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Crisis existencial (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

Ejemplos de una crisis existencial

Daniel, nos cuenta

"Tenía 35 años y estaba por casarme. Mi plan era casarme de grande, como papá. Él sostenía que un muchacho debía vivir, conocer todo y después colgar la chancleta y ser buen marido. Yo era muy enamoradizo, me gustaban mucho las chicas, tenía éxito y muchas novias. Me enamoraba a menudo y me gustaba mucho el estar acompañado de mujeres".

"Un día me estaba vistiendo para ir a una fiesta con mi novia. De pronto sentí un gran silencio interior y la convicción de que Dios me llamaba a su servicio. Pero lo rechacé: venía a complicar todos mis proyectos. Ese silencio se empezó a suscitar más seguido, sobre todo de noche, cuando me iba a acostar. Sentí que Dios me llamaba y al mismo tiempo que era libre en la elección. Me sentía halagado, pero me iba al country, nadaba y nadaba y le decía a Dios: 'No te confundas, a mí me gusta esto'. Y le pedía que me contestara".

"Una tarde se desató una tormenta brutal. Paré en Gázcue, justo enfrente de una iglesia. Y decidí entrar. En ese momento, el cura pregunta si alguien puede ayudarlo a decir misa. Me sentí señalado: era la contestación que había pedido a Dios".

"Lo más extraordinario que me pasó es haber sido llamado al sacerdocio, porque voy a ser sacerdote también en el más allá, para toda la eternidad. Cuando me llamó Dios, tuve que abandonar muchas cosas, y lo único que lamento es haber tenido que dejar el remo, la natación y la navegación a vela".

En este caso, la crisis existencial se resolvió por sí misma, ya que Daniel estaba dispuesto a seguir las coincidencias de su vida sin titubeos y sin dudas.

La agonía de Petra

Petra era una niña infeliz cuya vida empezara en un hogar donde la armonía era inaparente. Su mamá era una actriz de vodevil que desposó al marido por el dinero. Nunca estuvo satisfecha con sus cuatro embarazos y nunca se ocupó del cuidado de sus hijos. Petra creció sola, acompañada del servicio a quien ayudaba en los menesteres del hogar.

Cuando entró al kindergarten recuerda que pataleaba y que había que arrastrarla para que fuera a la escuelita local. Más adelante resistió ir al colegio, terminando en un internado de monjas que ejercían disciplina férrea y que usaban la humillación como castigo. Allí aprendió que su mamá era una persona libertina, por haber actuado en el teatro semidesnuda.

En el colegio, a la edad de doce años, se enamoró de otra muchacha de su misma edad. Esa aventura amorosa le causó mucho daño emocional, culminando en períodos alternantes de obesidad y de bulimia. Mientras que su padre abandonó el hogar y obtuvo un divorcio, la mamá retornó por un tiempo a Venezuela, su país natal.

El primer contacto con un terapeuta fue en Maracaibo, cuando Petra, sintiéndose deprimida, mencionó el suicidio a un primo que vivía con ellos. La pusieron en diazepan para sus ansiedades al que se volvería adicta — como adicta asimismo sería, a un sinnúmero de fármacos que obtendría en las calles por medio de sus amigos.

A pesar de vivir intoxicada la mayor parte del tiempo, Petra funcionaba y aún obtenía buenas notas, lo que le permitió ser admitida en una escuela norteamericana para completar el bachillerato, donde, luego de haberse graduado, se mudó con un hombre muy mayor que la maltrataba cruelmente. Una vez decidió, para no tener su hijo, huir de su compañía terminando un aborto en medio de la compañía de unos inmigrantes ilegales que se dedicaban al tráfico de las drogas.

Con ellos vivió un tiempo largo al margen de la sociedad y de la ley.

A los 21 años decidió retornar a su hogar, encontrando a su madre muy enferma con cirrosis del hígado. Estado que causaría su muerte en breve. Nunca recordó si la había afectado esa pérdida prematura, ya que no vertió lágrimas algunas.

Se convenció de que el placer y el dolor para ella no existían y que todo lo que podía hacer era fingir los sentimientos esperados para la ocasión dada.

Casó su primo, ahora médico, y se mudaron a Caraballedo donde vivió la vida estable de una adicta secreta. El marido, le proporcionaba los derivados de la morfina para tratar una neuralgia del trigémino facticia. No era feliz, pero tampoco era infeliz.

Tenía cuarenta y cinco años cuando, en un crucero, conoció a Jorge. "Fue, en realidad mi primer amor", dice de él. Se escondió durante el desembarque en las Islas Vírgenes y allí permaneció viviendo con Jorge en Saint Croix. Esta unión tampoco duraría, animándose a retornar a su esposo que ahora residía en los Estados Unidos, donde la conociéramos.

"Cuando yo estoy en grupos, voy a bodas, a entierros, a bautizos. Yo observo a los demás y me fijo cómo actúan, entonces yo los imito. Debo de ser una buena actora, porque todos creen que comparto los sentimientos de los demás… pero no es verdad… si hay algo que siento, es algo loco. O es tristeza o es vacío… a veces es como anestesia…"

La terapia de Petra fue muy interesante para Elena, su terapeuta, porque ambas establecieron una relación de mucha empatía. Petra abandonó totalmente el uso de las drogas y aceptó ser entrenada como líder, en un grupo de apoyo mutuo que asistía víctimas de trastornos afectivos y del comer.

La terapia analítica sacó a la luz los muchos traumas que ella sufriera en su niñez temprana, y fue capaz de revivir el impacto de sus pérdidas prematuras, las que nunca antes se permitió reconocer y, mucho menos, lamentar.

Hoy Petra es trabajadora social y asiste en una clínica de Recovery en Missouri.

Discusión

Los casos presentados ilustran fenómenos relacionados con etapas en el desarrollo de seres humanos cuando aparecen estreses que dislocan el ritmo del mismo y descarrilan el derrotero normal fijado. Estas etapas, se reconocen, a partir de Erikson, como crisis existenciales.

Para Erikson estas crisis son concebidas como un fallo a integrar las demandas de la evolución personal. Para quienes lo han seguido, significa más. Significa un esfuerzo a organizar las fuerzas disruptivas que, interfiriendo con la paz espiritual, pero a veces, persisten a pesar de los esfuerzos que todos hacen para remediarlas.

Petra se curó, su tristeza cesó y, en el proceso, ha ayudado a muchos otros…

Bibliografía

Amplia selección de artículos técnicos y de información general se pueden obtener por solicitud.

 

Dr. Félix E. F. Larocca

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