Muy a menudo, cuando en el aire fresco del Canal de la Mona, se detectan las brisas aromáticas que anuncian la inminente llegada de una celebración religiosa o patria en este país, un fervor me inspira para hacer de la ocasión un viaje exploratorio dentro de mis universos íntimos y privados.
Esa tendencia comenzó para mí cuando yaciera en el diván analista por la duración de esa experiencia tan especial que se conoce como el psicoanálisis; y del que, en tiempos recientes, los neurocientificos de hoy tanto escriben —
Siendo, lo más sorprendente, cuando ahora escriben, que lo que ahora se dice sea favorable y en reconocimiento tardío del genio de Freud. (Véanse los dos tomos: Affect Dysregulation and Disorders of the Self y Affect Regulation and the Repair of the Self por A. N. Shore).
El 16 de agosto: La fiesta de la Restauración en la República Dominicana
El 16 de agosto en 1863 se inició la Guerra de la Restauración de la República Dominicana, cuando catorce valientes, viniendo desde La Visite, Haití, se posesionaron del cerro de Capotillo y enhestaron la Bandera Nacional.
Escudo patrio dominicano.
El dieciséis de agosto, cada cuatro años se juramenta un nuevo presidente en nuestro país. País donde, por razones históricas, la reelección presidencial era prohibida.
Hablemos de la presidencia este dieciséis de agosto y el del 2008…
La presidencia es la oficina a que todos aspiran cuando sienten la necesidad de imitar a los dioses. La presidencia; oficina pegajosa para los fondillos de muchos hombres, quienes una vez que, desde el solio presidencial, liban de la copa exaltadora la dulzura del poder, no se aprestan a querer abandonarla.
¡Cuántas dictaduras de seres mediocres — o no — y cuántas miserias pudiesen haberse evitado en tantos países, si no hubiese sido por la fiebre del poder que a tantos aflige! (Véase mi ponencia, El Plexo "Soliar" del Candidato a Presidente Dominicano).
GWB el cowboy…
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