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Violencia contra la mujer, un tema que pica y se extiende cada vez que sale a la luz pública un caso lamentable. Según las Naciones Unidas, al menos una de cada tres mujeres ha sido golpeada, forzada a mantener relaciones sexuales o sufridas otro tipo de malos tratos a manos de su pareja. Ciertamente vivimos un clima de violencia como forma de resolver los conflictos. Y aunque tenemos una LEY ORGÁNICA SOBRE EL DERECHO DE LAS MUJERES A UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA, que tipifica 19 tipos de maltrato que incluso pueden llevar al agresor a pagar una larga condena, todo eso se queda en el papel.
Incluso esa legislación da facultad a la sociedad para denunciar esos actos. Pero cuando es la misma agredida la que debe llevar la citación judicial (pues así lo dice el articulado) a su victimario, entonces todo se vuelve un círculo vicioso, pues antes de que ella le entregue el papel puede ser de nuevo golpeada, y hasta más ser asesinada.
¿Y la función de la ley?, ¿Dónde están las casas de abrigo?, ¿Qué pasó con el papel de acompañamiento de las instituciones. Estas tres interrogantes válidas. Y por supuesto todas tienen respuestas: la ley es real, hay dos casas de abrigo (Una en Caracas y otra en Maracaibo – Estado Zulia) y las Instituciones sobran, partiendo de la existencia de un Ministerio para asuntos de la Mujer.
Según investigaciones adelantadas por especialistas del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (UCV – Cendes), las estadísticas mantenidas hasta hace tres años reflejaban que la tasa de mortalidad femenina por homicidios entre 1999 y 2002 para 100 mil habitantes pasó de 2 (constantes entre 1996 y 1998) a muertes, lo cual implica un crecimiento de 2,6 veces en cuatro años.
También el informe presentado por el Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres da cuenta y dice que, cuando se trata de violencia doméstica y hay una denuncia de por medio, no se aplican sanciones penales.
El Observatorio asegura que pocos llegan a tribunales y señalan que, de aproximadamente 9 mil expedientes reportados anualmente por el CICPC, el Tribunal Supremo de Justicia sólo registra alrededor de 1.500. La Socióloga Ofelia Álvarez, quién participó en el informe Sombra, dice que en vez de notarse un avance en el desarrollo de las medidas de protección entre los organismos, léase Defensoría Nacional de los Derechos de la Mujer, Fiscalía y Tribunales, más bien se ha producido una involución. Entonces, viendo el panorama anterior, es fácil deducir que la prevención sigue siendo el arma más directa frente a ese problema.
¿Dónde comenzar? María Sierra, del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer – Venezuela (UNIFEM), sostiene que lo ideal sería empezar en el hogar, pues se derribaría el mito patriarcal y la relación desigual de poder del hombre sobre la mujer. Dijo que actualmente el FONDO POBLACIONAL, UNICEF, UNIFEM y el INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS elaboran una planilla única de registro de todos los casos de violencia doméstica. Pero mientras esté en ejecución, sostuvo que lo primordial es hacer una campaña y difundir mensajes en la población juvenil, pues hay muestras evidentes de que cada vez más mujeres sufre maltrato durante el noviazgo.
De hecho, la socióloga Dalia Rodríguez, de la Universidad de Los Andes -ULA (donde precisamente comenzó la red contra la violencia a raíz del asesinato de Verónica, una bachiller a quien su novio le propinó 21 puñaladas), informó que una de cada cinco estudiantes es víctima de maltrato.
"Los refieren que la peor parte la levan ellas no sólo en cuanto a lesiones y cifras de muertes, sino en términos de coacción al desarrollo pleno de una vida sin perturbaciones. El asunto está basado en una relación desigual de poder donde la joven hace lo posible por mantener la relación, complacer y ceder", explica.
Señala que, cuando no se logra el control, "obediencia" o "respeto" al decirle a una mujer con quién puede o no andar, cómo vestirse, qué actividades puede o no hacer, se inicia el abuso verbal y psicológico, "y si no funciona, vienen los golpes".
También refiere que es una constante frases como "si me dejas me suicido", "no puedo vivir sin ti", "si me amaras, lo harías", que son parte de la manipulación psicológica.
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