace aparecer al derecho como algo misterioso que viene de lo alto como norma positiva; plantea el problema de cómo se origina el derecho, creando en torno a él una superstición jurídica; "En el derecho -dice-, todo se resuelve mediante una regulación desde arriba". Para este autor, la ley positiva (la ley formulada por el poder público), no es la única fuente de derecho. En todas partes, el derecho se forma muy por encima de la voluntad del legislador, como lo comprueba la formación del derecho consuetudinario, la costumbre, el derecho pretoriano en Roma, etc.. Sostiene que el derecho evoluciona, conjuntamente, con el lenguaje, e igual que éste, el derecho se va formando de por sí, independientemente de toda influencia, sin la influencia de otros elementos y sin la necesidad de las órdenes de nadie. Se forma igual que las normas de los juegos que se producen espontáneamente entre los niños, los jóvenes o los adultos. En resumen, la doctrina de Hugo se reduce a sostener que todo lo existente es legal; y en consecuencia, los hábitos que se van formando en los pueblos, las costumbres que van radicándose, las tradiciones que se han afirmado, las instituciones que se mantienen, son legales, porque así se han afirmado históricamente. De modo que la esclavitud, la servidumbre, el estado absolutista, etc., son legales, porque así lo quieren los pueblos y porque existen.

    Este Código, con orientación burguesa, vendría a desplazar los compromisos locales y a establecer una relación común que sustituyera las trabas feudales vigentes aún. Sólo Austria y Prusia tenían Código Civil; pero el de Austria era una componenda entre la burguesía y los príncipes; y el de Prusia era un verdadero modelo de despotismo ilustrado.

    Aunque Thibaut no era partidario de la unificación de Alemania, no obstante, era partidario de la unificación del derecho civil y consideraba que el Estado legislador podía, con su potestad, crear esa legislación, entendiendo como fuente directa del derecho, la ley formulada por el legislador.

  2. El jurisconsulto alemán Thibaut, publicó en 1814 un folleto con el título: "Sobre la Necesidad de un Derecho Civil General para toda Alemania", en el que proponía la necesidad de crear, para Alemania (desunida entonces, en más de trescientos estados feudales), un Código Civil común para todos los Estados que componían la comunidad germánica.
  3. Federico Carlos de Savigni está en contra de esta tesis que es considerada como producto de la influencia de las ideas revolucionarias, venidas de los franceses desde el Siglo XVIII, se opone abiertamente a Thibaut, a la omnipotencia del legislador y a las consecuencias de la publicación de nuevos códigos pasando por alto la historia del pasado. Savigny sostiene que el derecho, como el lenguaje, tiene un carácter peculiar, definido, que les impone la conducta particular de un pueblo dado. En el derecho, como en el idioma, como en las costumbres, halla su expresión clara, "la convicción general" del pueblo; el derecho no es la declaración arbitraria del legislador que hace la ley, sino un producto orgánico "del espíritu del pueblo", de la "conciencia popular". Estas expresiones revelan una idealización del derecho y la enunciación de su nacimiento hermético.
  4. Puchta, seguidor de Savigny, en sus obras "Derecho Consuetudinario" -publicada en 1828- y "Curso de Instituciones" -publicada en 1841-, expuso su tendencia nacionalista cerrada; su idea de que el derecho es el resultado de la actividad del pueblo, producto del "espíritu popular". Escribe: "La originalidad del pueblo se manifiesta en su derecho, lo mismo que en su lenguaje y en sus hábitos". El derecho es la expresión de la "conciencia general del pueblo", de la "voluntad general de todos los participantes de la comunidad jurídica".

La norma jurídica tiene vigencia en virtud del reconocimiento que le hace la "convicción general de la comunidad". Con estas afirmaciones Puchta le otorga un reconocimiento absoluto al derecho consuetudinario y un rechazo al derecho creado por el legislador (que era el reclamo formulado tímidamente por la burguesía de su tiempo). Extrema su pensamiento en ésta proposición: "El derecho tiene su propia historia", con lo cual, el derecho se desarrolla independientemente de toda influencia, en los hábitos, costumbres y tradiciones del pueblo. De esta manera idealiza la actividad popular y hace del derecho una superstición, una mística que considera una realidad orgánica al "espíritu nacional", a la "conciencia de la comunidad nacional".

8. Kant

Kant, en su libro "Fundamentación Metafísica de las Costumbres", construye su sistema ético, o moral, de práctica social, sobre la base de un principio general universal "apriori" (preestablecido, fuera de la experiencia y eterno). Este principio es denominado "Imperativo Categórico" y consiste en ser una norma o sentencia en forma de mandato que puede ser hipotético o categórico.

Es hipotético el mandato cuando está condicionado por el fin apetecido y es categórico cuando es incondicionado. El mandato fundamental incondicional (categórico) que obliga a todos los hombres; se formula de dos modos: 1ª fórmula del imperativo categórico: "Procede de tal modo que el máximo de tu voluntad pueda estar, siempre, a la par de los principios universales de la legislación"; y 2ª fórmula del imperativo categórico: "Procede de tal modo que la humanidad, tanto en tu persona, como en la de cualquier otro, pueda servirte, no solo de medio, sino al mismo tiempo de fin".

La moralidad consiste en la ejecución de una acción por respeto a la ley. La legalidad consiste en la conformidad de la acción con la ley. Sobre el concepto de "legalidad" se funda el derecho.

Kant entiende por "legislación jurídica" aquella legislación o conjunto de normas o leyes que admite, como motivo de la acción, un impulso diverso de la idea de deber. Los deberes impuestos por la legislación son todos deberes externos. La legislación moral (moralidad) o ética sólo tiene motivaciones internas, pues el mandato obra en el ámbito de la propia conciencia.

La legislación jurídica obra por imposición no puramente moral, sino como fuerza externa necesaria. De aquí nace el derecho, que considera la relación externa de una persona con otra, en cuanto sus acciones pueden tener consecuencias; las unas con respecto a las otras. esta es la aplicación de una ley universal, "libertad", cuya fórmula es: "Obra externamente de manera que el libre uso de tu albedrío pueda estar conforme con la libertad de los demás, según una ley universal".

Pero esta ley no se cumple, simplemente por la "buena voluntad" de los individuos particulares. Ella necesita de la imposición externa que interviene para impedir, o para anular el efecto de las posibles violaciones.

Kant divide el derecho en dos categorías: el derecho innato que consiste únicamente en "el derecho de libertad"; los demás son derechos que constituyen "el derecho adquirido".

  1. El derecho innato lo conoce la naturaleza, independientemente de cualquier acto jurídico; el derecho adquirido se obtiene por la ejecución de actos jurídicos, o sea, conforme al derecho: la propiedad, la contratación, etc.
  2. El derecho adquirido (que es el derecho respaldado por el Estado, o sea, en otros términos, derecho positivo, según el lenguaje jurídico adoptado con posterioridad a Kant), lo divide este filósofo en Derecho Privado que es el que define la legitimidad y los límites de la posesión de las cosas externas; y Derecho Público, que ordena la comunidad que es el Estado.

Según este filósofo, la organización del Estado es el resultado de un convenio o pacto social, por medio del cual, todos y cada uno de los individuos de la población, renuncian a su derecho innato de libertad natural (que es ilimitado y absoluto), a fin de gozar de ella -de la libertad-, en forma limitada y relativa, como miembro o miembros de la comunidad estatal. En este aspecto, Kant sigue a Rousseau; pero el contrato, convenio o pacto, lo llama "originario", como un concepto abstracto, como idea genérica "a priori", que sirve para explicar la vida social que no es accesible a la historia. Es decir, ese contrato no es histórico sino un principio apriorístico.

Kant define al Estado "como la unión de un número, mayor o menor, de personas bajo la acción del derecho (adquirido)". Con esto da a entender que el Estado es una entidad u organización netamente jurídica; -dice- "El Estado tiene como fin el triunfo de la idea del derecho; y su creación, es decir, la creación del Estado es una necesidad planteada por el imperativo categórico, o sea, que se fundamenta en el derecho y el Estado, en esa ley o mandato originario apriori".

Igual que Montesquieu, considera que el Estado debe dividirse en tres poderes, a saber: el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Jucicial. Igual que Rousseau, sostiene que la soberanía pertenece solamente al pueblo, y que el Poder Legislativo sólo puede ser ejercido por la voluntad colectiva de éste (del pueblo).

El Poder Legislativo no debe cometer injusticia contra ninguno de los ciudadanos; lo cual se garantiza con la decisión unánime de acordar una cosa que sea buena para todos y para cada uno de los ciudadanos. Sin embargo, el Estado no busca, como fin, la felicidad de éstos. Kant es contrario a la rebelión, a la sedición, a la guerra civil, a la revolución; y en sus escritos recriminó las revoluciones inglesa y francesa por haber procesado y ejecutado a sus soberanos legítimos.

9. Juan Amadeo Fichte

Fichte, es uno de los grandes filósofos del idealismo alemán, que contribuyó, con mucho, al deslinde de los conceptos del derecho y de la moral. Sus ideas filosóficas, políticas y jurídicas sufrieron una completa evolución, a lo largo de su vida, así: i) Durante el primer período, es partidario y discipulo de Kant y en materia de política y de derecho acepta las tesis de éste, pero, contradictoriamente es partidario de la revolución; ii) En un segundo período se vuelve reaccionario y es partidario de un radicalismo burgués, es decir, de dictadura absoluta; iii) En un tercer período, se acoge a la concepción de un idealismo objetivo y en política y derecho elabora su teoría del Estado Nacional.

  1. En la formulación de su propio sistema (2º período), Fichte asevera que la única fuente del conocimiento y de la actividad (del movimiento) es el propio sujeto, el yo. Esto es, en consecuencia, idealismo subjetivo. El mundo, tanto subjetivo (el sujeto) como objetivo (la naturaleza), es el resultado de la actividad del yo. Es, además, un idealismo voluntarista, y sobre esta base construye su teoría de la ética del Estado, del derecho y de la educación. La moralidad consiste en las manifestaciones del yo, en sus constantes luchas contra los obstáculos que le opone el medio social en el que vive. La moralidad sólo es concebible en la relación con otros seres racionales. Y de estas interrelaciones, nacen las leyes de la conducta social.
  2. En esos principios absolutos y abstractos se fundamenta la teoría del derecho natural; a los cuales da una sustentación idealista subjetiva; hace derivar el derecho como resultado de la acción de seres libres entre sí. Las relaciones jurídicas que contraen estos seres libres; lo hacen en virtud del acuerdo de restringir, mutuamente, esa libertad general y absoluta de todos. Se puede hablar de derecho sólo cuando los propósitos de los hombres se traducen en acciones. Lo que no pertenece al ámbito de la conciencia no entra en el campo de lo jurídico, sino al de lo moral, esta diferenciación es el gran aporte de Fichte al derecho.
  3. Para que el derecho exista, es necesaria la coerción. La coerción o coacción es una presión externa que obliga, a la voluntad individual, a obrar de conformidad con sus mandatos. De estas proposiciones surge, en el sistema de Fichte, la idea del Estado, al que presenta como una organización llamada a asegurar los intereses privados de los propietarios; así como para salvaguardar las fronteras de la libertad de todos los hombres. Es decir que el Estado es la síntesis de la conciliación de la voluntad individual con la voluntad general, del interés privado común. En consecuencia, la formación del Estado sólo puede hacerse mediante un contrato. En resumen, la finalidad del Estado estriba en fijar los límites de la libertad de cada individuo y en instituir el poder coercitivo.

    Condición necesaria del Estado es educar, conforme planes específicos, a la niñez y a la juventud; los niños deben ser separados de sus padres y deben ser cuidadosamente educados en comunidades separadas. Los sexos deben de ser educados juntos. En estas comunidades es donde los niños deben ser transformados en verdaderos hombres, pues en ellos quedará grabada indeleblemente la imagen de un orden comunitario. En todas estas tesis algunos han creido encontrar los inicios de la teoría del Estado socialista o del fascista.

  4. El Estado es una totalidad organizada, y que se organiza a sí misma; es una unidad viviente, en la cual los individuos son propietarios porque son ciudadanos; al revés de Kant, que postula que sólo los propietarios podrían o debían serlo. Este Estado tiende a garantizar a los propietarios; y la seguridad de cada individuo y de todo el conjunto. Para lograr estas finalidades se requiere una fuerza superior a la de cada individuo por separado; fuerza que, a la vez, es indispensable, para ejercer la coerción para el cumplimiento de los mandatos. Sin embargo, este poder coercitivo debe estar sometido a las leyes civiles y penales.
  5. Pero el Estado de Fichte no es sólo un Estado a secas, conforme a una idea general. Es además, un Estado "nacional". En los "Discursos a la Nación Alemana" dice: "… que la cultura en cuestión, la nueva educación, unicamente el alemán considerado en sí y por sí es apto para recibirla, con exclusión de todas las demás naciones europeas; y ello, en virtud de un misterioso carácter fundamental del pueblo alemán…". Aquí sostienen otros, que Hitler encontró las bases ideológicas de su teoría del Estado racista alemán.

10. Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1831)

Hegel, es otro de los más elevados representantes de la filosofía alemana, su idealismo filosófico es objetivo, es decir, reconoce que la naturaleza, incluyendo al hombre y a la sociedad entera, es la materialización u objetivación del espíritu, de la idea, a diferencia de Kant, que era ambiguo, o de Fichte, que era subjetivo, es decir, que el sujeto es el fundamento de todo.

  1. En lo relativo al derecho, hemos visto que Kant y Fichte, eran jus-naturalistas, o sea, que aceptaron la teoría del contrato social de Rousseau, para la justificación de la creación u organización del Estado. Hegel, hasta 1793, fué partidario también de esta teoría, al mismo tiempo que de la revolución, cuyos efectos habían sido trágicos en Francia; pero a aprtir del año 1794, dió un viraje totalmente opuesto; con excepción de algunos resultados de la revolución, tomando como modelo del ideal del Estado, la monarquía-burocrática-política del Estado prusiano, y rechazando en absoluto la teoría jus-naturalista del derecho natural.
  2. En su teoría filosófica, Hegel rechaza el agnosticismo de Kant y el idealismo subjetivo de Fichte; y desarrolla, sobre bases idealistas, el método dialéctico, en todos sus aspectos, como base de investigación y de teoría del conocimiento, elaborando, en consecuencia, el más consecuente sistema del idealismo objetivo de la filosofía alemana.

La filosofía de Hegel se divide en tres partes:

  1. La ciencia de la lógica;
  2. La filosofía de la naturaleza;
  3. La filosofía del espíritu.

No vamos a entrar en el análisis de cada una de estas tres ramas de este sistema; sólo abordaremos, en general, la última de ellas; que está dividida también en tres partes, a saber: La ciencia del espíritu subjetivo, la ciencia del espíritu objetivo y la ciencia del espíritu absoluto.

El espíritu subjetivo se manifiesta en los individuos; el objetivo se manifiesta en la sociedad, en el Estado, en los pueblos, y en general, en su historia; el espíritu absoluto se manifiesta en el arte, en la religión y en la filosofía. De modo que, para la exposición de la teoría del Estado y del derecho, de Hegel, tenemos que entrar al conocimiento de la segunda fase de la Filosofía del Espíritu, cuya ampliación y desarrollo total, lo hizo el filósofo en su denominada: "Filosofía del Derecho y Filosofía de la Historia".

Hegel, en su filosofía identifica el pensamiento con la existencia, la idea con la naturaleza, el sujeto con el objeto, la conciencia con el ser. Para él, la razón, el raciocinio, es no sólo análogo a la existencia, sino que se identifican. De esta manera, el hombre adquiere conciencia de sí mismo en la historia y el más alto grado de ésta conciencia es la filosofía.

  1. Sobre la base de la tesis filosófica de que: "Todo lo racional es real y todo lo real es racional", es decir, sobre la admisión de la identidad de lo real con lo racional, Hegel ha refutado el principio absoluto del derecho natural de normas vigentes inalterables, y ha opuesto a dicho principio, el derecho positivo, que es cambiante, conforme la realidad de la historia. En este sentido Hegel define el derecho como "la existencia efectiva del libre albedrío", que se realiza en la evolución a través de una serie cambiante de procesos ascendentes, en la historia del hombre.

    En cuanto al derecho : la primera fase es la posesión, la propiedad que en sus relaciones mutuas origina el contrato y la transgresión a la ley (Derecho Civil y Derecho Penal), que Hegel llama Derecho Abstracto; la segunda fase es la moral, que requiere la valoración objetiva, por parte del sujeto, sobre el bien y el mal; lo cual constituye la moralidad; y la tercera fase es el desarrollo de la moralidad en las relaciones familiares, en las relaciones con los demás individuos de la sociedad y finalmente en la organización del Estado. No interesa, para este ensayo, extendernos en el análisis de las dos primeras fases; por lo que pasaremos al estudio de la tercera, que es el proceso de desarrollo de la "moralidad".

  2. La idea absoluta se materializa en la monarquía prusiana por disposicines que Federico III de Prusia había prometido a sus súbditos. Pero antes de proseguir, cabe hacer aquí estas reflexiones: ¿Qué es la materialización de la filosofía, o dicho en otros términos, la realización de la idea, o el Espíritu en actos?, ¿Qué es el Estado?. Veamos. El arte y la religión revelan, respectivamente, en sí y para sí, lo que es el espíritu, son manifestaciones objetivas del mismo. Pero el espíritu, efectivamente concreto, es la comunidad de las familias, de los individuos, de las profesiones; en suma, del Estado. Este es la unidad última de ese sistema de construcciones. El Estado es la síntesis lógica-ontológica de esa actividad estética (arte) y religiosa (moral) del espíritu. Pero además, están los hombres que viven en sociedad. En la época de Hegel, en el primer tercio del Siglo XIX, los conceptos de familia y de propiedad privada, constituían las ideas básicas, bajo la fórmula de la "célula social" la primera y de "fundamento de la sociedad" la segunda. Hegel estudia entonces en el Código de Napoleón al individuo como padre, esposo, hijo, hija, esposa, madre, etc.; y al propietario, como contratista, vendedor, comprador, reo, etc.; deduciendo de allí las leyes del orden familiar y social.

    Son fundamentales en la sociedad civil, las corporaciones para la organización del trabajo, de donde se originan las castas o estamentos en que se divide la sociedad; y la policía para conservar el orden social y prevenir las rebeliones, sediciones o guerras civiles generadas por el "populacho" que está formado por la clase proletaria.

    La teoría de las corporaciones como origen de las castas sirve de fundamento al régimen de castas prusiano vigente en el época de Hegel; y sirvió de modelo al régimen facista corporativo impuesto en Italia por Mussolini, imitado después con mezcla de ideología racista, por Hitler en la Alemania del Tercer Reich.

  3. La fase superior de la evolución del espíritu subjetivo es la moralidad; la unidad de lo espiritual (arte, religión), y lo orgánico (hombre, cosas), de lo singular (individuos, familias, corporaciones, etc.), y lo general (Sociedad, Estado). Aquí, los individuos no son elementos aislados, sino elementos orgánicamente vinculados al todo íntegro (Estado), que dirige la vida de los individuos. El individuo se reconoce como parte de este "todo íntegro" (Estado), cuyas disposiciones acata y se considera obligado a cumplir sus exigencias. En su desarrollo, la moralidad experimenta tres momentos o etapas, que son: la familia, como unidad natural; la sociedad civil, como unidad de muchas familias en sus interrelaciones sociales contradictorias; y el Estado, como unidad conciliadora de las familias y de sus contradicciones.
  4. El Estado no es resultado de la reunión de los elementos de cuya exposición se ha tratado; por el contrario, es el fundamento de la familia y de la sociedad civil; es antecedente de estos dos elementos, y en lo que respecta a los individuos como partes integrantes, también son precedidos por el Estado. Hegel reproduce, en este sentido, la noción de Aristóteles sobre el Estado que era expresada de la siguiente forma: "El estado es un íntegro que precede a sus partes".

De este modo Hegel, rechaza la teoría jus-naturalista del contrato social, sobre el origen del Estado y de que sea una institución organizada para procurar la felicidad de los individuos, ni para proteger la libertad de la persona ni defender la propiedad. El Estado no sirve sino que impera; no es un medio sino que un fin en sí mismo, superior a cualquiera otro fin. La existencia de la autoridad de Estado, no depende de un capricho; sino que tiene un carácter incondicional y divino. La idea del Estado se desarrolla en tres fases: primero el Derecho interno; luego el Derecho externo o internacional; y finalmente, es la idea universal, como fuerza absoluta (total) que se opone a los demás estados aislados y que se manifiesta como "Espíritu de la Historia Universal".

CAPITULO VI

EL ESTADO CAPITALISTA CONFORME LOS POSTULADOS DE LA RAZON

I. Antededentes históricos

1. Monarquía, aristocracia y democracia

Antes de abordar el tema de este capítulo haremos una breve recapitulación respecto de los tipos y formas de Estado examinados en los capítulos anteriores.

En dichos capítulos aparecen históricamente dados dos tipos de Estado, los cuales se evidencian o identifican de conformidad con las formas de producción económica, que son, también, dos: la producción esclavista (que algunos denominan antigua) y la producción feudal. De estas dos formas de producción surge el "Estado esclavista y el "Estado feudal" porque tienen como base material, como estructura, la forma de producción destinada a la explotación del esclavo (hombre sometido al trabajo, sin ninguna clase de derechos: no es persona) y a la servidumbre feudal (el individuo sometido al trabajo y atado de por vida al feudo, a la tierra). De estos dos tipos de Estado, surgieron varias forma de Estado, o sea, modos o figuras que caracterizan la esencia de los gobiernos o poderes que han sometido a los hombres a la explotación y a la obediencia. Esas formas estatales son las siguientes: la monarquía, la oligarquía o aristocracia, y la república o democracia.

La monarquía es el gobierno de un solo hombre; en él se conjugan todos los poderes, todas las potestades, la legislación la administración y la justicia. El monarca es el soberano absoluto que en el mundo Asiático se llama déspota, sátrapa o tirano; que en Grecia y Roma se le llama tirano o dictador y que en el medioevo se le nombra el rey absoluto o el emperador.

Oligarquía o aristrocracia se le llama a un grupo de personas o de familias que disponen de las potestades del mando en un Estado determinado. Esta forma se vió de manera evidente en la Grecia y la Roma clásicas lo mismo que en las repúblicas constituidas en las ciudades Estados de principios del siglo XII hasta fines del siglo XVI que imperaron en Italia. También se da el gobierno de la aristocracia o nobleza en los Estados feudales de la edad Media en Francia, en España, en Inglaterra, en Alemania, etc. , conjuntamente con el rey o con el emperador. En este gobierno feudal, la nobleza y el clero, ocupan una posición especial con respecto al monarca pues aunque no son sus iguales, el monarca ha menester de su consejo, lo cual justifica la creación de estamentos que eran convocados a iniciativa del monarca o a petición de la nobleza y del clero a asambleas o parlamentos nacionales. El resto del pueblo, sometido a la servidumbre feudal, no tenía ninguna representación, era el Estado llano, sin derechos políticos.

La democracia es el gobierno del pueblo. En la Grecia antigua el pueblo estaba formado por familias ricas o acomodadas que expresaban su voluntad en el Agora o asamblea general pública, para los asuntos de interés general, como para la elección de gobernantes o para decretar el ostracismo o exilio de algún ciudadano. Los esclavos, y artesanos no tenían ninguna representación en esa asamblea, pues carecían totalmente de derechos políticos y no eran ciudadanos.

2. La monarquía constitucional

Al iniciar el estudio del Estado moderno tenemos que referirnos, forzosamente, a sus antecedentes lejanos en la historia de Inglaterra cuando en el siglo XII, el rey Juan sin Tierra, de la dinastía de los Plantagenet fue obligado por los nobles ingleses a subscribir la Carta Magna en la que se le exigía el respeto a los derechos, de los nobles, los cuales deberían de ser oídos en el Parlamento. Más tarde, en 1648, cuando se estableció la República, este Parlamento adquirió una supremacía que hizo vacilar la fuerza tradicional de las dinastías monárquicas. Esto hizo posible, en 1688, el entendimiento de la nobleza real y feudal con los burgueses que habían instaurado la república bajo la dictadura de Cromwell, componenda que hizo posible la monarquía constitucional, o sea una monarquía limitada en sus alcances de mando, puesto que los actos de gobierno se habían encomendado, conforme la Constitución, a otros elementos u Organos del Estado como el Parlamento que votaba las leyes y sancionaba los actos administrativos y la Justicia administrada por funcionarios especializados. Había nacido, pues el Estado moderno, orientado, según los teóricos o filósofos de tales tendencias, por la luz de la razón. Pero también, para tener mayor claridad sobre este problema, es menester recordar que también los reyes de Francia, desde los primeros tiempos de sus reinados feudales ejercidos conjuntamente con los nobles feudales instituyeron los "parlamentos" o asambleas que se celebraban con los representantes de esta nobleza; estas asambleas eran convocados por el rey para tratar los negocios más importantes del Estado. Más tarde, ya en tiempos de Luis XIII y Luis XIV a estos parlamentos o asambleas de nobles se les daba el nombre de Estados Generales. Antes de la revolución de 1789 la burguesía no tuvo representación alguna en dichos cónclaves.

En España a esas asambleas o parlamento se les llamó Cortes, teniendo sus antecedentes más lejanos en el siglo XII en Cataluña, Aragón y Castilla. Los burgueses fueron admitidos, como representantes de las ciudades a partir del siglo XVI.

En Alemania, Dinamarca y países escandinavos, recibieron el nombre de Dietas, así como en Suiza y Holanda. En estos países tenían representación los estamentos de la nobleza real, clerical y feudal. La burguesía tuvo su representación en Alemania hasta en el siglo XIX.

La burguesía comenzado a dar demostraciones de ser una clase con poder económico desde el siglo XII en las ciudades Estados del norte de Italia en que se dieron las primeras manifestaciones del llamado "proto-capitalismo". Fue ascendiendo en ese sentido y se produjo su expresión superestructural con la irrupción de las expresiones intelectuales, artísticas, literarias y científicas del Renacimiento en los siglos XV y XVI y su poder político en algunas ciudades Estado como en Florencia en donde gobernaron familias burguesas poderosas como los Médicis, Orsini, Borgis. Pero estas situaciones políticas no implicaban todavía ninguna influencia universal.

A principios del siglo XVII los holandeses hicieron su guerra de independencia contra España, logrando su liberación e instauraron su primera revolución con la burguesía al frente de dichos movimentos progresistas de liberación. Posteriormente en el mismo siglo XVII (1648) se llevó a cabo la revolución republicana inglesa, que tuvo influencia aún mayor que la de los holandeses; pero a pesar de ello no llegaban a cubrir el marco de una influencia universal.

Por otra parte, estas revoluciones terminaron con arreglo entre las partes involucradas en el conflicto, con una componenda entre la nobleza y la burguesía para gobernar con un reparto del poder político mediante una Constitución o Carta Magna que limitaba los poderes del rey o monarca y establecía los poderes del Paralamento.

3. Orígenes del Estado capitalista

La burguesía, como clase económicamente poderosa, planteaba, pues, sus propias reivindicaciones; tenía acosado al Estado feudal, monárquico y absolutista, mediante los préstamos y el Estado le mostraba trabas para su consecuente desarrollo económico, social y político. En consecuencia ella, la burguesía reinvindicaba, para sí el poder político. En Inglaterra y Holanda, la nobleza cedía y admitía compartir con ella el poder. Pero en Francia y otros países no sucedió. Esa es la razón de que la lucha en este país fuese más enconada, con más violencia y con más floración de elementos teóricos y doctrinarios, que han servido de guía para los demá países del mundo en la orientación del Estado moderno, llamado también Estado Parlamentario (por el dominio que ofrece la Asamblea Legislativa), Estado Burgués (por el dominio que ejerce la clase burguesa), Estado Capitalista (por el dominio que ejerce el capital), Estado Constitucional (por estar basado en una Constitución) y Estado de Derecho (por pretender basarse en el imperio de ley o el derecho de la ejecución de sus actos de gobierno y en normar la vida de los ciudadanos).

4. Teóricos del Estado moderno antes de la Revolución Francesa. La ilustración.

La ideología de la burguesía en el siglo XVIII antes de la revolución de 1789 iba dirigida contra las normas feudales absolutistas del llamado "viejo régimen" imperante. El movimiento revolucionario burgués, en Francia, se denomina la Ilustración o la Enciclopedia, siendo llamados sus promotores, los ilustrados o los enciclopedistas, los cuales, en general proclamaban una lucha a muerte contra la superstición y el oscurantismo medioevales, contra los privilegios de la nobleza feudal y la conquista del poder político. Tal movimiento comienza con una crítica aguda e implacable contra la Iglesia Católica, a las monarquías feudales y a todas sus instituciones. Su postulado o dogma principal era el dominio de la Razón como facultad superior para la dirección de todos los designios humanos, y como Idea madre que sustituía todas las creencias que falsamente habían justificado, en el pasado, todas las desgracias de la humanidad.

Veamos lo que dicen en concreto los principales teóricos del Estado Moderno de antes y después de la gran revolución democrática burguesa de 1789. Antes de la revolución los siguientes: Voltaire, Montesquieu, Rosseau, Holbach, Helvecio, Diderot.

5. Voltaire

Francisco María Arouet, más conocido por el pseudónimo de Voltaire (1694-1788) pertenece a la vieja generación de enciclopedistas. Su ideología era moderada:

  1. Voltaire cree que con la eliminación de la Iglesia Católica, feudal, fanática, supersticiosa y oscurantista y con la unión "de los reyes con los filósofos se podría llevar adelante el progreso de Francia y de la humanidad".

  2. Proponía hacer la paz con la monarquía constitucional e incluso admitía la existencia de la monarquía absolutista siempre que esta se dispusiera a hacer un gobierno "ilustrado", o sea que quedara eliminada la arbitrariedad real, la omnipotencia de la iglesia católica feudal y que se eliminaran las trabas que impedían el desarrollo del capitalismo y el progreso de la burguesía. Voltaire representaba a la fracción burguesa que no pretendía el poder político sino que solo exigía las condiciones mejores para su desarrollo económico.
  3. Sin embargo, opinaba contradictoriamente, que la religión era necesaria para mantener sumisas a las masas. Y decía: "Si dios no existiera, habría necesidad de inventarlo".
  4. Voltaire era partidario de las ideas del Derecho Natural. "Las leyes naturales, decía, son leyes de la razón, que la naturaleza proporciona a la humanidad". "Ser libre, tener en torno suyo a iguales, tal es la vida auténtica, natural, del hombre", escribía.
  5. En cuanto a sus ideas sobre el Estado, Voltaire era partidario de un Estado absolutista ilustrado, de forma monárquica. Considera que un "rey ilustrado", dotado de buena voluntad, podrá llevar a cabo reformas sociales que abarcarían la libertad de pensamiento, de prensa, de conciencia, de trabajo, de comercio, de unión familiar; una igualdad jurídica entre los hombres, la supresión de los privilegios feudales, la abolición de las instituciones feudales, el desarrollo de la propiedad privada, etc. En fin el programa económico-social propuesto por la fracción burguesa moderada que representaba. No obstante, Voltaire, en sus "Cartas Filosóficas" o "Cartas sobre los Ingleses" expresaba su simpatía por el régimen parlamentario y proponía para Francia un régimen de monarquía constitucional que reemplazaría el "absolutismo ilustrado"; y que esa "monarquía constitucional" debería instalarse como una "reforma" política necesaria y sin revolución. Sin embargo, opinaba que la forma primaria del Estado había sido la República; pero que a causa de la violencia y las conquistas, o de fuerza de algún jefe militar se había impuesto la monarquía.

6. Montesquieu

Otro ideólogo enciclopedista moderado es el filósofo Carlos Luis de Secondat, barón de Montesquieu (1689-1755) .

  1. En "Cartas Persas" (1721) critica mordazmente las prácticas y los hábitos de la Francia absolutista de su tiempo. Escribió también "Consideraciones sobre las causas de la grandeza y de la decadencia de los romanos" (1734) y "El Espíritu de las leyes", siendo esta última la más importante de sus obras (1748) y a la que nos referimos en estas anotaciones.
  2. El Espíritu de las leyes, según este autor, se halla condicionado por la situación geográfica, la situación económica, la religión, la densidad de la población, por las instituciones políticas: estas son las que condicionan la existencia del derecho de los pueblos de cualquier parte.

    Estas formas son mantenidas por principios o fuerzas que le dan vitalidad a su existencia. Esos principios son: para la democracia es la virtud, el amor al bien común; para la aristocracia es la mesura, la medida adecuada en los actos de gobierno; y para la monarquía es el honor, que es la "tendencia a la honra, pero conservando su independencia". El titular del principio del honor es la nobleza, de modo que la monarquía feudal es inimaginable sin la presencia de la nobleza.

  3. Reconoce Montesquieu tres clases de Estado: la democracia, en la que el poder está en manos de un número restringido de personas y en el que, cuanto menos sea el número de personas carente de derechos políticos tanto más sólido y estable es el gobierno, siendo, en este sentido, que la mejor aristocracia es la que más se aproxima a la democracia; y la monarquía en que el poder está concentrado en una sola persona, la que, según este autor, es guiada por las leyes y apoyada por la nobleza. Estas son las tres formas correctas de Estado. La forma incorrecta es el despotismo (satrapía, tiranía, dictadura), en ningún momento el autor hace distinción alguna de esta en relación con las monarquías absolutistas que se han reseñado en los regímenes esclavista y feudal.
  4. Montesquieu la daba una preponderancia exagerada tanto a las condiciones geográficas (el suelo y el clima) como a la fuerza de las instituciones políticas para influir sobre "el espiritu" de las leyes. En su forma de concebir el Estado moderno sostenía que las instituciones fundamentales de éste se debían repartir sus fuerzas, de manera que se rompiera la concentración tradicional en uno solo o en unos pocos, de modo que el poder resultase dividido aunque no se alterara la indivisibilidad del gobierno y del Estado. En este sentido, distingue dentro del Estado, tres poderes: el legislativo, ejecutivo y el judicial, los cuales deben estar en manos de diferentes Organos del Estado.

Esta es la llamada "separación de poderes" que implica un régimen de "frenos y contrapesos" que limitan los alcances o facultades de cada uno de los poderes y grantiza a la vez, el ejercicio de las libertades y el cumplimiento de la legalidad que es el dominio de las leyes dentro del Estado. La legalidad es la garantía de la libertad.

Montesquieu sigue en algunos aspectos y especialmente en este de la separación de los poderes del Estado, a John Locke, el tratadista inglés; y su ideal político se ajusta a las realizaciones concretas de la monarquía constitucional inglesa de su tiempo, cuyas instituciones trata de reproducir en sus proposiciones.

7. Rousseau

Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) es ilustrado realmente, enciclopedista: sus conocimientos son tan amplios que irrumpió en el campo de la educación (creando la Pedagogía Individual y el Estudio directo de la Naturaleza), de la psicología (creando la psicología individual); en el de la sociología, el derecho, etc. , y hasta en el de la música en que aportó todo un método de solfeo y de teoría musical basado en los números arábigos. En el campo de la sociología, el derecho y la política escribió un famoso tratado que se llama "El Contrato Social", en donde expone ideas de esa índole. Rousseau es el representante radical de la pequeña burguesía de su tiempo y proponía un programa político más atrevido y fuerte que el de los dos autores antes estudiados.

  1. Con respecto a ese menosprecio de la cultura y de la civilización Rousseau idealiza las costumbres primitivas patriarcales y propone un "retorno a la naturaleza", un retorno a la vida primitiva, llena de sencillez y de cordialidad.

    Esta es la idea básica de su programa educativo que se encuentra reseñado en su libro "Emilio" o "La Nueva Educación" (el cual fue muy atacado por el clero de su tiempo).

  2. La primera tesis de Rousseau es que la cultura (la ciencia y el arte) además de traer utilidades a los hombres, los corrompe. Todos los vicios proceden de la ciencia y del arte; se pronuncia contra el conocimiento, considerándolo como nocivo e inútil; para él la literatura, el arte, la ciencia, la cultura en general no procuran la felicidad del género humano, sino que, por el contrario, afianzan la opresión de unos contra otros y todas las desgracias de la sociedad. De este modo concluye que la fuente de todo mal es la riqueza: ésta y el lujo, dice, le dan auge a la ciencia y al arte, lo cual engendra la ociosidad y los vicios, como signos distintivos de la civilización. Esta incrementa la desigualdad y la miseria.
  3. La segunda tesis de Rousseau consiste en explicar el origen de la desigualdad de los hombres, tesis en la que repite los argumentos anteriores; pero además, explica el origen y necesidad de la existencia del Estado. Sostiene que en la época primitiva, o Edad de Oro, o "Estado de Naturaleza", los hombres vivían con sencillez y en libertad y se consideraban iguales entre sí. No había más desigualdad que la física, motivada por la edad, el sexo, la salud, etc. ; pero nunca por las diferencias económicas o de sangre.
  4. No obstante los vicios que engendra la civilización, Rousseau sostiene que el hombre es susceptible de perfeccionamiento. Este, en su historia ha demostrado que es capaz de elaborar cosas útiles tales como herramientas de trabajo, metales para construir esas herramientas, trabajar y hacer producir la tierra. Esa dinámica hizo posible la riqueza y ésta, a su vez, la propiedad privada de la tierra que motivó la cizaña y las luchas sociales, de donde se hizo necesaria la existencia del Estado como elemento mediador para dirimir las disputas entre los hombres. Sostiene que el primer hombre que se apropió de la tierra fundó la propiedad privada y la sociedad civil y en consecuencia el Estado.

    Esta última desigualdad engendra el despotismo, que es el punto extremo de la desigualdad; por una parte la plenitud del poder en un solo individuo; por otra parte, la igualdad de todos porque no tienen ningún derecho.

  5. Según Rousseau el Estado nace para salvaguardar la propiedad privada. De esta situación surgen las guerras, las conquistas territoriales, la esclavización de los débiles, los asesinatos, etc.. Para poner alto a estas calamidades, los fuertes inventan el poder del Estado es decir, que el Estado es una consecuencia de los inventos y de la confabulación de los ricos. Con el Estado se acrecienta la desigualdad entre los hombres.
  6. Para destruir el despotismo, Rousseau propone la creación de una forma de Estado basado en un "contrato social" que establezca un régimen democrático. Este consistiría en que los hombres, sometiéndose voluntariamente al poder del Estado, continuarían a la vez siendo libres; de las condiciones de este contrato, el pueblo tiene derecho a participar en la legislación que es la más alta forma de libertad política; esta participación en la legislación es la expresión de la voluntad comunista, a su vez, es la expresión de la voluntad de la mayoría. También la condición del contrato social involucra el derecho de "insurrección".

Este autor creía que con la implantación de un régimen republicano democrático se operaría una milagrosa transformación de la sociedad, en la cual los hombres se regenerarían y volverían a su estado de naturaleza, desaparecería toda opresión y despotismo, la explotación del hombre por el hombre, y estarían aseguradas las condiciones necesarias para la libertad, la igualdad y las prosperidades sociales.

8. Paul Holbach (1723-1789)

Holbach fué un ilustrado enciclopedista francés que escribió varias obras de mucha importancia referentes al Estado y al derecho: Sistema de la Naturaleza, Moralidad Universal, Política Natural y Sistema Social.

  1. En filosofía fue un representante del materialismo metafísico mecanicista, oponiéndose al idealismo y a la religión, con una oposición más avanzada que la de Rousseau que admitía una religión ciudadana dentro del Estado democrático. Sin embargo, este autor no ve en sentido materialista los problemas sociales, el Estado y el derecho, a los cuales aplicó concepciones idealistas y moderadas, sin ser partidario de la revolución.
  2. Es antifeudal y progresista, pero explicaba el desarrollo social no en las causas materiales de la producción sino en las "opiniones sociales". Dice que "el hombre es un producto del ambiente y que éste (el ambiente) es un producto de la opinión" (lo cual no deja de ser un círculo vicioso). "La opinión gobierna al mundo", dice. La humanidad es infeliz a causa de sus extravíos.
  3. Holbach niega la existencia de un "estado de naturaleza", sosteniendo que tal tesis ha sido inventada. En cuanto a la teoría del Estado, estima que su base es el "contrato social", siendo éste el conjunto de condiciones explícitas e implícitas que vinculan a los hombres entre sí dentro de la sociedad.
  4. Este autor define el gobierno como fuerza establecida por la voluntad general para dirigir los actos de todos los miembros de la sociedad y obligarles a servir a los fines de ésta. Estos fines son: La seguridad, la felicidad y la conservación del todo y de sus partes. En este cuadro de categorías desempeñan un papel importante: la equidad como principio básico para establecer la filantropía, la compasión, la beneficencia y otras virtudes; la propiedad burguesa y la libertad.

9. Claudio Helvecio (1715-1771)

Helvecio igual que Holbach es materialista metafísico, abanderado de la burguesía progresista y opositor al antiguo régimen feudal y absolutista.

  1. Para Helvecio el hombre es una máquina en movimiento por la sensibilidad física. . . sobre esta idea construye sus teorías respecto de la política: la sensibilidad física es la causa de nuestros pensamientos, sentimientos y pasiones y la fuente de esta sensibilidad es el interés y la necesidad.
  2. El origen de la sociedad, según este autor, está en que el hombre vivía aislado como individuo igual que Robinson Crusoe, pero necesitando la cooperación de los demás se alió a ellos por necesidad, convivencia y por el interés. . . Dice que la desigualdad en la distribución de los bienes y el lujo como efectos de ella, dan por resultado una sociedad de explotadores y que esta situación no podrá ser resuelta por medio de las ingenuas maneras propuestas por Holbach. Sin embargo, admite la existencia de la desigualdad, la propiedad privada y sus consecuencias como la explotación y la miseria.
  3. Helvecio señala que el origen del Estado se encuentra en la desigualdad de la distribución de los bienes; y que el despotismo se origina en la tendencia de cada hombre a ser déspota. Este autor odia el despotismo, al feudalismo, al clero y a la nobleza. Pero no es partidario de la revolución, porque considera que el gobierno puede lograr la eliminación de las diferencias sociales mediante constantes y sutiles cambios sociales y la adopción de buenas leyes que rijan el

orden social.

Niega la inmutabilidad y eternidad de las leyes del derecho natural basada en la equidad absoluta. Defiende la propiedad privada, la persona humana, la libertad de pensamiento, la seguridad y la necesidad de castigar a los que transgraden estos principios. Dice: "Los hombres se unieron para proteger su propiedad"… "Las diversas leyes fueron siempre diversos modos de asegurar a los ciudadanos ese derecho".

10. Dionisio Diderot (1715-1784)

Diderot es el más notable e inteligente de los enciclopedistas franceses, el verdadero organizador y director de la enciclopedia de las ciencias, de las artes y de los oficios, la cual sirvió para demoler la ideología del régimen feudal y clerical que sostenía el absolutismo y la aristocracia.

  1. Su filosofía era el materialismo mecanista o metafísico, siendo más consecuente en sus concepciones que Holbach, Helvecio y de la Mettrie.
  2. Dice que el mecanismo del Estado debe estar al servicio de la sociedad, pues los hombres se unieron en sociedad para adquirir mayor felicidad. Es adversario de la monarquía y del despotismo, pero no es partidario de la revolución. Contra la monarquía ofrece el punto de vista de que la verdadera fuente del poder político es el "acuerdo del pueblo" representado por asambleas de ciudadanos.

Diderot, como casi todos los enciclopedistas franceses, era un representante ideológico de la burguesía industrial y comercial, la cual estaba interesada en los cambios sociales sin revolución; es decir, en lograr que el régimen feudal fuera transformado en su legislación y en el cambio de los hábitos sociales, mediante reformas paulatinas que auspiciaran el desenvolvimiento y desarrollo de la nueva clase que ya se imponía económicamente frente a la nobleza feudal.

11. Teóricos del Estado moderno después de la Revolución Francesa. El liberalismo.

Ninguno de los enciclopedistas de que hemos hecho relación asistió al acto histórico de la gran revolución burguesa de 1789, la cual se desenvolvió con la toma de la Bastilla, la instauración de la Primera República (1792-1794), la Convención (1794), el Directorio (1795), el Consulado (1796-1804) y la instauración del primer Imperio (1804-1814) en los que sucesivamente tuvieron destacada actuación Dantón, Robespierre y Marat en el período republicano y Napoleón Bonaparte durante el Consulado y el Imperio, que terminó con la abdicación de Napoleón I en 1814, siendo éste desterrado a la isla de Santa Elena.

Después de la caída del Imperio francés la coalición de toda la Europa feudal antirrevolucionaria se reunió en el Concreso de Viena (1814-1815) en donde estableció un nuevo orden europeo, lográndose un entendimiento entre la familia real, la nobleza y el clero con la burguesía triunfante en lo económico y en lo político. La coalición de los Estados monarco-católicos se llamó la Santa Alianza (Rusia, Austria-Hungría, Francia, Prusia, etc.) De este modo se llevó a cabo la restauración de la dinastía real en el trono de Francia, ya sometido a una Constitución, pero se le devolvieron todos sus privilegios a la nobleza y al clero. Fue el período de dominación política de la burguesía comerical e industrial con la estorbosa presencia de la nobleza y del clero, gobernando la familia Borbón hasta 1830.

Esta situación duró hasta la revolución de julio de 1830, en que la dinastía de los Borbones fue destronada por la de los de la casa de Orleans, teniendo entonces su influencia decisiva la burguesía financiera que limitó en mucho los privilegios de la nobleza y del clero e impuso su poder político y económico a los comerciantes, industriales, agricultores, durando este estado de cosas hasta la revolución de febrero de 1848 en que se estableció la segunda República (1848-1851) luego se instaló por un golpe de Estado el Tercero Imperio (1851-1871) .

A la vez que esto acontecía, como consecuencia necesaria del desarrollo industrial (la famosa revolución industrial que primero se operó en Inglaterra y luego en Francia, lo mismo que el auge del comercio) se engendra y crece en el seno de la sociedad burguesa triunfante, la clase proletaria que poco a poco va tomando conciencia de sí y que pronto va a plantear sus específicas reinvindicaciones "Para sí". Esto preocupaba gravemente a la burguesía en particular y a todas las clases reaccionarias en general.

Bajo estas condiciones, la burguesía tuvo sus ideologos, entre los cuales se destacaron, en lo referente a la teoría del Estado y el Derecho, los defensores del liberalismo Benjamín Constant en Francia; Jeremías Bentham y John Stuart Mill, en Inglaterra; Augusto Comte en Francia, como defensor del positivismo y de la solidaridad social; y en Alemania Guillermo Humbolt (defensor del liberalismo) y Lorenzo Stein como defensor de la monarquía constitucional como estado "de derecho".

12. Benjamin Constant (1767-1830)

Benjamín Constant fue un descollante escritor que sostuvo a cabalidad los ideales de la burguesía victoriosa.

  1. Comenzó a escribir en tiempos del Directorio, reflejando el temor del gobierno de las masas y el temor del retorno al feudalismo y a los privilegios del absolutismo y de la nobleza e influencia del clero. Ocupó un asiento en el tribunado durante el Consulado; pero opuesto a Napoleón (que era el Cónsul) salió del país, exiliado. Durante la restauración fue miembro de la Cámara Baja y jefe del Partido Liberal.
  2. En su obra "Discurso sobre las constituciones y sus garantías" (1814) hace la defensa de la monarquía constitucional como fórmula política transaccional entre la burguesía y la nobleza.

    Estos derechos inalienables e innatos del individuo -o del hombre- son: la libertad individual que es la inmunidad contra las detenciones arbitrarias, de pronunciar la opinión propia, de elegir el oficio o profesión que se quiere, de trabajar donde quiera y en lo que quiera, de disponer de su propiedad incluso el abusar de ella, de trasladarse de un lugar a otro sin dar cuenta a nadie de sus actos ni de los motivos de éstos, de reunirse donde quiera y con quienes desee y de ejercer el culto religioso que le parezca. La propiedad no es un derecho innato sino un derecho adquirido; pero, en realidad es el determinante de los demás derechos.

  3. Conforme las ideas de la clase que defiende, rechaza o limita la soberanía popular la cual queda reducida a las libertades individuales y sin ninguna intervención en la política estatal, se limita a los derechos inalienables de los individuos.
  4. Sostiene que si la democracia tiene la intención de inmiscuirse en la esfera de lo patrimonial, es decir, de la propiedad, hay que pronunciarse contra la democracia. En este sentido se opone al principio de Rousseau relativo a la soberanía ilimitada del pueblo, pues considera que interfiere sobre el poder de la riqueza, pues en nuestros días, dice, las personas privadas son más fuertes que el poder del Estado. El regimen de la burguesía que él pregoniza es el de la riqueza que domina el poder: el régimen de la burguesía. Por eso se opone a la idea democrática del poder del pueblo; y este poder no importa en manos dequien se encuentre.

Para limitar la soberanía del pueblo y del poder estatal, sostiene la idea de "la no intervención del Estado en el terreno de lo económico" y que debe haber una ilimitada libertad en la concurrencia y en la competencia de los empresarios: es la política de "dejar hacer" y de "dejar pasar" del liberalismo económico o político que deja al Estado nada más que de observador o de vigilante de las actividades de los empresarios burgueses: el Estado policía. Y para limitar la intervención popular tiene en vista la estructura del parlamento o asamblea burgués, al cual considera no como un Organo de la representación del pueblo sino como la forma de la organización de la oponión de los industriales, comerciantes, agricultores, banqueros, etc.; es decir, de la burguesía, o como él expresa: . ."como representantes de ciertos intereses sociales".

13. Jeremías Bentham

Después de la restauración de 1660, en Inglaterra, se entabló entre la burguesía y la nobleza la lucha por la preeminencia de una de ellas sobre la otra en cuanto a derechos políticos, ya que en lo económico la burguesía había demostrado su superioridad.

Esta contienda se dirimió en favor de la burguesía en el año de 1688 cuando Guillermo III de Orange transó con los capitalistas y terratenientes. Desde entonces cobra mayor auge el mercantilismo en Inglaterra que había nacido desde principios del siglo XVI con su secuela de conquistas coloniales en abierta competencia con los colonialistas españoles, franceses, portugueses, daneses y otros países europeos… Más tarde, a mediados del XVIII (1750) se opera en Inglaterra la "revolución industrial" y entonces la burguesía inglesa se vuelve más exigente en cuanto a su cuota de participación en el poder, pretendiendo mayores concesiones en los derechos políticos. Es esta etapa de su desarrollo, tiene como representantes ideológicos a Jeremías Benthan y a John Stuart Mill como portavoces del liberalismo (económico y político) y del utilitarismo en Inglaterra.

Jeremías Bentham (1748-1830) comenzó a escribir desde muy joven con buen éxito expresando la ideología de la clase dominante de su tiempo.

  1. En cuanto a la teoría de la moral, el derecho y el Estado toma como principio rector la utilidad. El hombre busca satisfacciones y evita lo nocivo; busca la felicidad y huye del sufrimiento; busca lo útil para sí. Es un axioma que todo ser racional trata de obtener para sí la mayor y mejor cantidad de placeres. Este es el único principio, por el se guían y deben dirigirse todos los hombres. Todos los impulsos de la actividad humana se reducen a uno solo fundamental: la satisfacción de sus intereses personales. De esta manera se obtiene la subordinación de todas las relaciones existentes, a la utilidad.
  2. Defiende "la no intervención del Estado" en la vida económica de las personas. La actividad gubernamental debe estar limitada en la mayor medida posible. La libertad de los hombres debe ser tal de que ellos mismos sean responsables de sus propios daños. La libertad de contratar debe ser ilimitada. La única preocupación del legislador debe ser la de procurar "la mayor seguridad" de los ciudadanos y de la propiedad.
  3. Se opone a la teoría del derecho natural, a la del contrato social y a la de los derechos naturales de los individuos, reputándolos como simples ficciones. Solamente existe el derecho positivo (la ley dada por el Estado, por la burguesía) de donde se derivan todos los derechos. Afirma que los llamados derechos naturales y la "Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano" de la revolución francesa, son fuente de la anarquía social.

14. John Stuart Mill (1806-1873)

Mill fue tambien defensor de las ideas del liberalismo inglés en la época de la revolución industrial y aún de la iniciación de la era imperialista del capitalismo inglés. Sus obras representativas son: "De la Libertad" y "Gobierno Representativo" y "Del Utilitarismo", además de tratados sobre economía, lógica y filosofía.

  1. Defiende la teoría de "la utilidad" de Bentham, pero le hace dos agregados sustanciales: propone valorar no sólo "la cantidad" de los goces y deseos, sino también "la calidad" de los mismos. De esta calidad hay que darle preferencia a los deseos o goces "superiores" y un rechazo a los "inferiores" tomando en cuenta que en ello está en juego la dignidad humana. Esto, en cierto modo implica apartarse del principio utilitarista en la forma burda expresada por Bentham.
  2. De conformidad al espíritu del iberalismo burgués propone dar a los individuos "completa libertad de acción", "completa libertad de realizar sus opiniones en la vida efectiva, sobre la base de su propio temor". Esta libertad se desenvuelve en la libertad de pensamiento, de prensa, de elegir oficio o profesión, de comercio, de producir, de vender, de comprar, de fijar los precios de las mecancías: es decir, la libre concurrencia en el mercado.
  3. Se opone a la intromisión del gobierno en la actividad industrial y en general, en la actividad económica, que se privatiza de los individuos. Dice que la libertad, las instituciones empresariales y hasta la libertad individual desaparecerían si fueran objeto de la dirección oficial.
  4. Se opone a la actividad política de las masas y para contrarrestarla propone dos medidas de control que son a la vez dos principios rectores: el orden y el progreso de la forma de gobierno. El orden es la obediencia y además la protección de todos los bienes existentes. El progreso es el movimiento del avance, el incremento del bienestar social y del desarrollo de las facultades intelectuales y morales de la población.
  5. Propone el sistema representativo (el parlamento, la asamblea elegidapor sufragio universal) como medio para suavisar o eliminar las contradiciones de clase. De esta manera se lograrámantener un "equilibrio" entre los intereses contradictorios de las clases sociales. Sin embargo, dice que cuanto menor desarrollado es un pueblo tanto más incapacitado para ejercer el gobierno representativo, con lo cual excluye la participación de las masas obreras y campesinas.

15. Guillermo Humbolt (1765-1835)

Humbolt fue un defensor, en Alemania, de los principios del liberalismo económico y político con las mismas consideraciones doctrinarias expuestas por Benjamín Constant, Bentham y Stuart Mill. Solo que en el país teutón, en donde la monarquía prusiana ejercía presión, la situación fue menos propicia para la burguesía, la cual se desenvolvío con más lentitud que en Francia e Inglaterra.

16. Augusto Comte (1798-1857)

Compte es un ideólogo francés creador de la filosofía del positivismo, corriente idealista que trató de armonizar el materialismo con el idealismo. Escribió dos obras fundamentales que son: "El curso de la Filosofía Positiva" (6 tomos 1830-1842) y "Sistema de Política Positiva" (1851-1854, en 4 tomos) .

  1. Comte fundó la Sociología y dice que ésta es la ciencia que se dedica al estudio de todos los fenómenos sociales en general y cuyas leyes son aplicables a todos los tiempos y a todos los pueblos. Divide la Sociología en dos partes: la estática, que estudia las condiciones de la existencia de los fenómenos sociales; y la dinámica, que estudia el movimento sucesivo de los fenómenos sociales que expone la teoría del orden y del progreso de la sociedad.

    La sociología tiene como misión fundamental de comprobar con sus leyes la inmutabilidad del orden y el carácter natural de las relaciones del orden capitalista. La ley general era la de los tres estadios: la era teológica que dio origen al orden teológico, el orden racional y la era cientifica o positiva que produjo el orden industrial, que es el definitivo y absoluto de la humanidad.

  2. Comte es un ideólogo seguidor de las ideas de Kant en Filosofía, un agnóstico que predica que solo puede ser conocido el fenómeno, ignora la necesidad objetiva de la existencia de la naturaleza y confunde en cada problema aislado la tendencia materialista e idealista.
  3. El orden y el progreso son dos categorías esenciales en la concepción sociológica de Compte. En el concepto de orden desarrolla la idea de la conservación del régimen social existente: las clases sociales, la producción, la competencia, la concurrencia y las relaciones capitalistas, cuyas leyes son eternas. El progreso es el desarrollo de la sociedad burguesa, pacífico, sin revoluciones que la perturben. A este respecto afirma que el desarrollo social obedece al desarrollo del espíritu de la humanidad, con lo cual demuestra su filiación idealista pura.
  4. Sostiene Compte que con el triunfo del positivismo, la sociedad europea se verá liberada, al mismo tiempo de "la república anárquica" (de la soberanía popular) y de la "aristocracia reaccionaria"; y se establecerá la "sociocracia", o sea el "orden armónico" en la convivencia social. En este sentido propone considerar que debe formarse una "unidad armónica" donde cada individuo es como una de las partes y la sociedad un todo orgánico en el que todas las partes constituyentes deben realizar su función definida, con ésto consagra Compte el individualismo burgués; pero reconoce la existencia de las clases aunque no considera inevitable la lucha entre proletarios y capitalistas, por el contrario, propone la "paz social" en forma de "solidaridad social".
  5. La solidaridad y la armonía, dice, constituyen la "ley fundamental" del universo. Toda sociedad se caracteriza por la existencia de un objetivo común y representa un "todo armónico".

17. Lorenzo Stein (1815-1890)

Stein, profesor alemán, fue defensor de la idea de un Estado que está por encima de la sociedad y lo considera como un ente destinado a armonizar y servir de árbitro en todas las luchas sociales, en todos los conflictos y contradicciones sociales.

  1. En su concepción de la sociedad le atribuye un "valor universal" a la sociedad civil en la que impera la propiedad privada. Presenta las relaciones capitalistas como eternas, inmutables e inherentes a todos los tiempos y a todos los sistemas de vida de los pueblos. Reconoce la existencia de las clases sociales y la lucha de clases, reputando superiores a los propietarios e inferiores, a los obreros o proletarios. Por esta razón los propietarios, como superiores, tienen el poder político en sus manos y mandan a los obreros.
  2. Presenta al Estado como factor que organiza la sociedad civil; y éste no cumple su misión si sirve sólo a una de las clases. El Estado, dice, es una organización que está por encima de las clases y está llamado a armonizar los intereses de éstas y fundamentar la "paz social".
  3. Está contra la monarquía absoluta. Elogia la monarquía constitucional porque está limitada y sometida al Derecho: es la encarnación de la verdadera esencia de la soberanía "sobre clasista"; la que está por encima de todos los intereses particulares; previene contra la opresión de una clase por otra; concibe que realizar los intereses comunes conducen la vida entera del pueblo hacia una "unidad armónica".

II. Doctrina actual del Estado Moderno

Desde el punto de vista de la Teoría General del Estado, éste, como formación política consta, esencialmente, de tres elementos, a saber: la población, el territorio y la potestad, o sea, el poder político.

1. Población

La población es un conjunto de hombres, numéricamente estable, políticamente organizados o sea social y jurídicamente diferenciados de otros grupos estatales. De esta manera, el Estado es una comunidad humana, una colectividad social que se sobrepone a otras colectividades de interés privado o de interés público local dentro del ámbito de su dominio jerárquico.

La población constituye la nación, y ésta se define como el conjunto de hombres y de poblaciones (pueblos) que forman un Estado y que son la sustancia humana del Estado. En este sentido jurídico exacto, la palabra nación designa la masa organizada de los nacionales constituidos en la unidad indivisible del Estado. En este sentido jurídico, la nación no es solamente un elemento del Estado, sino que es, por excelencia, el elemento constitutivo del mismo Estado puesto que se identifica con él.

2. Territorio

El segundo elemento del Estado es el territorio, el cual es la base material del asentamiento de la población y para la convivencia comunitaria. En el territorio la nación realiza su coexistencia, su unidad permanente.

Este territorio debe ser independiente, es decir, un suelo en el cual elgrupo que lo posee como dueño y lo habita debe imponer su propia potestad y a la vez, rechazar toda otra potestad ajena al grupo nacional. Dentro del territorio la potestad del Estado se extiende y se aplica tanto a los nacionales como a los extranjeros.

La relación jurídica que existe entre el Estado y el territorio no es de propiedad, sino de imperio, de soberanía territorial, es decir, una potestad de dominación estatal. El territorio del Estado es un elemento constitutivo de éste y no constituye su patrimonio: es, en consecuencia, parte de su ser y no de su hacer.

El territorio comprende el suelo, el subsuelo, el espacio aéreo, el mar territorial y el zócalo continental correspondiente.

3. Potestad soberana

El tercer elemento constitutivo del Estado es la potestad soberana.

Es la potestad pública que ejerce autoritariamente sobre todos los individuos que forman parte de la colectividad nacional, su voluntad soberana. Esta potestad soberana debe su existencia a una determinada organización de la comunidad nacional. Esta organización da por resultado las siguientes determinaciones: en primer término la realización de la unidad nacional cuyo fin esencial es la creación de una voluntad nacional única capaz de realizar las gestiones y acciones necesarias para salvaguardar los intereses generales; en segundo lugar,la organización de un poder coercitivo que permita a esa voluntad nacional unificadda imponerse con fuerza irresistible a los individuos que se le opongan, o dicho de manera más integral, a los individuos que forman la nación incluyendo nacionales y extranjeros. Esta potestad, voluntad soberana de dirección y dominio se ejerce en dos sentidos: por una parte, se relaciona con la comunidad aglutinándola en un solo bloque nacional; por otra parte, determina la formulación de preceptos imperativos y obligatorios, y a la vez obliga a los individuos al cumplimiento de estos preceptos.

En contraposición con esta doctrina, algunos autores afirman que el verdadero elemento constitutivo del Estado, en lo que atañe a su "potestad pública", emana de los Organos que la poseen y la ejercen de hecho y que de ninguna manera nace de ella misma ni de la organización de la comunidad. Sin estos Organos, dicen estos juristas, la potestad estatal no tendría realidad efectiva. Seidler es uno de los principales sostenedores de esta posición. Sin embargo, hace estas observaciones que lo contrarían: por una parte sostiene que el pueblo y el territorio son elementos de determinación del Estado en cuanto a su "identidad material"; y por otra, los organos sólo determinan su "forma gubernamental", de tal modo que los Organos pueden variar y hasta cambiar completamente sin que la identidad del Estado se vea por esta circunstancia modificada en lo mínimo.

Por ello se ha objetado que la existencia del Estado es independiente de la existencia de tales Organos, los cuales pueden ser distintos en un momento determinado. Sin duda alguna la "potestad estatal" no es más que una consecuencia de la organización dada a la comunidad nacional; y, en consecuencia, los Organos del Estado son reciprendarios de esa potestad. Pero mientras que la existencia de los Organos es pasajera y eventual, la potestad estatal es permanente, no cambia, es fija como la voluntad nacional que la sustenta. Por esta razón, la mayoría de los autores sostiene que la "potestad estatal" es un elemento constitutivo del Estado, considerando que los Organos sólo son formas de organización indispensables o necesarias para darle movilidad a dicha potestad.

4. Concepto de Estado moderno

Partiendo de lo expuesto y tomando en cuenta los hechos que constituyen los "Estados", el concepto de Estado puede definirse de la siguiente manera: "Estado es una comunidad de hombres fijados sobre un territorio propio y que posee una organización de la que resulta para el grupo, considerado en sus relaciones con sus miembros, una potestad superior de acción, de mando y de coacción". El tratadista mexicano Adolfo Posada lo define así: "El Estado es una organización social constituída en un territorio propio, con fuerza para mantenerse en él e imponer dentro de él un poder supremo de ordenación e imperio, poder ejercido por aquél elemento social que en cada momento asume la mayor fuerza política". El tratadista francés Henry Capitant dice: "El Estado es un grupo de individuos establecidos sobre un territorio determinado y sujeto a la autoridad de un mismo gobierno". Finalmente, el tratadista argentino Rafael Bielsa en su obra "Derecho Constitucional" se expresa así: "El

Estado puede concebirse, en general, en dos sentidos, en razón de sus elementos constitutivos, a saber:

  1. En sentido material; como el pueblo que constituye una unidad jurídica dentro de un territorio determinado, unidad organizada bajo el imperio de la ley, con el objeto de realizar fines públicos de orden jurídico y social;
  2. En sentido formal, considerado como organización jurídica de la sociedad, es decir, como el conjunto de instituciones jurídicas dentro de un ordenamiento político y administrativo, con un sistema jerárquico de normas y de Organos".

Lo expuesto nos proporciona los elementos indispensables para elaborar un concepto "material" del Estado, el cual resulta completamente de acuerdo con la realidad. Pero el jurista no se conforma con el reflejo de los hechos y necesita hacer una abstracción general de las "relaciones de derecho" o "consecuencias jurídicas" que se derivan de esa realidad, de esos hechos. Desde este punto de vista jurídico, las definiciones apuntadas resultan limitadas; y esta limitación resulta de la circumstancia de que solamente indican los elementos que constituyen el Estado y no determinan lo que es el Estado "en sí", su "esencia", su "ser", lo que contribuye a que "el Estado sea lo que es".

Desde el punto de vista jurídico, la esencia propia del Estado se configura por dos elementos espirituales o ideales que lo hacen permanecer siempre tal cual es: a) la unidad de la comunidad; y b) la

potestad estatal.

La "unidad estatal" se constata en el hecho de que, a pesar de la multiplicidad o pluralidad de sus miembros, lo mismo que de los cambios que experimentan estos en el devenir del tiempo, esa unidad se encuentra retrotraída a la voluntad original de su formación y a la voluntad constante de su permanencia. De esta "unidad estatal" o "unidad nacional" surge la imangen de la "personalidad del Estado", el Estado como "persona jurídica".

La "potestad estatal" perfila definitivamente y de modo pleno el concepto de Estado. Porque dentro del Estado existen, además de él, otras unidades corporativas, otras formaciones corporativas de derecho público o sociedades de derecho privado que constituyen también personas jurídicas o morales, tales como los municipios o municipalidades, las fundaciones y las sociedades anónimas, entre otras, las cuales tienen, a su vez, su organización, su unidad y su derecho que les da la capacidad para ser sujetos de obligaciones y facultades.

Entonces, lo que distingue al Estado de todas estas otras personas, es la capacidad de que está dotado para imponerse sobre todos los individuos que componen la población estatal. Esta capacidad de imponerse es la potestad estatal que sólo él puede ternerla. A esta potestad se llama en la terminología jurídica "soberanía".

De lo expuesto en las definiciones que citamos: "En sentido formal el Estado se considera como una organización jurídica de la sociedad, es decir, como el conjunto de instituciones jurídicas dentro de un ordenamiento político y administrativo, con un sistema jerárquico de normas y de Organos; y en sentido material el Estado es un conjunto de individuos asentados en un territorio unificado por la voluntad de realizar un destino común".

Jan Dabin, filósofo y jurista belga, dice: El Estado es una agrupación política por excelencia. "El Estado es el ente de derecho en el cual se resume abstractamente la colectividad nacional". "El Estado es la personificación de la nación". "El Estado es la persona política organizada de la nación".

La doctrina alemana concibe la personalidad jurídica del Estado como un ser jurídico enteramente distinto no solamente de los individuos "uti singuli" que componen la nación, sino aún del cuerpo entero nacional de los ciudadanos.

El Estado, de cuya naturaleza material hemos hablado al referirnos a los tres elementos que lo constituyen: y de cuya esencia hemos expuesto los fundamentos que la configuran al destacar su personalidad jurídica y su potestad o soberanía, tiene su "causa final" o teleológica cuando se encamina a realizar determinados propósitos, esos propósitos o finalidades son, para unos "el bien común", en general, y para otros, la justicia (dar a cada quien lo que le pertenece en derecho) , la seguridad, el orden, la paz, en definitiva, el bienestar y la felicidad.

Para realizar estos fines el Estado moderno se organiza en tres poderes, según la doctrina moderna que proviene del Estado francés originado en la revolución francesa de 1789. Esos tres poderes son el Poder Legislativo cuya función es la de elaborar las leyes o normas generales que regirán los destinos de la nación y del Estado; el Poder Ejecutivo que se encargara de darle cumpliento a las leyes por medio de la gestión administrativa contando con facultades para desarrollar dichas leyes por medio de la función reglamentaria; y el Poder Judicial que tiene la facultad o función jurisdiccional o sea la facultad de administrar justicia de conformidad a las leyes.

Todo lo expresado se refiere a un concepto del Estado Moderno, el cual dentro del sistema capitalista se halla materializado en la forma dicha, tanto en los regímenes monárquicos constitucionales como en los regímenes republicanos. Sobre otras formas de Estado en la época contemporánea hablaremos en las páginas siguientes.

CAPITULO VII

EL ESTADO RACISTA

I. Teóricos del Estado Racista

1. Antecedentes

Algunos autores sostiene que la ideología racista se remonta hasta los más lejanos tiempos de la antiguedad, poniendo, por lo menos, como punto de arranque la conquista y colonización de los pueblos de la India realizada por los arios, que en lenguaje sáncrito significa "noble". Los arios, de origen caucásico, procedían del norte y basados en sus tradiciones lo mismo que en la belleza y fortaleza de su raza implantaron en la tierra conquistada un régimen de castas que perduraría desde unos 1,200 a unos A.C., más o menos, hasta principios del siglo XX de nuestra era.

Tambien apoyan su opinión en la conducta del pueblo judío a través de su azarosa historia en la que se aprecia la idea de que considerándosel "pueblo escogido del Dios único" para erigirse en "dueños y señores del mundo", siempre han rehusado mezclarse con otros pueblos o razas, manteniendo, además de la pureza de su sangre, sus tradiciones religiosas y civiles, a pesar de todas sus vicisitudes.

Pero la idea del Estado Racista y nacionalista adquiere en el mundo moderno y contemporáneo una clara orientación no sólo de supremacía racial sino también de una decisiva orientación política encaminada a la dominación imperialista de los llamados pueblos inferiores.

La teoria del Estado racista se fundamenta en la concepción de las diferencias biológicas y psíquicas de las diversas especias de la raza

humana, lo cual da la base para la construcción de una comunidad "nacional" o sea, de un Estado Nacional, exclusivo y propio de la raza; formado o constituido sólo por elementos de la raza dominante. En este sentido se dan históricamente clases de "tendencias ideológicas del Estado racista" claramente definidas en sus proyecciones históricas. Estas dos concepciones ideológicas del racismo estatal las denominamos nosotros de la siguiente forma: a) El Estado racista puro; y b) El Estado racista mesiánico. Ambos sustentan el principio de la supremacía racial y el propósito de la dominación de los demás pueblos de la tierra. El segundo, además sustenta la idea de esta predestinado por naturaleza y por Dios para cumplir el designio de la dominación mundial.

Ejemplo del Estado racista puro los tenemos en el régimen de casta de la India y en el régimen surafricano del "Apartheid"; y del Estado racista mesiánico en el Estado hebreo antiguo, en el Estado sionista moderno y en el Estado del Tercer Reich Hitleriano. Hablaremos, en síntesis del Estado del Apartheid y del Estado Nazi.

2. Spencer

Otros de los fundamentos de la teoría racista están considerados en las doctrinas de la biología cuyas consquistas en el siglo pasado dieron gran impulso al conocimiento científico del hombre en cuanto ser natural. Entre esas doctrinas es bastante divulgada la de la herencia que tiende a demostrar la imposibilidad de la evolución de la especie humana y la ineluctable ley de la desigualdad de los hombres, y, por ende, de la desigualdad social. Pero así mismo, utilizan la doctrina de Darwin sobre la lucha por la existencia para demostrar que en esta lucha predomina el más fuerte biológicamente, como el capaz para resistir y para imponer ante los otros, de modo que también, en esta forma quedan justificadas las guerras de conquista y de agresión en contra de los pueblos que están destinados a vivir ineluctablemente sometidos a los conquistadores. A esta aplicación de las doctrinas de Darwin se le da el nombre de "Darwinismo social".

Es también utilizada la teoría organicista del sociólogo filósofo inglés Herber Spencer, quien concebía a la humanidad "como un organismo viviente". En este sentido se hace hincapié en concebir el Estado como una especie de organismo gigante, al cual se le aplican todas las leyes propias de un organismo viviente; y todo para justificar una política exterior de agresión, conquista y colonización. Las doctrinas de Spencer han sido aceptadas y desarrolladas por el biólogo sueco Keller en una obra titulada "El Estado como vida".

3. Malthus y su influencia

Otra corriente utilizada por los racistas es la doctrina de Malthus quien expuso hace unos ciento cincuenta años que existe una ley biológica, natural, que consiste en que la población tiende a crecer o desarrollarse más rapidamente, en progresión geométrica, que la elaboración de alimentos, cuyo desarrollo es más lento, en progresión aritmética, de modo que las crisis sociales, la falta de alimentos para las masas trabajadoras, no obedece a una ley social sino a una ley natural y biológica, a la cual no puede controlar ningún régimen político social. Malthus agregaba que debía de limitarse las uniones matrimoniales para limitar los nacimentos y que las epidemias y las guerras eran beneficiosas para la humanidad. Sobre las teorías de este autor, los racistas sostienen la necesidad de guerra de exterminio de la población inferior, de los pueblos atrasados. Así lo expone el escritor norteamericano William Vogot, en su libro "El Camino de la Esclavitud" en donde sostiene que existe lo que el llama "ley de la fertilidad consumida de la tierra", la cual exige que los excedentes de la población humana, vuelvan al seno de la tierra para devolverle a ella su perdida vitalidad o fertilidad. Para este fin recomienda el exterminio de las poblaciones de la Unión Soviética, la de China y la del Japón, y como consecuencia, la ocupación de los territorios por los imperialistas norteamericanos (Vogot proclama sin ambages el desencadenamiento de una guerra mundial en la que se empleen los medios de exterminio masivo y es indudable que este exterminio va encaminado a diezmar o a destruir completamente a los pueblos de las razas inferiores).

4. Gobinneau

El aristócrata francés conde José Arturo de Gobinneau (1816-1882), es uno de los primeros expositores de las teorías sobre el Estado nacionalista y racista, en el transcurso del siglo XIX. Ya hemos visto las teorías filosóficas de Fichte y de Hegel sobre el Estado nacionalista, que fueron expuestas por ellos a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, las cuales, juntamente con la teoría sobre "el espíritu del pueblo" que preconiza la Escuela Histórica del Derecho sentaron las bases ideológicas del Estado nacionalista y racista de la monarquía feudal prusiana. El conde de Gobinneau es autor de varios libros y ensayos, destacándose en su producción la obra titulada "Experiencia sobre la desigualdad de las razas", en cuatro tomos, en la que trata de explicar que la marcha de toda la historia humana obedece a las peculiaridades de las razas y de los pueblos. Factor importante en esta distinción es el concepto de "pureza" de las razas y de "mezcla" de las razas, comprendiendo en su conjunto a estos dos conceptos bajo el nombre de "química de razas".

Para Gobinneau existió en los tiempos primitivos una raza humana única que él denomina "Adánica", desconocida hasta hoy por todos los estudiosos de la Antropología. Según nuestro entender el nombre lo ha tomado de Adán, el primer hombre existente en la tierra, según el Génesis (primer libro de la Biblia, escrito por Moisés) por lo que pensamos que este autor elaboró sobre esta base su famosa tesis. Esa supuesta raza humana única, sin divisiones como las que posteriormente surgieron era totalmente "pura". Según este autor, más tarde aparecieron las razas amarilla y negra con las que se formó un conjunto de tres razas humanas principales, cuya mezcla ha dado origen a las anteriores divisiones de la humanidad.

Gobinneau sostiene que la pureza de la raza influye de manera decisiva en las cualidades físicas y psíquicas de las razas y de los pueblos; cuanto más pura es la sangre de una raza ésta es más perfecta; cuando es pura, los miembros de una raza tienen un mismo modo de pensar y de actuar, sus costumbres y tradiciones son constantes, sus instituciones son inmutables.

Atribuye este autor a la "mezcla de razas" los cambios en la historia, las revoluciones, el desarrollo social. Dice que la democracia es un producto degenerado de esa mezcla y deplora su acrecentamiento indeclinable en la Europa de su tiempo. "La falta de homogeneidad de la sangre, escribe, crea discrepancias en las concepciones; a consecuencia de la mezcla de razas, se produce la degeneración, la confución, elestancamiento morboso". "Se manifiesta, afirma, el espíritu de frivolidad, el mezquino carácter voluble".

Clasifica basado en su juicio personal, a unos pueblos como "puros" y otros como "impuros" o "mezclados". Señala a la raza blanca como la más pura, la cual se distingue entre todos, por su belleza, inteligencia, valor, sentido del honor y conciencia de los grandes valores ideales de la vida. Sostiene que el sitio más importante de la tierra es el lugar ocupado por los hombres blancos. Dice que los Esclavos constituyen los grupos humanos más seniles, más exhaustos, más degenerados; mientras que los "germanos", a pesar de que no son "arios puros", son en la actualidad los mejores representantes de la raza blanca superior.

5. Gumplowicz

El jurisconsulto y sociólogo polaco, natural de Cracovia, Ludwik Gumplowicz (1838-1909) , sustentaba ideas racistas en cuanto a la concepción del Estado, del derecho y de la historia. Su teoría trata de

presentar los más importantes fenómenos de la vida social, (como el aparecimiento de las clases sociales, de la propiedad privada, del Estado, del derecho, etc.) como una consecuencia de la lucha entre tribus de diferentes razas, como resultado de la conquista de los pueblos más fuertes sobre los más débiles, o sea de la dominación de los racialmente superiores sobre los racialmente inferiores.

Siguiendo al alemán Rodolfo Von Ihering, sostiene que el Estado es una organización basada en la fuerza y que su papel, su más importante función, está encaminada a aplastar las pretensiones de las clases dominadas y a la dominación de las razas inferiores. En su libro "La lucha de las razas" sostiene que el motor de la historia son las relaciones entre las razas, que dichas relaciones son las que dirigen y aceleran todo el progreso de la historia humana y forman el movimiento eterno de la evolución de la humanidad; que todas las contradicciones sociales son el resultado de las luchas entre tribus y razas antagónicas; que la lucha por la dominación social, es el factor más importante de la evolución social; que la violencia, la conquista, es el factor primario en el desarrollo de la historia; que el crecimiento de la población obliga a los pueblos a luchar por el ensanchamiento de las fronteras de sus respectivos estados; que el sometimiento de unos contribuye al establecimiento de los superiores y a la formación de determinadas clases sociales y del Estado. En su obra "Teoría del

Estado" dice que los vencedores forman la clase gobernante y que los vencidos la clase sojuzgada; que también el Estado surge como consecuencia de la violencia y de la conquista; y que la esencia del Estado consiste en ser "una organización de dominación surgida de modo natural y predestinada para la salvaguardia de un determinado orden legal".

Esta teoría del surgimiento del Estado y de las clases como resultado de la violencia y de la conquista, fue apoyada por el sociólogo, filósofo y jurista austriaco Carlos Kausiky, después de haber renegado del marxismo.

6. Nietszche

Federico Guillermo Nietszche (1845-1900), es otro de los autores partidarios de las teorías racistas que tanta divulgación han tenido en las últimas décadas del siglo pasado y en todo lo que va del presente. Nietszche es autor de muchas obras en donde da curso a sus ideas, siendo todas notables y de las cuales citaremos las siguientes: "Humano, demasiado humano", "Más allá del bien y del mal", "Así hablaba Zaratustra", "El origen de la moral", etc.

Nietszche cree en una raza de superhombres y en una de esclavos; considera que existe una aristrocracia de hombres selectos y que esa casta son los alemanes; que la casta de hombes superiores está destinada a mandar y tiene voluntad de poder. Ataca a la democracia y desdeña al pueblo a quien llama despectivamente populacho, horda, raza de esclavos.

La moral cristiana la denomina "moral de esclavos"… Dice que la ley superior de la vida es la desigualdad de los hombres; y con base en dicho concepto formula su teoría del "superhombre" ensalzando desde el punto de vista del "darwinismo social" al "animal de piel blanca" que sin duda alguna es una referencia directa al supuesto ario alemán de "raza pura". También considera a los japoneses como hombres de raza superior. Al igual que todos los racistas alaba la guerra considerándola como un medio de depuración de la humanidad.

7. Chamberlain

Houston Stewart Chamberlain, aristócrata inglés (1855-1927), ha sido también otro importante partidario de la doctrina racista y ferviente propagador de sus principios. Fue tanta la admiración que tuvo por el pueblo alemán que optó por esta nacionalidad y sus obras las escribió en idioma alemán. Entre otras puede citarse "Los Fundamentos del Siglo XIX" en la que habla de la superioridad racial de los "teutones" del "genio organizador y regenerador del pueblo teutón" y de la fuerza dominante del nacionalista alemán. Chamberlain se refiere a una pretendida "raza nórdica" y distingue al grupo que él denomina "nórdico teutón", rechazando el término "ario" por considerarlo aconvencional. La raza nórdica-teutónica ha regenerado, salvado y rejuvenecido a la civilización occidental y está llamada a crear un nuevo mundo con un nuevo orden social. Predica un desprecio aristocrático contra las razas inferiores que forman los pueblos atrasados. Entre los pueblos o razas que más ataca como inferiores es al pueblo judío y en general a todos los grupos humanos de origen semita.

II. El Estado del Apartheid

1. Orígenes de la Unión Sudafricana y del Apartheid

La palabra "Apartheid" es un término inglés generalizado en el lenguaje político, cuyo significado es apartar, separar… En la práctica constituye un régimen de excepción practicado en Rodhessia (ahora Zimbawe, libre de ese régimen) y en la UNION SUDAFRICANA formada por las provincias (anteriormente repúblicas) de El Cabo, Orange,Transvaal y Natal, en donde el poder político está concentrado y detentado desde hace decenas de años por minorías blancas que discriminan de una manera radical a los extranjeros y segregan sin consideración alguna a las grandes mayorías de las poblaciones de color de diferentes troncos étnicos (negros, chinos, indúes, árabes, etc. ).

La Unión Sudafricana es una República que forma parte de la comunidad británica y su proceso de formación constituye una de las etapas más dramáticas de la dominación inglesa en el continente negro. En el siglo XVII, en el año 1650 comenzaron a establecerce en las costas sureñas de lo que ahora es el territorio de El Cabo cientos de campesinos holandeses llamados "Bóers", quienes quedaron definitivamente instalados en diversos sectores en el año 1652. Fundaron allí prósperas colonias que en poco tiempo adquirieron fama por su laboriosidad y por el notable desarrollo de las explotaciones agrícolas y ganaderas, al punto que atrajeron la atención, la envidia y la avaricia de los británicos que en ese entonces iniciaron la formación de su vasto imperio colonial. En 1697 comenzaron los ingleses a hostilizar a los bóers pero estos se defendieron con tenacidad y efectividad, logrando consolidarse en las tierras adquiridas y fundaron repúblicas independientes que Inglaterra se vió obligada a reconocer.

Sin embargo, atraídos por la riqueza de los territorios, muchos extranjeros (entre ellos muchos ingleses), en el siglo XVIII se fueron estableciendo en la parte sur del continente y alquilaban sus servicios a las diversas explotaciones; pero no obstante su asentamiento en el lugar, siempre fueron considerados por los bóers como extranjeros y nunca obtuvieron ellos ni sus descendientes los derechos de ciudadanía ni derechos civiles ni políticos. Este es el origen del régimen político del "Apartheid".

Los ingleses organizados comenzaron de nuevo a presionar a los bóers obligándolos a internarse en el suelo africano. Así fue como éstos fundaron las repúblicas del Transvaal, Orange y Natal.

En 1815 el Congreso de Viena concedió a Inglaterra su potestad sobre el territorio de El Cabo.

En 1849 Gran Bretaña se anexó a Natal y parte de Zutulandia y luego invadió y se posesionó de los territorios de Orange y Transvaal. Los bóers, celosos de su independencia sostuvieron nuevamente una tenaz resitencia obligando otra vez a Inglaterra a que les reconociera su status republicano. En 1877 una misión británica capitaneada por un coronel se apoderó de Pretoria, capital de la república de Transvaal y declaró que Transvaal y Orange quedaban anexados al dominio de la Gran Bretaña; pero nuevamente, los bóers en una lucha de más o menos cuatro años hasta 1881 volvieron a quedar independientes. En 1899 vuelve Inglaterra a querer establecer su poderío en el Transvaal y Orange iniciándose así el período que es conocido por "Guerra anglo-bóers", el cual terminó con la dominación de éstos, estableciéndose en 1906 su anexión a la colonia de El Cabo y posteriormente, en 1910, la creación de la República denominada Unión Sudafricana, con una Constitución análoga a la de Canadá y formada por los territorios de El Cabo, Orange, Natal y Transvaal. Finalmente por el Estatuto de Westminter, sancionado en 1931, la Unión adquirió su pleno status de dominio de la comunidad Británica; pero ya desde 1920 había recibido de la Sociedad de las Naciones como protectorado los territorios de Africa Occidental que hasta el total desarrollo de la primera guerra mundial habían sido dominio colonial del Imperio Alemán.

Pues bien, en esos territorios de 1,300,000 kilómetros cuadrados, habitados por una población de más o menos 24,000,000 de personas en donde hay una minoría blanca de aproximadamente tres millones de personas, el poder político es ejercido unicamente por la minoría blanca en su mayoría ingleses y holandeses. Estos practican la política del "Apartheid", del racismo y del colonialismo.

2. Características del Apartheid

El "Apartheid" consiste en un régimen en el cual la población de color

carece de derechos de toda clase: civiles y políticos. Solo los blancos

tienen todas las ventajas y privilegios resultantes de la administración autónoma otorgada a estas colonias del dominio inglés.

He aquí las características esenciales del "Apartheid":

  1. Es racista, o sea que discrimina las razas, creen en la superioridad racial de la raza blanca sobre las demás estructuras étnicas y en consecuencia, desprecia, persigue y explota a las razas inferiores (de color) a quienes no concede ninguna clase de derechos.
  2. Consecuentemente con esta política discriminativa de las razas, en el régimen del "Apartheid" las razas de color no tienen derechos civiles en lo relativo a la propiedad y a lo contractual; lo mismo que no tienen ninguna clase de derechos políticos.
  3. Precisamente, en lo que se refiere a derechos políticos, los individuos de color no tienen derecho a elegir a representantes en el Gobierno, pero si están obligados a elegir a representantes blancos.

El racismo y el "Apartheid" ha sido y es practicado aún en otras partes del mundo, aún en nuestra América y en nuestros días. En tiempos de Mussolini y de Hitler tuvieron una de sus formas más fieras de expresión.

Los ideólogos del racismo y del Apartheid, en diferentes países de la tierra, presentan al proceso histórico de la humanidad, como resultado de la lucha de razas, de la lucha entre pueblos, considerando la guerra entre naciones como el factor más importante en el desarrollo social, económico y político de la humanidad. Estos teóricos del racismo y el Apartheid proclaman la desigualdad psíquica de los hombres, poniendo a la raza blanca como la única capaz de lograr un desarrollo superior debido a una conformación biológica diferente de los demás individuos "de color". Esta es la base ideológica con que alegan la desigualdad social de los pueblos y el sometimiento colonial de las naciones.

En la conferencia mundial contra el racismo, el apartheid y el colonialismo, celebrada del 20 al 26 de agosto de 1978 en Ginebra, Suiza, por las Naciones Unidas se llegó a la siguiente conclusión: El racismo y el régimen del apartheid son teorías cientificamente falsas, moralmente inhumanas, sociológicamente injustas e históricamente caducas…

III. El Estado Nazi

1. Doctrina básica del Estado nazi

La doctrina del Estado racista puro del Tercer Reich alemán se encuentra profundamente detallada en la obra "Mein Kamp" (Mi Lucha) del político austro-alemán Adolfo Hitler, quien fue, precisamente jefe del Partido Nacional Socialista Alemán y jefe del Tercer Reich desde 1933 a 1945.

"Un decreto bien hecho del destino me hizo nacer en Braumau, sobre el Rhin. Esa pequeña ciudad se encuentra en la frontera de esos dos Estados alemanes cuya reunión nos parecía, a nosotros, obra de la joven generación, que era la obra que deberíamos realizar por todos los medios posibles. La Austria alemana debería volver a la gran madre patria alemana… LOS HOMBRES DE UNA MISMA SANGRE DEBEN PERTENECER A LA MISMO REICH. Por eso la pequeña ciudad fronteriza de Braumau, se me mostraba como el simbolo de UNA GRAN MISION"…

Así comienza la obra de Hitler, que escribió en la prisión de Landsberg del Lech, en Baviera, cuando cumplía una condena de cinco años por el fracasado golpe de Estado en Munich el 9 de noviembre de 1923.

Hitler cree que la misión de toda su vida estaba ya escrita o determinada en el lugar mismo donde nació: Y ESTA MISION era la de hacer triunfar contra todas las leyes falsas y artificiales UNA LEY NATURAL Y SAGRADA: La ley de la COMUNIDAD DE SANGRE.

Hitler se dice "elegido del Cielo para proclamar la voluntad racista del

Creador".

Hitler arremete contra todos los altos valores conquistados por la civilización: "La nación -dice- es una invención de las clases capitalistas; la patria, instrumento de la burguesía para la explotación

de la clase obrera; la autoridad destinada a producir un material humano de esclavos, y también de guardianes; la religión, medio de debilitar al pueblo para mejor explotarlo a continuación; la moral, principio de estúpida paciencia para uso de borregos"…

"En política -piensa Hitler- triunfa sólo el que es brutal e intolerante; la masa tiene horror a los débiles y a los tibios; la masa se somete a las fuertes, al hombre entero, fanático, que infunde miedo y terror".

"El terror en el trabajo, en la fábrica, en los lugares de reunión y con ocasión de los mítines tendrá pleno éxito mientras un terror igual no le obstruya el camino (…) Si a la socialdemocracia se opone una doctrina mejor fundada, ésta vencerá, aunque la lucha sea dura, a condicion, sin embargo, de que actue con la misma brutalidad".

Hitler cree que la socialdemocracia, que el marxismo, es una invención interesanda de los judíos y que la jefatura de tal movimento está en manos judías con propósitos inicuos… Por eso, además de predicar la constitución de un Estado racista alemán, proclama la destrucción del judícomo la destrucción del movimiento del proletariado mundial. Todo el mal viene del marxismo, pensaba Hitler, doctrina de un judío, forjada para establecer el dominio de los judíos sobre todos los pueblos: con este designio, el marxismo rechaza el principio aristocrático, único, conforme a la naturaleza de la dominación de la raza más fuerte y de los fuertes; con ese designio nefasto oponía el mayor número, el peso inerte de la masa, al derecho eterno de la superioridad de los fuertes; con ese designio fatal negaba la personalidad humana, y, sobre todo, reafirmaba la importancia de la superioridad de los fuertes por la sangre, por la raza, por la supremacía étnica; con ese designio ocultaba al hombre la condición primera de su existencia y de su civilización. Marxismo y judaísmo: he aquí la doble amenaza que se cierne para acabar con la existencia del pueblo alemán.

Otro problema fundamental que acomete la teoría del Estado racista alemán de Hitler, es el del "Parlamentarismo", o sea, uno de los fundamentos del Estado moderno. Hitler siente repulsión ante el funcionamiento del Reichstat en Viena: es un espectáculo lamentable y risible, gente en masa que se interpela hablando alemán unos y una lengua eslava o dialecto otros, es decir, mezcla de razas, o sea, nacionalidades distintas, por otra parte, se habla de "Democracia" parlamentaria, lo cual, en sí, es radicalmente pernicioso: tiene primacía la decisión de la mayoría sobre el concepto de la responsabilidad del líder, va contra el espíritu aristocrático de la naturaleza; la democracia prepara el terreno el triunfo del marxismo; es un absurdo pensar que el genio pudiese ser el fruto del sufragio universal. Todo lo extraordinario que se ha realizado desde que el mundo es mundo, es producto de acciones individuales.

2. Concepciones y políticas principales

El Estado Nacional Socialista del Tercer Reich alemán es una concepción del mundo que puede reducirse a dos conceptos fundamentales: nacionalista racista y cuestión social obrera sin lucha de clases.

En cuando a política interior, el Estado Nacional Socialista, se proponía:

  1. La regeneración racial. Esto implica a la distinción tajante entre alemanes y no alemanes. El hombre de sangre alemana es el único que puede ostentar la ciudadanía alemana, el único que puede ejercer las funciones públicas del Estado; y los no alemanes son aquellos que tiene sangre distinta del teutón o germano, entre ellos judíos, los eslavos, etc. Ellos no son ciudadanos en Alemania y pueden ser sometidos a la expulsión eventual;
  2. Protección de la madre y del niño alemán;
  3. Obligatoriedad a la educación física y deportiva;
  4. Educación orientada con sentido práctico y con la idea de inculcar el concepto de un Estado racista, nacionalista y dominador o conquistador;
  5. Lucha contra el parlamentarismo, contra el judaísmo, el materialismo, contra la mentira política voluntaria en la prensa; sustitución de la prensa judía por una prensa genuinamente alemana;
  6. Sustitución del derecho romano universal y materialista por un derecho común alemán;
  7. Proclamación de la necesidad de una vigorosa centralización del Reich;
  8. Libertad de todo culto religoso en el Estado, bajo las condiciones de suprimirlos en el caso de que ponga en peligro la existencia del Estado y de que no convenga su existencia por contravenir los sentimientos de decencia y de moralidad de la raza germánica.

En materia de derecho internacional, el Estado Nacional Socialista se pronuncia en este sentido:

  1. Reunión en una sola patria de todos los alemanes regados por todo el mundo, en diferentes Estados, es decir, ostentando diversas nacionalidades (Austria, Polonia, Hungría, etc.). Así se forjaría la Gran Alemania, sobre la base del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos;
  2. Igualdad de derechos para la nación alemana en relación con las demás naciones;
  3. Supresión del Tratado de Versalles;
  4. Restitución de las colonias alemanas a la nación alemana para darle cabida a los excedentes de población por la vía de la colonización (Lorena en Francia, los Sudetes en Checoslovaquia y Africa Sudoccidental).

En el plano social, afirma el Estado Nacional Socialista ser socialista y en lo económico, ser anticapitalista y se propone los siguientes objetivos:

  1. Creación y protección de una pujante clase media sana, en oposición al marxismo que plantea la abolición de las clases como una ley del determinismo histórico;
  2. Aniquilamiento o destrucción de las grandes fábricas y empresas y medidas de protección para las empresas pequeñas y los artesanos;
  3. Reforma agraria que comprende la apropiación gratuita del suelo en interés general y la prohibición de toda especulación inmobiliaria;
  4. Supresión de todas las rentas adquiridas sin trabajo, la abolición de la esclavitud de los tantos por cientos y de todos los intereses y la estatización de los trust.

De acuerdo a Feder, economista oficial del Tercer Reich, el Estado Nacional Socialista distinguí a tres clases de capital: el capital financiero prestamista; el capital acaparador judío; y el capital bienhechor y creador, puramente alemán o ario.

CAPITULO VIII

EL ESTADO FACISTA

1. Elementos teóricos del Estado Facista

La teoría del Estado Fascista está expuesta en la obra titulada "El Fascismo", cuyo autor es Benito Mussolini (1883-1945) quien también fue Jefe del Pardito Fascista de Italia y Jefe del Gobierno Italiano desde 1922 hasta el año de su muerte en 1945. La obra consultada es la que el mismo Mussolini redactara para la Enciclopedia Italiana y cuya edición española fuera prologada por José Antonio Primo de Rivera (hijo del dictador español General Miguel Primo de Rivera) quien fue jefe de la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. La obra está dividida en dos capítulos: en el primero trata Mussolini las "Ideas fundamentales" de la doctrina fascista y en el segundo la "Doctrina Política y Social" del Estado Fascista.

El capítulo primero comprende los siguientes temas:

  1. En el Estado no existe ningún concepto que no sea fundamentalmente un concepto de la vida, un pensamiento vital. La intuición y la filosofía son sistemas de ideas que se traducen o bien en una construcción logicista o en una fé, o sea, que virtualmente se convierten en una concepción del mundo y de la vida.

  2. El fascismo como filosofía: el fascismo es práctica y pensamiento, acción animada por una doctrina y doctrina que ha nacido de un sistema dado de fuerzas históricas, al cual se halla íntimamente ligado y del que toma su impulso interior. Las contigencias de lugar y tiempo determinan en su forma; su contenido ideológico encierra verdades axiomáticas que lo elevan al rango superior del pensamiento humano.

    El hombre del fascismo es el individuo que a la vez es nación y patria. Esto significa la compresión de una ley natural que junta al individuo aislado con su generación en el doble juego de la tradición de las viejas generaciones y con la misión histórica que a cada generación le toca que cumplir.

  3. Concepción espiritualista: Para el fascismo el mundo no es este mundo material en que el hombre es un animal egoísta, dedicado al placer momentaneo y gobernado por la ley natural de las apetencias sensuales, lo que de esta manera vive separado de los otros hombres y guiado sólo por sus instintos biológicos.

    El fascismo concibe la vida como la lucha que toca al hombre conquistar una existencia digna, estando, en primer lugar, la tarea de construir en sí mismo, el instrumento físico (de su cuerpo) y psíquico (moral, intelectual, político) para edificar la vida: es una concepción exacta para los intereses del individuo, de la nación y de la humanidad.

  4. Concepción positiva de la vida como lucha: El fascismo quiere un hombre activo, un hombre consagrado a la acción, con todas sus energías, un hombre viril, fuerte y conciente de las dificultades que se le presenten y con ánimo dispuesto para eliminarlas y superarlas.
  5. Concepción ética: El fascismo aspira a una vida seria, austera, consagrada al trabajo con un espíritu de religiosidad. La vida debe estar entregada por entero a las fuerzas morales y responsables del espíritu. El fascismo repudia y menosprecia la vida cómoda.

    El fascismo es no solo un sistema de gobierno, sino ante todo, un sistema de pensamiento.

  6. Concepción religiosa: El fascismo condiera al hombre, desde el punto de vista místico, en su relación inmanente con una ley superior, con una voluntad suprema y objetiva que trasciende al individuo como tal y eleva a miembros conscientes de una sociedad espiritual.

    Políticamente el fascismo quiere ser doctrina realista y aspira a resolver en la práctica los problemas que se plantean históricamente, por sí mismo y que muestren o sugieran su propia solución.

  7. Concepción histórica y realista: El fascismo concibe al hombre únicamente inmerso en el proceso espiritual del grupo familiar, de la sociedad y de la nación a que pertenece, los cuales verifican su proceso histórico en colaboración con las demás naciones. En este aspecto es de gran valor la tradición en las costumbres, las normas de conducta social, en el idioma, en la religión, etc.. El hombre es un ser nulo fuera del proceso histórico.

    El fascismo es partidario de la libertad en el sentido de que la practique el hombre real y no en el sentido que la predicaba de modo abstracto el liberalismo individualista… La única libertad de que puede hablarse es la libertad del Estado y la del individuo dentro del Estado. Para el fascismo todo está dentro del Estado: nada material ni espiritual están fuera del Estado.

    En este sentido el fascismo es total, totalitario: El Estado fascista es la síntesis y unidad de todos los valores: él intepreta, desarrolla y patentiza toda la vida del pueblo.

  8. Anti individualismo y libertad: El Estado fascista tiene una concepción anti individualista de las relaciones sociales. En ellas el individuo es, en cuanto coincide con el Estado, es decir, que el individuo realiza como una conciencia y una voluntad universales, en su existencia histórica.

    Es contrario al socialismo porque éste paraliza el proceso histórico en la lucha de clases; se opone al sindicalismo clasista. Para resolver los problemas señalados por el socialismo y el sindicalismo clasistas, ofrece la organización del Estado Corporativo en donde los intereses contradictorios se concilian en la unidad económica y moral del Estado.

  9. Antisocialismo y Corporativismo: Para el Estado fascista no hay individuos ni grupos; es decir, el individuo solo, aislado, no cuenta; ni tampoco tienen existencia los partidos políticos, las asociaciones, los sindicatos, los gremios, las clases sociales, fuera del Estado. El Estado es fuente de los grupos en una unidad económica y moral que sirve los intereses generales de la nación.
  10. Democracia y Nación: Para el Estado facista los individuos constituyen las clases según la categoría de los intereses y se indican conforme las diferentes actividades económicas interesadas. Pero ellos constituyen el Estado, el cual no es ni el número ni la suma de los individuos que forman la mayoría de un pueblo. Por eso el fascismo es contrario a la democracia, porque ésta confunde al pueblo con la mayoría y lo equipara a ese nivel. El fascismo concibe el pueblo cualitativamente. Como idea moral, poderosa, coherente, verdadera, que se encarna en el pueblo mismo como conciencia de los pocos, o incluso de uno; como ideal que tiende a realizar en la conciencia y en la voluntad de todos. De todos los que por naturaleza e historia étnicamente constituyen una nación, siguiendo idéntica línea de evolución y de formación espiritual, como una sola conciencia y voluntad.
  11. Concepto de Estado: El fascismo concibe al Estado como voluntad ética universal creadora de la nación y del derecho. El Estado le da al pueblo conciencia de su unidad moral, una personalidad propia, es decir, una verdadera y efectiva existencia.
  12. El Estado ético: La Nación como Estado es una realidad ética que vive y existe en cuanto se desarrolla. El Estado como voluntad ética tiene dos aspectos:
  1. Es autoridad que gobierna y da forma legal y valor de vida espiritual a las voluntades individuales;
  2. Es potencia que valoriza su voluntad al exterior, haciéndola reconocer y respetar, demostrando con los hechos la universalidad de todas las determinaciones necesarias de su desarrollo.
  1. Contenido del Estado: El Estado fascista constituye la más elevada y poderosa personalidad; es una fuerza en la que resumen todas las fuerzas de la vida moral e intelectual del hombre. Es forma y norma interior: una disciplina de toda persona. El Estado penetra en la voluntad y en la inteligencia… Es el alma del alma.

    1. Es legislador y fundador de instituciones;
    2. Es educador promotor de la vida espiritual; y
    3. Quiere rehacer el contenido moral del hombre: el carácter, la fé.
  2. La autoridad: El Estado fascista se desenvuelve en los aspectos siguientes:

Y para realizar esos fines quiere autoridad y disciplina que penetren en los espíritus y dominen rivalidades. Por eso, el símbolo y emblema del fascismo es el "fascio littorio" que representa la unidad, la fuerza y la justicia.

2. Postulados imperialistas del Estado Facista

En el Capítulo II, Mussolini comienza haciendo una síntesis sobre los

orígenes y desarrollo de la doctrina fascista; y luego, en otros parágrafos comenta temas que, en parte, son nuevos y en parte, son

repeticiones o aplicaciones de los ya vistos en el capítulo que hemos

resumido en apretada síntesis. De este capítulo sólo mencionaremos los nombres de los temas, por no ser necesario su desarrollo para los fines de este trabajo. El contenido es el siguiente:

  1. El fascismo es partidario de la guerra y contario al pacifismo. Concibe la vida como lucha y como deber.
  2. La política demográfica del fascismo en relación al prójimo es la de la dominación de éste cuando haya necesidad de la supervivencia del fascista.
  3. El fascismo es contrario al materialismo histórico y a la lucha de clases.
  4. El fascismo es contrario a las ideologías democráticas. La democracia es un absurdo filosófico, social y político.
  5. El fascismo siempre va hacia adelante. Jamás retrocede en el curso de la historia. Su contenido y su forma es una superación de la democracia liberal, cuyo ciclo comenzado en la revolución francesa de 1789 está definitivamente clausurado por el paso de las conquistas sociales.
  6. En relación con el Estado liberal que pone por base al individuo, el Estado fascista opone la unidad total de la nación; y por eso el Estado fascista es una unidad fuerte, poderosa y orgánicamente enlazado con el pueblo en lo político, social, cualtural y económico.
  7. El Estado fascista considera la religión como una de las más grandes manifestaciones del espíritu, y por eso reconoce a la Iglesia católica como un baluarte de la fé y de la espiritualidad.
  8. El Estado tiene una voluntad imperial y exige una disciplina de mando. El no es solo una expresión territorial, militar o mercantil, sino espiritual y moral. El imperio es la tendencia de las naciones a la expansión como una manifestación de vitalidad. Por el contrario, el sometimiento es un signo de decadencia.
  9. Los pueblos que nacen y renacen son imperialistas. Los pueblos que perecen son los que renunciaron al enfrentamiento y a la lucha que la naturaleza impone a todo organismo viviente. El imperio requiere disciplina, coordinación de esfuerzos, deber y sacrificio.

CAPITULO IX

EL ESTADO IMPERIALISTA

1. Concepto inicial de imperialismo

La palabra imperialismo tiene su origen en el vocablo latino "imperium", que quiere decir "dominio, mando, alteza, autoridad".

En la historia política tradicionalemente ha significado: estado gobernado por un emperador; estados sometidos a una soberanía común; y, por extensión, Estado de gran potencia, aún cuando el mandato no sea ejercido por un emperador. Estas definiciones, aunque adecuadas etimológicamente para expresar el concepto de dominación superior, no se ajustan, en su totalidad a los procesos de cambios de la historia universal, ya que justamente el vocablo tiene significado doble:

  1. En el sentido tradicional, que es el contenido en las definiciones apuntadas, significa "política exterior" caracterizada por las conquistas coloniales, el militarismo y el sojuzgamiento de otros Estados; por la vía militar, son ejércitos permanentes al servicio del Estado imperial;
  2. En sentido económico, el término imperialismo significa "la fase superior y final del capitalismo", cuyas características generales son: la concentración de la producción y el capital en pocas manos y la sustitución de la libre competencia o concurrencia por el dominio de los monopolios.

Examinemos a grandes rasgos estas dos acepciones.

2. El imperialismo en la acepción de la política exterior

Es sabido que en su origen los Estados eran constituidos por pequeñas ciudades que con el crecimiento de los trabajos manuales y del comercio se fueron agrandando y creciendo en importancia económica y poder político, por lo cual se vieron obligados a extender su radio de acción expandiéndose por medio de la conquista y la dominación militar de otras ciudades-estados, territorios y poblaciones, a quienes imponían sus leyes, sus costumbres y tradiciones. Esta fue la forma de cómo se constituyeron los antiguos imperios (Egipto, la India, China, Babilonia, Caldea, Asiria, Persia, Macedonia, Grecia, Roma, etc.) que pertenecieron a la forma de producción esclavista; los medievales de los merovingios y carolingios de forma feudal, en Francia, etc. Y el español, británico,portugués, frances, holandés, danés, alemán, etc. en la época moderna.

Esta secuencia histórica nos sugiere la idea de que todo el proceso económico como forma estructural y político como forma subordinada a aquella estructura culmina en su fase superior en la figura del imperio luego a la economía aldeana, enseguida a la empresa local y nacional y finalmente a la conquista de otros mercados de donde surge la "colonización" de otros territorios terminándose por el sometimiento de éstos y de sus habitantes.

En la época del capitalismo, en sus inicios, se dio la forma de producción manufacturera que dio origen a la llamada "acumulación primitiva de capital", la que sirvió de base para el afianzamiento de las grandes fortunas o capitales que dieron fundamento a la era mercantilista del capitalismo.

La necesidad de más amplios mercados que los nacionales de la Europa que recién se despertaba de su sueño medioeval, hizo que, las potencias marítimas de entonces (España, Portugal, Inglaterra, Francia, etc.) se dieran a la tarea de conquistar territorios en todo el mundo cuya parte occidental había sido descubierta por Cristobal Colón en 1492. En Africa, Asia, Oceanía, Australia, Europa y América se enseñoreaban las grandes potencias marítimas de entonces ávidas de dominios coloniales para adueñarse de sus riquezas, llegando muchas de ellas con criterios racistas hasta el exterminio de la población nativa como sucedió en los territorios del Canadá y Estados Unidos, colonizados por los ingleses.

De la manufactura pasaron los países avanzados Europeos, a la revolución industrial (1748 en Inglaterra y 1820 en Francia) lo que amplió y desarrollo la producción, hizo más activo el comercio y amplió la necesidad del crédito y volvió indispensable la función de los bancos para el otorgamiento de los créditos, es decir, de los préstamos. Esto último ocurría ya a principios del segundo cuarto del siglo XIX (1825).

Ya a principios del último cuarto del siglo mencionado (1876), el capitalismo estaba definitivamente desarrollado, de modo que los grandes monopolios o grandes asociaciones capitalistas como los trust, los cartels, consorcios y oligopolios quebraban con la competencia a las pequeñas y medianas empresas de toda clase y volvían con más exigencia los ojos hacia los dominios coloniales de las potencias rivales. Había nacido en la historia, una nueva era imperialista cuya dominación se confirmó con la guerra hispanoamericana (1898) y la guerra anglo-bóers en Africa (1877-1906). A diferencia de los anteriores imperios, ahora no se trataba de la simple colonización de tierras o de sometimiento de poblaciones indígenas por la mano militar; se trataba de una nueva forma imperial: el dominio del capital financiero.

Se ve, pues, que aún cuando muchos Estados se llaman democráticos, ya sea como monarquías constitucionales como en Inglaterra, Francia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Noruega, España, Portugal o monarquías absolutas como las de, Austria, Alemania, Rusia Zarista, Japón o repúblicas constitucionales como los Estados Unidos de América, etc. Estos estados han sido y son imperialistas porque han tenido y conservan extensos territorios dominados conforme la idea tradicional y además por la penetración en otros por la exportación del capital financiero en forma de emprésitos.

3. El imperialismo en la acepción económica

En relación con la segunda acepción hagamos un esbozo de lo que es el imperialismo en su conceptuación contemporánea, es decir, como etapa superior y última del capitalismo.

  1. La concentración es el cremiento del capital por la capitalización de la plusvalía producida por la explotación del trabajo no pagado al obrero.

    La centralización es la reunión de los diversos capitales individuales en uno solo: esta reunión es el "monopolio". Los monopolios tienen diversas formas y reciben los nombres de consorcios, trust, cartel y oligopolios. Es el capitalismo desarrollado al máximo.

    Marx demostró la tendencia histórica del capitalismo hacia la "acumulación", observando desde sus inicios, como hemos indicado, la "acumulación primitiva del capital", anunciando de esta manera, el advenimiento del capital financiero monopolista, concentrado en pocas empresas y éstas, a su vez, apuñadas en pocas manos de propietarios.

    Marx hizo la apreciación de contradicciones que evidencian que el capitalismo, en su evolución, se niega a sí mismo: por una parte afirma la propiedad individual (la propiedad privada), pero al concentrarse en pocas manos niega aquél principio; y luego, este monopolio (como propiedad privada) lleva en sí la fatalidad de su destrucción al verificarse su expropiación por las masas que instaurarán de manera definitiva, la propiedad social.

  2. En su análisis sobre la sociedad capitalista, Carlos Marx y Federico Engels, demostraron que la libre concurrencia engendra la concentración y la centralización de la producción; y que estas dos últimas, en su fase final de desarrollo, conducen al "monopolio". La libre concurrencia consiste en la facultad que tiene todo individuo o empresario de competir en el mercado interno con los demás individuos para buscar la ganancia en su negocio. Esta libre concurrencia o competencia surgió en el seno de la sociedad feudal que había llegado a una forma de monopolio de la riqueza en manos de la nobleza: los artesanos, en las ciudades medievales, lanzaron su grito de libertad, lograron la autonomía de las ciudades y conquistaron, a base de luchas sociales, el triunfo de la burguesía como clase económicamente dominante estableciendo el régimen capitalista cuya base inicial fue esa libertad: la libre concurrencia.

    Dice Lenin: "El imperialismo es el capitalismo al llegar a la fase de su desarrollo, en que se instaura el régimen de los monopolios y del capital financiero, en que la exportación del capital adquiere una importancia considerable, en que comienza el reparto del mundo por los trust internacionales y se pone fin a la distribución de todo el territorio del planeta entre las principales potencias capitalistas".

    El imperialismo, es, pues, la etapa monopolista del capitalismo, y a la vez, su fase superior y última, como una consecuencia lógica e histórica del proceso acumulación, concentración y centralización del capital. Pero dentro del capitalismo coexisten la libre concurrencia o competencia en el mercado y la tendencia a la acumulación (concentración y centralización monopolista) lo cual da lugar a una intensa y feroz lucha en el mercado, de las empresas entre sí y con los monopolios, lo mismo que estos contra aquellas y con otros monopolios nacionales y con los de otros países desarrollados. Cada monopolio trata de dominar y conquistar, en lo posible, el mercado nacional y el internacional. Este proceso trae por consecuencia las guerras por el reparto de territorios (Anglo-Boers, Hispanoamericana, de los Balcanes, Primera y Segunda Guerra Mundiales); la agudización de las crisis industriales y económicas (las crisis sociopolíticas, etc.).

  3. Las ideas de Marx y Engels fueron desarrolladas por Vladimir Illich Ulianov o Nicolás Lenin, quien en su obra "El Imperialismo, fase superior y última del Capitalismo" enuncia las características de esta etapa así como sus consecuencias políticas y sociales en la sociedad contemporánea.
  4. En la fase imperialista o monopolista del capitalismo, tiene dominio hegemónico el "capital financiero" que se opone al capital agrario, industrial y comercial. El capital financiero es el destinado a préstamos o empréstitos; es el capital usurario o usurero, el capital que devenga "intereses". A estos intereses se les da el nombre jurídico de "frutos civiles" igual que la renta de los alquileres.

Los bancos sirven de intermediarios para llevar a cabo la contratación de los préstamos (capital prestado, intereses, plazos, forma de pago, garantías, etc.). Los bancos, como representantes o intermediarios de los prestamistas, a la vez que verifican los préstamos, operan como organizadores de la industria y del comercio de cada país y esta organización del conjunto de la producción es cada vez más fuerte cuando más sólida es la concentración bancaria.

La política del capital financiero persigue tres finalidades:

  1. La creación de un territorio económico tan vasto como sea posible
  2. La defensa de ese territorio contra la concurrencia extranjera por medio de barreras aduaneras;
  3. La transfromación de ese territorio en campo de explotación por los monopolios del país.

Esta política del capital financiero ES EL IMPERIALISMO.

  1. Las consecuencias de esta política del capital financiero son las siguientes:
  1. La expansión del territorio económico por los consorcios, monopolios, trust, cartels u oligopolios (es decir las asociaciones monopolistas) de la nación y las regiones agrarias como mercados de materias primas;
  2. Incremento de los mercados de venta;
  3. Incremento de la esfera de inversiones de capitales;
  4. El aplastamiento de la concurrencia extranjera por medio de una férrea política aduanera nacionalista y proteccionista;
  5. La obtención de plusvalía;
  6. Poner en movimiento al ariete del "dumping" o sea el boicot a la mercancía rival nacional o extranjera (el abaratamiento de la mercancía hasta con pérdida de costos para quebrar en la competencia al contrario). Todo el engranaje del sistema contribuye a acrecentar y a afianzar los beneficios de las empresas monopolísticas.
  1. En este rol están involucrados como Estados imperialistas todos los países altamente desarrollados o industrializados, aunque se denominen "repúblicas democráticas" en su estado actual como los Estados Unidos de América, Francia, Italia, Alemania Occidental, Austria y Portugal; o monarquías constitucionales como Inglaterra, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Japón, etc.. Son Estados imperialistas y su política es de la explotación de los pueblos mediante el saqueo de sus materias primas, la de mantenerlos en el atraso industrial y económico y la de imposición de una política neocolonialista de sumisión al yugo de la metrópoli imperialista por medio de un sistema militarista que reprime las libertades de los individuos y de los pueblos.

CAPITULO X

LA DOCTRINA ANARQUISTA DEL ESTADO

I. Antecedentes históricos

1. Notas Preliminares

No había sido considerada en el plan de temas estudiados en "Mito y realidad del Estado", la doctrina elaborada por los filósofos del anarquismo, entre los cuales se encuentran sobresalientes figuras de la Filosofía, la Sociología, la Literatura y otras ciencias.

Decimos que nunca entró en nuestros cálculos el estudio del Estado conforme las ideas anarquistas, porque éstas no constituyen un cuerpo sólido de doctrinas científicas, siendo su pretensión inmediata la disolución o destrucción del Estado para darle vigencia a la vida individual más caprichosa y desorganizada, lo cual resulta ser una de las más imposibles utopías imaginadas por el cerebro humano.

Es tan escasa la importancia que se le concede al anarquismo en la Filosofía Política o en la Historia de las Ideas Políticas que no es tratado como un cuerpo de doctrina uniforme, sino de manera particular, en cada uno de sus partidarios, siendo pocos de ellos los que elaboraron algunas exposiciones un tanto vagas acerca de la concepción filosófica del Estado.

Nosotros trataremos de hacer una breve imagen de este problema con el fin de dejar completo el enfoque del tema del Estado.

2. Antístenes

A nuestro juicio el más lejano y puro antecedente histórico del anarquismo se encuentra en la filosofía individualista de Antístenes de Atenas (444-365 A.C.) que fue discipulo de Gorgias, el sofista enemigo de Sócrates. Después de la muerte de Gorgias se quedó predicando en el Gimnasio "Cynosargos" (templo del perro blanco) de donde procede el nombre que se le dio a esta escuela: la escuela de los cínicos (de los perros). Pero también tal nombre coincidía con el género de vida que predicaba Antístenes y sus seguidores, pues en sus expresiones hablaban de una vida sencilla como la del perro, y en general, libre y desfachada como la de cualquier animal. Antístenes escribió un libro llamado "Sobre la Naturaleza de los Animales" en donde se señalaba muchos modelos de vida o ejemplos para delinear la conducta humana, la cual debía regirse por sí sola, en atención solo de sus instintos naturales.

En otros escritos suyos aludía personajes históricos que vivieron con

sencillez, como Ayax y Ulises; y entre los personajes míticos de la era heroica cita a Hércules, el personaje fabuloso que soportando fatigas desmedidas logra realizar proezas admirables convirtiéndose para los secuaces de la escuela cínica en un verdadero símbolo por la sencillez de sus constumbres y la fortaleza de sus empeños. Así el sabio cínico debe vencer los placeres y los dolores y por encima de ellos afianzar la fuerza de su ánimo.

En otro aspecto de su doctrina, Antístenes afirma que no hay más realidad que la corpórea, en oposición a la teoría de las ideas de Platón. Para los cínicos lo que el hombre debe buscar es la felicidad y ésta se encuentra en la práctica de la virtud. La virtud es completa por sí misma: no existe nada fuera de ella. Según ellos, lo que los hombres llaman "bienes", son "males", porque en la realidad las cosas los apartan o los distraen con sus placeres y encanto de la virtud. El hombre debe procurar libertarse de las necesidades que lo esclavizan, es decir, de la sencillez y de la fortaleza de ánimo individual.

El hombre debe libertarse de toda vinculación social y bastarse así mismo en la vida. Respecto de la religión la escuela de Antístenes sostenía que "según la ley hay muchos dioses; pero según la naturaleza sólo hay uno". En esto seguía a Sócrates.

El ideal de la escuela cínica es el desdén y la renuncia de toda costumbre, hábito, contrato, convención y uso humanos y el retorno total a la naturaleza, a la limpia, pura y sencilla vida natural. El ideal social de los cínicos era una vida comunitaria, sin familia, en donde existiera la comunidad de las mujeres y los hijos no distinguiesen padres sino que fueran todos reconocidos como pertenecientes al grupo.

El ideal económico era la pobreza y el político era el cosmopolitismo,

o sea, la comunidad universal o fraternidad humana.

La práctica de la escuela cínica se extendió por las ciudades-estados

griegos, manifiestamente por medio de pandillas de mendigos que pululaban con sus signos distintivos, la capa, la alforja y el bordón.

El movimiento fue consumiéndose a través de los años y no dejó huellas en el pensamiento filosófico más que las que había formulado Antístenes, pues los discipulos de éste desatendieron la indicación de Sócrates de amar a la pobreza para ser libre en la investigación científica.

Los más notables seguidores de esta escuela son Diógenes de Sínope y Crates de Atenas.

3. Diógenes

El más fiel seguidor de Antístenes fue Diógenes de Sínope (413-323

A.C.) que llevó su conducta personal a los extremos de lo absurdo por su radical individualismo. Este filósofo opinaba que la felicidad sólo podría encontrarse viviendo conforme a la naturaleza, en completa libertad, sin sujeción a la ley, sino acomodado únicamente a las leyes naturales, como los animales, como el perro. De allí que su doctrina sea llamada "doctrina cínica" o cinismo que significa desvergüenza. Predicaba el desprecio de la riqueza y las convenciones sociales como la familia, la sociedad, el Estado, etc.. Era hijo de un acaudalado prestamista; su padre además era un intendente de finanzas, tareas en las cuales fue instruido el filósofo. Acusado éste de malversación de fondos, huyó de su país, Sínope, y desde entonces adoptó una vida errante por distintas partes de Grecia.

Se le atribuye una existencia sin leyes, despreocupada, sin familia, sin amigos, sin relaciones sociales, considerándolo unos como un despreciable lépero u otros como un asceta. Entre las anécdotas que se encuentran de él, anotaremos las siguientes: Se masturbaba ante la gente para demostrar que no era necesario tener mujer; vivía, o mejor dicho, dormía dentro de un tonel; andaba descalzo en todas las estaciones del año; pedía limosna a las estatuas de los dioses, para demostrar que éstos no tenían poder y que no se fijaban en las tribulaciones de sus adoradores; rompió el huacal con que bebía agua cuando vió que junto a él un mendigo lo hacía con la palma de las manos; pidió a sus discipulos que su cadáver fuera arrojado a un barranco para que los buitres lo devoraran.

4. Crates de Tebas

Otro seguidor antiguo de la escuela cínica fue Crates de Tebas era hijo de un acaudalado hombre de negocios; y él por sí mismo había acumulado una buena fortuna. Habiendo adoptado la doctrina de la escuela cínica renunció a sus comodidades y adoptó la vida mendigante de los cínicos, en la cual fue acompañado por su mujer Hiparquia hasta el fin de su vida.

III. El Anarquismo en la Literatura

En los dominios de la literatura las ideas anárquicas han tenido su repercusión e impotancia. Célebres escritores se han extrovertido através de sus personajes, dejando entrever el trasfondo de su conciencia individualista, o por lo menos, los perfiles de sus ideas sobre el gobierno y la justicia entre los hombres.

1. Miguel de Cervantes

La primera de estas celebridades de la literatura universal que ha exteriorizado en sus obras el anarquismo, es Miguel de Cervantes Saavedra y las obras en que expone esta clase de ideas son "La vida del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha", "Trabajos de Persiles y Segismundo" y "Pedro Urdemales".

El problema de la justicia, de las leyes y del gobierno en las obras de

Cervantes Saavedra, ha preocupado a la Real Academia Española de la Lengua, al eminente sabio español Marcelino Menéndez y Pelayo, al abogado Niceto Alcalá Zamora, uno de los presidentes de la Segunda República Española y a otras eminencias del pensamiento jurídico y literario de España y de América.

Don Quijote era un personaje que hacía la justicia por sus propia mano y por su propio arbitrio. Corregía o intentaba corregir todo entuerto ya fuera contra un particular o contra cualquier autoridad siempre que lo creyese oportuno y necesario.

Para la Real Academia y para Menéndez y Pelayo don Quijote es un "anacrónico defensor individualista de la justicia", siendo el término individualista sinónimo de "defensor privado". Don Quijote hizo sus correrías en tiempos en que ya había legislación con jueces y magistrados y príncipes que la aplicaban. Alcalá Zamora encuentra cuatro puntos esenciales en la "flaqueza judicial" de Don Quijote.

Esos cuatro puntos esenciales son:

  1. Falsa apreciación de las cosas debido a su extravío mental (falta de lógica jurídica);
  2. Sustitución de la justicia pública por la justicia privada;
  3. El desconocimiento de la prueba objetiva para decidir la pertenencia del derecho, imperando la voluntad subjetiva del caballero de la Mancha; y
  4. La coacción ilusoria, es decir, la falsa creencia que tenía el manchego de que su voluntad se imponía porque su fuerza era temida y obedecida por todos.

Estos elementos son rasgos de un verdadero anarquismo que se ejemplifica en los casos de la liberación de los galeotes, la defensa del joven Andresillo que era azotado por su patrón Haldudo; la aprobación que hace como neto de justicia cuando el capitán de los bandidos distribuye el botón entre los ladrones, etc..

2. Escuela Picaresca y otros literatos anarquistas

  1. Toda la Escuela Picaresca trata de personajes "sin Dios y sin ley" que buscan el provecho propio a costa de acciones desvergonzadas en contra de toda persona y sin respeto ni conocimiento de autoridad alguna. "Pedro Urdemales", de Cervantes; "Guzmán de Alfarache", de Mateo Alemán; "El Buscón" de Francisco de Quevedo, etc. todos son personajes anárquicos.
  2. Julio Verne (1828-1905) que realmente era anarquista, expresó sus ideas, fundamentalmente, en su obra "Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino" y en "La Isla Misteriosa" en donde pinta al Capitán Nemo como un verdadero anarquista que huyo de la sociedad y se gobierna según sus propias intenciones y propósitos.
  3. Daniel De Foe (1660-1731) el escritor Inglés, en su novela "Robinson Crusoe" expone también un ideal anarquista al relatar que aquél individuo pudo vivir sólo, lejos de la sociedad corrompida, durante treinta y cinco años, en una isla lejana.
  4. Otros literatos afiliados al anarquismo son: Eugenio Sue, autor de "El Judío Errante"; León Tolstoi, creador del anarquismo basado en las ideas del cristianismo; Eliseo Reclús, sabio geógrafo Frances; Juan María Guyeau, filósofo francés partidario del individualismo voluntarista del pensamiento Nietzchiano, etc..

IV. El Anarquismo Político

1. Etimología y fundamentos filosóficos

Ante todo veamos el significado de la palabra "anarquismo". Este vocablo, de estricta procedencia griega, significa "sin gobierno, sin autoridad, sin poder" (a: sin; arkeo: poder). Lo contrario del anarquismo es el "sinarquismo" que quiere decir "con poder", del griego (sin: con; arkeos: poder).

Los fundamentos filosóficos del anarquismo político descansan en dos ideologías opuestas: Una, el individualismo racionalista francés preconizado por los teóricos de la Ilustración o Enciclopedistas; y otra, el idealismo alemán, derivado de aquél, y cuyo máximo desarrollo tuvo su expresión en la doctrina de la dialéctica Hegeliana.

Veamos estas dos ideologías.

2. El racionalismo individualista francés

El racionalismo francés se basa en un concepto moral "a priori": el

Hombre, a diferencia de todos los otros seres de la naturaleza, está dotado de RAZON; y de ésto se desprende que, sea cual fuere su origen o cualesquiera que fuesen sus capacidades y su situación social, está facultado por la naturaleza a gozar de ciertos derechos inalienables e imprescriptibles, anteriores y posteriores a toda organización política.

Esta es la concepción racionalista del derecho natural y universal, sobre la cual descansa la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.

Pero el individuo, sujeto de estos derechos, es de una naturaleza contradictoria: es, al mismo tiempo, sociable y egoísta. Como ser sociable busca la relación con sus semejantes y tiene por ideal el altruismo, el sacrificio por la comunidad; como egoísta, busca el provecho propio, el desdén de los derechos ajenos. Aquí se origina la lucha social de todos contra todos dando como lógica consecuencia el sacrificio de las libertades individuales. Se crea enstonces el Estado con base en el Contrato Social, en cuya justificación y explicación Juan Jacobo Rousseau admite que los hombres se reunieron para convenir "una forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común a la persona y los bienes de cada asociado y por la cual cada uno, al unirse a todos, NO OBEDEZCA, sin embargo, "MAS QUE A SI MISMO Y PERMANEZCA TAN LIBRE COMO ANTES" (Las mayúsculas son nuestras). El racionalismo individualista llevaba en sus propias entrañas la noción viva del anarquismo.

3. El idealismo absoluto alemán

La influencia del idealismo absoluto alemán, globalizado en la corriente sistematizada de Jorge Guillermo Federico Hegel, en la construcción del anarquismo se percibe claramente en el alemán Max Stirner, en el francés Pedro José Prudhon y en el ruso Miguel Bakunín.

Según la concepción hegeliana, la realidad objetiva, la naturaleza, no es más que una creación del Espíritu. Esto quiere decir, que la naturaleza y el hombre, el objeto y el sujeto, que aparecen separados, u opuestos, o independientes el uno del otro, se reencuentran en unidad esencial que es la idea absoluta o el Espíritu. De este Espíritu todo emana, todo surge y todo vuelve a él después de ese tiempo de prueba que es la historia del mundo. Ese Espíritu infinito es la suma de todos los espíritus finitos y es superior a éstos. Pero ese Espíritu sólo se realiza gracias a la toma de conciencia progresiva de los espíritus finitos, o sea el Espíritu humano que ha logrado tener conciencia plena de sí mismo. Hay pues, en el sistema hegeliano, un equilibrio entre dos tesis fundamentales acerca de la constitución o naturaleza del Ser: la inmanencia, que significa que el ser es uno en sí mismo; y la trascendencia que implica que este ser se multiplica por sí mismo.

El ala izquierda hegeliana, se afilió al inmanentismo o monismo del cual se derivaron tres líneas ideológicas extremas y divergentes: La corriente sostenida por Luis Fehuerbach en "La Esencia del Cristianismo", que sostiene que el Espíritu se humaniza, se hace hombre, a lo cual Bruno Bauer añade en su "Crítica Pura", que ese Hombre hace Espíritu humano; La corriente establecida por Max Stirner en su obra "El Unico y su Propiedad" en la que sostiene la tesis del Yo único que es en donde se eslabonan los argumentos fundamentales del anarquismo; y la línea establecida por Marx y Engels que superaron el monismo idealista con la estructuración de la filosofía del materialismo histórico y del materialismo dialéctico, cuya tesis general estudiaremos en el siguiente capítulo de esta obra.

El alemán Max Stirner, seudónimo de Juan Gaspar Schmidt (1806-1856) representa el individualismo anárquico libertario en contra del universalismo de Hegel que pretendía absorver completamente al individuo. Esta es la tesis fundamental de Stirner: "la única realidad y el único valor es el individuo o sea, el egoísmo absoluto". El individuo es "único e irrepetible", es la medida de todo. Subordinarlo a la religión (a Dios), a la sociedad (al Estado), al hombre mismo (la cultura), etc.. Someterlo a cualquier ideal que lo aliene, es sencillamente contraponerlo a algo que lo sometería a la esclavitud.

3. Anarquismo y liberalismo

El anarquismo político surge como una reacción adversa al liberalismo proclamado y establecido por la Revolución Francesa de 1789. El liberalismo, como doctrina política, sostiene que el individuo es un fí en sí mismo y que todas las demás formas sociales y políticas sólo han sido creadas para contribuir al total y pleno desarrollo de aquél; y dencansa tal ideología, en los "principios eternos de la libertad, la igualdad y la fraternidad".

Pero los fundadores del anarquismo ven que esa libertad proclamada con tanta altisonancia, es un espejismo: por una parte, el libre juego de la competencia aplasta a los que no están suficientemente preparados para defenderse y a quienes no se les concede oportunidades para obtener esa preparación; y por otra, si bien la conservación de la propiedad privada garantiza la independencia de quienes la poseen, en sentido contrario reducen a la dependencia y hasta la esclavitud a los que nada tienen. En consecuencia, lo que impera en la sociedad liberal es la esclavitud económica y no la proclamada libertad individual. En cuanto a los otros principios se pone de relieve en el flujo de la vida social, que impera la más injusta desigualdad entre los hombres y una enconada lucha de clases en vez de relaciones fraternales entre ellos.

Como se expone, el liberalismo padece de nacimiento de una contradicción insalvable, que dio origen a tres posiciones ideológicas completamente diferentes, aunque adversas al sistema liberal: el anarquismo cuyo punto de vista acabamos de exponer; el de la reacción contrarrevolucionaria representada por Joseph de Maistre y otros; y la orientación revolucionaria marxista. Estas dos últimas son tratadas, con alguna extensión, en otros capítulos.

La doctrina anarquista reprocha a la Revolución Francesa no haber llegado hasta las últimas consecuencias de su programa: en vez de construir una sociedad justa, humanitaria e igualitaria, fortalece, por el contrario, la absurdidad del Estado. En sentido inverso, los anarquistas sostienen que la vida social jerarquizada se ha de oponer a los principios reconocidos por el liberalismo, los cuales, aplicados en el dominio político, deben gobernar igualmente a la sociedad entera: la Sociedad debe ser modelada a semejanza del Estado, sin el estorbo de este aparato.

V. El Concepto Anarquista del Estado

1. Max Stirner

Stirner divide en dos partes su obra capital "El Unico y su Propiedad": La primera parte bajo el título de "El Hombre"; y la segunda con el de "YO". En esta obra al referirse al Estado, expone: El Estado y el Derecho sobre el cual descansa, se opone al Yo. El Estado es considerado como una institución sacrosanta, de esencia superior, estática, inmóvil e invariable: su reino está asegurado sólo en la medida en que se le considere como permanente y eterno. Por eso, el Estado es un obstáculo, una traba, para el dinamismo del Yo, que por el contrario, está en perpetuo movimiento y cambio y eternamente vivo y creador. Dice textualmente: "El Estado tiene un solo objetivo: limitar, dominar, sujetar al individuo, subordinarlo a algo general, sólo puede subsistir en la medida en que el individuo no es todo; no es más que la manifestación evidente de la "limitación" de "mí mismo", de mi restricción, de mi esclavitud.

Jamás un Estado se propone obtener la libre actividad del individuo; su fín permanente es la actividad que se refiere a su porpio designio". Y resumimos estas ideas sobre el mismo tema: Nosotros no nos dejamos engañar por el Estado; vemos en él un fantasma; el Estado es "Mi creación"; no le pidamos ningún derecho; contemos nosotros sólo con nuestra propia potencia. Con frase patética dice: "No exijo derecho alguno; por eso no estoy obligado a reconocer ninguno. Lo que soy capaz de conquistar, lo conquisto; y lo que no conquisto, escapa de mi derecho; no me vanaglorio de mi derecho inalienable, ni me consuelo con él". En resumen, Stirner niega el Estado, niega la Sociedad porque imponen deberes y obligaciones y se pronuncia por su destrucción o transformación en "asociación libre" en donde se desarrolle el numen creador del Yo".

2. Proudhon

Pedro José Proudhon (1809-1864), no es el más brillante de los teóricos anarquistas; pero sí uno de los que más llegaron al sentimiento popular, sobre todo con aquella su famosa expresión de que "la propiedad privada es un robo".

En efecto, al referirse en su libro sobre ese tema, expone que el derecho de ocupación es injusto y bárbaro puesto que excluye, en beneficio del primer ocupante, el derecho del que llega de último. La propiedad ni siquiera puede valorarse como "utilidad pública", puesto que siempre va acompañada de un cortejo de miserias que dañan a la sociedad en general y a los individuos en particular: huelga, sobreproducción, quiebras y ruinas… Pero también ataca la propiedad colectiva o comunista y se pronuncia por el derecho de "posesión", o sea una especie de "propiedad relativa" que excluye toda explotación mediante un riguroso control de la Sociedad.

Para Proudhon, el faro luminoso que guía a la Sociedad y al individuo, es la JUSTICIA, la cual es "inmanente", sin referencia alguna con cualquier autoridad superior que pretenda imaginarse; no está supeditada al individuo ni a la Sociedad, sino que reviste un halo trascendente; es concebida como emanación de la divinidad, es religiosa.

La condena del Estado es un resultado de la aplicación rigurosa de la

Justicia. El individuo, o los individuos, libres y respetuosos de sus libertades, contratan libremente conforme sus principios e intenciones.

El Estado, en cambio, construido sobre normas jurídicas que le son propias y que escapan al poder de los individuos, CARECE DE TODA BASE LEGAL. Toda autoridad es opresión, todo poder superior es dominación absoluta; la autoridad es la sujeción del individuo, ya sea defendida por conservadores o socialistas, siempre dará el mismo resultado. "El gobierno del hombre por el hombre es la servidumbre". En síntesis, Proudhon exalta "la libertad absoluta del individuo".

3. Bakunin

El ruso Miguel Bakunín (1814-1876) es otra de las grandes figuras del anarquismo europeo y mundial. Se caracteriza por predicar y practicar "la acción violenta en vez de la crítica pasiva contra la sociedad y el Estado".

Bakunín es abiertamente ateo, el más radical de todos los anarquistas. Se declara enemigo personal de Dios. Sin embargo, en su obra "Drama del humanismo ateo" afirma que la religiosidad contribuyó a sacar al hombre de la esclavitud animal; pero ahora es necesario liberarlo de la esclavitud religiosa. En esta obra sobrepasa el pensamiento o tesis sostenida por Luis Feurbach quien afirma en "La esencia del Cristianismo": "El giro de la historia se producirá en el momento en que el hombre tome conciencia de que el único Dios del hombre es el hombre mismo". "Homo hominideus". Este concepto es rebasado por Bakunín cuando amplía: "Si Dios es el hombre, es esclavo; ahora bien: el hombre puede y debe ser libre: por lo tanto, Dios no existe".

El Estado ha surgido de la religión. Si los representantes de la divinidad sobre la tierra han sido investidos de un poder absoluto y casi divino para dominar y sujetar a los hombres, derivándose de allí el poder opresivo del Estado sobre los mismos súbditos, es indudable que el Estado es una institución nefasta y abominable. No obstante, reconoce que, igual que la religión, sirvió para sacar al hombre de la animalidad; pero ahora es una institución obsoleta que hay que destruir.

Dice Bakunín: El Estado no es una institución absoluta, definitiva; "es

una institución histórica, pasajera, una forma transitoria de la sociedad".

El Estado lleva en sí mismo todos los males inherentes a la alienación. Por una parte, esclaviza y envilece a los gobernados; por otra, desmoraliza y corrompe a los gobernantes. La disolución del Estado se realizará en nombre de la libertad.

Mientras las teorías anarquistas de Stirner y de Proudhon son contemplativas, teóricas, más bien reflexiones filosóficas, la de Bakunín es exlatada, altisonante, románticamente conducida a la violencia y a la destrucción: al terrorismo individualista. Para Bakunín la Revolución es "como desencadenamiento de todo lo que hoy se llama malas pasiones y destrucción de lo que en la misma lengua se denomina orden público".

4. Concepto anarquista del "contrato social"

El anarquismo rechaza toda autoridad como contraria a la libertad individual; en consecuencia, rechaza la autoridad del Estado. Y para sustituir el apremio, coacción o coerción que éste emplea para mantener el orden social, la teoría anarquista propone: La vida social debe descansar sobre relaciones jurídicas voluntarias, o sea, sobre un contrato libremente convenido entre los interesados. Las clausulas de este contrato deben ser provechosas para todos los individuos de la comunidad y por lo tanto ser cumplidas por todos con entera libertad.

No es igual que el "Contrato Social" de Rousseau. Este no es más que una ficción que ha conducido a la alienación del individuo puesto que en virtud de él, cada ciudadano ha enajenado totalmente su libertad y en general todos sus derechos. En el contrato anarquista los individuos no pierden su libertad, según lo afirma Proudhon en su obra "Idea general de la revolución en el siglo XIX".

Según la teoría anarquista del "Contrato Social", al extenderse éste se llegará a la FEDERACION (o federalismo), que es una especie de subsunción de todas las voluntades, por medio de la cual se fundirá, disolverá o se reemplazará la organización del Estado.

Para concluir sobre este punto hagamos una breve cita de "El Anarquismo", de H. Arvón, que sintetiza con bastante claridad los alcances de la idea del "Federalismo anarquista": "Una infinidad de contratos que se engrendran unos a otros y se equilibran tanto más fácilmente puesto que no son inmutables ni definitivos, sea en el plano profesional o en el general, o aún en el plano nacional y hasta en el internacional; he allí una estructura en apariencia caótica e incoherente; pero que gracias al mantenimiento del principio de la autonomía de la voluntad individual en todos los estratos, culmina en una unión libremente consentida, cuya existencia está por cierto mejor garantizada que la de unión impuesta". Y entresacamos otros párrafos del mismo autor: "El federalismo, en vez de sojuzgar la voluntad individual tal como lo hace el Estado, la multiplica al infinito. Esas federaciones sucesivas, federación corporativa, federación comunal, etc.. Se parecen a los círculos concéntricos que se forman como cuando una piedra cae en el agua. Todos tienen el mismo punto central: hasta la federación más amplia nace de la voluntad autónoma del individuo".

Dice Proudhon "Si pues el contrato que hago con algunos pudiera hacerlo con todos; si todos pudieran renovarlo entre sí; si cada grupo de ciudadanos, comuna, cantón, distrito, corporación, compañía, etc. formada por un contrato semejante y considerado como persona moral, pudiera luego, y siempre en los mismos términos, tratar con cada uno de los demás grupos y con todos, sería exactamente igual como si mi voluntad se repitiera al infinito. Estaría seguro de que una ley así forjada en todos los puntos de la República, con millones de iniciativas diferentes, no sería nunca otra cosa que MI LEY".

VI. El movimiento anarquista y el marxismo

1. El movimiento anarquista

Dadas las características limitadas de esta obra, nos es imposible estudiar otros aspectos del anarquismo ni siquiera considerar a otros de sus más destacados representantes en la teoría y en la acción.

Temas o aspectos con el antisocialismo, antidemocratismo, antimarxismo, anticristianismo, las concepciones morales como la ayuda mutua y el egoísmo, etc. del anarquismo exceden los límites de este ensayo. Y, por lo tanto, tratar autores como Tolstoi, Nietzche, Gandhi, Pedro Alexander Kropotkin, Malatesta, Enma Goldman, etc. sólo podían caber en un "tratado" sobre la teoría de referencia.

Para finalizar, pues, haremos una corta exposición sobre el movimiento del anarquismo y un enfoque global que el marxismo hace sobre el mismo.

El movimiento político anarquista nace en la misma época que el movimiento socialista científico preconizado por Marx y Engels: son ramas del mismo árbol genealógico, de la filosofía hegeliana. Pero ambos movimientos son opuestos: el anarquismo tiende a la exaltación del individuo, el socialismo a la exaltación de la colectividad.

La Primera Internacional de Trabajadores se fundó el 28 de septiembre de 1864 en el local de Saint Martin Hall de Londres, con el nombre de "Asociación Internacional de los Trabajadores", con fuerte influencia de la delegación de los obreros franceses que estaban muy inclinados a las ideas de Proudhon; pero este predominio de los proudonianos, en el transcurso de los años fue perdiendo su poder ante las ideas de los analistas marxistas hasta llegar a su extinción, en sucesivos congresos en los que el punto fundamental que se discute es sobre la "propiedad individual" propuesta por los anarquistas y la "propiedad colectiva" propugnada por los socialistas.

La tesis de los socialistas se impone en el Congreso de Bruselas (1868) en donde se acordó rechazar definitivamente la noción de la propiedad privada individual y sustituir el método de "la redención en la asociación libre y la cooperación bajo todas las formas" por la lucha social organizada contra los enemigos de la clase trabajadora.

En el año de 1868 ingresa Miguel Bakunín a la Internacional que era dominada por la tendencia marxista. Se entabla desde entonces una dura confrontación entre esta tendencia y la de Bakunín. Marx preconizaba el análisis científico sobre las condiciones sociales y económicas para determinar la orientación de la clase obrera hacia la lucha de clases y la toma del poder; Bakunín creía en la fuerza de la pasión. Esta lucha terminó con la expulsión de Bakunín y de su partidario James Guillaume en el Congreso de La Haya (1872) y con la transferencia de la sede de la Internacional a Nueva York, quedando dominada por la línea marxista.

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