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Carta Natal y Astrológica de Venezuela


Partes: 1, 2

  1. Ubicando algunas pistas
  2. ¿Sin Carta Natal, no puede haber Carta Astral?
  3. Cristobal Colon y el sueño del Quersoneso Aúreo
  4. Alonzo de Ojeda Gobernador de la península de Coquibacoa
  5. El Rey Carlos III crea la Capitanía General de Venezuela

Hemos observamos con estupor como significativos sectores de la sociedad venezolana y especialmente en niveles intelectualmente "destacados" como se revela en ellos el desarrollo de una especie de inclinación hacia el esotérismo, parecieran estar buscando salidas a la crisis que sofoca al país, en un acto de prestidigitación, o un milagro de los tantos que registra nuestra Iglesia católica para consuelo de muchos que en un trance de algún nigromante los dote de una especie de manual de autoayuda, que les detalle como articular una oposición política, a modo de discutir con todos lo venezolanos un proyecto de país inclusivo. Que le indique además los mecanismos que les permita seleccionar un candidato que sea potable a los ojos de todos los venezolanos y de paso gane con amplio margen las elecciones.

"Negar un hecho, es lo más facil del mundo.

Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho".

Issac Asimov

I Ubicando algunas pistas

Sin duda alguna las interpretaciones astrológicas tienen un término desde mucho antes de que se originaran las revoluciones del neolítico, que se le ha reconocido, tal como lo explican las catas irrefutables resultado de las excavaciones e investigaciones arqueológicas, cuyas mejores expresiones son hasta el presente, las más antiguas de que se tienen referencia constatable, desarrolladas en el creciente fértil mesopotámico expandido en las distintas ciudades-estado sumerias.

De ese discernimiento antiguo, se derivaron numerosas cepas del conocimiento actual, pero las dos rolas más gruesas de ese árbol que aún se conservan y tienen pertinencia en el mundo moderno son la Kabalá y la Astrología. Por supuesto que desde estos dos cimientes se han derivado a partir de aquel tiempo en disímiles formas de interpretaciónes, esotéricas y exotéricas, es decir, que han nacido de cada una de ellas y poseen expresiones concretas conforme a su adopción por las naciones de otros confines distintos al de su origen.

Pero no se trata de extendernose sobre este desarrollo del pensamiento, cuyas aristas están en la genética del pensamiento científico y filosófico. De lo que se trata es de rotular que en atrevido intento de replicar lo que plantea el orden del manual que me nos enviado y apelado por el astrólogo que se dice político, que posiblemente este bien estructurado. Pero al indagar lo referente al subtítulo llamado Carta Astral vemos que el autor lo resume e incluye en el aparte de lo que denomina los conceptos astrológicos.

De antiguo en esa materia toda interpretación estaba vinculada a lo que hoy llamamos Nación o Pueblo. Así en el Súmer, cada ciudad-estado, por ejemplo, Ur, sus intérpretes y observadores del cielo, desentrañaban las señales del movimiento de los astros para la ciudad de Ur, para salvaguardar, sus intereses como pueblo y nación. Así se decía "viene tal acontecimiento para el pueblo de Ur". También, nativos de esta ciudad, migraron en busca de nuevas tierras, llamada especialmente como "tierra prometida" "el Cannán", hastiados de los acosos de acadios y babilonios, dirigidos por un señor llamado Abrán ( o Abrahán), patriarca de la judeidad y padre de los ismaelitas (árabes) y de los issacitas (hebreos). Así a partir de este hecho se decía "viene tal acontecimiento para el pueblo judío". En el camino se fueron desprendiendo en la búsqueda de esas tierras las otras once tribus que marcharon por caminos propios y distintos. Llevaban como bagaje tanto lo astrológico como lo numerológico para esclarecer las incógnitas que se le exhibieran o para vaticinar aquellas que pudieran presentárseles. Pero sin duda alguna los intérpretes sabían a la perfección la cronología como pueblo originario y a partir de esta comprensión fijaban los tiempos faustos (fastos) y los infaustos (nefastos). El principio de los períodos faustos estaba señalado en cada nacimiento social que contribuía a etápicamente al robustecimiento del espíritu de nación y de pueblo; siendo lo contrario a ello lo caracterizado por la destrucción, el desasosiego y la desesperanza: lo Nefasto.

Hasta el presente sólo el perseguido eterno pueblo de Israel se ha conservado como tal en más de cinco mil setecientos años de prolongación y sobrevivencia.

Siempre ha movido mi curiosidad estos análisis de pretendidas Cartas Astrales de Venezuela, porque parten de una fecha occidentalizada y afincados allí analizan, las más de las veces.

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