El reto de la educación superior en la tercera edad, conflictos y desafíos

Vivimos en una sociedad donde la suma de cada uno de los días que suceden equivale a envejecimiento, no solo desde el punto de vista natural, sino también desde el poblacional, el cual a mi juicio es de gran importancia. Y digo esto porque cuando hablamos de envejecimiento lo primero que nos viene a la mente es una etapa de la vida donde todo sufre un desgaste y se va en decadencia, por ello a las personas que transcurren por la misma lo único que les quedaría sería esperar a que la muerte los sorprenda y así haber dejado su huella en este mundo. Mundo cuyo único fin ha sido el de clasificar, recriminar y desechar aquello que ya no nos sirve para mucho.

En tal sentido he querido comenzar con esta reflexión, que si bien no nos aporta mucho desde el punto de vista académico, sí lo hace desde el punto de vista humano, ya que aún cuando hasta hace solo poco tiempo atrás el adulto mayor era rechazado o poco tomado en cuenta no es menos cierto que en nuestros días es una de las partes de la población más tomada en cuenta para cualquier cambio socioeconómico y por qué no educativo que se desee realizar dentro de nuestro país.

Esto lo podemos evidenciar fácilmente no solo en las nuevas políticas aprobadas por nuestro Comandante como es el aumento de los retiros y pensiones, sino además y lo más importante de todo en la introducción de la Universidad del Adulto Mayor (UAM), la cual ha venido cobrando una importancia extraordinaria, pero a la vez ha generado intercambios, preocupaciones y un análisis profundo de las repercusiones y los resultados que ha arrojado la misma en el corto tiempo que lleva de formada.

Es preciso aclara aquí que la fundación de la misma se basa en los ideales de Mella y más próximos a la Psicología, pudiéramos decir que en lo postulados vigotskianos y por qué no humanistas, de aquí que me atrevería afirmar que cualquier resultado futuro va a ser como fin último desarrollador de potencialidades y capacidades.

Ahora bien, sucede que no todo lo que hacemos con buenas intenciones resulta ser siempre lo más adecuado, ya que aún cuando en muchas ocasiones creamos que contamos con la verdad absoluta en nuestras manos esta se nos escapa y de repente suele ser demasiado tarde para enmendar errores, algo similar a esto plantean algunos autores con respecto al tema en cuestión pero desde dos aristas muy diferentes en este caso tenemos:

• Los que defienden el criterio de que la vejez es una etapa de involución y no desarrolladora.
• Y los que afirman que dentro de esta también hay aprendizaje y evolución en el desarrollo.

Ya que nos adentramos en este tema, sería bueno y acorde con nuestra profesión aclarar que en tal caso se considera el segundo planteamiento como el más acertado, esto se debe a que si bien esta no es aún una etapa muy estudiada dentro del campo psicológico, se ha reconocido por muchos como un estadío dentro del cual predomina la pérdida de determinadas funciones tanto físicas como psicológicas, pero donde aún podemos encontrar factores resilientes realmente importantes y que son de gran valor a la hora de trabajar mas allá de la zona de desarrollo actual y profundizando en la de desarrollo potencial ( Vigotsky).

Partiendo desde esta perspectiva y teniendo en cuenta que el fenómeno de envejecimiento en la actualidad mundial cobra mayor fuerza a medida que transcurre el tiempo es que podemos decir que la atención sobre el mismo constituye un reto primordial desde el punto de vista educativo y formativo. En relación con esto hay que tomar como base un criterio fundamental, siendo este la contextualización de la población envejecida, o sea, en que marco geográfico y social se encuentra la misma, solo así podremos trazarnos estrategias bien estructuradas y aplicables a las individualidades personales de cada adulto. Es por ello que en nuestro país es muy frecuente que a la hora de tomar grandes decisiones como es la universalización del adulto mayor primero que todo se realice un estudio experimental, es decir, que se toma un grupo de muestra donde se lleva a cabo o se pone en práctica el proyecto concebido inicialmente, y en la medida que se avance con el mismo se le van realizando cambios y transformaciones buscando que este se adapte al ser humano y no lo contrario solo así y este es el caso de la UAM se logran resultados realmente objetivos y fructíferos.