3. BUDDHI…MUNDO DEL ESPÍRITU DE VIDA
2. ATMA…MUNDO DEL ESPÍRITU DIVINO
Ambos son sutiles cuerpos nuestros de una sutil dimensión, la sexta. Buddhi está relacionado con todas las vivencias del alma que comienzan a expandirse en la nueva dimensión y a desarrollar cualidades del espíritu propias de ese plano evolutivo. Una vez consolidadas las mismas, se "muere" en buddhi dando paso a atma, más vinculado con el plano del espíritu. Atma desarrolla todas las potencialidades de la sexta dimensión. Buddhi y atma nos relacionan con los sistemas solares, galaxias, universos y planos dimensionales e interdimensionales, en las que el espíritu ha formado cuerpos, ahora, para nosotros, ellos viven cual niño recién nacido, que pasan "pasivamente" desde el espíritu la energía al alma y lo que desde el alma reciben, cual alimento, los hace crecer y a su vez, como transformada energía de desarrollo la hacen llegar al espíritu. Están más allá de nuestro entendimiento.
1. ESPÍRITU…MUNDO DE LOS ESPÍRITUS Desde que emanó el espíritu desde lo Inmanifestado en DIOS, a lo manifestado en DIOS, como un Ser infinitamente pequeño dotado de infinitos atributos y potencialidades, permanece nuestro espíritu como actor y espectador en la región más sutil, la séptima dimensión, la de las partículas más finas y de mayor velocidad y fuerza de vibración. Es la zona de la supra luz en la que quienes viajan por ella lo hacen a la velocidad del pensamiento. Es decir, no hay tiempo, no hay espacio, no hay límites y están, por decirlo de alguna manera, al lado de DIOS. Él, nuestro espíritu individual, nos relaciona con el Universo en sus diferentes planos de vibración, hace llegar la fuerza de vida a sus cuerpos atma y buddhi, quienes cual transfromador la densifican para que llegue al alma. El alma crea la mente y pone esa mente en un embrión o feto, pasando a regir su vida con su energía que cuánticamente la hace llegar a la mente, la mente mediante salto cuántico la hace pasar al cerebro que la distribuye por el organismo llegando a cada célula, permitiéndoles vivir. Los sentidos captan el mundo exterior. Cada sentido hace llegar la información al cerebro que la almacena en sus archivos situados en las circunvoluciones y surcos de la corteza cerebral. Desde allí, misteriosamente, mediante salto cuántico la información llega a la mente que la procesa. Sólo lo positivo es transferido en un rayo de Conocimiento hacia el alma. que recibe esa información, la asimila, la procesa y la asciende hacia buddhi y atma, llegando entonces al espíritu, su destinatario final en un ciclo que se inició en él mismo. Crece a cada instante el espíritu con la información recibida hasta que, algún día, plenamente desarrollado e infinitamente grande, por haber manifestado en los diferentes mundos todos sus atributos, retornará a DIOS en lo Inmanifestado de ÉL. Se regresa entonces a nuestro arquetipo, al hogar. Allí no se pierde la individualidad. Todo el Conocimiento adquirido es integrado por un espíritu renovado que ya no es tal, pues ahora pasa a ser un Logos. Se emana de DIOS una vez más, pero no como chispa divina sino que como un rayo divino, iniciando el trabajo en la organización de Universos en lo infinito de la Creación Manifestada por la Ideación de DIOS. El Logos plasma la NADA en su aparente vacío, y le da la energía a la forma para que surja un Universo en un nuevo ciclo en el que jóvenes chispas divinas llamadas espíritu iniciarán su evolución.
Para que la Inmanfestada Realidad Primaria pueda manifestarse crea la materia prima con la cual los espíritus dan forma a sus vehículos o cuerpos que les permiten evolucionar, expresando esa Realidad mediante sus vehículos y el desarrollo de sus potencialidades. Los Logos se sirven en lo manifestado de tres energías con el fin de realizar su obra. Ellas se llaman Fohat, Prana y Kundalini. Fohat es la energía que utiliza el Primer Logos, energía llamada por algunos "Electricidad Cósmica", es un instrumento de creación de las materias primas para el universo manifestado y tiene relación con el génesis de los átomos y sus partículas de los diferentes planos dimensionales. Prana o "fuerza vital" es el instrumento energético del Segundo Logos, permite que la materia prima creada por el Tercer Logos mediante Kundalini o "fuego serpentino" pueda convertirse en vehículos vivientes que llevan inherentes la capacidad de crecimiento y reproducción. Prana vitaliza el cuerpo físico y sirve como instrumento para convertir vibraciones físicas como luz y sonido en sensaciones de índole mental que proveen de materia prima para el funcionamiento y desarrollo de la mente. Es por medio de Prana que el alma se expresa a través de la mente. En nosotros Prana es el divino aliento o principio vital en todos los niveles de conciencia como los de la acción, sentimiento y pensamiento. En lo físico Kundalini representa la latente energía nerviosa que cual serpiente enroscada duerme en la base de la columna vertebral y que tiene que desenroscarse y ascender hasta la parte alta cerebral, despertando al hacerlo latentes potencialidades que todos tenemos y las facultades mentales más elevadas.
Estas tres fuerzas o energías rigen todo lo manifestado. Se ajustan a la Ley de Polaridad ya que en su exteriorización desde lo Inmanifestado en DIOS son el extremo más sutil de las mismas y en nuestra actual vida equivalen al otro extremo, el más denso. Cada una sigue un rayo de doble vía; descendente y ascendente, con una transformación o transmutación hacia y desde los distintos planos, estableciendo una unidad entre lo vibratoriamente más sutil con lo vibratoriamente más denso. La Fuerza que cada una representa es unitaria, siendo su vibrato el que varía y le permite actuar en todas las dimensiones. Cada punto de unión entre un plano más sutil con el más denso equivale a un transformador energético que mediante salto cuántico permite a la energía actuar de manera unitaria entre diferentes niveles de vibración.
Actualmente somos un Ser septenario en el que nuestra Alma es el intermediario entre la Triada Superior de Espíritu – Atma – Buddhi y la Triada Inferior de Mente – Astral – Físico. Este Septenario corresponde a uno solo, el Espíritu, y como entes físicos somos regidos por el alma que a su vez es regida por el espíritu. En síntesis, somos espíritus emanados de DIOS en etapa de evolución, crecimiento y desarrollo, pasando uno a uno por los diferentes planos de lo Manifestado. Al dejar el plano físico por haber agotado el alma las experiencias que de él debía adquirir, reencarnaremos en el mundo astral y después en el mental. La meta es volver plenamente desarrollados como espíritu a DIOS, nuestro origen increado.
La pantalla nos sitúa unos 7.000 años atrás en el tiempo de la Tierra en la zona de Persia e Irán. Cuán puro es el aire y limpia la vegetación. Muy poca gente se aprecia entre las tribus nómadas arias. Nace entre esos arios un noble que emergió como el Guía Espiritual tribal. Siendo ya joven Ardjasp que era su nombre, se topa con un anciano visionario que le dice: Llegarás a reinar sin cetro ni espada, reinarás con más poder que todos los reyes de la Tierra, sin diadema, sino que coronado por el Sol.
Luego de una serie de viscisitudes Ardjasp llega donde Vahuamo el Guardián del Puro Fuego, un venerable patriarca y le dice: Vengo en busca de la Luz y la Verdad para mi y para justicia y liberación de mi pueblo. El sabio Guardián le respónde: ¿Tienes la paciencia que desafía al tiempo? ¿Estás dispuesto a renunciar a todo por tu obra? Acepta Ardjasp y recibe el nombre de Zoroastro, que significa Dorada Estrella o Esplendor del Sol. Pasa a ser discípulo de Vahuamo quien le señala que llegará a ser apóstol de Ahura-Mazda o Dios-Sol. Es prevenido contra la acción de Arimán, el príncipe de las tinieblas, el adherido a la Tierra, el que niega el Cielo, el profanador de los altares y el propagador del vicio, la envidia, la opresión y la guerra. Pregunta Zoroastro ¿Cómo puedo combatirlo? Su Maestro le responde: El Sol de Aura-Mazda te hará escuchar su Voz y Él te dictará la Ley de los arios.
Se va Zoroastro a la montaña en busca del Dios-Sol. Diez años pasó en la soledad de la montaña en oración y meditación. Un día se le aparece radiante Ormuz, el Verbo Solar llevado por un toro y un león alados, junto con resplandescientes siete Ameshaspendas o Querubines de alas de oro, siete Yzeds o Elohim de alas azules y siete Ferueres o Arcángeles de alas purpurinas. Una imponente Voz le dice: Soy Aura-Mazda, el que te ha elegido. Día y noche recibe por la vía interna la Voz Divina que en imágenes le muestra las Jerarquías y Potestades Cósmicas y la necesaria lucha contra Arimán, el espíritu del mal y la destrucción. Se le enseña a lidiar contra los demonios por medio del pensamiento vigilante. Se le instruye en el amor del hombre por la Tierra y el amor de La Tierra cultivada hacia el hombre.
Regresa Zoroastro como Guía Espiritual. Queda su Enseñanza en el Zend-Avesta, reflejo de un sano optimismo en el que Ormuz condena la violencia y la injusticia, pero impone el valor como la primordial virtud del hombre. Impacta ver al Maestro Zoroastro rodeado de rudos hombres arios tribales a los que les enseña la agricultura y les relata que viven en la oscuridad, pero que algún día Aura-Mazda con su Luz llenará las mentes de los hombres y con su amor llenará los corazones de los hombres. Les enseña la Ley del Karma por la que la vida futura es consecuencia del presente comportamiento. Los estimula, en especial, a consolidar la agricultura y el sentido de familia. Les advertía: Vosotros que me escucháis, no prestéis nunca atención a Arimán, la apariencia de las cosas y de las tinieblas, sino atended al Fuego Original, la palabra Ahura-Mazda y vivid en Él. Los que me oigan no se arrepentirán en el Fin de los Tiempos.
Pregunta un día Zoroastro: ¡Hazme conocer al menos el porvenir de los míos! Se le muestra el futuro y él se llena de tristeza e impotencia ante lo que ve. Grita entonces ¡Si tal es el porvenir que amenaza a los arios, la raza de los puros y los fuertes, he combatido en vano…! La Voz de Ormuz le responde: Has visto el porvenir con mirada de hombre; ahora lo comprenderás con los ojos de los dioses: ¡ES LA RESURRECCIÓN!
Se nos destaca que es conveniente ubicarse en la época y el lugar donde Zoroastro impartió una Enseñanza guiada hacia una lejana resurrección de la humanidad. Entre esas tinieblas mentales Él trajo una Luz de esperanza de un futuro luminoso que algún día llegaría…
La Verdad está dentro de cada cual y por uno mismo se la encuentra en uno mismo. El objetivo que tiene que guiar al buscador de la Verdad es desear hacerse fuerte, inteligente y sabio mediante el libre uso de sus buenos pensamientos para recibir el beneficio de los elevados sentimientos. Logra la victoria el que consigue por sí mismo descubrir y realizar la Verdad en la Fuente Interior de la Eterna Sabiduría. No existen hombres superiores o inferiores, TODOS somos iguales, pues somos espíritu en desarrollo. Sólo hay personas más o menos evolucionadas y aún el más miserable de los humanos logrará despertar su mente y activar la positiva energía del alma.
En la antigüedad se le hizo a un hombre sabio una pregunta: Puedes tú en tú sabiduría decirnos ¿Cuál es la más difícil de todas las cosas? El sabio les respondió: Hombres, ¡conozcanse a sí mismos! Esa es la más difícil de todas las cosas. Nos llegó la hora de abordar lo difícil y comenzar el autoconocimiento. La Voz nos advierte: Si miran al mundo solo con ojos humanos, verán el caos, el apocalipsis, la muerte, si lo miran con la visión interior verán el orden, el antiapocalipsis y la resurrección, de cada uno de vosotros dependerá la mirada que déis y la visión que obtengáis.
CAPÍTULO II
MEDITANDO EL CAPÍTULO ANTERIOR
No debes creer simplemente porque muchos piensen así, o porque esa creencia haya existido por siglos ni porque esté escrita en algún libro que los hombres consideran sagrado; deberás creer por ti mismo y por ti juzgar si esa creencia es razonable De la Sagrada Enseñanza
En el Registro Akáshico está archivada la Sagrada Tradición que es la depositaria del Sagrado Conocimiento que todo ser humano debe desarrollar por sí mismo para superar su humana evolución. No somos los únicos ni estamos solos en el Universo. Seres de la Jerarquía Espiritual cual Maestros guían la entrega del Conocimiento para quien quiera recibirlo. Ellos llegan cuando deben aquí estar. ¿Cómo lo saben? ¿Cómo nos ubican? Existe en cada plano cósmico un "Computador" Akáshico cuya base de datos es amplia y en en ella se sitúan las coordenadas espaciales de cada planeta de ese plano dotado con vida inteligente y con vida potencial. Un "enviado" no impone la Enseñanza, la deja expuesta ante sus discípulos sabiendo que será recibida a su debido tiempo por quien deba aceptarla de manera natural.
La humanidad se prepara para la luminosa era mental. Hay una unidad entre la aparente diversidad de las religiones y filosofías que son parte de un conjunto cuyas raíces descansan en la Sagrada Enseñanza que es una. Las diferencias las da la óptica humana que es variada. Captar el Conocimiento nos ubica en nuestra realidad ante el cosmos, realidad que sobrepasa el humano entendimiento. Nos da Fe y Esperanza para seguir en el cuerpo luchando por ser mejores y emitir buenos pensamientos. Nos motiva a vivir en forma correcta y nos quita el temor a la muerte por ser la muerte despertar desde lo ilusorio, de un dormir en la llamada vida terrenal para renacer en la propia realidad superior más crecidos.
Se nos destacó más de una vez que en la actual encarnación estamos desarrollando la mente y nuestros esfuerzos conviene canalizarlos en esa dirección, en la dirección de un correcto funcionamiento mental. Para lograrlo se nos muestran simples técnicas naturales que refuerzan la emisión de buenos pensamientos, siendo el fundamento de todas ellas roforzarnos con frases de apoyo usando la autosugestión y la visualización. Muchas vidas llevamos apegados a la materia. Por haber pedido nacer en un Fin de Tiempo aceleraremos nuestro despertar.
Vimos cómo en la CosmoGénesis de la aparente NADA emergieron los soles con sus planetas, agrupándose en galaxias, conjunto de galaxias, hipergalaxias y megagalaxias en un cuento de nunca acabar. Y todavía hay gente que piensa que somos el centro del Universo y los únicos seres pensantes de la creación. Pensar así es una ofensa a la magnificencia creadora de DIOS. Apreciamos la AntropoGénesis en donde no existe un eslabón perdido. Fue notable contemplarse a uno mismo como espíritu emanando tan infinitamente pequeño desde DIOS e irradiando su energía a los planos inferiores donde formó cuerpos de vida con manifestación de Consciencia, cuerpos encargados de transformar la sutil energía con el fin de hacerla llegar al plano inferior más denso. Una energía muy sutil no puede vibrar en lo denso ya que nos desintegraría. Es el alma la que dio estructura a la mente, un computador sutil, y la incorporó a un embrión dándole el sello de vida de ser humano. El genoma físico se hereda por los padres biológicos, el genoma mental viene desde la propia alma.
Los Maestros de Sabiduría guiaron a la humanidad sin nada imponer. Es el libre albedrío el que determina si una Enseñanza se recibe o no. Desde hace unos 100 años cada grupo quedó sin su tutela. La indicación es que todos los arcanos deben ya ser abiertos y mostrados sin importar ahora si el Conocimiento es estrellado contra las rocas de la ignorancia. Basta mirar hoy los kioscos de diario y junto a las revistas porno hay otras del llamado antes saber oculto.
Vemos un libro de Samaniego del año 1785 en cuya última fábula, la del joven filósofo y sus compañeros que intentan tentarlo con la ida a un burdel nos relata esta moraleja: "De esta suerte los vicios se insinúan, crecen, se perpetúan dentro del corazón de los humanos, hasta ser sus señores y tiranos. Pues ¿qué remedio? ¡Incautos jovencitos! ¡Contad con los primeros pajaritos!". Los primeros pajaritos son los pichones y perdices que el joven filósofo, inducido por sus "amigos" devoró en su debilidad previo a la lujuria de otras debilidades que allí manifestó, las que crecieron y se perpetuaron.
¡Conócete a ti mismo! es La Respuesta encontrada. El autoconocimiento se logra mediante el sincero autoanálisis, mirándose cara a cara en el espejo de la vida. Puede sentirse asco ante lo que se ve. Viene entonces un difícil paso: EL AUTOPERDÓN, logrado ello, se pasa a la autoaceptación que lleva al autoanálisis que nos ubica donde realmente estamos y ante quien realmente somos. Lo sigue el firme propósito de la autosuperación mediante la emisión de mejores pensamientos y buenas metas para el futuro. Se sabe que se es lo que se es porque así uno antes lo pensó. Se sabe que se será lo que desde ahora se piense. Ello faculta a fijar adecuadas metas para la vida que resta. Esta es una Enseñanza trascendental y fundamental para cada uno, por ello más adelante será reforzada ya que en la pantalla pudimos entenderla bien y la Voz nos destacó que debía destacarla…
Es necesario luchar en la vida e intentar ser mejor persona pues cada vicio, debilidad o apego que se superen representan importantes avances en la individual evolución y en la liberación. Emitiendo buenos pensamientos las partículas mentales se sutilizan, crece la mente, se desarrolla el cerebro y cambia la vida en forma positiva por más negativo que se encuentre el mundo que nos rodea.
La triada que actúa en forma perceptible en nosotros es la inferior de mente-astral-cuerpo, regidos por el alma. La Voz Interior es la del susurro del alma cuyo discernimiento nos ayuda a despertar. La mente está limitada en su exteriorización por el cerebro.
Un mayor desarrollo cerebral manifiesta una mayor expresión mental con mejor capacidad de emisión de buenos pensamientos, cuya fuerza estimula al cerebro en su desarrollo, creando nueva materia desde la aparente nada. El arte del buen pensar nos hace ser mejor persona y más inteligentes. Una mayor inteligencia facilita la apertura hacia el Conocimiento. Son valiosas razones del por qué conviene actuar bien en la vida.
La muerte es un despertar del alma, nacer es su dormir. Al morir el alma interrumpe el flujo de energía que unos llaman cordón de plata, que llega hasta el cerebro y uno entonces, liberado de lo físico, se encuentra en el mundo astral en un sutil cuerpo sin dolor ni sufrimiento y con los sentidos muy agudizados. El poco evolucionado sigue rondando el plano de la materia que tanto lo atrae y del que es siervo, hasta que acepta que está muerto. El mundo astral es una estación de tránsito en el retorno, allí, con la ayuda de un Ser de Luz se ordena la maleta con lo acontecido en la vida. Quedan en el equipaje las cosas positivas, las causas que desencadenaron efectos y lo que faltó por realizar de acuerdo a lo prometido antes de encarnar. Se disuelve el cuerpo astral como se disolvió el cuerpo físico con su doble etéreo, y nos encontramos en el paradisíaco mundo mental en la zona acorde al individual nivel vibratorio logrado. Cada uno participa de una Academia del Conocimiento Universal en la que la Enseñanza adquirida en la vida es compartido con seres afines. Completado ese período viene la disolución de la mente con el despertar del alma, que asimila las experiencias recibidas y crece. Ese proceso es variable hasta que el alma siente la necesidad de manifestar atributos que no ha desarrollado y ajustar la ley de causa y efecto, con lo que se inicia el proceso para una nueva encarnación. Ello sucede pues el alma sólo crece con las experiencias positivas de mundos inferiores en los que ha tomado cuerpo. Es asesorada el alma por Seres más evolucionados, cada detalle para la nueva encarnación queda registrado en el computador cósmico. Da forma a la mente tomando de base el núcleo que quedó de la anterior mente. Se selecciona el óvulo y el espermio adecuado al genoma humano que servirá de vehículo. Una vez producida la fecundación visita el alma el embrión y si lo encuentra adecuado le otorga al feto la mente, pasando a ser regida esa vida por medio del alma que la seleccionó. Se duerme el alma y uno despierta como recién nacido sin recordar quién se es, de dónde se viene, por qué y hacia dónde se va. Cada uno llega con las inclinaciones y herramientas adecuadas para cumplir lo que el alma prometió realizar. Para nada importa ser un vaso de vidrio. Aceptarlo sin anhelar lo imposible de llegar a ser un cáliz de oro, pero sí luchar por ser el mejor y el más útil de los vasos de vidrio y dar desde él agua pura de vida a los demás.
Cuesta entender que personas aparentemente muy evolucionadas por sus éxitos en la vida y ligazones a grupos de Conocimiento, se apeguen tanto al mundo y teman la muerte.
La humana armonización parte en el cuerpo físico por la actividad cerebral. Somos una ordenada agrupación de células, cada célula es un milagro químico que elabora materia sin saber la ciencia cómo lo logra. La célula es un conjunto de moléculas y la molécula es una agrupación de átomos. Todo lo que nos rodea es agrupación de átomos. ¿Dónde está entonces la diferencia que nos hace distintos? La energía vital del alma es la que nos hace diferentes a las otras agrupaciones moleculares que carecen de la mente o no poseen vida. El doble etéreo ayuda al cuerpo en los procesos metabólicos, la procreación, el funcionamiento de la sangre y los sentidos. Participa de los recuerdos de la memoria que impresionan el cerebro. Cada pensamiento, mediante salto cuántico, llega desde la mente al cerebro donde deja su huella. Los módulos cerebrales de pensamientos son afines con la calidad de los mismos. Solo uno es el responsable de lo que piensa. La diferencia es que nosotros somos un cuerpo dotado de mente y regido por el alma individual, esa es la diferencia. Nuestro cerebro recibe desde los sentidos las impresiones del mundo exterior, las hace llegar cuánticamente a la mente y la mente las evalúa antes de pasarlas al alma. Cada alma crece gracias a las positivas experiencias logradas en la vida y vuelve a enviar energías a la mente que las hace pasar al cerebro y por su intermedio a todo el organismo. La llamada Fuerza, es la propia energía del alma que mediante el correcto pensar podemos nosotros conscientemente activar.
No faltan los escépticos ante cualquier nuevo conocimiento, la historia nos relata que: Galileo Galilei el 7 de Enero de 1610 con su telescopio demostró la teoría de Copérnico: La tierra gira en torno del sol y no éste alrededor de la tierra. La santa Inquisición lo obligó a negar su verdad que contradecía La Biblia. Los llamados paranormales eran enviados a la hoguera pues estaba contra La Biblia manifestar cualidades del demonio; cualidades que ahora se las acepta como naturales de toda persona, por lo tanto divinas. La anestesia quirúrgica fue negada por los sabios entendidos cuando se la descubrió. Luis Pasteur recibió el rechazo de sus pares al insistir sobre la acción de microorganismos como causa de las enfermedades infecto contagiosas. Los físicos ridiculizaron la idea de que el agua podía subir a lugares altos de almacenamiento y distribución mediante el uso de tubos. John Dunlop causó la hilaridad de los eruditos al proponer inflar las duras ruedas de caucho el año 1888. William Harvey en 1628 indignó a los médicos al asegurar que había descubierto la circulación de la sangre. Se rechazó en el ámbito científico la posibilidad de medir la velocidad de la corriente nerviosa. Dura era la burla de los médicos más capacitados contra su colega húngaro Ignacio Semmelwels que murió el año 1865, un notable ginecólogo que insistía ante sus colegas escépticos que la fiebre puerperal o postparto era infecciosa y se evitaba lavándose el médico en forma prolongada las manos al atender a las parturientas.
En diversas épocas el escepticismo de los entendidos, natural fruto de la ignorancia, manifestó con autoridad indesmentible para su época: Es imposible que el hombre pueda llegar a volar; se inventó el avión y las alas delta y el hombre voló. Es imposible que se navegue bajo la superficie del agua; se inventó el submarino. Es imposible que una nave hecha con materiales más pesados que el agua pueda flotar; miremos los trasatlánticos llenos de miles de pasajeros o las supernaves petroleras. Es imposible superar la barrera de los 100 kilómetros por hora; cualquier modesto auto actual lo logra. Es imposible superar la velocidad del sonido; para ello están los aviones supersónicos que la triplican o cuadruplican. Es imposible vencer la fuerza de gravedad; la cohetería tiene al hombre astronauta volando fuera de la ley de gravedad de la Tierra.
Pese a la duda y la mofa, pese a la burla y la humillación, pese al sacrificio y la incomprensión, pese a la ironía y a pesar de la persecución en muchos casos, la FE y el deseo de ser útil a otros con la intuición recibida, pudo más que las dificultades, y la visualización se hizo realidad en el mundo de la ignorancia pasando a ser sabiduría de un nuevo conocimiento. Tenemos la Fuerza, creamos en ella, busquémosla en lo interno y aprendamos a usarla correctamente. No esta ella para ser mal empleada, su mal uso se vuelve contra quien mal la usó. Debe esa Fuerza guiar a quien quiere la superación con el deseo de poder ayudar sabiamente a los demás y lograrlo a pesar del escepticismo reinante en la masa humana.
El avance de la Ciencia acerca a ciertos destacados científicos hacia el concepto de Dios. Todo en la Naturaleza responde a un orden matemático que hizo llamar Geómetra a Dios por parte de Pitágoras y hacer expresar a Sir James Jeans que Dios debe ser matemático al tener la verdades fundamentales del Cosmos base matemática y se manifiestan según relaciones matemáticas. Me llama la atención los nuevos niños que nacen, no todos, son diferentes y con un significativo incremento en su capacidad matemática en relación a los niños de hace algunos años atrás, y me refiero a una inclinación natural y no adquirida escolar, que he llamado . En el capítulo VII conoceremos a un poco conocido y real "Maestro" moderno, I. K. Taimni, he preferido anticipar acá parte de su extenso pensamiento, que eleva al hombre por sobre la esfera material hacia la esfera divina como queda de manifiesto en el capítulo I y la presente recapitulación sobre nuestra realidad mostrada por la Enseñanza Sagrada. Nos revela el Maestro Taimni:
Que el universo físico esté basado en leyes matemáticas se verá fácilmente si recordamos que todos los fenómenos son esencialmente vibratorios o movimientos de diverso tipo. Cada vibración, en último análisis, es una modalidad de movimiento que puede representarse mediante una fórmula matemática. Siendo las matemáticas la ciencia de las relaciones puras, ellas tienen que estar en la base de todas las verdades de la existencia y deben reflejar a esas verdades en cada esfera de la vida. Únicamente lo Absoluto es absoluto y no-relativo. Todo lo demás, en la manifestación, por debajo de ese Estado es estrictamente relativo. Las matemáticas sólo tratan de relaciones puras y abstractas, sin tomar en cuenta contenidos de las cosas que entran en relación. Así, todas las leyes y fórmulas matemáticas que se aplican en el estado de relatividad han de integrarse también en el estado de No-Relación o de No-Número representado por el CERO un No-Vacío en el sentido ordinario del vocablo, sino que contiene a todas las leyes y relaciones matemáticas en el mismo, en una exquisita e incomprensible condición armónica.
De este No-Número o No-Relación se obtiene por diferenciación o derivación todas aquellas leyes de la matemática pura que rigen las relaciones de los objetos de la manifestación. Es de acuerdo con estas leyes que el Gran Arquitecto del universo planea y erige los universos a través de los cuales Se manifiesta. Es necesario tener una idea clara respecto a las ventajas y limitaciones simbólicas de las verdades del Ocultismo mediante diagramas o de otro modo si las queremos utilizar adecuadamente para la investigación y comprensión de esas verdades. Las limitaciones son principalmente dos; una, que de esa manera sólo podemos obtener una idea de las relaciones entre diferentes aspectos de la Realidad y no de su naturaleza real; la otra es que debemos tener mucho cuidado en representar e interpretar correctamente las conclusiones a que llegamos de esa manera. Aquí es donde entra la intuición y se convierte en un factor necesario en nuestros estudios e investigaciones. Las conclusiones relativas de la ciencia física con la sola ayuda del intelecto sobre las realidades de la mente y la consciencia no pueden dejarse en manos sólo del intelecto. Requieren ya la luz de la intuición, que proviene de los dominios de la consciencia.
Nada de fácil resulta intentar la abstracción de comprender lo abstracto que realmente cada uno es como Ser. Ante la natural pregunta: ¿Qué somos? se nos dice que somos un Septenario, es decir un espíritu que formó dos cuerpos en planos menos sutiles cercanos al suyo y que se proyectó dando forma al alma con el fin de manifestarse en los planos más densos de la creación de los universos. Al crecer el alma se desarrolla el espíritu desde lo infinitamente pequeño hasta que llegue a ser infinitamente grande. Esa triada superior ligada al espíritu está muy lejana a nuestro entendimiento. El alma es intermediaria entre el espíritu y la triada inferior del septenario actual que somos. Forma el alma la mente, forma el cuerpo astral y dota de la mente a un feto o cuerpo físico, única forma en la que por ahora nuestra alma crece al asimilar sólo lo positivo de cada encarnación.
El cuerpo físico se nos muestra mucho más complejo de lo que lo sabíamos. Estamos formados por un núcleo denso en el que participan elementos de los tres planos menos sutiles de la materia, como lo son los de los sólidos, líquidos y gaseosos. Cada partícula de lo denso de nuestro cuerpo está rodeada de una envoltura de lo sutil material que da lugar a un duplicado de lo denso. Esta zona etérea de la materia tiene cuatro niveles que de lo más denso a lo sutil son: Etérico, Superetérico, Subatómico y Atómico que dan la forma al doble etéreo que es la parte no visible a nuestros sentidos. Es decir, el mundo físico tiene siete planos, siendo el más denso el sólido y el más sutil el atómico. Cada plano cumple una especial función en la organización y armonización celular.
La materia etérica que nos rodea en cada partícula de lo denso o material que somos tiene varias propiedades en lo fundamental las siguientes: Etérico es el medio conductor de la electricidad y el sonido. Superetérico es el medio conductor de la luz. Subatómico es el medio conductor de las energías más sutiles que la electricidad. Atómico es el medio conductor del pensamiento entre la mente y el cerebro y de un cerebro a otro cerebro, lo que es llamado telepatía. A su vez el Cuerpo Astral con los deseos y sentimientos participa en las funciones del organismo al igual que la mente y el alma. Es harto complejo todo esto, pero quien da la chispa de vida a cada célula para que esta pueda funcionar es el alma, que pasa su energía a la mente, al astral y hace vibrar cada partícula de cada plano del doble etérico y del cuerpo físico con el fin que podamos vivir. Vida que se logra gracias a la organización cerebral que permite que, mediante salto cuántico recibamos la energía del alma y pasemos la información por medio de los sentidos desde el mundo físico al astral, la mente, y por medio de la mente llegue sólo lo que vibra positivo hasta el alma. El alma rige a la mente. La mente rige a los cuerpos astral y físico. El cerebro es el instrumento por el que la mente puede manifestarse en nosotros. El cerebro rige las funciones del organismo e interactúa de manera cuántica con la mente.
Este conocimiento trascendente lo entiende ya la física moderna al hablar de las fuerza sutiles de la naturaleza y de los planos dimensionales. Tenemos varios planos dimensionales como parte nuestra, siendo el más sutil el espíritu que es lo que realmente somos en la séptima dimensión, y estando en un nivel intermedio el alma, formada por el espíritu y que es la que nos rige. Las fuerzas sutiles de la naturaleza dan a su vez lugar al doble etérico con su importante función para la organización de cada una de nuestras células, es decir la vida. Vida en la que todo lo que hoy apreciamos es la percepción mental que tenemos de las cosas y no la realidad esencial de las mismas, percepción que es al parecer ilusión. Muere en forma definitiva la manifestación del alma en cuerpo físico cuando ella desarrolló todos los atributos correspondientes a este plano. Pasa entonces a vivir en cuerpos astrales, después en cuerpos mentales. Cumplido el ciclo se desprende de ellos desarrollándose en el plano de la propia alma. El espíritu ha crecido, ya no necesita del alma, se desprende de ella, vive en buddhi, luego como atma y se manifiesta infinitamente grande como espíritu puro completamente desarrollado en su Unitario Ser y entonces retorna a DIOS por el mismo punto en que una vez emergió de DIOS como infinitamente pequeño pero dotado de infinitos atributos potenciales, en el que cada atributo manifestado le permitió crecer, evolucionar y desarrollarse. Estando en la Inmanifestado en DIOS se adquieren nuevos atributos para, en un lejano futuro, emerger a lo manifestado como Logos. ¡ESO SOMOS!
Contemplo, una vez más, el Ideograma y pienso: ¿Por algo lo recibí? ¿Por algo está aquí? ¿Por algo lo estoy contemplando? Es una figura lineal e intento "recordar" la visión omnidimensional que en la "nube" se tenía. ¿Cómo expresarlo mejor? A sabiendas que seré repetitivo intentaré muchas cosas trascendentes repetirlas hasta el cansancio en mis escritos, por ser la repetición de ideas una de las formas de convencer al subconsciente que algo es real, y esto es para mi muy real, lo más real entre la realidad que nuestro entendimiento puede hoy alcanzar. Ahora lo hago tratando de simplificar una compleja Enseñanza para nuestro nivel de evolución y desarrollo, Enseñanza que es fundamental activar para el humano despertar, lo cual es la razón de ser del libro.
A. Desde lo Inmanifestado en DIOS surgió un Pensamiento que dio lugar a lo Manifestado en ÉL. Emergen de lo Inmanifestado tres poderosos Seres cual rayos, son los Logos encargados de plasmar de la aparente Nada llena de Inteligencia Pura, el Todo de lo manifestado y, surgen entonces los Universos, Galaxias y Sistemas Solares con sus Planetas donde se iniciará la vida, en la que cada dimensión posee 7 niveles, a su vez teniendo cada uno 7 subniveles…
B. Surgen desde lo Inmanifestado millardos de chispas divinas o espíritus increados que cual recién nacidos dotados de mente permanecerán en su forma espiritual en la séptima dimensión, la más sutil y cercana a lo Inmanifestado en DIOS. Su ciclo vital es:
1. Cada espíritu viene dotado de su individualidad propia y con específicos atributos que tiene que desarrollar mediante vivencias de vida en los diferentes planos de la manifestación. 2. Recibe el espíritu las 3 energías básicas: Fohat, Prana y Kundalini. Las incorpora a su propia Fuerza personal y hace de cada una un rayo mixto, con lo recibido y con lo propio. Cada rayo es unitario, varía de plano en plano mediante energética transmutación que lo adecua a ese plano. Cada rayo es una vía de doble sentido, la descendente hacia los niveles menos sutiles y la ascendente, o del retorno hacia el espíritu. La diferencia en el continuo de uno de los rayos está en que siempre entre uno y otro plano dimensional hay un punto de unión en el que lo invisible se hace visible y lo visible pasa a lo invisible, desde el aspecto vibratorio se dirá que lo sutil pasa a ser menos sutil y lo menos sutil pasa a ser más sutil. Ese punto permite al rayo transmutarse cuánticamente con el fin de vibrar armónicamente en la dimensión en que se encuentra. Por ese mismo punto en la vía del retorno el rayo se transmuta en más sutil. Pues bien, esos 3 Rayos los hace llegar el espíritu a la sexta dimensión, dando forma con los elementos sutiles de la misma a su segundo cuerpo o atma y con los elementos menos sutiles a su tercer cuerpo o budhhi. Esta es la Triada Superior representada por las tres esferas del ideograma, cuyo vértice corresponde al personal espíritu de cada uno. Equivale la Triada Superior a la representación de una pirámide multidimensional que está más allá del tiempo y del espacio. Esa pirámide se refleja hacia lo menos sutil. 3. Desde el espíritu en línea recta descendente y desde atma y budhhi de manera oblicua, convergen los tres rayos llegando a la quinta dimensión, donde es formado el cuarto cuerpo o alma. Esa interacción de energías da lugar a su vez a la Cruz Cósmica Energética que nos rige y que tan bien se aprecia en el ideograma. 4. Cada alma actúa de manera independiente con la finalidad de manifestar sus atributos, lo que ocurre sólo mediante encarnaciones y da, por lo tanto, la forma a los cuerpos de la Triada Inferior; mente, astral y físico. Hace el alma llegar los 3 rayos al plano mental dando forma a la mente y en el plano astral al cuerpo astral. Por medio de la mente cuánticamente llegan esos rayos al cerebro humano. 5. Fohat, Prana y Kundalini vibran en nosotros como lo cósmico, lo mental y lo físico que es de lo que estamos compenetrados. 6. Las energías que nos llegan desde el espíritu vitalizan el alma, y gracias a ellas puede vivir y actuar. Transmuta las energías el alma y las pasa a la mente y el astral. Por la mente llegan al cerebro las energías que a cada instante y en todo momento recibimos y dan la chispa vital y de armonía a cada célula de nuestro organismo, permitiéndonos la vida y a su vez nos diferencia de los seres irracionales sin mente y de las agrupaciones moleculares inertes. Como cuerpos somos en esencia igual a todo lo que nos rodea, por ser todo en la naturaleza conjuntos de átomos con sus partículas. La diferencia está en la energía que rige a cada agrupación de átomos y lo que cada cuerpo representa. El cuerpo humano es la fiel imagen y representación del alma en el plano de la materia. El alma es la fiel imagen y representación del espíritu en la quinta dimensión. 7. La vibración reflejada en lo que somos como seres humanos, es devuelta por la vía ascendente de cada rayo, pasando por la mente que la procesa y la hace llegar al alma que la recibe. 8. En cada encarnación el Discernimiento del mundo exterior, el Conocimiento adquirido, la activación de los Sentimientos y la sutilización de los Pensamientos cumplen una triple función: a) Activan la mente creando nuevos módulos de pensamientos positivos. b) Esa activación mental permite desarrollarse al cerebro con la más maravillosa alquimia jamás imaginada al crearse desde la aparente nada nueva materia y circuitos cerebrales con un mayor número de surcos corticales destinados al almacenaje del pensamiento positivo. c) Recibe el alma por medio de la vía de retorno de los 3 rayos, estas positivas vibraciones de la encarnación, cuyo vibrato la hace crecer y asimilar la información. 9. Una vez procesada la energía de información por cada alma, esta la hace llegar a la Triada Superior. En el viaje energético de retorno la fuerza del espíritu, propia de cada rayo, capta las vibraciones de Fohat, Prana y Kundalini de cada plano las que ascienden hasta llegar a él impregnadas de su personal vibración. Recibe y procesa el espíritu la experiencia asimilada de lo cósmico, mental y físico que viene desde el plano de la encarnación. Cada espíritu que es increado está en constante evolución, crecimiento y desarrollo con el fin de manifestar una a una sus potencialidades en nuestro retorno hacia el arquetipo u origen que es DIOS.
Una de las razones esgrimidas por científicos en contra de la probable "visita" o llegada de alienígenas desde hace miles de años, es que en una galaxia con miles de millones de soles no es posible para otros mundos saber de nuestra existencia. Supongamos que tenemos ante el computador un extenso texto y deseamos encontrar una palabra; vamos a la barra de tareas, pulsamos editar, luego buscar, se escribe la palabra, se activa la búsqueda y aparece en forma casi instantánea y destacada la palabra en el párrafo preciso. Mi página de InterNet se detecta, en el ámbito mundial, poniendo mi apellido (seperiza) en el programa buscador de la RED y por él se accede a muchos de los títulos y la página principal. Lo mismo sucede en el cosmos: Todo está registrado en cuanto vida al ser todo fruto de un Divino Pensamiento de la Inteligencia Pura de DIOS que todo lo compenetra. Basta ir al Registro Akáshico y buscar, allí está nuestro mundo con sus precisas coordenadas espaciales y…
Me superó tanta información y la magnitud de la misma. La Voz me señala: No te preocupes, la semilla quedó y de manera gradual dará sus frutos que se expresarán mediante escritos… La pantalla nos permite ahora ser partícipes de la más hermética y sorprendente de las Escuelas Iniciáticas:
CAPÍTULO III HERMES Y EL CONOCIMIENTO OCULTO DEL ANTIGUO EGIPTO
Siembra un pensamiento y recogerás un anhelo; siembra un anhelo y cosecharás un hecho; siembra un hecho y lograrás un hábito; siembra un hábito y formarás un carácter; siembra un carácter y recogerás un Destino. H. P. Blavatsky
Los maestros son seres de la Jerarquía Espiritual que han superado la humana evolución. Sin ya corresponderle, voluntariamente encarnan para colaborar con la Humanidad. Veremos la Sagrada Enseñanza de algunos Maestros que nos fue mostrada en la pantalla. Todos dejaron un Conocimiento similar en su esencia, adaptándolo a la época y el lugar, por ser la Verdad agua de vida de una misma fuente del saber. La enseñanza la estratificaron en tres grados: A los de afuera les quedó explicada en parábolas. El nivel intermedio, ya Iniciados, recibió los arcanos o secretos menores. Los escogidos Iniciados del círculo interno conocieron los arcanos o secretos mayores. La aparente diversidad de Enseñanza que dio lugar a creencias distintas es el resultado de la humana interpretación dada por los discípulos y seguidores de los discípulos. Los Maestros orientan en el sendero, nada imponen, es el libre albedrío el que decide si se recibe o no.
Fue la Gran Biblioteca de Alejandría la que en sus secretas criptas subterráneas guardó las Enseñanzas de Hermes, llamado el Trismegisto o tres veces grande, recopilada por sus discípulos. El incendio ocurrido durante el licencioso reinado de Cleopatra, hizo desaparecer la Biblioteca junto a gran parte de la Oculta Enseñanza Hermética.
La Escuela Hermética del antiguo Egipto, es considerada como la fuente que alimentó espiritualmente a todo el mundo civilizado de la época faraónica. Hermes fue el Maestro que reveló la Sabiduría, cuyo secreto la hizo llamarse hermética. Sabía Hermes que toda la esplendorosa civilización faraónica sería arrasada en el futuro junto con el conocimiento de los escritos de sus sacerdotes. Deja en 78 grandes gráficos pintados uno por pared en 26 piezas de tres paredes cada una, la base de su enseñanza que queda sellada bajo la Gran Pirámide, un legado al hombre por parte de los dioses. Ese conjunto de 78 cuadros pasó a ser después el Tarot. Pide Hermes a sus discípulos que además los gráficos simbólicos los guarden en forma de las cartas de un juego de naipes, lo que da lugar a la baraja de 78 cartas del Tarot. Dice Hermes que toda la civilización faraónica desaparecería pero no el vicio del juego. Sin saberlo serían los bohemios los que preservarían la Sagrada Enseñanza de Hermes cuyas cartas futuras generaciones descifrarían. Cada carta del Tarot Egipcio corresponde a uno de los gráficos pintados en las secretas criptas de la Pirámide. Cada carta es un equilibrado conjunto de un ideograma, una figura humana, una letra, un número y colores que representa un conocimiento ubicado en la base de la Conciencia individual. En el mundo profano la baraja del Tarot es atribuida a los italianos. Sus cartas han servido a los bohemios para jugar y decir la buenaventura, ignorando ellos el origen y real significado de las mismas. Fue Eliphas Levi junto con otros cabalistas, alquimistas y ocultistas del siglo XIX quienes encontraron las claves de las 78 cartas agrupadas en 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores cuya representación es el álgebra del ocultismo y ayuda a desarrollar valores espirituales en quien comprende su significado. Allí está la secreta Enseñanza de Hermes, matemáticamente aplicada a lo absoluto, expresando la alquimia, astrología, cábala y magia con las indicaciones para su uso práctico, basado en ecuaciones mentales cuyas cifras conducen a la estabilización de la mente con la comprensión cósmica.
Permanecen las Esfinge colosal y las Pirámides, como mudos testigos en la arena, de la Sabiduría dejada por Hermes, que en su círculo interno habló de DIOS el único, de las Sagradas Leyes que nos rigen y de la divinidad del hombre junto con su representación ante el cosmos. La Escuela Hermética era rígida en la selección de sus aspirantes cuya enseñanza debían guardarla en el más absoluto secreto. Primero el aspirante tenía que purificarse limpiándose de los mundanales deseos, requisito previo a comenzar su búsqueda de la Verdad.
Hermes les enseñó que todo procede de un origen común, el de la Divina Existencia de DIOS, de cuyo Telema se generan todas las cosas existentes. DIOS es el creador del Universo, la Infinita y Eterna Realidad que permanece detrás de lo por ÉL Manifestado como Inmanifestado. ÉL dio forma en su eterno Pensamiento de su Infinita Mente a la creación que continúa revelándose por SU VOLUNTAD. El hombre es el Hijo no creado de DIOS, emana de SU Divina Mente. La reencarnación finaliza su ciclo cuando terminan los humanos deseos. Siendo la Verdadera Religión la de la Unión en el Amor de Dios, identificándose el alma con el Universo.
El Universo es regido por siete principios: MENTAL: Todo es mente, el universo es una creación Mental de DIOS. El hombre es una emanación de DIOS como espíritu. CORRESPONDENCIA: Como es arriba es abajo, como es en el Macrocosmos es en el Microcosmos. VIBRACIÓN: Nada permanece quieto todo vibra en el Universo. POLARIDAD: Todo posee dos polos que son opuestos, en los pares de opuestos lo antagónico es tan solo diferentes grado de manifestación de una misma cosa. Por ejemplo, la mente logra transmutar lo negativo en positivo. RITMO: Todo fluye y refluye siguiendo un rítmico avance y retroceso; ida y vuelta; acción y reacción; actividad y reposo: El hombre puede aprender el sabio uso de este principio para su beneficio. CAUSA Y EFECTO: Toda causa tiene un efecto, una acción genera una reacción, nada sucede por casualidad, sin causa. Todo ocurre de acuerdo con la Suprema Ley. GENERACIÓN: Todo es generado en el Universo por dos principios, el masculino y el femenino.
Se nos destaca por la Voz que el Conocimiento es recibido para ser expresado en beneficio de los demás, no para acumular soberbia y sentirse superior a otros, ni actuar con egoísmo. Cada uno logra mediante el Conocimiento elevarse vibratoriamente aplicando el principio de la polaridad, en el que ante cada pensamiento negativo se opone su opuesto positivo que lo anula al tener más energía. El uso de las Divinas Leyes nos favorecen en el plano individual. Al aplicar el principio del ritmo cuando se está con el ritmo bajo, se recurre a la Ley de Neutralización, lográndose la elevación por sobre las bajas vibraciones, y a la Ley de la Compensación que permite hacer oscilar lo negativo hacia lo positivo. El correcto uso de las Leyes Superiores produce el equilibrio entre lo negativo y lo positivo, armonizando el organismo.
DIOS fue el aspecto relevante en la Enseñanza de Hermes. Señalaba que a diferencia del Universo el hombre no es creado sino que emanado en espíritu desde DIOS y debe avanzar por los planos de la Creación surgidos de la Ideación de la Divina Mente. Su mensaje quedó para la elevación humana y preparó el terreno para los nuevos Guías que vendrían a dar otros impulsos en la evolución, paso previo para el Gran Salto Evolutivo que nos aguarda.
Nos encontramos ante la Gran Pirámide, qué hermosa es, está cubierta por una capa de alguna especial mezcla blanca, dura como la roca, que me pareció el resultado de moler y mezclar por partes iguales mármol blanco y cuarzo con un desconocido elemento que los aglutina como pasta antes de secarse. Parece tener brillo propio. En aquella época, de un pasado remoto, esa obra no humana, es una poderosa central de fuerza, un catalizador de energía cósmica y un emisor de energía terrestre. La Voz nos dice que la apreciamos 10 metros más alta ya que eso es lo que las dunas han cubierto el sector en nuestro presente. En la cara que mira al Norte, 10 pasos a la derecha del centro, la Voz emite un modulado mantram y se abre un bloque como puerta giratoria secreta. Por un pasillo "iluminado" por luz propia llegamos al salón de clases que pareciera tener aire acondicionado. Allí está el Maestro, me impacta su aura dorada, lo pausado de su desplazar y hablar, con una edad media en un destacado cuerpo. Expone y responde a sus iniciados discípulos que serán la elite de la casta sacerdotal que deberá guardad ese Conocimiento para las futuras generaciones, que intuyo apunta a la nuestra. Se relata por un discípulo una obra monólogo escrita por el Maestro en prosa donde dice:
¿A dónde vais ebrios, oh hombres, que os bebéis tan puro el vino de la ignorancia? ¡Quedad sobrios, deteneos! ¡Alzad los ojos del corazón, si no todos al menos los que puedan hacerlo! Porque el mal de la ignorancia inunda la entera Tierra, y corrompe al alma aprisionada en el cuerpo, impidiéndole anclar en el puerto de la libertad. Buscad la mano que os guíe a las puertas del conocimiento, donde está la Luz brillante, libre de toda tiniebla, donde nadie se emborracha, sino donde todos, sobrios, alzan los ojos del corazón hacia Aquel que quiere ser visto. Porque no se deja oír, ni describir, ni ver con los ojos, sino con la inteligencia y el corazón. Pero antes es necesario que desgarres la vestidura que llevas: el velo de la ignorancia, el sostén de la maldad, el cepo de la degradación, el antro tenebroso, la muerte viva, el cadáver sensible, la tumba que siempre te acompaña, el ladrón doméstico, el que por lo que ama te odia, y por lo que odia te cela. Este es el enemigo que revestiste como túnica, atonta el sentido de observación, tan despreciado, cegándolo con abundante materia, abundando en innobles voluptuosidades, para que no escuches las cosas que debes oír ni mires las cosas que tienes que ver. Alza la mirada y, contempla la Belleza de la Verdad y el Bien
A continuación dice el Maestro a los aspirantes a discípulos:
La fuente de todas las cosas es Dios, realidad de las cosas es el Siglo, su materia es el Mundo. El Poder de Dios es el Siglo, la obra del Siglo es el Mundo, que nunca comenzó pero es engendrado eternamente por el Siglo. Por donde el Mundo no perecerá jamás – el Siglo es inmortal – ni nunca será destruido nada de lo que hay en el Mundo: el Mundo está rodeado totalmente por el Siglo. Dios no está inactivo, de lo contrario todo estaría inactivo, y todas las cosas están llenas de Dios. Pero nada nunca en el mundo está inactivo, ni en ninguna otra parte. Porque inactividad es una palabra vana respecto del creador y respecto de lo que viene a la existencia.
Mirad también la jerarquía de los siete cielos, bellamente creada en un orden eterno y cumpliendo los siglos en cursos diferentes. Todo está lleno de luz sin haber fuego en ningún lado: pues la amistad y la combinación de los opuestos y de los disímiles se hizo luz, y brillan sobre nosotros por la energía de Dios generador de todo bien y jefe y conductor del orden entero de los siete cielos.
La Vida es la unión de la Inteligencia y el Alma. Con respecto a la muerte, no es destrucción de lo que estaba unido, sino pérdida de la unidad. En cuanto a la transformación, la llaman muerte porque el cuerpo se destruye, mientras que la vida se retira a lo no manifestado. Se transforma al pasar sus partes , día a día, a lo no manifestado, pero nunca que se destruya.
Todos los seres están en Dios. No significa que estén en un lugar – porque el lugar también es un cuerpo y lo que está en un lugar no se mueve -. Hay otra forma de estar como es en la imaginación incorporal. Por lo tanto si no te igualas a Dios no podrás entenderlo. Porque el semejante sólo conoce al semejante. Crece hasta la grandeza incomparable, de un salto pasa todos los cuerpos, supera todos los tiempos y hazte Siglo, y entenderás a Dios.
Considera que para ti nada es imposible, considérate inmortal y capaz de entenderlo todo, todo arte, toda ciencia, el carácter de todo ser vivo. Sube más alto que cualquier altura, baja más hondo que cualquier profundidad. Siente y encierra en ti mismo las sensaciones de todo lo creado, del fuego, del agua, de lo seco y de lo húmedo, piensa que estás en todas partes, en la tierra, en el mar, en el cielo, que todavía no has nacido, que estás en el vientre, que eres joven, que eres viejo, que estás muerto, que estás más allá de la muerte.
Si comprendes todo esto con la inteligencia en conjunto, tiempos, lugares, cosas, cualidades, cantidades, podrás entender a Dios. ¿Dios es invisible? ¿Qué hay de más manifiesto que El? Por eso hizo todas las cosas, para que lo veas por ellas. Este es el Bien de Dios, éste su maravilloso poder: manifestarse a sí mismo en todas las cosas. Porque nada es invisible, ni siquiera lo incorporal. La inteligencia se ve al pensar, y Dios cuando crea.
UNA CLASE MAGISTRAL DE HERMES SOBRE EL INICIÁTICO CONOCIMIENTO DE DIOS. Todos los sacerdotes iniciados llenan el auditorium impregnando sus mentes con las palabras del Maestro:
¿Qué es Dios? – Aquel que no es absolutamente ninguna de estas cosas, pero que por otra parte, es para estas cosas la causa de su existencia, para todas ellas, y para cada uno de los seres en particular. Pues no ha dejado lugar alguno para no ser, y todas las cosas que existen vienen al ser a partir de cosas que existen y no a partir de cosas que no existen: Porque las cosas inexistentes no tienen una naturaleza que les permita llegar a ser, sino que su naturaleza es tal que no pueden devenir alguna cosa, y a la inversa la naturaleza de las cosas que son no les permite no ser. Dios, pues, no es el intelecto, sino causa de que el intelecto exista; no es aliento, sino causa de que exista el aliento, y no es luz, sino causa de que la luz exista. De manera que bajo dos nombres hay que adorar a Dios, pues sólo le pertenecen a él, y a ningún otro. Ya que ninguno de los demás seres llamados dioses, ni los hombres, ni los espíritus, pueden, incluso en cualquier grado que fuere, ser buenos, salvo Dios solo. Y él es eso solamente y ninguna otra cosa. Todos los demás seres son incapaces de contener la naturaleza del Bien: pues son cuerpo y alma, y no tienen lugar que pueda contener el Bien. Porque la amplitud del Bien es tan grande como la realidad de todos los seres, de los corpóreos y de los incorpóreos, de los sensibles y de los inteligibles. He ahí lo que es el Bien, he ahí lo que es Dios. Por lo tanto no vayas a llamar buena a ninguna otra cosa, pues es una impiedad, ni vayas nunca a dar a Dios cualquier otro nombre que no sea sólo el de Bien, pues eso también es una impiedad. Cierto, todos pronuncian la palabra "Bien", pero no todos perciben lo que éste puede ser. Por ello es que tampoco todos perciben lo que es Dios, pero, por ignorancia, se llama buenos a los dioses y a algunos hombres, cuando sin embargo no pueden nunca serlo ni llegar a serlo: pues el Bien es lo que menos se puede sustraer a Dios, es inseparable de Dios, puesto que es Dios mismo. Se honra con el nombre de Dios a todos los demás dioses inmortales: pero Dios, él, es el Bien, no por una denominación honorífica, sino por naturaleza. Porque la naturaleza de Dios no es sino una cosa: el Bien, y ambos juntos no constituyen sino una sola y única especie, de la que salen todas las especies. Pues el ser bueno es aquél que da todo y no recibe nada. Pues bien, Dios da todo y no recibe nada. Dios es pues el Bien, y el Bien es Dios.
La otra denominación de Dios es la de Padre, a causa de su virtud de crear todas las cosas: pues es al padre a quien pertenece el crear. Dios, él, no es responsable, somos nosotros los responsables de nuestros males, en tanto los preferimos a los bienes. ¿Ven, cuántos cuerpos hemos de atravesar, cuántos coros de espíritus, y qué sucesión continua y qué cursos de astros, a fin de ir aprisa hacia el Uno y Solo? Porque el Bien es infranqueable, sin límite y sin fin, y en lo que respecta a él mismo, también sin comienzo, aunque a nosotros nos parezca que tiene uno cuando llegamos a conocerlo. Pues el conocimiento no señala el comienzo del mismo Bien, es solamente para nosotros que comienza en tanto que objeto a conocer. Aferrémonos pues de ese comienzo y apresurémonos en recorrerlo todo: Porque es una vía de difícil comprensión el abandonar los objetos familiares y presentes para deshacer camino hacia las cosas antiguas y primordiales. En efecto, lo que aparece a los ojos hace nuestras delicias mientras que lo no aparente despierta en nosotros la duda. Ahora bien las cosas malas son más aparentes a los ojos. El Bien por el contrario es invisible a los ojos visibles. No tiene en efecto ni forma ni figura. Es por ello que aunque es semejante a sí mismo, es desemejante a todo el resto: Pues es imposible que algo incorpóreo se muestre como aparente a un cuerpo. Tal es la diferencia de lo semejante con lo desemejante, y la deficiencia que afecta a lo no semejante con respecto a lo semejante. Tal es pues, la imagen de Dios que os he dibujado lo mejor que he podido: si la contemplan exactamente y se la representan con los ojos del corazón, creedme, encontrarán el camino que conduce a las cosas de lo alto. O, más bien, es la propia imagen quien les mostrará la ruta. Pues la contemplación posee una virtud propia: toma posesión de los que ya una vez han contemplado, y los atrae a sí como –se dice– el imán atrae al hierro.
Lo inaparente existe siempre, porque no tiene necesidad de aparecer: Es eterno en efecto, y es él quien hace aparecer todas las demás cosas, siendo él mismo inaparente ya que existe siempre. Hace aparecer todas las cosas, pero él mismo no aparece jamás, engendra, pero él mismo no es engendrado; nunca se nos ofrece como imagen sensible, pero él es quien da una imagen sensible a todas las cosas. Pues manifestación en imagen sensible sólo la hay de los seres engendrados: En efecto venir al ser no es otra cosa que aparecer a los sentidos. Por eso es evidente que el Único no engendrado es a la vez inaparente y no susceptible de ofrecerse en imagen sensible, pero, como él da imagen sensible a todas las cosas, aparece a través de todas, y en todas, y aparece sobre todo a aquellos a quienes él mismo ha querido manifestarse. Ustedes rueguen en primer lugar al Señor, Padre y Solo, que no es el Uno sino fuente del Uno, que se muestre propicio, a fin de que puedan alcanzar por el entendimiento ese Dios tan grande y para que haga resplandecer uno de sus rayos, aunque sea uno sólo, sobre vuestra inteligencia. En efecto, sólo el Conocimiento ve lo inaparente, ya que él mismo es inaparente. Si pueden, aparecerá entonces a los ojos del intelecto, pues el Señor se manifiesta con plena liberalidad a través de todo el Universo. ¿Pueden ver los pensamientos y asirlos con sus propias manos y contemplar la imagen de Dios? Pues, si incluso lo que está en vosotros es para ustedes inaparente, ¿cómo se les manifestará Dios mismo, por medio de los ojos del cuerpo? Así pues si quieren ver a Dios, consideren el sol, consideren el curso de la luna, consideren el orden de los astros. ¿Quién es el que los mantiene así? Todo orden en efecto supone una delimitación en cuanto al número y al lugar. ¿Todos esos astros que están en el cielo no cumplen, cada uno por su lado, un curso semejante o equivalente? ¿Quién ha determinado para cada uno de ellos el modo y la amplitud de su carrera? He aquí la Osa, que gira alrededor de sí misma, arrastrando en su revolución al cielo entero: ¿Quién es el que posee ese instrumento? ¿Quién es el que ha encerrado el mar en sus límites? ¿Quién el que ha asentado la tierra sobre su fundamento? Pues existe alguien que es el creador y señor de todas esas cosas. No podría ser, en efecto, que ni el lugar ni el número ni la medida fueran cumplidos con regularidad si no existiese alguien que los ha creado. Todo buen orden supone en efecto un creador, sólo la ausencia de lugar y medida no lo supone. Pero aun esta ausencia no carece de señor. En efecto, si lo desordenado es deficiente, no por ello obedece menos al señor que todavía no ha impuesto el orden en la ausencia de lugar y armonía.
¡Quiera el cielo que les fuera dado tener alas y elevarse al aire, y allí, situados en el medio de la tierra y del cielo, ver la masa sólida de la tierra, las olas extensas del mar, el correr de los ríos, los movimientos libres del aire, la penetración del fuego, la carrera de los astros, la rapidez del cielo, su rotación alrededor de los mismos puntos! ¡Qué visión tan bienaventurada, cuando se contemplan en un solo momento todas estas maravillas, lo inmóvil puesto en movimiento, lo inaparente volviéndose aparente a través de las obras que genera! Tal es el orden del universo y tal la hermosa armonía de ese orden.
Si quieren contemplar a Dios también a través de los seres mortales, de los que viven sobre la tierra y de los que viven en el abismo, consideren cómo es formado el hombre en el vientre materno, examinen con atención la técnica de esta producción y aprendan a conocer quién es aquel que moldea esta bella, esta divina imagen que es el hombre. ¿Quién ha trazado los círculos de los ojos? ¿Quién ha horadado los agujeros de la nariz y los oídos? ¿Quién ha hecho la abertura de la boca? ¿Quién ha tensado los músculos y los ha ligado? ¿Quién ha conducido los canales de las venas? ¿Quién ha solidificado los huesos? ¿Quién ha recubierto toda la carne de piel? ¿Quién ha separado los dedos? ¿Quién ha agrandado la planta de los pies? ¿Quién ha abierto los conductos? ¿Quién ha extendido el bazo? ¿Quién ha modelado el corazón en forma de pirámide? ¿Quién ha cosido juntos los nervios? ¿Quién ha ensanchado el hígado? ¿Quién ha ahuecado las cavidades del pulmón? ¿Quién ha construido el amplio receptáculo del bajo vientre? ¿Quién ha hecho las partes nobles para que sean bien evidentes y ha cubierto las vergonzosas? Ven, ¡cuántas técnicas diferentes aplicadas a la misma materia, cuántas obras de arte reunidas en una sola figura, y todas admirablemente bellas, todas exactamente medidas, todas diversas unas de otras! ¿Quién ha creado pues todas esas cosas? ¿Qué madre, qué padre, sino el Dios invisible que, por su propia voluntad, todo lo ha fabricado? Nadie presume que una estatua o una pintura pueda haber sido hecha sin escultor o sin pintor, ¿y esta creación habría venido a ser sin Creador? ¡Qué colmo de ceguera! ¡Qué colmo de impiedad! ¡Qué colmo de irreflexión! Nunca vayan a separar las obras creadas de su Creador. O más bien, él es aún más grande que lo que implica el nombre Dios: tal es la grandeza del Padre de todas las cosas; porque, en verdad, él es el único en ser padre y es esto mismo lo que constituye su función propia, el ser padre.
Si pueden concebir a Dios, concebirán también lo bello y bueno, lo soberanamente luminoso, lo soberanamente iluminado por Dios; pues esa belleza es incomparable, y esa bondad inimitable, tal como Dios mismo. Cuando van en busca de Dios, es también hacia lo bello que van. Porque no hay más que una sola senda que lleva de aquí hacia lo bello, la veneración acompañada del Conocimiento.
OTRA MAGISTRAL CHARLA ES SOBRE EL HOMBRE Y SU RELACIÓN CON EL COSMOS Y DIOS En lo tocante al alma y al cuerpo, hay que decir ahora de qué manera el alma es inmortal y de qué especie es la fuerza que causa el ensamblaje del cuerpo y su disolución. Porque la muerte no tiene nada que ver con ninguna de estas cosas, sino que es sólo un concepto forjado sobre el término inmortal, sea por pura ficción, sea que por privación de la primera letra se de lugar a la palabra thanatos en lugar de athanatos. Porque la muerte pertenece a la categoría del aniquilamiento: ahora bien, nada de lo que está en el cosmos es aniquilado. Efectivamente, si el cosmos es segundo dios y un viviente inmortal, no es posible que una parte cualquiera de este viviente inmortal llegue a morir: pues todo lo que está en el mundo, es parte del mundo y sobre todo el hombre, el animal racional.
Antes de todos los seres está Dios, eterno, no engendrado, creador del universo; viene en segundo lugar aquél que ha sido hecho por el Primero a su imagen y que por él es conservado, nutrido, y dotado de inmortalidad en tanto que nacido de un padre eterno, viviendo sin fin en cuanto inmortal. Porque el viviente sin fin difiere del eterno. Dios, en efecto, no ha sido engendrado por otro: aún suponiendo que lo hubiera sido, lo sería por él mismo. Pero, de hecho, no ha sido nunca engendrado: él se engendra eternamente. El Padre, habiendo nacido de él mismo, es eterno; el cosmos, habiendo salido del Padre, ha nacido inmortal, y todo lo que había de materia, que había sido reservado por su voluntad, ese todo, el Padre lo hizo en forma de cuerpo y, habiéndole dado volumen, le dio figura esférica, habiéndole atribuido incluso esta cualidad, siendo la materia también inmortal y su materialidad eterna. Aún más, después de haber diseminado las cualidades de las formas específicas en el interior de la esfera, el Padre las encerró en ella como en un antro, queriendo adornar con todo atributo el ser así cualificado gracias a sus cuidados, y envolvió completamente de inmortalidad al cuerpo entero a fin de que, aún cuando la materia quisiera separarse del ensamblaje de este cuerpo, no pudiera disolverse en el desorden que le es propio. Porque, cuando la materia no estaba formada en un cuerpo estaba en desorden; e incluso aquí abajo, conserva la facultad de aumento, y la facultad de disminución que los hombres llaman muerte. Este desorden no se produce más que en los vivientes terrestres. Pues, en lo que respecta a los vivientes celestes, sus cuerpos tienen un orden único, aquél que les ha sido asignado por el Padre desde el principio; y este orden es conservado indisoluble por el retorno de cada uno de ellos a su lugar primero. En cuanto al retorno de los cuerpos terrestres a su origen, esto significa la disolución de la ensambladura, y esta disolución consiste en un retorno a los cuerpos indisolubles, es decir, los cuerpos inmortales: así se produce seguramente una pérdida de la conciencia, pero no una aniquilación de los cuerpos.
El tercer viviente es el hombre, que ha sido hecho a imagen del cosmos, y que, a diferencia de los otros animales terrestres, posee el Intelecto según la voluntad del Padre; y no sólo está unido al segundo dios por un lazo de simpatía, sino que además toma su inteligencia del primer Dios. A aquél, en efecto, lo percibe mediante la sensación como cuerpo, a éste lo aprehende por la Inteligencia como No Corporal e Inteligente, el Bien.
Conciban lo que es Dios, lo que es el Universo, lo que es un viviente inmortal, lo que es un viviente disoluble, y comprendan que el cosmos ha sido hecho por Dios y que es en Dios, y que el hombre ha sido creado por el cosmos y está en el mundo, y que es Dios quien causa, envuelve y mantiene unidas todas las cosas.
Ahora bien, el vicio del alma, es la ignorancia. Por el contrario, la virtud del alma es el Conocimiento: Porque aquél que conoce es bueno y piadoso, y ya divino. Dios en efecto, el Padre y el Bien, no se deja ni enseñar por la palabra ni aprender por la audición. En estas condiciones, y aunque todos los seres poseen los órganos de los sentidos porque no pueden vivir sin ello, el conocimiento en este caso difiere mucho de la sensación. En efecto, la sensación no se produce sino bajo dependencia del objeto que hace impresión sobre nosotros, mientras que el Conocimiento es en sí el coronamiento de la ciencia y ella misma un don de Dios. Porque toda ciencia es incorporal, el instrumento del que usa es el Intelecto mismo que, a su vez, se sirve del cuerpo. Ambos pues, los objetos inteligibles y los materiales, están comprendidos en el cuerpo. Porque todo debe resultar de la oposición y de la contrariedad: y es imposible que sea de otro modo.
El cosmos es pues el primero. En cuanto al hombre, segundo viviente después del cosmos, pero primero de los mortales, posee en común con los demás vivientes el principio de animación; por otro lado, no es ya solamente no–bueno, sino que incluso es malo en tanto que mortal. El cosmos, él, es no–bueno en tanto que móvil, pero es no–malo en tanto que inmortal. El hombre, al contrario, es doblemente malo: en tanto que móvil y en tanto que mortal. El alma del hombre es conducida del modo que sigue. El intelecto está en el discurso de la razón, la razón en el alma, el alma en el hálito vital: en fin, el hálito vital pasando a través de las venas, las arterias y la sangre, pone en movimiento el viviente, y puede decirse en una cierta medida que lo porta.
Todo el universo está suspendido de un único Principio, y este Principio depende él mismo del Uno y Solo. El Principio, en cuanto a él, está en movimiento, para que a su vez sea principio, en tanto que el Uno sólo permanece estable, no es movido. Hay pues esos tres seres, Dios –Padre y Bien–, el cosmos, y el hombre. El cosmos es contenido por Dios, el hombre por el cosmos. El cosmos es hijo de Dios, el hombre es hijo del cosmos, nieto por así decir de Dios. Dios no ignora al hombre, al contrario lo conoce perfectamente bien y quiere ser conocido por él. Sólo eso es saludable para el hombre: el conocimiento de Dios. Es eso lo que es el ascenso al Olimpo. Así solamente un alma puede convertirse en buena.
Consideren el alma de un niño: Cuando todavía no le ha ocurrido el estar separada de su verdadero ser y el cuerpo al cual pertenece no tiene aún más que un pequeño volumen y no ha alcanzado su pleno desarrollo, ¡qué bella es por cualquier lado que se la mire, en este momento donde no ha sido todavía manchada por las pasiones del cuerpo y se halla casi suspendida del Alma del mundo! Mas cuando el cuerpo ha alcanzado su tamaño y ha arrancado y atraído el alma a lo bajo hacia las pesadeces corporales, el alma, habiéndose separado de su verdadero ser, alumbra el olvido: entonces ya no tiene parte en lo bello y bueno; el olvido es el que la vuelve mala.
La misma cosa ocurre a los que salen del cuerpo. Habiéndose remontado el alma hacia su verdadero ser, el hálito vital se contrae en la sangre, el alma en el hálito, y el intelecto, después de haberse purificado de sus envolturas pues es divino por naturaleza, y luego de haber recibido un cuerpo de fuego, recorre todo el espacio, habiendo abandonado el alma al juicio y veredicto que ella amerite.
Cuando el intelecto se ha separado pues del cuerpo de tierra, inmediatamente se reviste con la túnica que le es propia, la túnica de fuego, que no podía conservar cuando vino a establecerse en el cuerpo terrestre (pues la tierra no puede llevar el fuego: basta con una pequeña chispa para que toda comience a arder, y he ahí por qué el agua se halla alrededor de toda la tierra como barrera y muro de defensa contra la llama del fuego). El intelecto pues, siendo el más penetrante de todos los conceptos divinos, posee también por cuerpo el más penetrante de todos los elementos, el fuego. Y como el intelecto es el hacedor de todos los seres, es el fuego el que toma como instrumento de su fabricación. El Intelecto del Todo es el hacedor de todos los seres, el intelecto del hombre hace solamente los de la tierra. Porque, despojado como está de su vestimenta de fuego, el intelecto que habita en los hombres es incapaz de hacer los seres divinos, ya que su habitación le impone la condición humana.
El alma impía permanece por el contrario en el nivel de su propia naturaleza, castigándose ella misma, y buscando un nuevo cuerpo de tierra en el cual pueda entrar, pero un cuerpo humano: porque ningún otro cuerpo podría contener un alma humana, y el orden divino prohibe que un alma humana vaya a caer en el cuerpo de un animal sin razón. Es en efecto una ley de Dios que el alma humana sea protegida contra tan gran ultraje. ¿No ven los suplicios que soporta el alma impía cuando pide socorro y exclama: "Me consumo, estoy en llamas: ¿qué decir? ¿qué hacer? no lo sé. Soy devorada, desgraciada, por los males que me poseen. Ya no veo, no oigo ya". ¿No son esos los gritos de un alma a la que se castiga? ¿O bien van a creer, según la opinión vulgar, que el alma es tras su salida del cuerpo convertida en bestia, lo que es un gravísimo error? He aquí, en efecto, cual es el castigo del alma. Es el orden establecido que el intelecto, una vez convertido en espíritu, reciba un cuerpo de fuego para ser puesto al servicio de Dios, y que, habiéndose introducido en el alma impía, la flagele con los látigos reservados a los pecadores, bajo cuyos golpes el alma impía se precipita en los crímenes, ultrajes, calumnias y violencias de todo tipo, instrumentos de las injusticias humanas. Por el contrario, cuando el intelecto ha entrado en el alma recta, la guía hacia la luz del conocimiento, y el alma así favorecida no se cansa nunca de cantar a Dios, ni de derramar sus bendiciones sobre todos los hombres mediante toda clase de beneficios en actos y en palabras, a imitación de su Padre.
Luego es así que el alma puede pasar a un cuerpo superior: pero es imposible que pase a uno inferior. Hay una comunión entre las almas: las almas de los dioses entran en comunión con las de los hombres, las de los hombres en comunión con las de los seres sin razón. Los seres superiores cuidan de los seres inferiores, los dioses de los hombres, los hombres de los animales sin razón, Dios de todos: porque él es superior a todos y todos son inferiores a él. El cosmos está pues sometido a Dios, el hombre al cosmos, los seres sin razón al hombre: Dios, él, está por encima de todos los seres y vela sobre todos. Las energías son como los rayos de Dios, las fuerzas de la naturaleza como los rayos del cosmos, las artes y las ciencias como los rayos del hombre. Las energías actúan a través del cosmos y alcanzan al hombre por los canales físicos del mundo; las fuerzas de la naturaleza actúan por medio de los elementos, los hombres a través de las artes y las ciencias. Y tal es el gobierno del Todo, gobierno que depende de la naturaleza del Uno y que penetra por todas partes mediante el solo Intelecto. Nada hay en efecto más divino y más activo que el Intelecto, nada más apto para unir los hombres a los dioses y los dioses a los hombres. El Intelecto es el Espíritu del Bien ("Agatho Daimon"). Feliz el alma que ha sido colmada por completo con este Intelecto, infortunada la que está totalmente vacía de él.
Porque el hombre es un viviente divino, que debe ser comparado no al resto de los vivientes terrestres, sino a los de lo alto, en el cielo, a los que se llama dioses. O antes bien, si hay que atreverse a decir la verdad, es por encima aún de esos dioses que está establecido el hombre realmente hombre o, al menos, hay completa igualdad de poder entre los unos y los otros. En efecto ninguno de los dioses celestes abandonará la frontera del cielo y descenderá sobre la tierra. El hombre, al contrario, se eleva incluso hasta el propio cielo, y lo mide, y sabe lo que en el cielo está en alto, lo que está abajo, y aprende todo el resto con exactitud, y, suprema maravilla, no tiene siquiera necesidad de abandonar la tierra para establecerse arriba ¡tan lejos se extiende su poder! Preciso es entonces atreverse a decirlo: el hombre terrestre es un dios mortal, el dios celeste un hombre inmortal. Es entonces por intermedio de esa pareja, cosmos y hombre, que todas las cosas existen, si bien todas han sido producidas por el Uno.
Es la Eternidad la que mantiene unido todo ese cosmos, ya sea por medio de la necesidad, de la providencia, de la naturaleza, o de cualquier otra cosa que se pueda pensar hoy o más tarde. Y lo que produce por su actividad todo eso, es Dios, y la energía de Dios, fuerza a la que no se puede superar y a la cual no se pueden comparar ni las cosas humanas ni las cosas divinas. Las cosas de aquí abajo o de allá arriba no son semejante a Dios, en efecto nada hay semejante al Desemejante, Solo y Único. Dios no es inactivo, de lo contrario lo sería también todo el universo, por que todo está lleno de Dios. Pero, de hecho, no hay inactividad en parte alguna, ni en el cosmos, ni en cualquier otro ser que fuere. Inactividad es una palabra vacía, habida cuenta de aquél que crea y lo que viene a ser. Pues bien, es un hecho que todo viene a ser, y siempre, y según la influencia propia a cada lugar. Porque el que crea está en todos los seres, no permanece fijado en uno de entre ellos ni crea en uno de ellos solamente, sino que los crea a todos: pues, siendo una fuerza siempre actuante, él no posee su suficiencia de los seres creados, sino que son los seres creados los que están sometidos a él.
Así la Eternidad es imagen de Dios, el cosmos imagen de la Eternidad, el sol imagen del cosmos, el hombre imagen del sol. En cuanto al cambio, se le llama muerte porque el cuerpo se disuelve mientras que la vida se disipa en lo invisible. Ahora bien los seres que se disuelven de este modo, y el cosmos testimonio que se transforman, por el hecho de que, cada día, una parte del cosmos va a lo invisible, pero de ninguna manera se disuelven. Y he aquí lo que son las pasiones del cosmos: rotaciones y desapariciones. Ahora bien la rotación es revolución, la desaparición renovación. Así el cosmos es omniforme, no que tenga las formas alojadas en él, sino que es en él mismo que él mismo se transforma. Entonces puesto que el cosmos ha sido hecho omniforme, ¿qué puede ser el que lo ha creado? ¡No digamos que es informe! Por otra parte, si es asimismo omniforme, será semejante al cosmos. Pero, ¿y si no tiene más que una única forma? Sería en este punto inferior al cosmos. ¿Qué decimos entonces que es, para no dejar el discurso sin salida? Porque no hay nada sin salida en nuestra concepción de Dios. Dios no tiene pues más que una figura, –si hay alguna figura propia a Dios–, que no sabría ofrecerse a los ojos del cuerpo, pues es incorpórea, aunque revela todas las formas por medio de los cuerpos.
Juzgadlo asimismo de la manera siguiente, a partir de ti mismo. Ordena a tu alma irse a la India, y he aquí que, más veloz que tu orden, allí estará. Ordénale cruzar enseguida el océano, y he ahí que, de nuevo, allí estará inmediatamente, no por haber viajado de un lugar a otro, sino como si ya se encontrase allí. Ordénale incluso que se remonte al cielo, no tendrá necesidad de alas: Nada puede obstaculizarla, ni el fuego del sol, ni el éter, ni la revolución del cielo, ni los cuerpos de los demás astros, sino que ascenderá en su vuelo a través de todos los espacios hasta el último cuerpo. Y si todavía quisieras perforar la bóveda del universo mismo y contemplar lo que hay más allá (si es que existe algo más allá del cosmos), puedes.
¡Vean qué potencia, qué rapidez poseen! ¿Y si, tú, puedes todo eso, no lo podrá Dios? Es pues de esta manera que deben concebir a Dios: todo lo que es lo contiene en él mismo como pensamientos, el cosmos, él mismo, el Todo. Luego si no se vuelven igual a Dios, no puedes comprender a Dios: Pues lo semejante no es inteligible más que a lo semejante. Crezcan hasta alcanzar un tamaño sin medida, mediante un salto que los libere de todo cuerpo; elévense por encima del tiempo, conviértanse en Eón: Entonces comprenderán a Dios. Habiendo puesto en sus pensamientos que no hay nada imposible para ustedes, considérense inmortales y capaz de comprenderlo todo, todo arte, toda ciencia, el carácter de todo ser viviente. Asciendan más alto que toda altura, desciendan más bajo que toda profundidad. Reúnan en sí mismos las sensaciones de todo lo creado, del fuego y del agua, de lo seco y de lo húmedo, considerando que están a la vez en todas partes, sobre la tierra, en el mar, en el cielo, imaginen que aún no has nacido, que están en el vientre materno, que son adolescente, viejo, que están muerto, que están más allá de la muerte. Si abarcan con el pensamiento todas esas cosas a la vez, tiempos, lugares, substancias, cualidades, cantidades, pueden comprender a Dios. Todo lo demás, considérenlo siguiendo el mismo método, y no quedarán decepcionados.
Los iniciados herméticos aceptaron la idea abstracta de DIOS, la masa no lo podía aceptar por falta de entendimiento y fue necesario darle el culto a la forma, y a medida que aumentaba el culto a la forma se diluía el sentimiento de lo espiritual. Los sacerdotes fueron los guardianes de los Arcanos para preservar la Enseñanza cósmico-espiritual de Hermes, con el misterio del DIOS único y la búsqueda de la Verdad dentro de uno mismo. Les destacó los beneficios de la visualización y que se llegará al estado de conciencia espiritual por Conocimiento y no por creencia. Con el tiempo, ya sin el Maestro ellos se consideraron los únicos y privilegiados hijos de DIOS; olvidando a su vez La Enseñanza de que todos lo eran por igual. Para los misterios del círculo interior había un culto simbólico exterior necesario para la masa, con burdas representaciones de la Verdad, ya que el hombre debía ser instruido en la Verdad en dosis que fuera capaz de digerir e ingerir, sin tener que rechazar o vomitar lo recibido por lo denso y contundente que para su entendimiento pudiera resultar. Decía Hermes a sus discípulos que el hombre sólo llegará a la cima de la vida espiritual como resultado de vidas u olas sucesivas en un siempre creciente ascenso del océano del pensamiento que irrumpe en las playas del tiempo. Siendo la meta del hombre lograr la perfección, desarrollando la pureza y rectitud en su vida diaria. El hombre debía llegar a hacer de sí mismo el templo de DIOS por medio de la preparación y la interiorización practicando la virtud, el autorrespeto y la responsabilidad.
La Voz me saca de mi ensimismamiento después de contemplar los pasajes de la Sagrada Tradición y algunas Enseñanzas de Hermes, viéndolas tan actuales y tan lógicas desde el punto de vista de la ciencia moderna. Dice que permanecen en la Tierra Guardianes del Conocimiento que pasan de generación en generación el Saber tal cual los Maestros en sus respectivas épocas y lugares lo fueron entregando. Cada Maestro fue un rayo de luz que se concentra aunándose con el de los otros Maestros en un solo poderoso foco para el cambio de nuestro milenio, el del cambio de era al entrar el hombre de lleno en la etapa mental de su evolución.
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