Propuesta para un análisis iconográfico de petroglifos: La Piedra de Sasaima, Cundinamarca (Colombia).
Enviado por Diego Martínez Celis
- La Técnica
- Hacia un análisis iconográfico
- Unidades formales de análisis
- Casos especiales
- Consideraciones finales
- Bibliografía
Generalidades
La Piedra de Sasaima se encuentra localizada en predios de la finca Taray, vereda El mojón, municipio de Sasaima, Cundinamarca (Colombia), en los 4 57'0.73" Norte 74 25" 5.50" Oeste. A 1.140 m.s.n.m (Botiva, 2000).
Localización de la Piedra de Sasaima. Fuente: www.google.com | Vista aérea virtual de la región de Sasaima, al fondo hacia el noroeste se puede apreciar el valle del río Magdalena. Fuente: www.google.com |
Reportada y transcrita por primera vez por Wenceslao Cabrera Ortiz en 1942, y nombrada también como "El monolito Panche", esta roca es uno de las más extensos páneles con petroglifos hallados en Colombia. Se trata de un yacimiento rocoso superficial, que emerge apenas unos pocos centímetros del suelo circundante, y cuya pendiente de aprox. 10° de inclinación la conduce, de este a oeste, hasta sumergirse en las aguas de la quebrada Talauta, en su parte más baja.
Se destaca principalmente por poseer una gran profusión de motivos. Cerca del 80% de sus 98 m2 de superfície se encuentra grabado.Para ver una documentación completa de este sitio consutar: http://rupestreweb.info/sasaima.html
Vista general de la piedra de Sasaima. En la parte inferior se puede apreciar el espejo de agua de la quebrada Talauta, la cual cubre el sector más bajo de la piedra. |
La Técnica
Los petroglifos de la piedra de Sasaima, tal como se observan en la actualidad, se perciben como el resultado de una considerable cantidad de tiempo y esfuerzo invertidos en su factura. No sabemos con certeza si estos grabados se realizaron durante un lapso de tiempo contínuo, o si su ejecución se prolongó, durante meses o años, en temporadas intermitentes. Tampoco conocemos la época en que se realizaron, ni quienes fueron sus artífices.
Los grabados comparten características técnicas de ejecución similares: la profundidad (2 a 4 mm) y el ancho de los surcos es homogéneo; se puede observar un piqueteado característico en el fondo de los surcos, lo que da una idea de la agudeza del instrumento que fue percutido para horadar la superfície rocosa. Hay pocas superposiciones, y no se reconocen diferencias significativas en el color de la pátina que recubre los diversos surcos grabados. Estas cualidades podrían sugerir que se trató de una actividad contínua, donde cada elemento se realizó con base en un ordenamiento conciente, controlado por particulares parámetros cognitivos, culturales y técnicos que pudieron mantenerse sin grandes alteraciones durante la ejecución de la totalidad del petroglifo.
Además de surcos, también se pueden identificar áreas profusamente punteadas, donde no se profundizó para obtener una diferenciación con la superfície, sino que se aprovechó el simple carácter de la textura resultante como delimitador del área signada.
Sector de la Piedra de Sasaima. Pueden observarse las diversas interacciones entre los surcos y algunas áreas punteadas. |
Hacia un análisis iconográfico
Según Cabrera Ortiz, en esta roca se pueden contar más de 400 motivos individuales (Botiva 2000); sin embargo este dato se relativiza si se tiene en cuenta que debido a la complejidad e interconección de los trazos no es fácil diferenciar motivos independientes. La definición de posibles elementos individuales se hace necesaria si se pretende algún tipo de análisis formal proyectado a establecer patrones iconográficos.
Iconografía
Desde una perspectiva general y según el DRAE (www.rae.es) iconografía refiere a la descripción y al tratado descriptivo o colección de imágenes.
En términos de Panofsky (1939) el método iconográfico, entendido como el estudio sistemático de las imágenes, tiene por objeto interpretar el contenido temático y el significado de las obras de arte. Un primer nivel de interpretación, la descripción pre-iconográfica, implica la identificación de los motivos reconocidos a simple vista; en el segundo nivel, iconográfico, se reconocen los temas o conceptos expresados, las formas como imágenes; y en el tercer y último nivel, el iconológico, se encontraría el significado intrínseco de la obra, su calidad como síntoma cultural de un momento histórico determinado, representado en valores "simbólicos".
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