Descargar

Modificación a una técnica quirúrgica en la Enfermedad de La Peyronie


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Objetivos
    3. Material y métodos
    4. Resultados y discusión
    5. Conclusiones
    6. Recomendaciones
    7. Referencias bibliográficas
    8. Anexo

    Resumen

    Se llevó a efecto un estudio descriptivo y transversal entre el 2003 y el 2005 con el propósito de modificar una técnica quirúrgica en sujetos con enfermedad de La Peyronie. Se incluyeron en esta investigación 72 pacientes con edades entre los 30 y 70 años con diagnóstico clínico y ecográfico de esta patología. Cada sujeto firmó previamente un documento (consentimiento informado de participación). Se midió la curvatura peneana previa cirugía y se valoró la función sexual según el índice internacional de función eréctil (IIFE).Predominó el grupo etareo de 45 a 60 años con el 61% y aquellos pacientes con síntomas de más de un año de evolución para el 77,8%.La hipertensión arterial, diabetes Mellitus y el síndrome Kelami se señalan como los antecedentes personales más frecuentes, con el 35,2; 19,7; y 7,2% respectivamente.

    El examen ecográfico constituyó un medio eficaz para una mejor definición de la localización, cuantificación y tamaño de las placas. La modificación quirúrgica propuesta, evita las complicaciones de la operación original y tiene un extraordinario impacto económico al disminuir costos por ser una cirugía ambulatoria, con anestesia local y sin complicaciones.

    Palabras clave: Técnica de Essed, Enfermedad de La Peyronie.

    INTRODUCCIÓN

    La enfermedad de La Peyronie, también conocida como la esclerosis fibrosa del pene o induración plástica del pene, aunque se conoce fue descrita en 1743 por Francois Gigot de La Peyronie (1678 – 1747), cirujano de Luis XIV, en un paciente "con una cicatriz en forma de cuentas en rosario que le causaba una curvatura del pene hacia arriba durante la erección", ya en 1561 Falopius escribe acerca de ella.

    Hoy en día se señalan dos grandes grupos de factores patogénicos: genéticos e inmunológicos. La primera evidencia sugestiva de una base inmunogenética proviene de estudios de asociación de la enfermedad de Peyronie con ciertos antígenos HLA, específicamente B – 27 y un pequeño grupo B -7. Más recientemente, Rompell et al, han informado asociaciones con el antígeno HLA, clases DR III y DQ2, y reabierto la posibilidad de un agente inmunogenético en esta afección.

    El trauma del pene erecto, que a veces puede ser mínimo, pero que en individuos susceptibles provoca la lesión microvascular repetitiva, no desaparece como ocurre en la reparación normal, ya sea debido a una incapacidad para eliminarla o una deposición adicional de fibrina, consecutiva al reiterado traumatismo .

    La enfermedad consiste en la formación de una o varias placas fibrosas, que además de afectar la túnica albugínea y alrededor del tejido cavernoso restringen no sólo la expansión del pene durante la tumescencia, sino la de ese segmento del conducto peneano, con lo cual generan una erección curva.

    Los pacientes sufren dolor a la erección peneana y pobre consistencia en la zona de incurvación. La deformidad del órgano puede ser severa e impedir una penetración vaginal satisfactoria, que influye en el estado psíquico de los afectados.

    En el examen físico del órgano, se observa un área fibrosa densa, de variado tamaño que se localiza en la albugínea de los cuerpos cavernosos, cerca de la línea del eje peneano. A veces existen varias placas, distribuida como sigue: 75 a 80 % de ubicación dorsal, 20 a 25 % lateral y 7 a un 9% ventral, según nuestra experiencia y datos internacionales.

    Los estudios histopatológicos se inclinan hacia una clasificación por etapas de la enfermedad: una etapa inicial o inflamatoria, de corto tiempo de evolución, que provoca dolor y parestesia en el pene e histológicamente comienza por una vasculitis e infiltrado celular o inflamatorio pervivascular y proliferación endotelial, que afecta a los pequeños vasos localizados en una banda de tejido areolar o conectivo y que separa los cuerpos cavernosos de la túnica albugínea. En este infiltrado predominan linfocitos T y macrófagos, inductores de una red de citoquinas que activan y desencadenan la fibrogénesis .

    En la etapa tardía o degenerativa, de esclerohialinosis establecida, suele estar acompañada de calcificación u osificación. En esta fase también puede haber dolor por englobamiento de las terminaciones nerviosas en el proceso esclerótico, formación de una curvatura constrictora en la zona de la placa y flaccidez distal en la erección.

    Se conocen varias modalidades terapéuticas, algunas de las cuales se refieren a mantenerse expectantes ante la aparición de dolor o curvatura mínima como único síntoma, pues se dice que su resolución puede ocurrir espontáneamente entre 13 – 50 % de los casos . Otras recomiendan indicar un tratamiento medicamentoso, en la fase inflamatoria, basado en vitamina E, interferón beta o alfa recombinante, corticoides, propóleo (en cápsulas), procarbazina, potaba (o pabex o paraaminobenzoato de potasio), orgoteina (u ontosein o superóxido dismutasa), alopurinol, colchicina y verapamilo, entre otros. También se reporta el uso de Iontoforesis con la aplicación tópica de farmacos o infiltración de estos, así como laserterapia; ambas en una etapa más avanzada de la enfermedad. La radioterapia está en desuso.

    La corrección quirúrgica o protésica depende del estado de la función eréctil y del grado de curvatura peneana. Procedimientos tales como la plicatura de la albugínea (Nesbit); la de Devine-Horton; la combinación de la técnica de Devine-Horton con la de Nesbit; la excéresis de la placa fibrosa con parches e injertos de piel; de la duramadre liofilizada; la aponeurosis muscular; de silicona y de túnica vaginal testicular; han reportado resultados satisfactorios.

    Objetivos

    1. Proponer en esta patología una modificación a la técnica quirúrgica de Essed.

    2. Precisar la evolución de estos pacientes.

    Partes: 1, 2
    Página siguiente