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Futuros contingentes

Enviado por Marcelo Aguirre


Partes: 1, 2

    1. Perspectiva lógico-metafísica: "realidad física" según Aristóteles
    2. Perspectiva psicológica: "realidad psíquica individual" según el Psicoanálisis
    3. Perspectiva holística: "sincronicidad" según C. G. Jung
    4. Perspectiva trascendente: "providencia" según Tomás de Aquino
    5. Algunos corolarios finales
    6. Bibliografía

    Introducción

    Cada vez que realizo un trabajo monográfico encuentro de suma utilidad comenzar buscando el significado etimológico de los términos clave en los que me centraré. Es así como puedo dar un primer paso de acercamiento al tema. En este caso así lo hice, y me sorprendí cuando ví que el término latino futurus deriva directamente del verbo sum [1]que en nuestra lengua significa "soy" y "estoy". Había imaginado que tendría relación directa con el "tiempo", y no en cambio en primer lugar con el "ser". ¿Acaso el sentido etimológico me estaría orientado nada más y nada menos que directamente a la cuestión de las relaciones entre el "ser" y "tiempo"? Por lo pronto, antes de entrar en el ámbito metafísico, preferí volver a la dimensión semántica del término.

    En ese momento me vino a la mente que en Latín, como en muchas lenguas antiguas, un mismo verbo incluye la noción de existencia y la noción de tiempo. Tal es el caso del verbo sum; por eso en nuestra lengua puede traducirse como "soy" y también como "estoy". Y mientas que "soy" alude al ser ó existir, el término "estoy" incluye tanto al "ser ó existir" (que aquí, por fines didácticos los tomaré como sinónimos) y como así también al "tiempo presente". Por eso, "estoy" no significa otra cosa que "soy-ahora". Y eso en latín se dice simplemente sum.

    Entonces, si futurus deriva directamente de sum, el significado del término nos remite a un ser ó existir que "aún no es, pero que será" ó al menos que "puede ser". En otros términos, el "futuro" en cuanto "aún no, pero luego puede que sí" implica tanto una negación ("ahora no"), como también una afirmación de lo posible ("luego puede que sí") [2]

    Pero podría ocurrir que tal "posibilidad" (futuro) llegue a realizarte ó no. Esto nos remite al segundo término clave que acompaña el título de este ensayo.

    El término latino cóntingens, del que se deriva "contingente", viene del verbo contíngo (de cum = con, y tángo = tocar)[3] que significa curiosamente "tocar", y también "acontecer, suceder". Para mí fue una nueva sorpresa encontrarme con estas raíces semánticas. Y lo primero que pensé fue que –aunque no siempre ocurre– quizás había aquí alguna relación entre acepciones tan distintas que pertenecían a un mismo término. Y, sin pretender forzar la interpretación, vi que bien podrían ser tomadas ambas acepciones como complementarias.

    Efectivamente, apelando una vez más al sentido común, cuando decimos que algo es "contingente" –usando el término casi como sinónimo de "posible"–, nos imaginamos que aquello en cuestión puede llegar a acontecer y a ser alcanzado, ó mejor, "tocado" por nuestras manos –ya de modo literal, ya de modo figurado según el caso–.

    Tomemos ahora ambos términos clave. Y antes que nada cabe preguntarnos, ¿por qué hablamos de "futuros contingentes"? ¿Acaso podría haber futuros que no fueran meras posibilidades sino que fueran necesarios, esto es, que estuvieran determinados en tiempo y en el espacio?

    Si supusiéramos que los futuros están determinados, la única "posibilidad" que cabría respecto de ellos radicaría en nuestras "suposiciones"; y éstas a su vez serían consecuencia directa de nuestra incapacidad de conocer los acontecimientos futuros de antemano con certeza absoluta. Dicho en breve: lo que llamamos "contingencia" de los acontecimientos futuros no sería sino una de las expresiones de nuestra ignorancia en el presente respecto de aquello que sucederá.

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