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El papel comunicativo de las organizaciones civiles en el conflicto de Chiapas. Algunas notas sobre el papel de internet

Enviado por Djamel Toudert

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    1. Abstract

    Esta ponencia se describe la importancia del Internet y las nuevas tecnologías en los movimientos de solidaridad y las organizaciones civiles involucradas en el movimiento zapatista. En la ponencia se hacen algunas reflexiones sobre el papel del ciberespacio en el movimiento zapatista; se identifican los rasgos generales del caso chiapaneco en el contexto socio-político mexicano, la importancia que el movimiento tuvo para el proceso de democratización de la comunicación en México; se menciona la importancia en la formación de redes solidarias en este caso, la manera en que las nuevas tecnologías han ayudado a la internacionalización del conflicto y se señalan casos de algunas plataformas electrónicas de solidaridad.

    Palabras claves· ciberespacio, democratización, internet, ONGs, sociedad civil.

    2. Las implicaciones sociales y simbólicas del conflicto en Chiapas

    El análisis de los flujos informativos se da en el marco socio-fenómenico de un evento con características específicas. El origen de toda información es el acontecimiento. Edgar Morin lo llama "sociología del presente" y sus principios son (cfr. Alsina, 1989: 27-28): su carácter fenomenológico (el fenómeno concebido como un hecho aislado), su imprevisibilidad: sociológicamente el acontecimiento es lo que no está inscrito en las regularidades estadísticas; su carácter desestructurante; finalmente, su accidentalidad, su rasgo perturbador-modificador. La primera operación de la socio-semiótica es la descripción socio-fenoménica del acontecimientos, que después se convertirá en materia de información.

    No existe el "grado cero de imprevisibilidad", pero todo acontecimiento tiene un nivel de infrecuencia no es una probabilidad matemáticamente medible, sino un valor relativo a coordenadas culturales, un problema de convenciones, de discursos, de prácticas sociales. Otro aspecto es el carácter implicativo, en cuanto que cierta cantidad y calidad de personas puede verse concernidas por él. La implicación suscita el valor de lo interesante, lo que puede poner en movimiento aquellas virtualidades de participación. Finalmente, la aparición (o desaparición) de un acontecimiento está relacionada con la propia dinámica de los medios masivos y el valor que la cultura mediática atribuye a ciertos hechos. Los medios ciertamente no son responsables del hecho, pero sí de las condiciones de su producción.

    Caracterización del conflicto chiapaneco

    Sin duda el primer aspecto es las propias características de aparición, si bien no se desconocía la existencia de grupos rebeldes en la zona, pocos imaginaron lo que aquella Noche Vieja de 1993 iba acontecer. El EZ apareció como una guerrilla, sui generis por las condiciones y el contexto de su aparición. Los elementos de novedad son contundentes: en primer lugar por el momento de su aparición (Año Nuevo 1994), por su modo de aparición (camina por San Cristóbal de las Casas, y desde el balcón del palacio municipal de esta ciudad, el sub-comandante Marcos lee la Primera Declaración de la Selva Lacandona en la que se le declara la guerra al gobierno y al Ejército), por el momento social del país (entrada en vigor del TLC). Estos acontecimientos hubieses bastada por sí solos, señala Castañeda (1994: 37) para que en caso de no haber proseguido las hostilidades, el hecho fuese significativo en un año sumamente sorpresivo como fue 1994. El evento "local", de un estado fronterizo, incrementó el nivel implicativo por estas condiciones; el rasgo perturbador y "accidental" fue total.

    En segundo lugar, cabe recalcar los vacíos de inteligencia, inmensa inconsciencia o división interna muy ayudar del aparato político. Desde tiempo atrás se mencionaba la presencia de lo que se llamaba la guerrilla en Chiapas. En julio y agosto de 1993 el periódico La Jornada y el semanario Proceso publicaron amplios reportajes sobre los combates en la Selva Lacandona. Desde el mes de junio de 1994 se sabía que en varias regiones del país se habían detectado grupos armados, "subversivos"; las regiones de localizaban en Guerrero, Oaxaca, en ciertas zonas de la Huasteca, e incluso en Chihuahua. El escritor Carlos Montemayor ha dicho que esas montañas tienen ojos, todo se sabe y por servicios mexicanos de inteligencia por corruptos que hayan sido, no. Este grandísimo vacío evidencia dos cosas, la inmensa inconsciencia o bien una serie de divisiones internas muchos más agudas de lo pensado. En ese sentido Chiapas fue símbolo de la crisis de un sistema. El problema no sólo era de atraso, marginación y aislamiento de los indígenas; era, ante todo, un problema político, social.

    El EZ ha incluido más gente que armas; sus acciones han constado más de palabras que de balas. La línea política mostrada en los primeros días (en la I Declaración de la Selva Lacandona leída desde el Balcón, se declara la guerra el ejército mexicano y se invitaba a avanzar hacia la ciudad de México) sólo en apariencia era suicida. Su éxito radicó en el manejo de la comunicación, de los medios, de la información, de las tecnologías y del lenguaje.

    Vinculado a este carácter estratégico en los mensajes y las relaciones; otro aspecto no menos importante ha sido el carácter "incluyente" y la amplia convocatoria del movimiento zapatista. El acento de la lucha no la han puesto en ellos mismos sino en el pueblo (cfr. Castañeda, 1994: 41); han conformado una agenda muy amplia: democracia, derechos humanos, elecciones limpias. El objetivo no sólo ha sido la toma del poder, sino la promoción de la democracia, la justicia social y los derechos humanos. Las constantes convocatorias políticas y sociales se vinculan a este rasgo: caravanas estudiantiles, convenciones, consultas, foros para los pueblos indígenas y la reforma del estado.

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