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La Felicidad como problema en la filosofía de Pascal


Partes: 1, 2

  1. Abstract
  2. Introducción
  3. El problema de la felicidad
  4. Descripción del hombre: la antropología de Pascal
  5. La Apuesta
  6. Conclusión
  7. Bibliografía consultada

"If the doors of perception were cleansed everything would appear to man as it is, infinite".

William Blake

"Lo esencial es invisible a los ojos. Solo se ve con el corazón".

El Principito

"Que será de ti, ¡OH hombre! que buscas cuál es tu condición verdadera valiéndote de la razón natural… Conoce, hombre soberbio, qué paradoja eres para ti mismo. Humíllate, razón impotente; calla, naturaleza imbécil; aprende que el hombre sobrepasa infinitamente al hombre y escucha de tu maestro tu condición verdadera, que tú ignoras. Escucha a Dios".

Blaise Pascal

Abstract

"If the doors of perception were cleansed everything would appear to man as it is, infinite".

William Blake

Todos, de alguna manera, pensamos cuestiones existenciales. Recordemos que Martin Buber en su obra titulada ¿Qué es el hombre? Nos dice lo siguiente: "[…] En el hecho de la soledad es cuando el hombre implacablemente, se siente problema, se hace cuestión de sí mismo, y como la cuestión se dirige y hace entrar en juego a lo más recóndito de sí, el hombre llega a cobrar experiencia de sí mismo". Es decir, cualquiera se puede sentir "existencialista" con el simple hecho de emitir algún enunciado general sobre nuestra condición humana.

Ahora bien, enmarcándonos en este trabajo monográfico, aclaramos que la motivación para hacerlo fue netamente existencial. Preguntas, frecuentes y a mi criterio genuinas, como ¿Qué es el hombre? ¿De donde vengo? ¿A dónde voy? ¿Por qué estoy acá y no en otro lado? ¿La felicidad existe? Son las que se intentarán responder a lo largo de éste ensayo.

Pascal, autor trabajado en ésta investigación, aborda éstas preguntas desde su perspectiva antropológica, con una influencia teológica, regalándonos, de ésta manera, una respuesta del todo original.

Tengamos en cuenta que éstas preguntas y en especial la pregunta por el hombre, llevan implícitas cuestiones como ser el sentido de su existencia e inclusive la pregunta por Dios, la cual siendo indemostrable racionalmente, según Pascal, una solución posible es la de Apostar donde juega un papel importante el "Corazón". Se apuesta por Dios, vivir con Él o vivir sin El. Y sólo en ésta apuesta, además de superar la condición limitada del hombre, es posible encontrar la totalidad a la existencia humana y por tanto una posible felicidad.

Introducción

En el nivel más hondo de toda la actividad del hombre está el preguntar y buscar: el conocer, decidir y hacer del hombre suponen la función ontológicamente previa del cuestionar, es decir, llevan la estructura de respuesta a una cuestión. El hombre pone en cuestión toda la realidad que lo circunda: todo para él es cuestionable. El preguntar humano va siempre hacia el más allá de lo ya conocido y logrado, que permanece y permanecerá siempre ulteriormente cuestionable. La dialéctica del preguntar para conocer, y conocer para seguir preguntando, se revela como una dialéctica de la trascendencia: trasciende toda respuesta y toda meta alcanzada, haciendo de ellas nuevas preguntas. Y en el horizonte de este cuestionar emerge una cuestión diversa de las otras, singular: la cuestión del hombre. ¿De donde vengo? ¿A dónde voy? ¿Quién me pone en éste mundo? ¿Por qué estoy acá y no en otro lado?

Pascal aborda éstas preguntas desde su perspectiva antropológica –influida por una concepción teológica peculiar de su época que impregna todas las estructuras de su pensamiento– que resulta interesante, porque en él encontramos una respuesta del todo original.

La cuestión sobre el hombre no es privativa de ninguna concepción filosófica, pues con respecto al hombre dice Martin Buber en su obra ¿Qué es el hombre?: "[…] En el hecho de la soledad es cuando el hombre, implacablemente, se siente problema, se hace cuestión de sí mismo, y como la cuestión se dirige y hace entrar en juego a lo más recóndito de sí, el hombre llega a cobrar experiencia de sí mismo."[1]

Hay preguntas de las cuales no podemos escapar y que son inherentes a nuestra condición de hombres, que se mueven en nuestro interior, y no pocas veces salen a la luz con inquietante fuerza. Estas preguntas y en especial la pregunta por el hombre, lleva implícita cuestiones como el sentido de su existencia; la pregunta por Dios la cual, aunque como piensa Pascal, y dado que no hay un argumento racional para probar su existencia, es cuestión de apuesta, sólo en ella es posible encontrar la totalidad del sentido a la existencia humana.

Partes: 1, 2
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