- Introducción
- Antecedentes
- Las pruebas
- Las teorías
- Otras pruebas concluyentes
- Pruebas de la resurrección
- Conclusión de acuerdo a las pruebas
Mucho se ha hablado del misterio que rodea la crucifixión de Jesús de Nazareth, inclusive se pone en duda la veracidad de la existencia de dicho personaje Bíblico que ha revolucionado la forma de ser y de pensar de millones de personas a través de 2 mil años en la historia de la humanidad. Aún más, se ha dudado sobre la autenticidad de la Sábana Santa, aquel trozo de tela con el que hace más de dos milenios, envolvieron y enterraron al Nazareno y que sin explicación alguna, todavía existe en condiciones bastante buenas a pesar del paso del tiempo y las inclemencias de las manos en las que ha sido confiada.
He aquí algunas pruebas documentadas sobre la existencia de dicha sábana.
La Sábana Santa La siguiente es la condensación de una plática que escuché sobre la Sábana Santa, impartida por una experta de Monterrey que tiene años estudiando sobre el tema.
Hace más de dos mil años, según los relatos Bíblicos, Poncio Pilato mandó crucificar a Jesús de Nazareth "El Maestro", a petición del pueblo judío; el pueblo que no hacía mas de una semana antes lo aclamaba como Rey reconociendo sus milagros, en el famoso Domingo de Ramos. Tuvo que pasar por diversas torturas y vergüenzas, entre ellas ser despojado en público de su vestimenta, para que sus captores se rifaran su túnica; la flagelación, e inclusive le tejieron una corona de espinas en señal de burla por nombrarse el Rey de los Judíos. Como si fuera poco, todo este martirio lo vivió solo, pues sus discípulos se escondieron por el miedo a la multitud y a sufrir la misma suerte. Finalmente fue crucificado ante todo el pueblo y sus últimas palabras fueron pidiendo perdón a su Padre en el Cielo, por todos aquellos que se ensañaban con él "Porque no saben lo que hacen".
Después de la crucifixión, José de Arimatea, consigue permiso para bajar el cuerpo de Jesús antes de que den las 6 p.m. del viernes pues el Sábado es Vigilia, es decir, según la antigua ley de los judíos es el día de descanso obligatorio y por lo tanto inclusive prohibido llevar a cabo entierros. José de Arimatea, hombre justo y sin dificultades económicas, manda traer un lienzo de lino para darle sepultura, envolviéndolo en la tela de 4 mts de largo por 1.30 de Ancho y procediendo luego a depositarlo en una cripta sellada con una gran piedra. Cuando sus apóstoles van a visitar su tumba al tercer día, encuentran la piedra que sellaba la entrada al sepulcro movida y el lienzo cuidadosamente doblado sobre el sepulcro. El lienzo de allí pasa de mano en mano hasta la actualidad.
En 1898, un renombrado abogado que tenía ciertas influencias, obtuvo permiso para tomar fotos de la Sábana Santa, movido por su curiosidad y más que nada para descartar su autenticidad. Llevaba, el más sofisticado equipo fotográfico para ese entonces, y cual sería su sorpresa que al revelar las fotos, descubrió que era un negativo. Posteriormente en 1978, un grupo de 10 científicos de distintas religiones analizaron por 5 días el sudario y llegaron a las siguientes conclusiones:
Hay 1 posibilidad contra 10 mil millones de que sea un fraude.
El tipo de sangre es AB+, perteneciente a la raza judía sefardita pura.
La impresión en la tela está hecha por negatividad.
Está pintada superficialmente, no es una mancha de sangre u óxido o fluidos que impregnaría la tela: es una foto.
No hay rastro de pintura alguna
Tiene estabilidad térmica, pues a pesar de que estuvo en un incendio y se tuvo que meter en agua para evitar que se quemara , no sufrió daños considerables ni se pudrió o endureció como sucede con las telas quemadas.
Tiene estabilidad química, pues se tomaron muestras de fibra que se pasaron por diversas sustancias para tratar de cambiar el color y no se pudo.
Se nota ausencia de direccionalidad, es decir, no se notan las pinceladas de pintor alguno.
Pormenorización de detalles, lo que muestra es un cuerpo en la
posición de crucifixión (pecho abultado debido al esfuerzo hecho para que entre aire a sus pulmones; rodillas dobladas, pierna cruzada sobre la otra, para poderlas clavar juntas; brazos cruzados por la fuerza debido a la semi-rigidez de la posición de cruz), con la sangre vertida por la herida
del costado.
Tridimensionalidad, midieron el alto, ancho y volumen y coinciden con el
contacto que tuvo el cuerpo. Es la única fotografía de tiene 3ª. Dimensión.
Se descubren monedas sobre los ojos de la imagen que coinciden con la época, ya que según el ritual judío, en los ojos se les ponían monedas para sepultarlos.
Se nota en la imagen la barba echada hacia delante, una vez más comprobando el ritual judío de poner un pañuelo debajo del mentón para evitar que se abriera la quijada.
Sus características son tan perfectas, su complexión anatómica también,
por lo que se define como : EL HOMBRE, con dimensión anatómica perfecta.
Página siguiente |