Descargar

Los enteógenos, el chamanismo y los estados de conciencia alterados, incluyendo la psicoterapia que Freud concibiera…

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. Los enteógenos
    2. El mesozoico
    3. El período mesolítico
    4. El comandante Rolf S.
    5. Orígenes de esta fantasía de la neurobiología aplicada
    6. Las drogas más usadas para este propósito
    7. Mecanismos de acción
    8. En resumen
    9. Bibliografía

    El entendimiento de las sustancias psicodélicas y de los agentes conocidos como enteógenos es de interés por sus posibilidades terapéuticas, tanto médicas como psiquiátricas.

    Para mejor comprender sus alcances, debemos entender la relación que éstos siempre han mantenido con el sortilegio de los hechiceros, con la magia y con los cultos.

    edu.red

    Chamán

    Los enteógenos

    Son compuestos psicoactivos, muy a menudo de origen vegetal, que poseen propiedades alucinógenas. Estos últimos efectos a veces suplementan experiencias místicas/espirituales. En un sentido más amplio, el término se refiere a sustancias naturales y sintéticas que inducen alteraciones de la conciencia similares a aquellas administradas durante rituales místicos.

    Los siguientes párrafos fueron adaptados de Wikipedia Español.

    Etimología

    La palabra "enteógeno" es un neologismo propuesto en un artículo publicado en la revista Journal of Psychedelic Drugs, vol. II, núms. 1 y 2, enero-junio 1979. Sus autores son los helenistas C.A.P. Ruck, J. Bigwood, y D. Staples, el micólogo R.G. Wasson, y el botánico J. Ott. Dicho artículo fue incluido, ulteriormente, en el libro El camino a Eleusis, de la editorial Fondo de Cultura Económica.

    El término se adapta de la lengua griega, en la que éntheos (???e??) significa "poseído por un dios" (literalmente "dios dentro de") y génos (?????) que significa "origen, nacimiento". Por tanto, el significado etimológico es «devenir divino de adentro». El adjetivo correspondiente es enteogénico.

    La creación del neologismo obedece a la intención de los autores de desligar las plantas, por ellos estudiadas, de las connotaciones de los términos alucinógeno (considerado impreciso y peyorativo) y psicodélico (ligado, de manera negativa, a la Contracultura de los años 60s).

    Nuestra especie y sus tendencias exploradoras

    El ser humano, desde tiempos inmemorables, ha investigado su entorno en una búsqueda, imperativa e innata, por compuestos capaces de alterarle la conciencia y de modificar la percepción de sus mundos, tanto espirituales como físicos — hoy sabemos que en este empeño instintivo, otros animales lo han acompañado.

    Las drogas que, los hombres, buscan, naturales o sintéticas, forman las bases de estos agentes que alteran la función del cerebro, controlando sus percepciones. Estas sustancias, que aún permanecen controvertidas, no son ni nuevas ni pertenecen a nuestra historia reciente.

    edu.red

    Peyote

    Pioneros antiquísimos, herboristas medievales, los griegos de la antigüedad, los chamanes neolíticos, animales salvajes, e insectos por doquier, en el transcurso del tiempo, han tenido encuentros, accidentales o intencionales, con agentes del género de los soporíferos y estupefacientes.

    Desde que, el ser humano, hiciese contacto con ellas, las drogas han formado parte de la existencia del hombre, aunque muchos objetan a esta posición.

    Estos elementos químicos, que fueron diseñados, por la Naturaleza, para repeler los enemigos predadores de las plantas, están dotados de propiedades soporíferas, o que alteran las funciones de la mente, pudiendo causar la muerte de quienes entran en contacto con ellas.

    El estado de intoxicación ha sido el resultado inevitable de estos encuentros entre los reinos animales y vegetales. Estado éste que resulta ser, precisamente, la condición deseada, por todos quienes lo procuran, para su deleite.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente