El matrimonio, donde la infidelidad: destruye la fe y menoscaba la confidencia
Enviado por Felix Larocca
- La infidelidad: nuestro punto de vista
- La fidelidad
- Infidelidad, ¿Causa o consecuencia de la crisis de pareja?
- El matrimonio
- Hacia un concepto
- Factores que predisponen
- El conocimiento de la relación
- ¿Es la infidelidad índice de salud o de madurez emocional?
- Bibliografía
- La monogamia y sus aspectos de adaptación
La infidelidad femenina, ha inspirado el folklore artístico, moralista y reprochador de todos los tiempos, mientras que la del hombre se ignora y aún se tolera, justificándola así: "…yo, nunca te pegaré… pero, no prometo que no te seré infiel…"
Ninguna mujer se atrevería a decir algo parecido a su amante o pareja.
Para darle un tono menos grave a este artículo, tomaré prestado de los muchos museos que he visitado, algunas obras que reflejen el tema.
La infidelidad dependiendo del entendimiento que tenga la pareja sobre la obligación de exclusividad adquirida, es causante de la mayoría de las separaciones y motivo de grandes tragedias.
Un reporte publicado en 2001 por la escuela de Ecología Humana de la Universidad de Minnesota, indica que en el 90 por ciento de los casos de divorcio, ha estado envuelta la infidelidad. El estudio intenta definir la infidelidad de la siguiente manera:
– Infidelidad Accidental: No es esperada, sospechada o predecible.
– Infidelidad Pura: Es el cambio continuo de pareja. La persona pretende causar envidia sobre otras por el hecho de tener mayor número de compañeros (ras).
– Aventura Romántica: Ésta ocurre en ciertos períodos de la relación, como un escape de las circunstancias.
– Arreglos Maritales: Separaciones temporales, relaciones abiertas, sexo convenido.
Según encuestas realizadas a nivel nacional en los Estados Unidos, el hombre suele tener un promedio de seis compañeras durante el transcurso de su vida, en cambio la mujer, sólo dos.
LA INFIDELIDAD: NUESTRO PUNTO DE VISTA
Todos, terapeutas o no, en algún momento hemos de enfrentar a la infidelidad y no siempre sabremos de qué se trata hasta el momento de tener por delante una situación que rompe con un compromiso interior, un compromiso contraído con toda sinceridad y que por lo general es causante de muchas discordias y que involucra siempre a más de una persona.
En los momentos en que nos enfrentamos a la infidelidad tomamos conciencia de manera exacta de una situación doliente y que nos remite al significado opuesto:
LA FIDELIDAD
La letra escarlata…
La palabra fidelidad significa también honradez y lealtad. Ser consecuentes con nuestros principios y valores conjugados a través de los años de vida en los que aprendimos a sumar nuestros propios principios con aquellos universales que alguna vez nos transmitieron nuestros mayores en su tiempo debido. Ser fiel es ser honesto consigo mismo y ver la dimensión de la trama real en el transcurso de nuestros días, saber, a partir de nuestros propios valores, qué consecuencias se desatarán si dejamos de ser leales a nosotros mismos, como a otros.
Cuando se forma una pareja y se prometen fidelidad y reciprocidad no sólo se están enlazando nexos de amor y responsabilidad social, y legal, sino que también se están asentando las bases de una situación interior que debe prevalecer ante cualquier circunstancia futura para fortalecerse ante los problemas que la vida cotidiana traiga.
A todo el mundo le puede suceder que deje de amar a su pareja, muchos motivos pueden llevar a que se dé una situación en que se deja de amar y desear a la otra persona, pero esto no significa que se deba tirar todo por la ventana simplemente por el hecho de no ver en el otro un objeto de deseo y complacencia en la intimidad personal. Si la vida de pareja tan solo basó su fidelidad y felicidad en la comunión carnal y satisfacción de sus propios deseos; y no alimentó otros valores que sostienen toda construcción humana, entonces se puede decir que lo vivido fue endeble, cualquier viento soplado desde cualquier esquina pudo tirar abajo esa torre de barajas hecha con la ilusión y sin la obligación debida.
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