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La educación en valores profesionales, un reto para la Nueva Universidad cubana (página 2)

Enviado por Joel Gómez


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Un mapa emocional

Aunque las emociones son muy importantes, los gerentes no están entrenados para lidiar con las mismas. Llegar a ser un gerente emocionalmente inteligente significa ser capaz de extraer información a partir de los sentimientos. Tomar en cuenta la "huella emocional" nos permitirá tomar mejores decisiones.Cuando somos emocionalmente inteligentes, adquirimos cuatro habilidades:1. Leer el lenguaje emotivo de los demás e identificar emociones.2. Entusiasmarse y usar las emociones para motivar a los demás.3. Predecir el flujo de nuestras emociones.4. Administrar emociones.Para desarrollar un mapa efectivo que guíe nuestra respuesta frente a las emociones, debemos estudiar estas cuatro habilidades.

Leer a los demás

En realidad, la información nunca será tan clara, pero es posible obtener información a partir del comportamiento. Los gerentes hábiles son capaces de identificar los sentimientos ajenos y hablar abiertamente al respecto. No tienen miedo de mostrar sus sentimientos. Dado que los gerentes emocionalmente inteligentes reconocen sus propias emociones, son capaces de identificar los sentimientos ajenos con precisión. Por el contrario, los gerentes que carecen de inteligencia emocional no logran identificar bien las emociones ajenas, no muestran sus emociones, mantienen expresiones neutrales,y no son capaces de articular sus propias emociones.

El ingrediente esencial: conciencia

¿Cómo identificar las emociones? Todo comienza con la conciencia. Piense en cómo se siente. ¿Estamos lo suficientemente conscientes de nuestros sentimientos?Es importante leer las expresiones faciales e identificar sus emociones asociadas. Después de todo, las emociones son un sistema de señales que contienen información: si no captamos la señal, no obtenemos la información. En el nivel más bajo, si no somos capaces de distinguir entre rabia y felicidad, no podremos distinguir un amigo de un enemigo. Por tanto, es importante saber identificar la emoción que se está sintiendo y la que están sintiendo los demás.

Las emociones expresadas y las verdaderas emociones difieren entre sí. Cuando somos capaces de leer entre las líneas, logramos distinguir las verdaderas emociones de aquellas expresadas. Estas últimas también contienen información de valor: son lo que la gente quiere que creamos de ellas. Pero en el fondo, la realidad puede ser muy diferente. Tome en cuenta tres elementos que le pueden ayudar a determinar el verdadero estado emocional de una persona:1. Expresión facial.2. Expresión corporal.3. Voz (tono, ritmo, etc.).Para leer las emociones ajenas, es preciso unir todos los datos. Primero, debemos estar conscientes de nuestras propias emociones. Luego, procesaremos lo que dicen los demás: palabras utilizadas, tono de voz.

Tome en cuenta la información no verbal: postura, gestos, expresiones faciales. Trate de notar cualquier discrepancia entre las palabras, el tono y la expresión, pero no saque conclusiones apresuradamente. Utilice palabras como "me parece que estas…", para darle la oportunidad al otro de confirmar nuestras sospechas acerca de sus sentimientos. Es posible también confirmar nuestras impresiones con otro observador.Los líderes deben crear confianza y establecer relaciones: ambas dependen de las emociones. Los gerentes emocionalmente inteligentes aprenden a usar sus emociones con el fin de motivar equipos. Trate de aprender a utilizar sus emociones en beneficio propio y ajeno. Una falta de emociones puede limitar nuestro pensamiento. Las ideas innovadoras generalmente se siguen de dificultades emocionales. En vez de rechazar las emociones y asumir que son contraproducentes, acójalas como una parte más de su proceso de pensamiento.

Predecir el futuro emocional

Las emociones no se manifiestan azarosamente. Obedecen la ley de causa y efecto. Aunque las emociones sean complejas, una vez que entendamos esta relación causa-efecto seremos capaces de predecir cómo se verán afectadas las emociones de un grupo o persona. Esto nos permitirá analizar la situación, y predecir lo que pasará.Claro está que las emociones no son completamente predecibles. Pero al estudiar los factores que hacen sentir a una determinada persona de un cierto modo, uno adquiere cierto entendimiento del giro que darán sus emociones a continuación.

Administrar emociones

La habilidad para administrar emociones es la piedra angular de la inteligencia emocional. Esto no quiere decir que ya no sintamos emociones, sino que ahora somos capaces de convertirlas en acciones y comportamientos efectivos. Gerenciar no se trata de evitar conflictos y lograr que todos sean felices. Gerenciar trata sobre efectividad, y la efectividad requiere de un amplio rango de emociones: positivas y negativas. Administrar exitosamente las emociones significa fundamentar nuestro comportamiento sobre un balance entre pensamientos y sentimientos.

Controlar el enojo en el trabajo

El control de las emociones es sin duda un problema del lugar de trabajo. Antes de encargarnos del sentimiento de enojo en os demás, es preciso identificarlo bien. El enojo puede ser tanto destructivo como constructivo. El punto fundamental es no dejar que controle nuestro comportamiento. El gerente emocionalmente inteligente sabe cómo separar una emoción de su respuesta, sin ignorar la primera.Suponga que está haciendo una presentación y un subordinado lo interrumpe constantemente para poner en entre-dicho sus postulados. Al responder, primero identifique su propio sentimiento de frustración y luego determine si, a pesar de la frustración, existe o no una amenaza real. A continuación, considere el punto de vista del subordinado. Esto le permitirá entender la emoción, lo que le permitirá, a su vez, administrarla, quizá señalando que queremos pasar al siguiente punto y tratar el anterior de forma privada con el subordinado en cuestión. El enojo no es en sí el problema. El reto es aprender a enojarse y saber controlar la situación.

Gerenciando equipos

Cuando se trate de equipos, debemos considerar varias interrogantes: 1. ¿Cómo se sienten los miembros del grupo frente a la situación que están encarando?2. ¿Cómo influyen los sentimientos en el comportamiento y el pensamiento de estos?Entender por qué se sienten de cierta forma nos ayudará a determinar si los sentimientos cambiarán a medida que se desarrolle la situación. Considere lo que puede hacer con sus emociones, es decir, cómo pueden integrar sus emociones al lugar de trabajo.Los gerentes emocionalmente inteligentes crean equipos fuertes, planifican y deciden con eficiencia, procuran motivar a los demás, comunican sus visiones, promueven cambios positivos y establecen relaciones interpersonales productivas y efectivas.

La posibilidad de que seamos exitosos dependerá de nuestra capacidad para manejar los sentimientos. No rechace o renuncie a sus sentimientos. Por el contrario, intégrelos a su pensamiento y úselos como una fuente de información e inspiración.

 

 

Autor:

Joel Gómez

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