- Introducción
- Reformulación de la hipótesis de frustración y agresión
- Diferencias individuales
- El papel del contexto
- Bibliografía
Introducción
En las siguientes páginas, se realiza un análisis crítico de los temas de agresión, violencia y el señalamiento de algunos puntos propuestos derivados de este análisis para contribuir a la disminución de la violencia en nuestros países y comunidades, que incluye una mínima revisión de la teoría de la prosocialidad.
El punto central del análisis se refiere a la distinción de los conceptos de agresión y violencia y cómo estos adquieren un significado social distinto, además permeado por las diferencias individuales, que hacen más difícil la valoración de los hechos extremos como el asesinato, el secuestro, o el maltrato intrafamiliar. No se pretende extrapolar este análisis a sucesos como las guerras o exterminios masivos que son el clímax de la violencia humana, pero si dejar claro que estos sucesos también dan cuenta del contexto que favorece el aprendizaje de la violencia desde la más temprana edad.
Reformulación de la hipótesis de Frustración y Agresión.
50 años después de la publicación de los estudios de Dollard, Miller y otros científicos de la Universidad de Yale, Leonard Berkowitz. Berkowitz, L. (1989) han postulado y sustentado nuevas hipótesis sobre la relación clásica que postula: que cualquier agresión puede ser atribuida en última instancia a una frustración previa. El estado de frustración producido por la no consecución de una meta, provoca la aparición de un proceso de molestia, ira, que, cuando alcanza un grado determinado, puede producir la agresión directa o agresión verbal. La selección del blanco u objetivo se hace en función de aquel que es percibido como la fuente de displacer, pero si no es alcanzable aparecerá el desplazamiento hacia otros objetivos.
Para realizar el análisis crítico del tema de la Agresión y Violencia este ensayo se apoya en los argumentos de Berkowitz, y se hace necesario traer a cuenta los tres conceptos iniciales de esta teoría. Frustración, una interferencia con la ocurrencia de una respuesta a un objetivo o finalidad en un momento apropiado en la secuencia de la conducta. Aunque se ha discutido mucho sobre este concepto, lo que el grupo de Yale según Berkowitz, no quiso decir es que frustración significara lo mismo que deprivación, lo cual es crucial para generar otro tipo de discusiones alrededor del concepto. Esto queda claro al pensar que personas deprivadas de alguna necesidad, no necesariamente son frustradas y mucho menos generaran mas comportamientos agresivos que el resto de la población. Agresión, es entendida como la secuencia de comportamiento que lleva a respuestas de daño hacia el objetivo a quien se dirige. Estas pueden variar en su naturaleza. La agresión podría ser un estado temporal pero con posibilidad de aumentar ante repetidas frustraciones.
El grupo Yale también aclara años después que la frustración puede producir diversas respuestas, incluyendo la agresión.
De la revisión detallada que hace Berkowitz en su artículo, él señala el tercer concepto, blanco de la agresión como uno de los más útiles para el desarrollo de este ensayo, es decir, la posibilidad de analizar la relación entre los factores de frustración individuales y las características de los estímulos o blancos.
Uno de los puntos centrales del análisis de Berkowitz es el énfasis en el papel de los factores ambientales, que funcionan como señales "semáforos" simbólicos que dan paso o no al acto agresivo. Martín-Baró (1999), y por otra parte y más recientemente, la sustentación de la hipótesis que los sujetos demuestran más agresión si han sido expuestos a la frustración cuando han estado cerca de alcanzar sus objetivos que lejos de ellos, y que esto es menos frecuente cuando se tiene un alto estatus o si se trata de mujeres porque se refrenan más a sí mismos que el resto, y que, además, hay excepciones es decir, no siempre la frustración lleva a la agresión. En este punto es donde se empiezan a analizar los factores individuales y el papel de las reglas sociales en contra de las respuestas agresivas.
Hasta aquí el análisis de Berkowitz nos lleva a seguir sustentando que cuando un ser humano siente frustración, entre algunas reacciones estará la agresión, pero también probablemente sentirá molestia, ira o incomodidad y probablemente otras variables cognitivas le hagan olvidar mas tarde o temprano su frustración, lo cual disminuirá la posibilidad de agresión. Existe poca información disponible de estudios de campo y con mayor validez ecológica que puedan dar cuenta de las hipótesis de Dollard y Miller, y por lo menos bajo controles de laboratorio se puede seguir sustentado esa teoría. Sin embargo hay puntos centrales que no se han estudiado a profundidad:
La valoración de las metas es individual, por tanto los niveles de frustración son individuales (variables cognitivas que operan en las respuestas agresivas en el espectro individual).
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