- La corrupción eclesiástica
- El hombre, el método de Dios
- El precio por servir a Dios
- Las tentaciones y las pruebas como indicadores
- Hora crucial, más cerca de Dios
- Renovación, afila el hacha
- Comparte tus vivencias
Introducción
El deseo de escribir este documento nace, después de haber leído otro documento similar, titulado "El espíritu fiel de José", el cual le puedo llamar "La escuela necesaria para la excelencia de hoy", para aquellas personas que desean servir de la mejor manera, mejor dicho,: de la manera más excelente de servir a Dios. Los servidores de Dios tienen un perfil, uno de lo elementos de este perfil es la santidad, "sin santidad nadie vera al Señor", tanto aquí en el ahora como en el después. Todo verdadero servidor de Dios, necesariamente debe vestir la santidad de Dios antes que otro vestido, de lo contrario podrá tener otro titulo o vestidura, pero no el de un verdadero servidor del Eterno. "Santidad de Jehová", era el titulo que predominaba en la casa de Dios en el Antiguo testamento. Ese debe ser el titulo que debe reposar sobre todo servidor del Eterno.
En una de las noches el mes de septiembre del ano 2009, siendo un predicador itinerante, me encontraba visitando al Obispo Álvaro Orellana en la ciudad de Hollister CA. Un amigo muy apreciado me llamo por teléfono para tener una plática amena. Ya mucho tiempo que no platicábamos, por lo que esa vez se prolongo hasta la una de la mañana del otro día.
Lo interesante de esa plática fue la invitación que me hizo de tener una relación mas profunda con el Señor. Lo más importante de todo en la vida es tener una relación intima con el Eterno. Una relación intima con el Espíritu del Eterno. El himnologo Salvadoreño Juan Francisco Martínez (QEPD), decía en uno de sus canticos: "Si tu tienes las riquezas de este mundo; el dinero, carro, casa y muchos mas, pero sino tienes al Espíritu Santo, el mas pobre y miserable eres aquí".
Este es uno de los objetivos del presente documento, despertar el buen deseo de aceptar el llamado a la Santidad. Nos ha tocado vivir los tiempos que San Pablo le profetizo a Timoteo, "Tiempos peligrosos, donde se escucharan doctrinas de demonios, espíritus de error y la verdad será cambiada…". Hoy el tema de la santidad no es la más favorita, sin ella somos más que un grupo de religiosos paganos.
En el capitulo 1 abordare la situación actual de los siervos del Señor, el ambiente corrupto que nos ha tocado vivir. Como ha afectado e infectado a los servidores del Altísimo. En el capitulo 2, la importancia de comprender y aceptar el llamado a ser el método de Dios. En el capitulo 3, El precio por servir a Dios, solo o acompañado debes de cumplir tu misión. En el capitulo 4, Las pruebas y las tentaciones son indicadores que somos personas especiales y singulares que Dios ha llamado para su obra. Capitulo 5, Entender la hora crucial que nos ha tocado vivir, por lo tanto debemos estar cerca de Dios. Capitulo 6, Renovación como una buena sugerencia para afilar el instrumento y seguir la tarea que se nos ha encomendado. Capitulo 7, Sugerencias del autor y algunas vivencias.
CAPITULO 1
La corrupción eclesiástica
La corrupción ha llegado a todos los estratos sociales, y áreas de la vida del ser humano. Los días que le toco ver al profeta Amos, son similares al de nuestros días. Los días que vieron lo demás profetas del antiguo testamento y los pecados que protestaron y censuraron en el pueblo de Dios se repiten en nuestros días. Las lagrimas que derramo el profeta Jeremías al ver la rebelión del pueblo de Dios contra el Eterno, son las que se derraman en algunos pocos altares. La corrupción ha minado al pueblo de Dios. Poco a poco los líderes se han corrompido al acomodarse al presente siglo. El llamado del líder eclesiástico se ha asemejado a las funciones de los líderes políticos y mundanos contemporáneos. Pero, el llamado a ser siervo es un llamado especial, único, singular, dado por el Eterno por misericordia, y no por cualidades humanas.
Alguien comparaba esta situación de acomodo gradualmente como cuando se agarra a un sapo y se el coloca en una olla a fuego lento, poco a poco se le gradúa calor hasta lo máximo, el sapo se acomoda sin darse cuenta que la temperatura ha sido elevada hasta que el queda convertido en chicharrón y quedar sin vida e inservible. Así esta pasando hoy día con los lideres eclesiásticos al acomodarse al presente siglo y su sistema demoniaco. Poco a poco se ha perdido la sensibilidad al llamado al servicio del Eterno, y se le ha cambiado por otras funciones. Cuando Dios te llamo a su servicio, incluía la promesa de bendecirte y apoyarte hasta el fin del mundo. La santidad para con El es de ser único para su servicio y no compartirlo con nada, ni nadie mas. El profeta Daniel entendió esto, y lo acepto, "NO contaminarse con la vianda del rey", aunque El fue llevado a cautiverio, pero su corazón no estaba cautivo. Tú puedes estar en situación similar, pero tu corazón no debe estar cautivo.
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