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Matrimonio. Consejos para la felicidad (página 2)


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La pasión en el matrimonio, generalmente la confundimos con el deseo sexual, pero podemos alcanzar mayor grado de comprensión en cuanto a la profundidad del significado de esta palabra, porque debemos comprender que podemos sentir pasión, en muchas áreas de nuestras vidas; ejemplos: pasión por los niños, pasión por nuestro trabajo, pasión por nuestra carrera, etc.              

Podemos, desarrollar esa característica también en nuestro matrimonio, y aprender a sentir pasión por estar con nuestra pareja, por hacer cosas juntos, por sacar momentos a solas, por querer compartir nuestros sueños, triunfos, derrotas, alegrías y tristeza con nuestro cónyuge.

Debemos aprender a enamorarnos de nuestra pareja a diario, y esto no implica solamente esperar que tu pareja haga algo que te enamore, sino que tu también puedas frecuentemente darle muestras de afecto, de agrado, de atracción, de amor, de pasión.  

Muchas veces, asociábamos la pasión, con la sensualidad, y el erotismo, y aunque a veces la pasión es una mezcla de las dos, esta mezcla, también necesita amor, amistad, confianza en la pareja, para poder, sentirse libre de estar entre sus brazos.              

Debemos tener pasión para besarlo, relacionarnos sexualmente, pero también necesitamos pasión para atenderlos en sus necesidades básicas, pasión para escucharlos, pasión para disfrutar de cada instante que se pasa junto, aunque no se haga ninguna actividad fuera de lo común, seguir sintiendo la llama del amor avivada, y poder experimentar que cada momento es único, es especial, y es apasionado.             

Volverse un apasionado Solamente depende de que la persona quiere hacerlo, ser apasionado es una decisión, que no depende de lo que se ve para sentir, sino de lo que uno desea sentir para poder ver lo que se anhela. Es decir, si usted desea que su pareja sienta pasión, usted experiméntelo primero, no espere que los demás alimenten su pasión, porque usted mismo puede decidir comenzar a ser una persona apasionada por su pareja.

Capítulo 4:  

Romanticismo en el matrimonio

A menudo, confundimos romanticismo, con una entrega de flores, de bombones, y de peluches, o una cena romántica a la luz de las velas, pero romanticismo implica muchas cosas más.  

Podemos demostrar romanticismo, en muchas acciones; veamos algunos ejemplos:  

-   Dar un regalo muy especial de vez en cuando,  

-   Decirle una frase especial a su pareja,  

-   Entregar una carta de amor, o una tarjetita de amor,  

-   Llevar a la pareja a un lugar para estar a solas,  

-   Dedicar una canción a su pareja, (cantarla o simplemente ponerle la canción y decirle que le dedica esa canción)  

-  Invitar a unos amigos y celebrar junto a ellos, el día del aniversario de boda.  

-  Abrazar a la pareja con cariño y decirle algo tierno.  

En fin, la creatividad y el romanticismo, van de la mano, podemos hacer cosas para nuestra pareja, que le proporcione a ella, la sensación, de que se esta enamorado de el.  

No podemos tener romanticismo con nuestra pareja, a menos que nos sintamos enamorados, y si estamos confundidos con nuestros sentimientos al respecto, lo ideal es revisarse, tratar de entender porque ya no se siente esa sensación de enamoramiento, y tratar de volver a rescatarlo.  

Sentirse enamorado, no es solamente ver a la persona y sentir emoción cuando la vemos, porque muchas veces en el matrimonio, cuando ya se tiene mucho tiempo de convivencia juntos, ya no se siente esa emoción como tal, sino que mas bien, se siente una sensación de sentirse que esa persona es de uno, que no sabemos como sería nuestra vida con ellos, que los amamos y que lo que mas deseamos es pasar el resto de nuestra existencia junto a ellos.

Hay parejas, que creen que ya no están enamorados, porque no sienten esa emoción que muchas veces sentimos cuando estamos en la adolescencia, y en la juventud, pero esto es solo una confusión, porque cuando estamos realmente enamorados de la persona con la que estamos casados, los sentimientos son diferentes, porque simplemente ha madurado nuestro amor, nuestro sentimiento, y nuestra relación en general.              

Hay personas que sienten que ya no están enamoradas, y por eso, ya no hacen nada romántico, porque creen que es cursis, y piensan que como no le ven la gracia al romanticismo, ya no están enamorados. Pero esto es un grave error, solamente debe aprenderse a visualizar otras maneras de demostrar afecto que no sea las que todos hacen, esto le daría una notoria variedad y sería una hermosa sorpresa para la pareja

Capítulo 5:  

Ternura en el matrimonio

Ser tierno con alguien, a menudo lo hacemos con los niños, con los ancianos con los adolescentes, y con algunos familiares que amamos mucho, pero a veces no internalizamos bien la idea, de que también debemos ser tiernos con nuestro cónyuge, la ternura no está limitada para niños, ancianos y algunas personas en especial, la ternura, es un sentimiento que debemos mostrárselo a todas las personas que amamos, y en especial a nuestra pareja.

Dar muestra de ternura, es parte de la demostración de afecto, podemos demostrar ternura de muchas maneras, veamos algunos ejemplos:  

-   Una mirada tierna,

-   Una sonrisa con ternura,

-   Tomar de la mano a la pareja y darle un beso en la mejilla,

-   Acariciar su cabello,

-   Decirle que le amamos con mucha ternura,

-   Decirle que es especial para nosotros, etc.  

No necesitamos que las personas nos inspiren ternura, para poder demostrarla, a veces no sentimos ternura hacia nuestra pareja porque le vemos como un adulto que no la necesita, pero muchas veces nuestra pareja la está necesitando, aun más de lo que nosotros podamos llegar a creer.

Capítulo 6:  

Amistad en el matrimonio

La Amistad, por lo general la aplicamos, a la relación que podemos llevar con nuestros amigos, pero desconocemos, que la amistad la podemos alcanzar en otras relaciones afectivas, tales como amistad con los padres, amistad con los hijos, amistad con los hermanos, y amistad con los cónyuges.              

Podemos ser amigos de nuestra pareja, y esta relación solo se construye a través del tiempo. Tener amistad en el matrimonio, es un proceso, que debe alimentarse constantemente y a diario.              

Ser amigos, es mucho mas que contar secretos, y escaparse a un lugar a divertirse, ser amigos, representa de que tu pareja puede llegar a ser la primera persona a quien buscarías en casos donde necesitas a un excelente amigo:  

Ejemplos:  

– Cuando necesitas tomar decisiones importantes en cuanto a tu trabajo, familia, estudios, metas.  

-  A quien contarle tus sueños, y esperar que te apoye en el camino al tratar de conquistarlos.  

-  Que puedas manifestarle tus preocupaciones, temores, y necesidades primordiales,

-  Alguien que te escuche cuando necesitas desahogar tus penas,  

-  Alguien a quien puedas pedirle un abrazo, cuando más lo necesitas.  

Es muy importante, alimentar la amistad en la pareja, cuando esta no existe, la pareja tiende a buscar otras amistades del sexo opuesto, pero aunque las busque como solamente amigos, es probable de que germine confundiéndose las cosas, y termine enredándose sentimentalmente con aquella persona.

Una ley importante, para garantizar la felicidad, es que nadie del sexo opuesto puede ser más amigo suyo, que su propia pareja, y en caso de tener amistades del sexo opuesto, es absolutamente necesario, que ambos miembros de la pareja compartan amistad con esa persona, de no ser así, esta situación traerá posiblemente, rivalidad, celos, traición, rompimiento de la pareja, o rompimiento de la amistad.

Capítulo 7:  

Compasión en el matrimonio

Cuando somos compasivos con nuestra pareja, el convivir diario se hace más ameno, más sólido, más estable, y más sincero. Necesitamos aprender a ser compasivos con nuestros cónyuges cuando se equivoquen, cuando no tienen las características que deseamos de ellos, e incluso cuando hacen cosas que nos permiten sentirnos obstinados con sus acciones, en ese momento podemos decidir tener compasión, y aprender a corregirle sus errores sin agredirlos, ni herirlos, ni causarle dolor de ningún tipo.              

Para sentir compasión por nuestro cónyuge tenemos que estar experimentando otros sentimientos también, tales como perdón, amor, amistad, compañerismo, ser humilde. Si nos cuesta sentir compasión por nuestra pareja, es posible, de que tengamos que estudiar seriamente, nuestros sentimientos hacia esa persona, y sobretodo nuestra manera de entregarnos a las personas que nos rodean.              

Muchas veces, creemos que si no sentimos algo que deberíamos sentir por alguien, es culpa de ese alguien, y no siempre es así, porque mas bien, muchas veces, cuando nos cuesta sentir buenos sentimientos hacia las personas que debemos amar, es producto de nuestros traumas infantiles, de cómo aprendimos de nuestros padres a manifestar los sentimientos, depende de cómo nos sentimos hacia nosotros mismos, y depende de cómo está de sano nuestro mundo interior.

Capítulo 8:  

Amor propio en el matrimonio

En este punto, debemos considerar, que cuando estamos falta de afecto por nosotros mismos, muchas veces estamos esperando con una sed insaciable, que otros nos amen, y hasta que no logremos amarnos a nosotros mismos, no podremos lograr sentirnos queridos, y mucho menos podremos darle amor, a las personas que nos rodean.              

Nosotros los seres humanos, muchas veces, aprendemos a dar amor, cuando lo hemos recibido. Pero también nos escondemos bajo la excusa de que nadie nos dio amor, para no tener la voluntad de darle amor a otros de una manera incondicional y sin pedir nada a cambio.  

Es necesario, que aprendamos a dar amor, no importando nada, no importando si alguien nos hirió, si nadie nos amo, o si simplemente nos sentimos heridos por las desilusiones que hemos tenido en la vida, si realmente queremos ser felices en nuestro matrimonio, debemos aprender a protegerlo, primeramente amándonos a nosotros mismos, y luego amando al otro, sin pedir nada a cambio, por su puesto que todos necesitamos "amar y ser amados" pero eso se construye, eso no sucede de la nada.  

Necesitamos aprender a amarnos realmente, y aceptarnos, valorarnos, para que con esa autoestima alta, podamos convivir que las personas que nos rodean, cuando no hacemos esto, vivimos en un mundo, en el cual cualquier cosa que nos ocurra, redunda en una oportunidad para volver a sentirnos heridos, y con un autoestima absolutamente baja.

 

 

 

 

Autor:

Maria de los A. Pérez

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