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El mito del sol y la luna en el arte rupestre de las cuevas de Cuba

Partes: 1, 2

    1. Cueva de Las Mercedes
    2. Cueva de Ramos
    3. Cueva de Ambrosio
    4. El mito aborigen en el registro rupestre
    5. El diseño rupestrológico como clave semántica
    6. Estaciones con diseños similares en el Caribe Insular y Continental
    7. Conclusiones
    8. Bibliografia

    Resumen

    El arte rupestre como forma de expresión fue concebido por los aborígenes que poblaron nuestro archipiélago con una función fundamentalmente propiciatoria en los períodos iniciales de su desarrollo, para más tarde en el tiempo, concederle, entre otras, una dualidad funcional: propiciatoria-anecdótica. Esta doble funcionalidad se manifestó con mayores evidencias durante la etapa de economía productora o neolítico cuando el hombre primitivo, a falta de escritura, emplea la tradición oral y el arte rupestre como mecanismos para perpetuar la historia, hazañas, héroes y personajes mitológicos de su grupo cultural en sus ceremonias mágico-religiosas. Apoyándonos en los pasajes y relatos mitológicos del Caribe Continental e Insular recogidos por los Cronistas de Indias y los antropólogos y etnólogos de los siglos XVII al XIX, pretendemos demostrar la posibilidad y la validez, de identificar en los diseños rupestres algunos de los personajes estudiados, reconocibles además en otras expresiones iconográficas aborígenes sobre soporte de barro, concha y piedra en volumen así como los pasajes mitológicos en los cuales se encuentran envueltos. Todo este estudio se ve reforzado por el análisis de fuentes de carácter propiamente físico: mediciones espeleométricas, meteorológicas y topográficas.

    En nuestro archipiélago son innumerables las solapas, cuevas y cavernas, muchas de las cuales nos maravillan por la amplitud de sus bóvedas, sus espléndidas formaciones secundarias o por los millares de murciélagos que en ellas habitan. Por ello no resulta extraño que nuestros aborígenes en no pocas ocasiones los emplearan como lugares sacros. De ahí que en Cuba las estaciones rupestres se localicen en estos sitios, a diferencia de otras regiones de América y el Viejo Mundo. El diseño a que nos vamos a referir está constituido por la combinación armónica de varios "motivos pilotos", es decir de la línea doble o sencilla rematada por círculos en ambos extremos, que en ocasiones muestran un punto en su interior. Este diseño pictográfico, con mayor o menor nivel de complejidad, ha sido identificado en tres localidades cubanas de Oriente a Occidente. En este mismo orden se describirán los pictogramas, para seguidamente iniciar el análisis detallado de nuestra hipótesis.

    Fig. 1.- Ubicación geogáfica de las cuevas motivo de estudio

    Cueva de Las Mercedes

    Esta cueva se ubica en la ladera S de la elevación conocida como El Mirador de limones en la Sierra de Cubitas, en la provincia de Camagüey. Esta interesante representación pictográfica se encuentra a unos 12 m de la dolina del salón de la Catedral y a 0.80 m del pavimento de la galería; fue ejecutada con líneas negras y rojas (los ojos son de color terrígeno) de aproximadamente 0.015 m de ancho. Este sugerente diseño está formado por un dúo de círculos paralelos, a manera de rostros antropomorfos unidos entre sí por un par de líneas ligeramente en arco. Para describir el primer círculo nos detendremos inicialmente en aquellos elementos decorativos que rodean su borde superior. Este se caracteriza por una corona formada por una cadena de cuatro triángulos con los vértices dirigidos hacia arriba y termina en una pequeña circunferencia que a su vez es dividida en dos secciones similares por la recta que, como ya dijimos, une a las circunferencias que forman el diseño. En el interior de este círculo aparecen representados dos ojos – con un segmento de recta pintado en el interior de cada uno de ellos – como ávalos ubicados en la porción media y con una pequeña inclinación hacia el centro inferior de éste. La boca es un arco que se une al círculo en ambos extremos mostrando en el interior tres líneas que simulan los dientes. La nariz es un simple fragmento de recta dibujado perpendicular a la boca en el punto medio entre los ojos. El segundo rostro está diseñado con dos círculos concéntricos en el interior de los cuales se observan los ojos y la boca. Los ojos no guardan ninguna relación con los de la imagen ya descrita. El izquierdo está formado por lo que pudieron haber sido dos círculos concéntricos pequeños; mientras que el derecho es otro círculo proporcional a los anteriores que se encuentra dividido, en dos secciones similares, por la recta que lo une al de la izquierda. La boca que aparece ligeramente inclinada está representada por dos líneas paralelas que confluyen, a ambos lados, en el círculo menor. Los dientes (10) también están presentes como segmentos paralelos y perpendiculares a las líneas que forman la boca.

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