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Bajo el signo del Alhambra y la cadencia del danzón (1902-1925) (página 2)

Enviado por Ramón Guerra Díaz


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La Academia Municipal de Música (1903), la primera de carácter estatal y fundada por Guillermo Tomás, con un programa amplio en la formación musical, sirviendo más al adiestramiento de músicos prácticos que a los concertista. En 1908 se amplió al crear las cátedras de Armonía y Composición, impartida por Fernando Carnicer.

La enseñanza de la música en Cuba tiene una amplia tradición sostenida en esta etapa por pedagogos de alta calificación, siendo la especialidad más desarrolla en la enseñanza artística. Sobresalen los Conservatorios de Peyrellade, Orbón, Falcón, Mauri y Sentenat, entre otros de carácter privado.

Es importante destacar el desarrollo de la enseñanza de la guitarra dada la presencia de instrumentistas de buena formación técnica como el cubano Severino López y el valenciano Pascual Roch, que en 1911 se establece en La Habana. En la década del veinte sobresale Vicente González (Guyún), excelente ejecutante y maestro que partiendo de la música popular sintetiza esta música con elementos del repertorio de la guitarra clásica.

En 1918 se crea la Sociedad Pro-Arte Musical, organización privada, sostenida por señoras de la alta sociedad habanera y que tenía por objetivo contribuir al desarrollo del gusto por la música clásica en la sociedad cubana. Su primera directora fue Teresa García Montes de Giberga, quien la presidió hasta su muerte en 1930.

El primer éxito de Pro-Arte Musical fue la celebración en enero de 1920 de un recital en la sala Espadero de la joven pianista brasileña Guiomar Novaes, lo que impulso a la Sociedad que vio acrecentar su membrecía. En 1923 inician los llamados Circuitos de Ampliación Musical que llevó recitales y conciertos a los asilos, la cárcel, la universidad y escuelas públicas. El primero de estos conciertos lo hizo el gran guitarrista español Andrés Segovia, en la cárcel de La Habana.

 

 

Autor:

Ramón Guerra Díaz

 

[1] Tomado de “Un mito de casi un siglo” de Octavio Borges, per. Granma, 18/11/1999, p. 4

[2] Rine Leal: “Breve historia del teatro cubano”. La Habana, 1980.

[3] Luis Cardosa Aragón, entrevista concedida a Pedro Pablo Rodríguez, en “Gaceta”/enero/1988

[4] Ver “Los coros líricos, de clave y guaguancó” de Helio Orovio en Revista Revolución y Cultura Noº 4, 1992

[5] Alejo Carpentier, “La Música en Cuba”

[6] Ídem

[7] En la actualidad estudios culturales reconocen otras variantes montunas del son en la región más oriental, el Nengón y el Quiribá, variantes a su vez del changüí.

[8] María Teresa Linares: “La Música y el pueblo”, pp. 87- 97. La Habana, 1974

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