- Introducción
- La historia, una tarea histórica
- El hombre y la cultura
- El maestro, sujeto histórico
- Maestros, padres y alumnos construyen la historia
- La historia, asignatura para transformar
- La historia en las aulas
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
La enseñanza y el aprendizaje de la historia en la educación primaria padecen deficiencias por las formas en que es abordada por los docentes, lo que conlleva a signar a esta materia escolar como aburrida, carente de sentido y significación. Esta apreciación de la historia se debe principalmente a que los docentes tienen una errónea concepción de la enseñanza y el aprendizaje y que el enfoque pedagógico adoptado no corresponde a los intereses de los alumnos y de la sociedad en general.
Es necesario profundizar en las implicaciones presentes y futuras de continuar con prácticas de la historia que conlleve a la mecanización del conocimiento y de formar alumnos pasivos y acríticos. De igual manera descubrir la trascendencia que tiene la historia, la cual va más allá de una asignatura escolar, pues su conocimiento a través de métodos científicos conllevan a la formación de sujetos activos, capaces de influir en los procesos de transformación de sus personas en busca de la integralidad y de los grandes procesos sociales en que se halla inmerso.
El conocimiento de la historia permite al hombre comprender el inicio, los procesos de desarrollo y transformación de la sociedad a la que pertenece y descubrir sus leyes de desarrollo social, lo que le permitirá actuar de manera consciente en el proceso histórico concreto.
La historia, una tarea histórica
La historia juega un importantísimo papel en el desarrollo de la sociedad, que va más allá, que trasciende de la visión reduccionista de una asignatura escolar.
El hombre en su devenir histórico hizo uso de todos los medios a su alcance para explicar los fenómenos tanto naturales como sociales, en este último, la historia fue pieza clave y existe una clasificación de acuerdo a sus fines: La historia Anticuaria cuyo máximo exponente fue Herodoto, justificaba y defendía el orden existente. La Historia Crítica, con tendencia liberadora, a través de su conocimiento se infundía rencor y odio a los causantes de la opresión social, Goethe y Voltaire enriquecieron este tipo de historia. La Historia de Bronce que promueve el espíritu patriótico y la consolidación de la nacionalidad, fue adoptada en los libros de historia de nuestro país, en ellos se exalta a los héroes, su entrega, su patriotismo y su calidad de mártir, es un ejemplo a seguir. La Historia Científica, propia de la concepción materialista de la historia, se apoya del conocimiento multidisciplinar, considera los hechos pasados para explicar el presente y advertir el futuro. ( González y González, 1995.)
La historia entonces, ha sido, es y será hechura del hombre para sus propios fines, sean estos, justificar, socavar un orden o como conocimiento para la lucha por la emancipación social.
En el desarrollo de las variadas formaciones económicas que a experimentado la humanidad han sido protagonistas dos clases de hombres, los que tienen todos los medios que brindan la riqueza y los hombres que carecen de lo indispensable para la vida digna. Estos protagonistas son la esencia de la historia, el motor que pone en movimiento los procesos del desarrollo histórico de la sociedad, la lucha de unos por querer conservar el lugar de privilegio en que se encuentran, la lucha de los otros por mejorar sus condiciones de vida, pugnando por la igualdad y el reparto de la riqueza de la que ellos son forjadores. En su Obra Educativa Lombardo, (1987), precisa que la historia de la humanidad es pues, la historia de una lucha constante entre dos clases sociales, la que tienen la riqueza pública y la que solo cuenta para vivir con la fuerza de su trabajo. Si se parte de esta premisa, la historia adquiere una dimensión socialmente importante, pues su conocimiento brinda herramientas para desentrañar el pasado, explicarse los fenómenos actuales y moldear el futuro con orientaciones emancipadoras.
Podría decirse que el conocimiento histórico otorga sentido y razón de ser a las actividades planeadas socialmente. Este conocimiento persigue un fin y las actividades se encaminan a cumplir esas metas, entonces, ¿por qué la historia y su enseñanza están relegadas aun segundo o tercer plano en la educación escolarizada?. Quien posee conocimientos de la historia de manera crítica, posee herramientas para sacudirse de la dependencia en la que se encuentra. Quien no posee este conocimiento o cuenta con el de forma distorsionada y de manera acrítica seguirá manteniendo el sistema de opresión en el que se encuentra, lo cual coloca al ser humano en un estado pasivo, vulnerable a la explotación y de más formas humillantes del régimen social en turno. De ahí que la historia abordada con un enfoque científico y poniendo de manifiesto actividades intelectuales como la reflexión, la crítica, la comparación, el análisis, etc., el conocimiento será guía para que la humanidad se encamine a establecer formas de relaciones sociales más justas, más igualitarias y más humanas.
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