Por supuesto que la discusión y aprobación de esta ley comportó desencuentros con la Iglesia Católica; el más significativo de ellos tuvo lugar con los Capuchinos de Maracaibo, quienes a través de diferentes homilías y escritos manifestaron su rechazo a la ley de divorcio. Castro reacciona vivamente, ordenando al General Régulo Olivares agenciar la inmediata salida de todos los Capuchinos de Maracaibo y su traslado inmediato a Caracas. Ante la negativa de los sacerdotes franciscanos de someterse a la decisión presidencial, Castro ordena a Olivares, como ya va siendo costumbre, hacer preso al superior de Maracaibo y a todos los cofrades de la Orden, y expulsarlos inmediatamente del país.
Castro intento también manipular políticamente a las autoridades de la Iglesia para contar dentro de ella con firmes e incondicionales obispos a su causa restauradora. Nuevamente Rodrigo Conde, acucioso, precisa:
"Pero al lado de la prudencia inicial del presidente, aparece más tarde un Castro que intenta mantener sujeta la Iglesia a sus propios fines. En este sentido es el nombramiento de Ramón González, párroco de Petare, como Obispo de Barquisimeto por parte del Gobierno. Este sacerdote había conseguido el nombramiento a base de adulancias y su categoría moral no era la más adecuada. Lógicamente no fue aceptado por la Santa Sede lo que ocasionó las molestias del Gobierno (.) Esta segunda política castrista frente a la Iglesia no fue de persecución frontal, como había sido en tiempos de Guzmán Blanco, pero quizás el rasgo más característico fue el de aupar a los sacerdotes que al principio de su gobierno había combatido, en el incidente de la sucesión de Mons. Uzcátegui. Este grupo de sacerdotes no eran ni mucho menos los más edificantes del clero y ante todo buscaban el ascenso a través de las influencias políticas. Este grupo estaba liderado por el canónigo Arteaga y secundado por el Pbro. Fránquiz. El presidente asumió con fuerza los postulados de este grupo y solicitó la candidatura episcopal de Arteaga para la recién creada diócesis de Carabobo. A este fin incluso propuso la modificación de los límites de las diócesis trasladando la sede de Barquisimeto a Valencia. Tres años sostuvo esta propuesta ante la Santa Sede, hasta que abandonó el poder en 1908. Con Cipriano Castro ésta era la situación de la Iglesia en un gobierno lleno de anticlericales. Los discursos y cartas en alabanza a Castro por algunos sacerdotes llevan incluso a varios clérigos a proclamar la entrega total de la Iglesia al Gobierno civil en todos los casos de nominación de obispos, declarando a Castro como Patrono de la Iglesia de Venezuela prometiéndole fidelidad. Incluso le indican que debe usar todos los medios y recursos para someter a los obispos". (Conde, 2003, 180).
Sin embargo, no todo fue negativo en la relación de Cipriano Castro con la Iglesia Católica: "las autoridades eclesiásticas reconocen sus buenos oficios durante la grave crisis que sacudió a la cúspide de la Iglesia Católica en Venezuela con motivo de la enfermedad y estado de locura sufrida por el Arzobispo Críspulo Uzcátegui (1854 – 1904), hasta que su muerte abrió paso a la designación de Juan Bautista Castro (1846 – 1915). También, Castro había derogado el decreto de tiempos de Guzmán Blanco que prohibía el funcionamiento de los seminarios en el país". (García Ponce, 2006, 40).
En lo que respecta a Hugo Chávez hay que señalar que su actitud ante la religión es ambigua, por un lado, se confiesa decididamente cristiano, portador de crucifijo y escapulario que gusta mostrar e invocar, y por el otro, se declara profundamente anticlerical y ataca sin compasión a la Alta Jerarquía de la Iglesia Católica cada vez que ésta se pronuncia en contra o critica alguna medida gubernamental.
Esta reiterada actitud del Comandante Chávez llevó a la Conferencia Episcopal Venezolana a dirigirle en el año 2000 una Carta Abierta al Presidente de la República, en la que expresaba su profunda preocupación por los constantes ataques verbales del Primer Magistrado en contra de la Jerarquía Católica. En esa ocasión el Episcopado exponía:
"Por ello, los integrantes de la Presidencia de la Conferencia Episcopal sentimos el deber de conciencia de hacerle, con toda sinceridad y respeto, las siguientes consideraciones a la luz del Evangelio de ese mismo día: «Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿Por qué me pegas?»(Pasión según San Juan) (.) Acudimos al género de una «carta abierta» porque se trata de asuntos que han sido ventilados públicamente y porque desde la Presidencia anterior de la CEV no ha sido posible establecer un diálogo directo e institucional con el Primer Magistrado (.) Reiteramos la solicitud de una audiencia para continuar avanzando en un diálogo constructivo que establezca las bases de un discurso basado en la verdad y el mutuo respeto. Que Dios y la Virgen lo bendigan".
En 2001, luego de la detonación de veintiocho artefactos explosivos en diferentes templos del país, el Cardenal Velasco tomó la decisión de cerrar por tres días todas las iglesias católicas venezolanas.
El conflicto con la Iglesia Católica se agudizó en la confusa oportunidad del Golpe de Estado o del Vacío de Poder que se generó el 11 de abril de 2002, luego de la renuncia del Presidente de acuerdo con lo anunciado en cadena de prensa nacional por el entonces Ministro de la Defensa en funciones. En esa oportunidad, tanto el Cardenal Ignacio Velasco como Monseñor Baltasar Porras jugaron papeles protagónicos en los tres días decisivos de aquel mes de abril. El retorno de Chávez a la Presidencia de la República estuvo marcado por palabras de cristiano arrepentimiento, por besos al crucifico y por firmes promesas de consideración y tolerancia hacia sus opositores. Poco duro el propósito de enmienda de Chávez, a los días estaba otra vez utilizando toda su verborrea para atacar sin piedad al Cardenal y a la Conferencia Episcopal Venezolana, en especial a Monseñor Baltasar Porras.
El asilo del dirigente estudiantil de la Universidad de Los Andes Nixon Moreno en la Nunciatura Apostólica avivó todavía más el discurso anticlerical del Presidente Chávez, al Cardenal, a los Obispos sumó ahora al Nuncio de su Santidad en sus agudas críticas a la Iglesia Católica.
A continuación citamos parte de una intervención de Chávez luego de regresar de un viaje a Rusia y enterarse de la férrea oposición de la Iglesia al proyecto de reforma constitucional promovido por él y sus aliados en la Asamblea Nacional:
"Fíjense ustedes, la jerarquía católica, ¡caramba! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¿Hasta cuándo van a seguir ustedes, Monseñor? ¿No se dan cuenta del daño que le hacen a la Iglesia Católica? Yo llegué hoy viendo la prensa. Dicen que se reúnen los obispos. Y salen los voceros de monseñor, y el otro, diciendo que están preocupados porque la Constitución se está reformando en un conciliábulo secreto, una cosa así. ¡Qué cosa tan absurda! Monseñor, usted sabe la verdad. Que ahora es cuando, para poder reformar aunque sea una letra, bien sea porque el Ejecutivo lo propone, o la Iglesia, las corrientes sociales o cualquier corriente política lo proponen, pueden recoger firmas. ¿Usted no sabe Monseñor? Yo creo que es que no se han leído la Constitución los monseñores. Vamos a mandársela en latín, será. Ellos deben leer latín. ¡Cómo me defraudan a cada rato! Me defraudan, porque yo sí soy católico, claro, cada día soy más cristiano, yo cada día estoy más alejado de la jerarquía católica, porque me parece que hay un cinismo tan grande en la jerarquía católica, que uno siente repulsión de verdad,. Entonces me quedo con quien hay que quedarse siempre: mi Cristo, mi Señor, con él hasta la muerte. Razón tenía mi abuelita: "¡Cuidado con los curas!" me decía. Cuando ella me veía de monaguillo: "¡Ay! hijo ¿qué es eso de monaguillo? "Monseñor, monseñores, lean la Constitución por el amor de Dios, si es que lo hacen por ignorancia, reflexionen. Ahora, si lo hacen por perversión, deberían quitarse la sotana. No merecerían llevar la sotana, ni ser monseñores de la Iglesia Católica, ni de ninguna iglesia que hable de la moral, de los valores. ¿No saben ustedes, monseñores, que para reformar aunque sea una letra de la Constitución, ahora por primera vez en nuestra historia, hay que ir a un referéndum nacional?, ¿No saben, monseñores? Bueno, si es que no lo saben, yo se los digo. Ustedes parecen o son ignorantes, o son perversos, o son unos pervertidos, pues. Mentirosos, engañadores. Me refiero a los que dan la cara, porque hay otros que están en silencio, pero como dicen: "El que calla otorga". A mí me da tristeza ver a estos obispos de nuestra Iglesia Católica mentir, pero mentir con la cara bien lavada. Mírense en el espejo, por el amor de Dios, vayan a rezar 100 padrenuestros y 100 ave marías de penitencia porque terminan siendo como los politiqueros y da tristeza llegar a obispo para terminar siendo un mentiroso, un politiquero, un manipulador".
Al igual que Castro, Chávez cuenta con un conjunto de sacerdotes católicos -además de pastores evangélicos – que apoyan su proceso revolucionario. Es clara y notoria la presencia de cristianos evangélicos en su equipo de gobierno y el apoyo financiero que el gobierno le ha ofrecido a diferentes iglesias no católicas. Incluso ya existen iniciativas en marcha para instituir una Iglesia Bolivariana. En 2008, la prensa venezolana difundía la siguiente noticia para estupor de la Conferencia Episcopal Venezolana:
"Un grupo de sacerdotes y feligreses católicos creó la Iglesia Reformada de Venezuela, que declaró su respaldo al presidente Hugo Chávez y a su proyecto político bolivariano, informan medios de prensa. La Iglesia Reformada dijo que nacía en contraposición a la Iglesia católica tradicional y que estará formada por sacerdotes católicos y luteranos que aceptaron el reto de formar en el país una nueva Iglesia con un "fuerte espíritu" bolivariano y en contra del imperio norteamericano. El grupo dijo estar presente en el país desde hace un tiempo, bajo la dirección de Leonardo Marín Saavedra, primado de la Iglesia anglicana latinoamericana, procedente de Canadá, y Jon Jen Siu García, obispo electo coadjuntor y hasta hace poco párroco de la iglesia Santa Lucía en Ciudad Ojeda, en el estado Zulia. Marín dijo que forman parte de una Iglesia tradicionalista, en las mismas condiciones jerárquicas y de credo que la Iglesia católica, salvo que su compromiso es con los pobres. "Estamos aprendiendo a mirar a las clases bajas como lo hace el presidente Hugo Chávez, quien se ha preocupado por atender sus necesidades. Estamos luchando contra la explotación y el imperio estadounidense", afirmó. Los representantes expresaron su apoyo absoluto al proyecto socialista bolivariano y su rechazo a los imperios y al capitalismo. Asimismo, dijeron contar con la solidaridad de parte del gobierno de Chávez".
Como si el siglo no hubiese transcurrido y los actores fuesen los mismos, García Ponce comenta que: "según la opinión de Monseñor Baltazar Porras, la primera Conferencia Episcopal realizada en Venezuela, convocada por el arzobispo Castro, en 1904,"se realizó en un ambiente nada fácil, de suspicacias y tensiones por parte del Gobierno", y produjo la Instrucción Pastoral del Episcopado Venezolano, el primer gran documento de la Iglesia desde los tiempos coloniales". (García Ponce, 2006, 40).
Ejércitos propios construimos
Yo sigo la carrera gloriosa de las armas solo por obtener la
gloria que ellas dan; por liberar a mi patria, y por merecer las
bendiciones de los pueblos.
Simón Bolívar
Los dos caudillos no pueden negar su raigambre militar; Castro se forma en las montoneras del XIX y Chávez en la Academia Militar del XX, creada por cierto por el propio Castro a inicios del siglo. Ambos comparten la necesidad de contar con unas Fuerzas Armadas modernas y bien equipadas que respondan a sus políticas e intereses revolucionarios restauradores o bolivarianos, según el caso.
En lo concerniente a Castro, los historiadores le dan genuina importancia a su pionera tarea organizadora y modernizadora para disponer de unas Fuerzas Armadas de carácter nacional que, a la larga, le dieron la victoria definitiva frente a la amenaza de la Revolución Libertadora de Matos y ante los múltiples e indisciplinados alzamientos de los caudillos locales. Pino Iturrieta, en apretado texto del Diccionario de Historia de Venezuela, p.743, asienta:
"Desde los primeros meses de 1901, Castro eleva el pie de la fuerza nacional hasta 30 batallones, provee de armamento moderno a la oficialidad, aumenta el parque de reserva mediante la adquisición de fusiles modernos, compra trenes de artillería de montaña, funda una maestranza general para el servicio de las 3 armas, crea el arsenal de la Marina e introduce algunas variantes en el uniforme de la tropa. Con estas reformas, ocurridas entre 1901 y 1902, sienta las bases para la liquidación de la manera antigua de hacer la guerra y para la creación de una organización militar diferente a la montonera".
Ramón J. Velásquez documenta en detalle las acciones emprendidas por Castro para modernizar un ejército que contaba con obsoletos e ineficientes machetes, máuseres, escopetas, tercerolas, lanzas y palos para enfrentar al enemigo:
"el general Castro confía al doctor José Cecilio de Castro la misión de viajar a Francia para conjurar los modernos armamentos que ese nuevo ejército necesitaba. Y en su mensaje a la Asamblea Nacional Constituyente de 1901 participa que ha elevado el pie de fuerza a <<treinta batallones, como no los ha mantenido ningún otro gobierno, con la circunstancia muy importante de haber mejorado condición vestuario, equipo y pago al soldado del que hasta hoy se había ocupado gobierno>>. Informa que están llegando de Europa parques de artillería e infantería y que han completado las redes telegráficas del país, comunicando la República de uno a otro extremo. Al entrar en mayores detalles acerca de su política militar revela que ha <<aumentado el parque de reserva en 40.000 fusiles tipo moderno, del adoptado por los ejércitos Europa, con la correspondiente dotación cápsulas; ha comprado dos trenes artillería montaña, primera fuente baterías que trae un gobierno a Venezuela>>. Anuncia a los legisladores su propósito de formar un ejército armado y disciplinado a la moderna, con jefes circunspectos e instruidos, un ejército que constituya una escuela de honor y heroismo.
Expone con detalles su programa para dotar al país de una escuadra de guerra, dentro de la cual está la creación de una escuela para la marina de guerra; la formación del Almirantazgo, su Estado Mayor, oficialidad, escalafón jerárquico, emolumentos honorables de servicio y de retiro, en fin, una plana mayor del ejército de mar culta, instruida, circunspecta y apta". (Velásquez, 1991, 67).
Chávez, por su parte, en lo que se refiere a la modernización y equipamiento del contingente militar no se ha quedado atrás; desde el inicio de su larga regencia ha gastado ingentes sumas de dinero en estos menesteres. Compras de armas y equipos en especial a Rusia, Bielorrusia y España ocupan frecuentemente los titulares de la prensa mundial y venezolana, tal como el que citamos:
"El Kremlin confirmó que las compras de armas de Rusia a Venezuela, entre 2005 y 2008, se calculan en 4.400 millones de dólares (3.000 millones de euros). El paquete de esta negociación incluye 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov, 24 aviones Sukhoi SU con su armamento, 5.000 fusiles de Dragunov de alta precisión y la construcción en Venezuela de centros de adiestramiento para el personal y de mantenimiento para los equipos. A este monto se suma una línea de crédito de 1.000 millones de dólares que extendió Moscú al Gobierno de Caracas la semana pasada para la adquisición de más material militar".
El general Müller Rojas justifica esta diversificación de proveedores militares evocando a Castro:
"Desde que mi General Cipriano Castro formó el ejército moderno venezolano, en el año 1901 cuando hubo el bloqueo de la Revolución Libertadora. Nunca la Fuerza Armada Venezolana ha estado atada a un solo proveedor. Los primeros aviones que llegaron a Venezuela fueron franceses. Por ejemplo: la marina de guerra. Los buques de superficie son de fabricación italiana. Los tanques del ejército son franceses, la aviación también ha adquirido aviones franceses. De tal manera que, nosotros nunca hemos dependido de un solo proveedor. Eso nos da cierta autonomía estratégica. Si nos falla uno, nos lo da otro".
Chávez emprendió también la reforma de las Fuerzas Armadas Nacionales, ahora Fuerza Armada Nacional Bolivariana, con el fin de alinearla definitivamente con su proyecto revolucionario. La nueva ordenación de la FANB aprobada directamente por el Presidente en el marco de las Leyes Habilitantes busca:
"adecuar toda su organización a las nuevas exigencias, con una visión geopolítica que transita el sendero hacia la estructuración del Estado Social, amante de la paz, defensora de los derechos humanos y solidaria con las naciones hermanas del Continente Americano, dentro del Ideario del Libertador Simón Bolívar. (.) Como consecuencia de lo anteriormente expuesto y siguiendo el norte franco hacia la adecuación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a la nueva estructura jurídica y política del Estado, es menester e imperativo incluir en el nuevo texto legal, las disposiciones legislativas correspondientes a la profesión de los hombres y mujeres de armas, considerando en el mismo orden de ideas que el "ser militar", traspasa con creces las fronteras del oficio propiamente dicho, convirtiéndose sin duda alguna en una forma de vida distinta, con exigencias marcadas en cuanto a múltiples esfuerzos y sacrificios, incluso de la propia vida si fuere el caso, que en sí mismo lleva intrínseco. El juramento a la Bandera Nacional, marca para siempre a los hombres y mujeres de las armas y los involucra para siempre en el sagrado deber de servir a la Patria. El modelo de democracia social, participativa y protagónica delineado por el Texto Constitucional, como uno de los aportes fundamentales en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y demás normas del Ordenamiento Jurídico Positivo, incluso las de rango sublegal, hacen aparecer al principio de corresponsabilidad, lo que quiere decir, que no sólo es la Fuerza Armada Nacional Bolivariana la misionada para la defensa y la integridad del territorio, sino la sociedad en su conjunto; es precisamente de allí, de donde surge la Milicia Nacional, cuerpo especial que estará en todo tiempo adiestrado e integrado en las áreas donde ante la materialización de alguna de las hipótesis de conflicto les corresponderá actuar".
La Milicia Nacional, anterior Reserva Nacional, ha sido considerada como un ejército personal de Chávez, al decir de los analistas militares. El Decreto – Ley de creación de la FANB expresa taxativamente que:
"La Milicia Nacional Bolivariana es un cuerpo especial organizado por el Estado Venezolano, integrado por la Reserva Militar y la Milicia Territorial destinada a complementar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la Defensa Integral de la Nación, para contribuir a garantizar su independencia y soberanía. La Milicia Nacional Bolivariana depende directamente del Presidente o Presidenta de la República Bolivariana de Venezuela y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en todo lo relativo a los aspectos operacionales y para los asuntos administrativos dependerá del Ministro del Poder Popular para la Defensa (.) La Milicia Nacional Bolivariana tiene como misión entrenar, preparar y organizar al pueblo para la Defensa Integral con el fin de complementar el nivel de apresto operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, contribuir al mantenimiento del orden interno, seguridad, defensa y desarrollo integral de la nación, con el propósito de coadyuvar a la independencia, soberanía e integridad del espacio geográfico de la Nación".
A este respecto, Linares Benzo, en declaraciones ofrecidas a El Universal, califica a la constituida Milicia Bolivariana como una Guardia Pretoriana. En este sentido, expresa:
" El problema radica, según explica el especialista, en que esta nueva milicia va a depender directamente del presidente Hugo Chávez. "Esto lo que le da es base legal a una cosa que ya existe, la milicia tiene incluso sus oficinas en Miraflores, no estoy seguro de ello, pero en todo caso depende directísimamente del Presidente; lo que se está creando es una guardia pretoriana". Una guardia pretoriana no es más que un ejército privado al servicio de una sola persona, en este caso "contrapuesto a la Fuerza Armada institucional prevista en la Constitución" (.) "En la práctica esto significa que mientras el Presidente debe dar órdenes a la fuerza institucional atendiendo a sus líneas de mando naturales, con la milicia sus órdenes son atendidas directamente en los aspectos operacionales, pero con los otros componentes no y eso es crear un ejército paralelo". Esto afecta a la sociedad venezolana en el hecho de que al existir dos ejércitos "el riesgo de que peleen entre sí es gigantesco" (…) Rememora que en otras épocas de la historia estos enfrentamientos se han presentado: "Los emperadores romanos, para poder asegurarse en el poder, crearon un ejército que dependía directamente de ellos, que no era el regular romano controlado por el senado. Para estar por encima del ejército crearon el propio".
Castro, en opinión de Velásquez, inició
"una etapa en que la política nacional había quedado reducida a acatar las órdenes, instrucciones y caprichos del presidente (.) Junto con la libertad de prensa desapareció definitivamente el binomio Partido – Ejército, base de sustentación del liberalismo amarillo para ser reemplazada por el trípode Jefe – Ejército – Administración." (Velásquez, 1991, 84).
Chávez revive el trípode castrista de sustentación del poder en nuevos y cambiantes términos. El fallecido analista político Alberto Garrido analiza el novedoso trípode chavista en dos momentos. Uno inicial Caudillo – Ejército – Pueblo, fracasado prontamente en virtud de que prevaleció la entropía y el proceso revolucionario "interferido por la nomenklatura política, no logró manifestarse a través de avances concretos ni en el plano de la dignidad social ni en el de la independencia estratégica nacional". Después de esta decepción de la primera etapa del chavismo "los Ejércitos deben asumir una responsabilidad política y estratégica aún mayor. La fórmula sería entonces: Ejércitos, Caudillo, Pueblo (.) Se trata de que los cuadros militares comprendan a fondo esta situación ". (Garrido, 2001,116 y 117)
Y los cuadros militares lo vienen entendiendo.
Por La Patria Grande apostamos
Yo deseo más que otro alguno ver formar en América
la más grande nación del mundo, menos por su
extensión y riquezas que por su libertad y gloria.
Simón Bolívar
Estamos proponiendo, y no es idea nuestra, una
Confederación de Estados Latinoamericanos, incluso
en lo militar.
Hugo Chávez
Al Libertador Simón Bolívar se le atribuye la formulación y defensa inicial del Panamericanismo, es decir, de aquella iniciativa dirigida a confederar los pueblos latinoamericanos y defenderlos de las pretensiones imperiales del momento. Bolívar se compromete personal y explícitamente con la realización de un Congreso Anfictiónico en el Istmo de Panamá. A estos fines, envía senda carta a los Gobiernos de Colombia, México, Río de la Plata. Chile y Guatemala, a formar el Congreso de Panamá, la citamos en su totalidad debido a la influencia que tendrá y tiene sobre nuestros caudillos en estudio:
"Lima, 7 de diciembre de 1824.
Excmo. Señor
Grande y buen amigo:
Después de quince años de sacrificios consagrados a la libertad de América, por obtener el sistema de garantías que, en paz y guerra, sea el escudo de nuestro nuevo destino, es tiempo ya de que los intereses y las relaciones que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base fundamental que eternice, si es posible, la duración de estos gobiernos (.) Entablar aquel sistema y consolidar el poder de este gran cuerpo político, pertenece al ejercicio de una autoridad sublime, que dirija la política de nuestros gobiernos, cuyo influjo mantenga la uniformidad de sus principios, y cuyo nombre solo calme nuestras tempestades. Tan respetable autoridad no puede existir sino en una asamblea de plenipotenciarios nombrados por cada una de nuestras repúblicas, y reunidos bajo los auspicios de la victoria, obtenida por nuestras armas contra el poder español (.) Profundamente penetrado de estas ideas invité en ochocientos veintidós, como presidente de la República de Colombia, a los Gobiernos de México, Perú, Chile y Buenos Aires, para que formásemos una confederación, y reuniésemos en el Istmo de Panamá u otro punto elegible a pluralidad, una asamblea de plenipotenciarios de cada Estado "que nos sirviese de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de conciliador, en fin, de nuestras diferencias" (..) El Gobierno del Perú celebró en seis de julio de aquel año un tratado de alianza y confederación con el plenipotenciario de Colombia; y por él quedaron ambas partes comprometidas a interponer sus buenos oficios con los gobiernos de la América, antes española, para que entrando todos en el mismo pacto, se verificase la reunión de la asamblea general de los confederados. Igual tratado concluyó en México, a tres de octubre de ochocientos veintitrés, el enviado extraordinario de Colombia a aquel Estado; y hay fuertes razones para esperar que los otros gobiernos se someterán al consejo de sus más altos intereses (.) Diferir más tiempo la asamblea general de los plenipotenciarios de las repúblicas que de hecho están ya confederadas, hasta que se verifique la accesión de los demás, sería privarnos de las ventajas que produciría aquella asamblea desde su instalación.
Estas ventajas se aumentan prodigiosamente, si se contempla el cuadro que nos ofrece el mundo político, y muy particularmente, el continente europeo (…) La reunión de los plenipotenciarios de México, Colombia y el Perú, se retardaría indefinidamente si no se promoviese por una de las mismas partes contratantes; a menos que se aguardase el resultado de una nueva y especial convención sobre el tiempo y lugar relativos a este grande objeto. Al considerar las dificultades y retardos por la distancia que nos separa, unidos a otros motivos solemnes que emanan del interés general, me determino a dar este paso con la mira de promover la reunión inmediata de nuestros plenipotenciarios, mientras los demás gobiernos celebran los preliminares que existen ya entre nosotros, sobre el nombramiento e incorporación de sus representantes (.)
Con respecto al tiempo de la instalación de la Asamblea, me atrevo a pensar que ninguna dificultad puede oponerse a su realización en el término de seis meses, aun contando el día de la fecha; y también me atrevo a lisonjear de que el ardiente deseo que anima a todos los americanos de exaltar el poder del mundo de Colón, disminuirá las dificultades y demoras que exijan los preparativos ministeriales, y la distancia que media entre las capitales de cada Estado, y el punto central de reunión (.) Parece que si el mundo hubiese de elegir su capital, el Istmo de Panamá, sería señalado para este augusto destino, colocado como está en el centro del globo, viendo por una parte el Asia, y por el otro el África y la Europa. El Istmo de Panamá ha sido ofrecido por el Gobierno de Colombia, para este fin, en los tratados existentes. El Istmo está a igual distancia de las extremidades; y por esta causa podría ser el lugar provisorio de la primera asamblea de los confederados (.) Difiriendo, por mi parte, a estas consideraciones, me siento con una grande propensión a mandar a Panamá los diputados de esta república, apenas tenga el honor de recibir la ansiada respuesta de esta circular. Nada ciertamente podrá llenar tanto los ardientes votos de mi corazón, como la conformidad que espero de los gobiernos confederados a realizar este augusto acto de la América (.) Si V. E. no se digna adherir a él, preveo retardos y perjuicios inmensos a tiempo que el movimiento del mundo lo acelera todo, pudiendo también acelerarlo en nuestro daño (.) Tenidas las primeras conferencias entre los plenipotenciarios, la residencia de la Asamblea, como sus atribuciones, pueden determinarse de un modo solemne por la pluralidad, y entonces todo se habrá alcanzado (.) El día que nuestros plenipotenciarios hagan el canje de sus poderes, se fijará en la historia diplomática de América una época inmortal. Cuando, después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro derecho público, y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En él, encontrarán el plan de las primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones con el universo. ¿Qué será entonces el Istmo de Corinto comparado con el de Panamá?
Dios guarde a V. E. Vuestro grande y buen amigo.
Bolívar".
A la convocatoria del Libertador acudieron a Panamá sólo Perú, Colombia, México y Centroamérica, Inglaterra y Holanda asistieron como observadores. EE.UU. llegó tarde. El Congreso Anfictiónico aprobó un acuerdo de Unión, Liga y Confederación, y dos tratados complementarios, que debían ser sancionados por los gobiernos y congresos respectivos e intercambiados en la siguiente reunión a celebrarse en Tacubaya, México. En esta ciudad mexicana solamente se realizó una sesión, el 9 de octubre de 1828, puesto que los documentos en estudio no fueron aprobados por los respectivos gobiernos y tuvieron que ser declarados inoperantes. El sueño integrador fundamental de Bolívar, empero, no se extinguió allí. El Libertador siguió insistiendo, tratando de crear ahora la Confederación de Los Andes entre Colombia, Perú y Bolivia, y después con la Gran Colombia, para sumar otros dos nuevos fallidos proyectos de integración.
Estos ideales integracionistas bolivarianos los retoman años después, a su manera y mejor entender, Cipriano Castro y Hugo Chávez.
Mariano Picón Salas recrea una eventual reflexión de Cipriano Castro en una de las celebres fiestas capitalinas ofrecidas en su honor:
"Si él se llenó de gloria en las campañas que se iniciaron en Tononó y concluyeron en el Capitolio de Caracas, campañas comparables a las de Bolívar en 1813, ¿porqué no seguir imitando al Libertador; hacerse el albacea de sus mejores pensamientos y reconstituir, por ejemplo, la Gran Colombia? Estos sueños de gloria y de distancia, las fantasías heroicas en que se mira como nuevo Gran Capitán de los Andes, personaje hegemónico en un continente nuevo, embriagan su imaginación (.) Tenemos que realizar la voluntad de Bolívar. Reconstruir, por ejemplo, la Gran Colombia (.) Castro no dudaba que el camino de Tononó a Caracas podría rehacerse para llegar a Bogotá; quizás a Quito y Lima, como nuevo y fulgurante Napoleón del Sur". (Picón Salas, 1986, 108).
En carta al chileno Don Francisco Herboso del 2 de diciembre de 1903, Cipriano Castro plasma con claridad su ideario integracionista, una nueva visión de lo que podría ser una América Latina Integrada, una nueva Confederación americana, lejos de imposiciones y bloqueos de los poderosos, y al más puro bolivariano estilo. Velásquez recuerda que: "El ministro alemán en Caracas considera que Castro sufre una manía de grandeza, que le gusta compararse con Napoleón por lo que acepta complacido el título de <<El Cabito>> y que aspira a restablecer la Gran Colombia".
En coherencia con esta grande misión integracionista, El Restaurador expresa a Herboso:
".que siendo unos mismos los intereses de las Republicas latino – americanas, se impone de hecho su estrecha y cordial unión, mayormente si observamos que las demás naciones se coligan para obtener, más por la fuerza que por la razón y el derecho, lo que pretenden e los relativamente débiles (.) Si queremos pues, establecer en el porvenir, que el derecho sea quien resuelva todas las diferencias que puedan suscitarse entre el Norte, el Centro y el Sur, y entre estos y el viejo Continente, se hace necesario e indispensable que sin pérdida de tiempo procedamos a dar calor a la idea, a divulgarla por medio de la Prensa y por cuantos otros medios haya a mano, a fin de que ella se realice. Venezuela asegura a usted que siempre estará lista a ello".
Una vez más nada ocurrió a nivel continental.
Lo que si ocurrió y con mucho, fue que Castro dentro de su pretensión de crear la Gran Colombia Liberal, prestó formal apoyo a los liberales colombianos en su propósito de derrocar al gobierno conservador de turno. En apretada síntesis, García Ponce comenta como se desarrollaron las injerencias venezolanas que condujeron a la ruptura de relaciones con Colombia en 1901:
"en un primer momento de Castro en el poder trató de alentar a las corrientes políticas que en Colombia se oponían al gobierno conservador presidido por Manuel Antonio Sanclemente (1813 – 1902) y luego por José Manuel Marroquín (1927 – 1908) y a estimular a la llamada facción guerrerista del Partido Liberal colombiano (.) En enero de 1900 penetró en territorio colombiano la primera columna de tropas, compuesta por liberales colombianos y financiada por Cipriano Castro (.) en diciembre de 1900, partió de san Antonio del Táchira una fuerza colombo – venezolana de dos mil doscientos hombres, apertrechada y financiada por Cipriano Castro, cruzó la frontera y se puso a disposición del ejército liberal. Otra incursión liberal con presencia venezolana se realizó por los llanos de Casanare (.) A su vez el gobierno de colombiano (.) propició la invasión de Venezuela, el 27 de julio de 1901, a cargo del doctor y general venezolano Carlos Rangel Garbiras (.) Las fuerzas castristas (.) derrotaron a los invasores en San Cristóbal. Y, en respuesta a esa invasión colombiana, Castro organizó, en forma muy secreta, una incursión en territorio colombiano en septiembre de 1901 con tropas comandadas por el general venezolano Ramón Guerra (.) el día 22 fue vencido definitivamente en el combate de Carrapacera". (García Ponce, 2002, 57).
Por supuesto que a finales de 1901 Colombia rompió relaciones diplomáticas con el Gobierno de Cipriano Castro.
En lo concerniente a Chávez, las relaciones con Colombia han tenido un perfil parecido al comentado en tiempos de Castro. Su visible apoyo a las FARC, la enérgica condena al bombardeo del campamento de Raúl Reyes en territorio ecuatoriano, su muerte calificada como asesinato, los homenajes rendidos y la rabieta presidencial ante la revelación de los comprometedores datos de la computadora personal del guerrillero, unidos a tantos otros hechos como la colocación de un busto de Marulanda, alías Tiro Fijo, en una urbanización popular de Caracas, la propagandística y desproporcionada participación de Chávez en la fallida operación Enmanuel para la liberación de los rehenes en manos de las FARC, el caso Granda, los constantes insultos presidenciales, entre tantos otros, generaron tensas y difíciles situaciones con el país vecino. Chávez cerró las fronteras, expulsó al Embajador de Colombia, retiró al venezolano, y ordenó la movilización de tanques y hombres a la frontera. Fueron peligrosos días de tirantez y expectación. Afortunadamente las municiones se quedaron en sus respectivas caserinas y el sentido común imperó, aunque las relaciones entre ambos países siguen siendo tensas y espinosas.
En ambas circunstancias compartimos la pregunta lapidaria y concluyente de García Ponce acerca de la integración colombo – venezolana, totalmente aplicable por lo demás a las belicosas iniciativas de Chávez:
"¿Es esta la manera de forjar la unidad latinoamericana?"
En la actualidad, el Ideario Bolivariano que se imparte a los estudiantes venezolanos en las aulas sostiene:
"A pesar de que el proyecto de unidad latinoamericana no pudo tomar forma, el pensamiento bolivariano es el punto de referencia para pensar hoy sobre la integración en América Latina. La idea de unir a nuestros países en un solo bloque económico, político y social, buscaba defender la soberanía y las riquezas de la América mestiza frente a las intenciones imperialistas de los países poderosos. Asimismo, buscaba convocar a todos los pueblos bajo un mismo proyecto libertario, basado en una democracia verdadera de libertad, igualdad y justicia (.) Ya en 1812, señalaba en el Manifiesto de Cartagena: "Yo soy del sentir y del pensar que mientras no centralicemos nuestros gobiernos americanos, nuestros enemigos obtendrán las ventajas más completas; seremos envueltos indefectiblemente en los horrores de las disensiones civiles y conquistados vilipendiosamente por ese puñados de bandidos que infectan nuestras comarcas" (.) Además de retratar la opresión del imperio español y las oligarquías apátridas, analizó con gran agudeza el peligro que provenía de los intereses de otras naciones y grupos de poder. En concreto, anticipó el voraz y criminal imperialismo del Norte, al afirmar en 1829: "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad". Washington también condenó el proyecto bolivariano de una América Latina unida. El presidente Monroe, que decretó que América Latina era el patio trasero de Estados Unidos de América (EUA), identificó a Bolívar como "un déspota militar de talento", "el loco de Colombia", el "libertador de esclavos"… Incluso la jerarquía eclesiástica llegó a excomulgarlo, y lo comparó con el mismo Satanás (…) El proyecto de integración, orientado a sentar las bases para la confederación hispanoamericana, tenía varios elementos centrales:
La unidad para hacer frente a los peligros que amenazaban a las nacientes Repúblicas;
La adopción de pactos de protección y defensa mutuas como mecanismos para garantizar que ninguna nación extraña se inmiscuyese en los asuntos internos de las nuevas Repúblicas; y
La adopción de acuerdos amistosos para resolver eventuales disputas entre nuestras naciones.
Inicialmente, propuso ante el Congreso Anfictiónico de Panamá la gran Confederación, que incluía desde México hasta Argentina. Cuando entendió que la Confederación estaba llamada a fracasar, debido a los intereses mezquinos de las clases dominantes locales y sus gobernantes, puso todo su empeño en la constitución de la Federación de los Andes, que comprendía a las naciones que él había liberado (la Gran Colombia, Perú y Bolivia) (.) Tras el fin de la Federación, el Libertador se concentró en salvar la unidad de la Gran Colombia. Sin embargo, también este proyecto integracionista se vino abajo, luego de que las oligarquías locales de las tres actuales Repúblicas conspiraran para dividirla. Pese a estos fracasos, el gran diseño del Libertador se instaló firmemente en el imaginario de nuestros pueblos, y hoy revive de la mano del pueblo bolivariano".
Este ha sido el gran objetivo de la Política Exterior Bolivariana: El ALBA, PETROCARIBE, el ingreso a MERCOSUR, entre tantas otras iniciativas son claro ejemplo de la apuesta de Chávez por la Patria Grande de Bolívar. No en vano el órgano de difusión oficial de las políticas y realizaciones del ALBA se denomina sin más La Patria Grande.
Chávez ha apoyado su política de integración en la chequera petrolera – "que como la espada de Bolívar camina por América Latina", según sus más fieros opositores -; el Petro – Estado Venezolano busca imponer su Revolución Bolivariana y Continental mediante la compra de bonos de la deuda externa de los países de la región, la oferta de construir refinerías a diestra y siniestra, la venta de petróleo y sus derivados a precios subsidiados y cualquier otra canonjía que al Caudillo del Siglo XXI se le ocurra en el momento.
Si esta política dadivosa nos parece extraña y fuera de contexto, recordemos las acciones que Cipriano Castro emprendió en su momento, en un país sin petróleo y económicamente quebrado:
"Picón Salas escribe que Castro designó al escritor guatemalteco Máximo Soto Hall para que recorriera toda la América Latina, provisto de una bolsa muy nutrida de dólares, para promover la Liga Latinoamericana, en abierta oposición al "Panamericanismo" de Teodoro Roosevelt. Es que Castro, además de toda su justa aversión a la política de la gran potencia, y de apoyar a la vieja y perenne idea, muy brillante y prometedora en el papel, de la unión de las naciones iberoamericanas en vez de la anarquía y el enfrentamiento crónico que siempre agudizó sus debilidades, deseaba también arrogarse el protagonismo de gran componedor de la unidad. Tan es así que en 1906 "se enfureció" (es el término que usa Nikita Harwich Vallenilla en su libro la "New York Bermúdez") cuando Río de Janeiro fue escogida como sede de la Tercera Conferencia Inter – Americana, en vez de Caracas, ciudad por la que él había abogado como sede, desde el año anterior". (García Ponce, 12006, 61).
En términos de Chávez cambiar ALCA por ALBA.
A la Revolución Libertadora, al Bloqueo "Pacifico", al Golpe de Estado y al Paro Petrolero sobrevivimos
¡Venezolanos! La Planta insolente del extranjero
ha profanado el sagrado suelo de la Patria.
Cipriano Castro
Las crisis son necesarias y hay que generarlas.
Hugo Chávez
El General y banquero Manuel Antonio Matos, humillado y dolido, luego de haber sido hecho preso y trasladado al tenebroso "Tigrito" de La Rotunda, comienza a concebir su personal venganza contra Castro, a recibir extrañas y continuas visitas, a otorgar desusadas audiencias. El Ministro de los Estados Unidos, los jefes de tres importantes compañías extranjeras: The New York and Bermúdez Company, The Orinoco Corporation y The Orinoco Shipping Corporation comienzan a calentarle la oreja al banquero guerrero. Los franceses del Cable y los alemanes del Ferrocarril se suman a las insinuaciones. Se gesta así, poco a poco, la Revolución Libertadora. "Un parte de inteligencia" informa:
"El Trust del Asfalto y la Orinoco Shipping, descontentos por las medidas del Gobierno Restaurador decidieron en Nueva York apoyar al potentado venezolano Manuel Antonio Matos para la adquisición de un barco destinado a transportar tropas revolucionarias a Venezuela (.) Matos adquirió en Londres (.) el vapor de carga Ban Righ, que fue despachado con destino a Martinica, lugar convenido para la concentración de los comprometidos. El Ministro de Defensa, General Ramón Guerra; y el Gobernador de Aragua, General Luciano Mendoza, se comprometieron en la insurgencia (.) el barco pirata fue bautizado El Libertador; y a comienzos de 1902 zarpó con destino a costas venezolanas (.) fue puesto en combate a la altura de Cumarebo". (Rodríguez Durán, 1998, 244).
El arribo del buque El Libertador, o la Matera como también fue bautizada la nao por el populacho, fue el toque de diana para advertir que la Revolución Libertadora llegada un tanto atribulada por costas del mar Caribe estaba presta para desplegarse en venezolana tierra. Esta Revolución Libertadora que agrupó sin éxito a las desperdigadas iniciativas de los caudillos regionales, algunos de ellos ya mencionados, a los que se sumaron otros cabecillas nacionalistas y liberales amarillos, después de muchas peripecias y batallas, se desmoronó finalmente en la "tremenda prueba", en la Batalla de La Victoria que se inició el 12 de octubre, fecha del cumpleaños de Castro, y culminó el 3 de noviembre de 1902, día en que las exhaustas tropas libertadoras reciben del derrotado General Matos la orden de retirarse del campo de batalla.
Picón Salas subraya el carácter sui generis que tuvo la Revolución Libertadora:
"Esta pretenderá fundir cosas tan contradictorias como "el respeto de los intereses extranjeros" y la rebeldía autóctona y sueño de predominio de que agitaba a los grandes caudillos desplazados o resentidos como Monagas, rolando, Peñaloza, Solaigne, etc. Junto a Matos, sus cuidadas manos, su lengua políglota y el hermoso parasol con que se defiende de la canícula inclemente, actuarán en la Revolución personajes tan híspidos e irremediablemente bárbaros como el indio Rafael Montilla, el "tigre de Guaitó". Nunca se vieron en otra guerra civil venezolana alianzas tan inverosímiles". (Picón Salas, 1986, 144).
De allí la relevancia que Ramón J. Velásquez le otorga al decisivo combate entre Castro y Matos en tierras aragüeñas:
"La batalla de la Victoria es el episodio final de un régimen político – militar que asume el control del país en 1803 con el triunfo de la Revolución Federal y se consolida definitivamente en 1870, cuando el General Antonio Guzmán Blanco entra triunfante en Caracas como héroe de la Revolución de Abril. Durante treinta y nueve años, el liberalismo bajo distintos nombres (liberalismo federalista, liberalismo amarillo, liberalismo legalista), establece un total dominio sobre el país que no logran disputarle los grupos de oposición, perseguidos con el calificativo de <<godos>> o conservadores. En La Victoria, a la alianza militar de liberales amarillos y nacionalistas, se va a enfrentar un nuevo ejército nacional, en cuyo comando predominan nuevos jefes militares y con otra composición regional en los contingentes de tropas, dentro del cual por primera vez actúa, en forma predominante, gente de los Andes". (Velásquez, 1991, 73).
Inés Quintero, por su parte, concluye:
"La Revolución Libertadora constituye así, la última de las guerras civiles venezolanas. Pero además cancela, de manera permanente, una forma de ejercicio político cuyos protagonistas estelares fueron los caudillos".
Y por si no hubiera sido poco, en diciembre de 1902, a escaso un mes de la Batalla de La Victoria, ocurre el bloqueo "pacífico" de las costas venezolanas por parte de los acreedores de la República, origen de la célebre proclama que comienza: "¡Venezolanos! ¡La Planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria!".
En efecto, "la situación de tensión en las relaciones de Venezuela con los países europeos que representaban a los acreedores de la deuda contratada en 1896, se originaba en los atrasos en la cancelación de la misma y el lenguaje que juzgaban inapropiado por violento, utilizado por el presidente Castro. A la deuda de 1896 se sumaban centenares de reclamaciones de ciudadanos europeos residenciados en Venezuela y que habían sido víctimas de los excesos de las guerras civiles". (Velásquez, 1991, 74).
Ante la negativa reiterada de Castro a cancelar las deudas pendientes con los ciudadanos y con los Estados, buques de guerra de Inglaterra y Alemania, con la anuencia del gobierno norteamericano, amparado en la Doctrina Monroe, ocupan el 9 de diciembre el puerto de La Guaira. El 12, se suman naves de Italia que serán acompañadas luego por navíos de las armadas de Francia, Holanda, España, Bélgica y México. La armada venezolana es capturada y reducida, Puerto Cabello es bombardeado, y en enero de 1903, los invasores intentan forzar la Barra de Maracaibo, donde fueron repelidos. Castro aprovecha esta circunstancia para lanzar su celebrada proclama, avivando el nacionalismo y el antiimperialismo como ya lo había hecho en su carrera parlamentaria a raíz del asunto de la Guayana Esequiba, y realiza maniobras políticas para conseguir alianzas y patrocinios como la excarcelación del Mocho Hernández, quien se suma a la defensa de la soberanía de la Patria. Rodríguez Campos comenta el multitudinario y dispar apoyo que recibió Castro:
"Al margen de cualquier juicio pasado o presente, se debe reconocer que a pesar de la guerra civil que enfrentaba, pocas veces en Venezuela un jefe de Estado ha recibido respaldo tan decidido de la población. Conmovidos por la gravedad de las ofensas recibidas, galvanizados con la lectura de la proclama y otras declamaciones patrióticas, miles de venezolanos aptos para la guerra se presentaron voluntariamente a los cuarteles reclamando su puesto en el combate; miles y miles de cartas y telegramas llegaron a Miraflores desde todo el país con idéntico mensaje: los estudiantes universitarios llamaron a la guerra y se manifestaron dispuestos a cambiar los libros de estudio por los implementos bélicos; hasta ciudadanos de naciones latinoamericanas escribieron solicitando se les enviara el pasaje para venir a combatir por nuestra causa". (Rodríguez Campos, 1991, 120).
Aceptada finalmente la mediación de los Estados Unidos de América, el conflicto se resuelve mediante la firma de nuevos acuerdos para la progresiva cancelación de las acreencias en mora. El propio Castro escribe a su hermano Celestino y a Leopoldo Baptista para darles la buena nueva. En textos similares, el Cabito expresa:
"Feliz y honrosamente para Venezuela ha sido arreglado el conflicto internacional en el cual hemos representado un papel importantísimo en medio de la admiración y el aplauso universal (.) Mi actitud resueltamente enérgica, y la heroica resistencia en el Castillo San Carlos, salvaron el honor y la integridad nacionales de humillaciones y venganzas (.) En síntesis el arreglo es el siguiente: "Washington 14 de febrero, 2 p.m. Todos los buques venezolanos serán devueltos. Pagué anoche cinco mil quinientas libras esterlinas a la Gran Bretaña conseguidas de Boulton. Venezuela debe pagar una suma igual a Alemania dentro de treinta días. El único otro pago en efectivo consiste en una suma de cerca de 1.500.000 bolívares; esta suma debe pagarse a Alemania dentro de cinco meses, un quinto el 15 de marzo y después un quinto cada mes. La cuestión de tratamiento se someterá a La Haya (.) El 30 % de los ingresos de la Aduanas de la Guaira y Puerto Cabello debe entregarse el primero de abril y el primer día de cada mes al representante del Banco de Inglaterra en Caracas hasta que La Haya haga su decisión y después será distribuida de acuerdo con la decisión de La Haya (.) Todos los tratados continuarán vigentes. Italia obtiene "la cláusula e la nación más favorecida". Enviaré protocolos de hoy en una semana. Bowen" (.) Por los periódicos te impondrás mejor de nuestra buena situación.
Cipriano Castro.
Chávez, por su parte, sale políticamente airoso de dos situaciones extremadamente comprometidas para su permanencia en el poder. El Golpe de Estado de 2002 y el Paro Petrolero de 2002 / 2003.
De acuerdo con un apretado resumen de Verónica Meneses en documento de www.monografías.com, los hechos relacionados con el Golpe de Estado o Vacío de Poder de abril de 2002, se desarrollaron de la siguiente forma:
"La polarización continuó en 2002. Luego de que Chávez reemplazara en febrero a los directivos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela PDVSA con personas afines a su proyecto, grupos de empleados y altos gerentes de la compañía escenificaron protestas internas, pues a su juicio se había violado la "meritocracia", sistema de ascenso corporativo basado en el mérito y rendimiento implementado en la petrolera venezolana (.) El 7 de abril, el presidente Chávez anunció el despido de estos altos gerentes, y las protestas opositoras se intensificaron. El 9 abril de 2002 la máxima confederación obrera del país y la federación de empresarios, apoyados por la Iglesia Católica, las televisoras y los partidos políticos opositores, anunciaron un paro general de veinticuatro horas para apoyar a los directores de PDVSA (.) Los convocantes llamaron a marchas en diversos puntos de la ciudad capital donde estaban ubicadas las sedes de la empresa, y el chavismo respondió pidiendo a sus seguidores rodear el Palacio de Miraflores (sede del gobierno) en la mañana del 11 de abril. El paro se convirtió en indefinido al día siguiente (.) La oposición convocó el 11 de abril a una marcha que reunió a cientos de miles de personas, que originalmente iba destinada y autorizada hasta la sede de PDVSA Chuao, pero fue desviada al palacio de Miraflores, sede de la Presidencia. Al llegar al centro de la ciudad, las protestas se convirtieron en violentos disturbios que fueron reprimidos en medio de tiroteos de partidarios y opositores al gobierno chavista (.) Finalmente, hubo diecinueve muertos y unos cien heridos, de ambos bandos. Durante los hechos, Chávez se encontraba en el palacio de Miraflores, desde donde emitió una "cadena nacional" (transmisión conjunta a través de todas las emisoras de radio y televisión de señal abierta) de varias horas de duración, que comenzó después de activar el llamado Plan Ávila (.) En horas de la noche, el presidente Chávez fue presionado por los militares que lideraban el golpe, quienes le exigieron entregarse y renunciar o, si no, atacarían el palacio presidencial, aún rodeado de civiles chavistas. Finalmente, en horas de la madrugada del 12 de abril, Chávez accedió a entregarse, abandonó Miraflores y fue transportado inicialmente a la base militar ubicada en Fuerte Tiuna, Caracas (.) Horas después, el general en jefe Lucas Rincón, quien en la tarde del día anterior había desmentido rumores de la detención de Chávez, aseguró que el Presidente había aceptado la renuncia. (.) Horas después fue juramentado Pedro Carmona, líder de la federación de empresarios, como presidente interino. Acto seguido emitió un decreto que disolvió el Parlamento, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y se dio a sí mismo poderes por encima de la Constitución, (.) El 14 de abril en la madrugada, luego de fuertes protestas populares y con el apoyo de varias guarniciones militares, así como de recuperación del Canal del Estado, Chávez fue liberado de su prisión militar en la isla La Orchila y restituido como jefe de Estado".
Enfrenta así Chávez una rebelión de dimensiones avasallantes, la solidaridad militar y la convicción democrática del General Rafael Baduel, a quien también podríamos denominar como Castro a Gómez, El Salvador del Salvador, unidas a un importante clamor popular que demandaba "Queremos ver a Chávez", permiten el regreso del Comandante al Palacio de Miraflores para retomar el ejercicio de la Primera Magistratura y cantar orgulloso una ranchera mexicana para comunicar que "sigo siendo El REY".
En relación con la Paro Petrolero contra el gobierno de Chávez, la historiadora Margarita López Maya en ensayo publicado en www.edu.red señala:
"El 2 de diciembre, con todo lo anterior a cuestas, comenzará el cuarto paro cívico en el lapso de un año. (.) Este paro mostró connotaciones distintas a los precedentes, al hacerse evidente que no sólo se sumaba al paro la gerencia administrativa de PDVSA, como en abril, sino también buena parte de la gerencia operativa y los capitanes de la Marina Mercante, procediendo a paralizar las actividades operativas de la compañía y prácticamente de la totalidad de la flota de tanqueros de PDV Marina .PDVSA es la compañía más grande de América Latina, y corazón de la actividad económica de Venezuela. La mitad del ingreso fiscal venezolano proviene del negocio petrolero. El lunes 9 de diciembre, día en que la oposición convirtió el paro en "indefinido" hasta que cayera Chávez, en cadena oficial trasmitida por todos los medios de comunicación audiovisual, el presidente de PDVSA reconoció que la compañía estaba virtualmente paralizada. Denunció el paro como un "sabotaje criminal". Convocó al pueblo a salir a la calle y rodear edificios, instalaciones y otros bienes de la empresa, a fin de apoyar al gobierno en su esfuerzo por presionar a la gerencia a levantar la paralización (.) El conflicto petrolero se hizo central, y las demás acciones perdieron relevancia (.) La paralización de la industria dio una dimensión profunda a la crisis. Más allá del gobierno de Chávez, el conflicto perseguía la quiebra financiera del Estado venezolano.
En el caso de tener éxito la gerencia de PDVSA, manteniendo el control de la empresa y forzando la salida del presidente, se convertiría en un actor con poder de veto sobre los gobiernos electos, una empresa por encima del Estado nacional capaz de imponer su proyecto político a éste y a la sociedad en su conjunto. Pese a los muchos pronósticos que aseguraban que no había gobierno venezolano que aguantara un paro petrolero, hacia mediados de enero la evolución del conflicto tendía a favorecer al gobierno. Lentamente éste volvía a ganar control sobre la empresa, activaba diferentes operaciones, y anunciaba un proceso de reestructuración de la misma. Hacia principios de febrero más de 5 mil gerentes y trabajadores habían sido despedidos por abandono del trabajo y la empresa había logrado rescatar todos sus tanqueros, iniciar el proceso de arranque de sus refinerías, y exportar poco más de un millón de barriles diarios, un poco más de un tercio de su capacidad normal. En el mes de febrero esta tendencia se hizo franca: los despidos pasaban de 11 mil y se habían reiniciado la exportación de crudos y la producción de derivados".
Chávez provocó abiertamente la crisis petrolera y contra viento y marea la superó, logrando poner a PDVSA y a su nueva dirigencia al servicio definitivo de su proyecto bolivariano.
Por supuesto que dentro del espíritu nacionalista y la vocación antiimperialista de ambos caudillos, en la Revolución Libertadora, en el Bloqueo, en el Golpe Estado y en el Paro Petrolero, según la circunstancia histórica de cada caudillo, estuvieron manifiestamente presentes los intereses de la oligarquía venezolana, siempre negada al interés nacional, y los propósitos de dominación de las potencias imperiales que a través de sus empresas petroleras, de asfalto, de cable, de aguas o de gas, buscan siempre sojuzgar – como sea – la sagrada Soberanía Nacional.
Rodríguez Campos refiriéndose al acuerdo económico obtenido con las potencias mundiales de la época luego del Bloqueo, desgarradamente afirma: "Con la vuelta de la normalidad a nuestras aguas territoriales no regresó la soberanía total, pues jirones de ella permanecieron secuestrados en la letra de los protocolos de Washington".
Las constituciones adaptamos
Mejor se gobierna la República que tiene leyes fijas,
aunque sean imperfectas, que aquella que las muda
frecuentemente.
Diego de Saavedra
Tanto Chávez como Castro se han servido del recurso de la Asamblea Constituyente, de la Reforma o de la Enmienda Constitucional para poner a la Carta Magna de turno al servicio de sus causas revolucionarias – Restauradora y Bolivariana, según el caso – y de sus ambiciones de poder personal continuo e irrestricto.
El recurso de adaptar la Constitución ha sido fundamentalmente utilizado por ambos caudillos para asegurar su reelección para sucesivos períodos presidenciales y la concentración del poder en el Ejecutivo Nacional, restándole atribuciones y competencias a las instancias regionales centralizadas, incluyendo la posibilidad de que los ciudadanos puedan elegir a sus gobernantes estadales y la modificación de la ordenación político – territorial de la República.
En lo que se refiere a Castro, recordemos que su convulso gobierno estuvo regido por tres diferentes constituciones: la de 1893, crespista; la de 1901, castrista y la de 1904 más castrista todavía.
Al día siguiente de su arribo a Caracas, luego de una personal y victoriosa Campaña Admirable, El Cabito, en escueto Decreto emitido en su carácter de Jefe Supremo de la Revolución Liberal Restauradora, dispuso:
"Artículo 1º; Asumo desde hoy el Poder Ejecutivo de la República, mientras ésta se reconstituye bajo la forma estrictamente constitucional; Artículo 2º; Por Decretos separados se dispondrá lo conveniente para llegar a la reorganización definitiva de la República en las diversas ramas de la Administración".
Con base en este Decreto, Castro promulgó, el 27 de octubre, otro Decreto Presidencial considerando que: "mientras se llega a la reconstitución nacional del país es indispensable establecer un régimen que, aunque transitorio, asegure y proteja los derechos e intereses políticos y sociales de la ciudadanía". A estos fines, Castro decretó "la vigencia en todo el territorio de la República de todos los derechos, garantías y prerrogativas que la Constitución Nacional de 1893 reconoce y otorga a los venezolanos", y las demás disposiciones de la misma, siempre y cuando "no se opongan a la Revolución Liberal Restauradora y sean compatibles con la naturaleza del gobierno que de ella ha surgido". García Ponce señala que: "En verdad fue de vigencia simbólica, puesto que el mismo Castro llamó a ese periodo, que duró un año aproximadamente, la Dictadura, o sea, el gobierno sin ley que lo constriñera". (García Ponce, 2006, 35).
El 28 de octubre, Castro confirma su voluntad de respetar las "autonomías originarias" cercenadas por la decisión del General Ignacio Andrade de nombrar directamente los Presidentes de los Estados. A estos fines, dicta un nuevo Decreto para "devolver a todos los Estados que se unieron después de la Gran Campaña Federal para constituir los Estados Unidos de Venezuela la plenitud de su soberanía. De esta forma, se decretaron como "Entidades Autonómicas" los mismos veinte Estados que estableció la Constitución Federal de 1864. Brewer – Carías , en su enjundioso estudio sobre la historia constitucional de Venezuela, precisa:
"Castro se había alzado en armas contra el Gobierno porque el Congreso había atentado contra el federalismo y las autonomías estadales al haber atribuido al Presidente el nombramiento de los Gobernadores. Su Revolución Liberal Restauradora, por tanto, también se había hecho en nombre del sistema federal. De allí que esta primera medida autonomista, la cual ciertamente será la última, pues en lo sucesivo todas las decisiones públicas conspirarán contra el federalismo". (Brewer – Carías, Tomo I, 2008,420).
Luego, el 3 de octubre de1900, para poner fin a su Dictadura, otra vez por decreto, Castro convoca una Asamblea Constituyente, cuyos resultados fueron, entre otros: nombrar a Cipriano Castro Presidente Interino de la República, elevar a seis años el período constitucional; ampliar los poderes del Presidente de la República y del Poder Federal frente al Poder de los Estados; eliminar el sufragio universal, al colocar en manos de los Concejos Municipales la elección del Presidente de la República. Castro, el Presidente Interino, se convirtió en Presidente Constitucional de la República para el período 1902 – 1908, tras ser elegido por los Concejos.
En relación con la centralización de los poderes de los Estados en el nivel central, vale decir, federal, Brewer concluye que
"el artículo 54 amplió considerablemente las materias sobre las que debía legislar el Poder Federal; y en cuanto al Presidente de la Unión, quien ejercía el Ejecutivo Federal, se le ampliaron considerablemente sus poderes (art. 89), con lo cual se sentaron las bases del centralismo presidencial que se desarrolló a lo largo de este siglo". (Brewer – Carías, Tomo I, 2008, 421).
La Constitución de 1901 consagró sin excepción lo que ya las otras constituciones habían reiterado: el principio de la no reelección inmediata del Presidente de la República, Castro no se hizo esperar y prontamente propició una nueva Reforma Constitucional. En 1904, el Congreso como Poder Constituyente, extendió el período de la magistratura de Castro hasta 1911, en lugar de 1908, año de culminación según la ahora reformada Constitución de 1901.
En lo concerniente a la división político – territorial y a la ya mermada descentralización, la muy castrista Constitución de 1904 estatuyó una nueva "Geometría del Poder" en los términos más actuales de Chávez. En efecto, el nuevo texto constitucional redujo los Estados a trece. Por su parte, el artículo 4º enumeraba de manera engorrosa los Distritos que debían agruparse en los nuevos trece Estados y los Territorios Federales que conformaban la nueva Federación Venezolana. García Ponce confirma:
"Cierto que los estados eran autónomos y dictaban sus constituciones. Pero las atribuciones acordadas al Presidente de la Republica y al Poder Nacional abrían la posibilidad de ahogar aquellas autonomías. El centro indiscutido de la Nación era Caracas, donde el poder pertenecía al Presidente de la República. Sus atribuciones aumentaban en ciertas esferas; por ejemplo, establecía que la garantía de la libertad religiosa estaba bajo la suprema inspección del Presidente de la República; Y regresaba, en cierta forma, a las fórmulas guzmancistas de elegir al Presidente de la República al establecer la formación de un cuerpo electoral de catorce congresantes, los cuales, en sesión pública, debían elegir al primer mandatario por un periodo de seis años, sin reelección. La designación de Castro como Presidente para el período 1905 – 1911 es de antología (.) En síntesis el Castro constitucionalista se alejaba de la Federación para encerrar al país en un solo puño". (García Ponce, 2006, 38)
Desde antes de ser Presidente electo, Chávez ya señalaba la necesidad de realizar una Asamblea Constituyente. En efecto, el entonces candidato presidencial sostenía:
"La constituyente que proponemos como un hecho jurídico, político, no va a durar 6 meses o un año, es un proceso popular que durará años y que tiene que pasar por una asamblea, un congreso constituyente, una nueva constitución, un nuevo marco jurídico, y echar a rodar un nuevo proyecto de país".
Con este objetivo en miras, el mismo día en que fue juramentado como Presidente de la República, el 2 de febrero de 1999, un siglo después que Cipriano Castro entrará a Caracas con su Revolución Restauradora. Chávez, por Decreto Presidencial, tomó la iniciativa de convocar su proyectada Asamblea Constituyente para que el pueblo en referendo se pronunciara acerca de la necesidad de "transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una Democracia Social y Participativa", y , solicitar su autorización "para que el propio Presidente mediante un acto de Gobierno, fije, oída la opinión de sectores políticos, sociales y económicos, las bases del proceso comicial en el cual se elegirán los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente".
Como producto de la Asamblea Constituyente, el 20 de Diciembre de 1999 fue proclamada la nueva Constitución de la ahora denominada República Bolivariana de Venezuela. En relación con la concentración de atribuciones en el Poder Nacional, uno de los constituyentes afirma:
"La nueva Constitución, a pesar de que denominó al Estado como <<Federal descentralizado >> (art.4) no logró superar el esquema centralista de la Constitución de 1961, quedando los Estados minimizados políticamente, sin recursos tributarios propios, que le quitaron totalmente y con entes legislativos regionales que no pasan de ser las Asambleas Legislativas tradicionales con otros nombres, pero ahora reguladas por el Poder Nacional (.) El centralismo del Estado en la misma resultó agravado con la eliminación del Senado, institución que podía permitir una representación igualitaria de los Estados para participar en la formulación de las políticas nacionales; y la descentralización política, como condición para el perfeccionamiento de la democracias, la verdad es que quedó pospuesta, defraudándose así al país en su conjunto". (Brewer, 2008, Tomo II, 163).
En relación con el sistema de gobierno, la Constitución Bolivariana refuerza ampliamente el Presidencialismo, al haber extendido el período presidencial a seis años y al permitir la reelección inmediata del Presidente de la República por otro período presidencial. La Constitución del 99 no acogió el criterio del balotaje, es decir, la elección del Presidente por mayoría absoluta y doble vuelta, para consagrar la elección por mayoría relativa.
A los pocos años de la aprobación de "la mejor Constitución del mundo", al decir del propio Chávez, éste con el mejor estilo caudillesco, propuso una amplia Reforma Constitucional para consagrar un Estado socialista, centralizado, de economía centralizada, policial y militarista. Entre otras propuestas, la reforma contemplaba la reelección indefinida del Presidente y una "Nueva Geometría del Poder" para crear sendas Vicepresidencias Regionales dependientes del Poder Central a las que los Estados estarían supeditados. Presentada a la consulta popular por la vía de referendo, la Reforma Constitucional no fue aprobada por el Soberano el 2 de diciembre de 2007.
Sin embargo, las pretensiones de poder continuo y absoluto de Hugo Chávez no se amainaron, y en franca violación de los preceptos constitucionales, presentó, esta vez, una Enmienda Constitucional para la reelección continua, léase indefinida, del Presidente y otros cargos de elección popular. En esta ocasión, la propuesta de Enmienda si fue aprobada por el Soberano.
Recientemente, la creación por ley de un nuevo ordenamiento del Distrito Capital, ahora a cargo de un Alcalde, llamado eufemísticamente Jefe o Jefa de Gobierno, nombrado a dedo por el Presidente, en menoscabo de las funciones de la Alcaldía Metropolitana consagrada en la Constitución, muestran con claridad los peligros que acechan a nuestra ya chucuta descentralización.
¿De los traidores nos cuidamos?
Y cómo les parece, dice Don Cipriano que
la culebra hay que matarla por la cabeza.
Juan Vicente Gómez
La relativa tranquilidad reinante en el país después de la carnicera Revolución Libertadora y del artero Bloqueo Pacífico es ahora quebrada por un conjunto de acciones en contra de empresas y gobiernos extranjeros, y ciudadanos venezolanos. Se introdujo senda demanda contra la New York and Bermudez Company por daños causados a la Nación y otra contra El Cable Francés; se solicitó el embargo de los bienes de Matos; el Gobierno Norteamericano retiró a su embajador; Francia rompió relaciones diplomáticas y Colombia hizo lo conducente. Mas tarde los Estados Unidos de América y Holanda también romperían relaciones diplomáticas con el Gobierno de Castro.
En el plano nacional se produce la detención y posterior fusilamiento del General Antonio Paredes en el Estado Bolívar. La economía nacional entra en franca recesión; hay que subastar, vender a precio de gallina flaca, la recaudación de significativas fuentes de ingresos públicos nacionales: la renta de licores, tabaco, estampillas, cigarrillos, papel sellado y salinas son cedidos al mejor postor. Y como dice el refrán: cuando el pobre lava. llueve, una epidemia de peste bubónica estalló además en el litoral central y se extendió a la capital y al centro del país, el espanto se instaló en casas y habitantes.
Intrigas políticas van y vienen, las facciones se organizan y conspiran, son los tiempos de La Conjura organizada por la camarilla valenciana liderada por Ramón Tello y bajo el eventual mando del General Francisco Linares Alcántara; se trata de apostar a la inminente muerte de Castro y de asesinar al incómodo Gómez. Empero, Castro se recupera de sus dolencias y conjura La Conjura.
Castro vuelve prontamente a resentirse de su precaria salud, agravada por las francachelas, orgías, desenfrenos, jaranas, agasajos y convites sin medida que le organizan sus felicitadores y aduladores. En 1907 es intervenido de un riñón, reasume como Presidente, se separa del cargo y regresa desde La Victoria aclamado.
Sin embargo, la salvaguardia de su salud se impone sobre las ansias de poder del Caudillo, quien toma la decisión de operarse esta vez en el exterior y dejar encargado de la Presidencia a Juan Vicente Gómez, Vicepresidente en ejercicio y su afectuoso compadre. Carlos Alarico Gómez, en trabajo aún no publicado, rememora vivazmente el episodio de la despedida de Castro:
"Al momento de la despedida los dos compadres se abrazaron con afecto y Castro, visiblemente emocionado, se dirigió a los ministros y oficiales presentes, expresándoles: Rodead al general Gómez y prestadle vuestra cooperación como si fuera a mí mismo y habréis cumplido con vuestro deber. Luego, Castro tomó el tren y se dirigió a La Guaira donde abordó el buque Guadaloupe el 24 de noviembre de 1908. Se dirigía a Berlín a la Clínica Sanatorium Hygeia, en donde sería operado por el nefrólogo James Adolfo Israel. (.) Al llegar a Margarita, el día 25 de noviembre, las fuerzas vivas se acercaron a saludarlo, mostrándose afable y aceptando de buen grado los saludos tan emotivos que le presentaron, expresando: Doy el último adiós a la tierra amada de la patria. Y uno de los presentes, con la proverbial simpatía margariteña, le replicó: El último adiós no, General. Teste esa frase. No se la permitimos. El regreso tiene que ser pronto. Nos quedamos esperándolo. Constantemente le pediremos al cielo que nos lo traiga pronto. No obstante el buen deseo expresado, el destino le iba a dar la razón a Castro: Era el último adiós".
Lo acontecido con posterioridad es ya verdadera historia patria, Gómez se alzó prontamente con el poder, redujo la influencia de los seguidores de Castro, a unos los apartó de sus cargos, a otros los hizo presos en la famosa Rotunda. Organizó su propio equipo de gobierno y los afectos al régimen crearon el artilugio necesario para su proclamación como Presidente de la República. Comienza así el segundo gobierno de la Revolución Restauradora, el de la Rehabilitación Nacional: "una evolución dentro de la misma causa", sentenciaría el nuevo Presidente en ejercicio.
A fin de que todo tuviese el mayor viso de legalidad, la Corte Federal y de Casación, basada en varios juicios incoados contra Castro por la comisión de diversos delitos, entre ellos la orden de asesinar al General Antonio Paredes, dada en código por el mismo Cipriano a través de un telegrama cifrado, ya había acordado la suspensión de Castro del ejercicio de la Presidencia de la República.
De acuerdo con uno de sus biógrafos:
"El derrocamiento de Castro en 1908 no despertó resistencia de consideración en el castrismo y, peor aún, pareció que el castrismo fue arrancado de cuajo del panorama político nacional porque, a diferencia del crespismo, el guzmancismo o el paecismo, no hizo, en lo adelante, ningún intento serio por recapturar el poder". (García Ponce, 2006, 46).
De allí en adelante, al decir de Rodríguez Durán:
"El guerrero de a caballo, acostumbrado a tramontar los polvorientos caminos de Venezuela, fue sometido a vagabundear por mares y océanos cual presidiario en galera flotante".
Cuenta Picón Salas que su compadre del alma, su segundo de a bordo, el que había quedado al frente del gobierno para cuidarle el coroto, y después traicionarlo y darle la espalda, el ahora liberado segundón convertido en Benemérito de la Patria, al momento de enterarse del fallecimiento de Cipriano Castro en Santurce, Puerto Rico, en 1924, se encontraba:
<<En una glorieta de su hacienda maracayera, a la sombra un gran samán donde confundiendo lo privado y público Juan Vicente Gómez habla alternativamente con sus caporales mayordomos recibe ministros, se comenta muerte Cipriano Castro. Como reyezuelo Edad Media, poblado refranes consejas, bajo el árbol floral, evoca los días campaña del 99: "Don si sabía pelear" es mayor elogio fúnebre (.) Mira secretario cara más plácida, por primera vez sintiera sin recelo ni preocupación, le ordena: "Ahora vamos al cine">> (Picón Salas, 1986, 301 y 302).
Hugo Chávez, por su parte, más de una vez ha reconocido en cadena nacional de radio y televisión que vive rodeado de alimañas, alacranes, serpientes y sabandijas ¿Será uno de ellos el Traidor Mayor, el compadre o la comadre del que el Comandante no se cuidó?
Un comentario final
La experiencia nos acaba de enseñar otra vez, cómo fue de fatales consecuencias para el país, aquella atribución omnímoda que se arrogó el ex presidente Castro, de legislador y juez supremo, creando leyes que a él solo le favorecieran, administrando justicia según su propia conveniencia. Y Castros habrá mientras el presidente de la República no vea en torno suyo más que hombres dispuestos a todas las transacciones. (.) y, -es necesario decirlo-, bondad será de quien ejerza el Ejecutivo reconocer en los otros una soberanía que hasta ahora no han tenido.
Rómulo Gallegos
Los hechos, realidades y circunstancias expuestos nos llevan a establecer con indiscutible evidencia el paralelismo, las resemblanzas, las similitudes entre el pensamiento y la acción de ambos caudillos; la innegable influencia de Cipriano Castro sobre Hugo Chávez.
Si a todo lo anotado le sumamos el traslado de los restos de Cipriano Castro al Panteón Nacional, el cambio de nombre del Museo Histórico – Militar por el de Cuartel Cipriano Castro, las exposiciones y conciertos que se le dedican al Cabito en los museos nacionales, las frecuentes alusiones que hace Chávez a mi General Castro, y la reciente remoción en el Palacio de Miraflores del busto de Rómulo Gallegos para sustituirlo por uno del Restaurador, podríamos, a guisa de conclusión, recomendar que Cipriano Castro suplante, de una vez por todas, a Ezequiel Zamora, en el Trinitario Altar Bolivariano donde se idolatra también a Simón Rodríguez (alias Robinsón) y al Libertador Simón Bolívar.
Bibliografía básica
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Autor:
Enrique Viloria Vera
Caracas, 2009
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