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Carta a los adolescentes infames


Partes: 1, 2, 3

    1. Humildad, buenos modales, disciplina y respeto, las tres actitudes básicas para el comienzo del crecimiento
    2. El momento de la hybris y el final del miedo a la muerte como recomienzo de una nueva etapa
    3. Música, Gimnasia y Filosofía, los tres modos fundamentales del desarrollo
    4. Agonismo y semejanza
    5. Rivalidad, Olimpiadas y formación integral: contra la especialización extrema
    6. El pugilismo como ejemplo particular del agonismo educativo en general

    "Hamlet: ¿Qué es un hombre si su principal bien y la adquisición de su tiempo es sólo dormir y comer? Una bestia, nada más. Cierto que quien nos hizo con tan amplio entendimiento para mirar delante y detrás, no nos dio esa capacidad y esa razón divina para que se enmoheciese en nosotros sin usar".

    (Shakespeare Hamlet. Acto IV. Escena IV).

    Queridos y odiados adolescentes:

    Quisiera recomendaros leer la Carta a los poderes de Antonin Artaud antes de que leyerais esta misiva que os dirijo, y así lo haría si semejante lectura estuviese a vuestro alcance, pero antes tendréis que madurar un poquito, así que, comenzaremos con lo que sigue vuestra nueva educación. Se acabó lo divertido, se acabo el ser igual a quienes te superan, se acabó el ser absolutamente irresponsables, se acabó el cristianismo, ¡nenes, nadie os va a salvar!, Papá y mamá solo podrán manteneros eternamente en la condición de la infancia.

    Todo esto suena reaccionario hoy en día y lo contrario democrático, pero eso sólo es debido a que el mundo se encuentra cabeza abajo, en que el fascismo ha triunfado y usurpado hasta el nombre de su contrario, en que vivimos momentos de oscuridad en una nueva y renovada Edad Media.

    "Los hombres de antes eran grandes y hermosos (ahora son niños y enanos), pero ésta es sólo una de las muchas pruebas del estado lamentable en que se encuentra este mundo caduco. La juventud ya no quiere aprender nada, la ciencia está en decadencia, el mundo marcha patas arriba, los ciegos guían a otros ciegos y los despeñan en los abismos, los pájaros se arrojan antes de haber echado a volar, el asno toca la lira, los bueyes bailan (…). Todo está descarriado. Demos gracias a Dios de que en aquella época mi maestro supiera infundirme el deseo de aprender y el sentido de la recta vía, que no se pierde por tortuoso que sea el sendero". (Umberto Eco El Nombre de la Rosa. Barcelona, Editorial Lumen, 1982. Prólogo, p.22).

    En el mundo en el que vivimos no sois más que carne para el matadero, material para la explotación y el deshecho. No sólo depende de vosotros el que os liberéis de semejante destino sino que tendrá que ver con el medio ambiente en el que os haya tocado nacer y vivir. Pues ciertamente, para alcanzar la virtud hay que contar con la Fortuna, la suerte, la casualidad, el azar, o el entramado político-social en que caemos, influirán en nuestro desarrollo o subdesarrollo. Pero como ya le decía Epicuro a Meneceo, no hay que desesperar de que el porvenir no sea del todo nuestro porque tampoco es del todo no nuestro.

    Desgraciadamente, muchos de vosotros no vais a poder entender esta carta en su integridad, supera vuestras capacidades de alfabetización, pero aunque sea un diez por ciento, creo que será inteligible para cualquiera que sepa leer y escribir. Pero no pretendo educaros, irrespetuosos y engreídos engendros, sino que vuestra educación será en todo caso un derivado secundario de la mía y la de mis iguales, que es la que me interesa. No soy Teresa de Calcuta, ¿por qué habría de interesarme directamente por vosotros?.

     

     

    Obviamente se desprecia lo que no se entiende, el analfabeto adolescente despreciará la escritura como símbolos sin sentido, en lugar de orientarse hacia el aprendizaje de la lectura y de la escritura. Luego, el adolescente meramente alfabetizado, se creerá que porque sabe leer y escribir, sabrá leer cualquier cosa y escribir sobre cualquier cosa, sin darse cuenta de su situación de analfabetismo funcional, que hoy en día se sitúa al finalizar la educación secundaria obligatoria.

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