¿Qué hay de histórico en la creación del poeta-juglar?
Para responder esta interesante pregunta nos tendremos que valer del monumental estudio del renombrado filólogo e investigador español Don Ramón Menéndez Pidal, quien se dedicó, entre otros temas, al minucioso estudio de los albores de la Literatura Española, con espacial énfasis en la más grande texto de la literatura de España, así como también más antiguo Cantar de Gesta conservado hasta hoy, el "Cantar de Mío Cid". Para esto nos serviremos del libro "El Cid Campeador", que nos servirá como contraste entre lo poético y lo histórico del cantar.
El poeta-juglar comienza su narración desde el episodio del destierro del Cid de su ciudad natal, decisión del Rey Alfonso VI, nos da las razones del porqué de su destierro y nos entrega datos acerca del hecho. Sin embargo, creo necesario relatar episodios de la vida del Cid no presentes en el poema, los que considero de mucha importancia para la valoración y entendimiento del mismo.
Rodrigo Díaz hubo de nacer por el año 1043 en Vivar, al norte de Burgos, de familias de nobleza famosa, pero no principal, pertenecía a la clase de los Infanzones, quienes eran las capas más bajas de la nobleza española. Nace durante el reino de Fernando I, Rey de Castilla y León. Fernando I tiene cinco hijos: Sancho, Alfonso, García, Urraca y Elvira, a quienes reparte sus dominios en el 1063, año de su muerte. Sancho II, el fuerte, recibió el Reino de Castilla y el tributo del Reino moro de Zaragoza, al mando de Moctádir. Alfonso VI recibió el Reino de León y los Campos Góticos hasta el Pisuerga; García recibió Galicia, el pequeño territorio de Portugal y el tributo de Sevilla y Badajoz. Las hijas del difunto Rey no recibieron reinos, sino que su padre les otorga el señorío de todos los Monasterios de los tres nuevos reinos, con la condición de no contraer matrimonio. Resulta interesante observar las divisiones que realiza Fernando I, que no van muy de la mano con la idea de Unidad Visigótica.
Sancho II, nuevo Rey de Castilla, hizo a Rodrigo "Príncipe de toda hueste Real", dándole el cargo de Alférez, primero de todos los oficiales de la corte y Capitán supremo del Ejército, como en la siguiente cita de M. Pidal"…El llevar la enseña del Rey le hacía >…". Como vemos el Rey Sancho conocía y valoraba las capacidades que el Cid tenía como hombre de batalla, exaltaba la figura de Rodrigo dándole la máxima distinción. Junto a su Rey, el Cid libró infinidad de batallas, saliendo siempre victorioso de aquellas, por lo que el nombre del Cid va haciéndose conocido en toda la España medieval. Como lo mencioné anteriormente, la división territorial de Fernando I causa la conclusión de la unidad visigótica del Imperio, lo que conlleva a las posteriores guerras entre Castilla y León en las personas de Sancho II y su alférez real el Cid, cuya razón para batallar era reestablecer la quebrada unidad visigótica, y Alfonso VI, quien peleaba más a razón de ambición de poder personal. Se origina la guerra aproximadamente en el mes de julio del 1068, en el límite de los dos reinos de Castilla y de León, a orillas del Pisuerga, en los campos de Llantada. Allí se peleó y Sancho junto al Cid, su alférez, hicieron huir a los leoneses. Se había establecido un trato antes de la batalla: El rey que ganara la batalla debía ceder su reino el vencedor, pero Alfonso huyó a León y no cumplió el trato. Tres años después Alfonso y Sancho, depuesta su enemistad se convienen y derrotan a su hermano García, repartiéndose el reino de Galicia. Esta avenencia entre los hermanos duró muy poco y, según M. Pidal, el carácter envidioso del Rey Alfonso fue la causa de esta nueva ruptura y su consecuencia fue la batalla de Golpejera, cerca de las tierras de Carrión, fijada para los primeros días del mes de enero del año 1072. Sancho combatiría al lado de su leal alférez Rodrigo Díaz, y Alfonso, por su parte lo haría con su ayo, el famoso Pedro Ansúrez, tío de los conocidos infantes de Carrión nombrados esposos de las hijas del Cid por el antiguo poeta-juglar. La batalla se desata siendo los leoneses mayores en número. La mortandad de leoneses fue grande y su rey Alfonso cayó prisioneros de los castellanos, mientras que Sancho era preso por los leoneses.
Rodrigo, al ver un grupo de catorce caballeros de León llevando preso a su rey Sancho trató de convencerlos para intercambiar a sus respectivos reyes, a lo que los leoneses se negaron no quedándole más alternativa al Cid que pelear para recuperar a su rey, se produjo la batalla y el Cid la ganó recuperando la libertad de su rey. Sancho es coronado el 12 de enero de 1072 como Rey de Castilla y León, recuperándose la antigua unidad visigótica. Alfonso es conducido como prisionero al castillo de Burgos pero la infanta Urraca, al ver en peligro a su hermano predilecto intercedió por él, rogándole a Sancho que lo soltase, dejándose expatriar a tierra de moros.
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