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La neurociencia del metabolismo férrico, la de algunos fármacos: O quien de hierro vive a hierro muere… y algunas otras historias espeluznantes

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La clorofila
  3. ¿Qué es el hierro? El hierro nuestro de cada día…
  4. Un mineral esencial
  5. Eliminación
  6. Alimentos ricos en hierro por 100 g
  7. La hemocromatosis
  8. Bernard
  9. El riesgo de suicidio estudiado en drogas de uso para enfermedades físicas
  10. Manuel
  11. En resumen
  12. Bibliografía

Introducción

Nos asegura pensar que aquellas cosas que, en nuestra niñez, nos señalaran como beneficiosas, tienen que serlo — aunque a menudo no lo sean. Consecuencia de esta actitud de ciega ingenuidad, es que, a veces, tomamos riesgos audaces e innecesarios.

Me refiero al poder terapéutico de algunos de los fármacos recién introducidos y al uso tradicional de ciertos suplementos dietarios que pueden resultarnos adversos en sus efectos.

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La hemoglobina

Veamos primero el hierro

La Naturaleza es portentosa en formas únicas y espectaculares. Parece ser que, como tonalidad, la absoluta directriz de nuestros sistemas vivientes, prefiere en esencia el color verde en todos sus vibrantes matices. Y, prefiriendo lo verde — como cantaba el bardo Federico García Lorca — la Naturaleza, el mundo lo reviste tan glauco porque las plantas, en su exuberancia orgánica, incorporan una molécula de color verdosa, tan poderosa cuan minúscula, conocida como la clorofila.

La clorofila forma la base de la fotosíntesis, actividad que deriva de la acción de la energía solar. Veamos cómo: Fotones escapados desde la sobrecalentada superficie del astro que nos aviva avanzan hacia la tierra en la forma de descargas de fulgor cubriendo distancias de 186,000 millas por segundo en sus trayectorias siderales. Cuando llegan a nuestro planeta y encuentran las forestas, la clorofila contenida en las plantas, se las compone, para capturar esos mensajeros veloces enjaezando su luz solar, convirtiendo su energía en la constitución de las vegetaciones. Resultando en que todo tallo, tronco, flor y hoja se torna viviente como prueba elocuente de esta transformación milagrosa.

La clorofila

El núcleo de la clorofila, como la maravilla detrás del proceso de la fotosíntesis, consiste primariamente de hidrógeno, carbono, oxígeno, y átomos de nitrógeno dispuestos en un patrón circular. Exactamente en el centro de esta compleja estructura yace un simple átomo de magnesio — un metal opaco y gris que, aun siendo de color apagado, salpica, con su acción, este mundo con el color verde vibrante.

A continuación entenderemos en qué consiste esta actividad

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Cuatro estaciones

La fotosíntesis es un proceso químico autótrofo por medio del cual las plantas manufacturan compuestos orgánicos utilizando los elementos inorgánicos del anhídrido carbónico de la atmosfera y del agua, en presencia de la luz solar — ya que, virtualmente todas las formas de vida, dependen directa e indirectamente de las plantas verdes para su sustento. En esencia, la fotosíntesis resulta siendo la base de toda la vida en la tierra.

Ahora, sustituyamos esa molécula simple de magnesio por un átomo de hierro y: ¡Presto! La molécula de clorofila se transforma en otra que duplica muy de cerca la constitución química de la hemoglobina.

La hemoglobina

Muchos nutricionistas-evolucionistas comentan en el hecho de que la constitución química de la molécula de la hemoglobina es tan semejante a la de la clorofila que puede especularse que la hemoglobina es esencialmente una mutación del cloroplasto vegetal.

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Síntesis de la clorofila

¿Qué es el hierro? El hierro nuestro de cada día…

El hierro es fundamentalmente uno de los elementos de los 118 que se agrupan en la Tabla Periódica de Mendeleyev.

Como mineral este ion, es esencial para nuestra supervivencia, ya que en su ausencia no podemos vivir.

Para lograr su presencia en nuestro cuerpo este metal debe de ser ingerido en la dieta, ya que nuestro organismo no puede producirlo.

El hierro que nos ocupa, posee dos formas estables: Ferroso o Fe++ (Fe2) y férrico Fe+++ o (Fe3).

Debido a que este metal es un constituyente mayor de los suelos, y que las plantas crecen en ese medio, el hierro forma un componente estructural de casi todas las frutas, yerbas y vegetales.

Pero, desafortunadamente, para nuestra especie, la gran mayoría de este elemento proveniente del reino vegetal resulta ser de poco uso para nosotros, porque ambas formas del átomo férrico están sólidamente unidas a las moléculas orgánicas de las plantas — como son los fitatos, los taninos y muchas otras — por un proceso conocido como la quelación. Nosotros no podemos disolver esa unión vía la digestión, siéndonos imposible utilizarlo.

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Metabolismo del hierro

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