"Estoy esperando con una conciencia tranquila, y paz en el alma, por el golpe que vas a asestar"
A LOS HIJOS DEL PUEBLO.
En los oscuros momentos que vivimos, reposan y descansan las apagadas demandas de los hijos del pueblo. Muy pacientemente espera que alguien escuche el clamor y sus llantos para poder ser existentes en este mísero mundo.
Descansa en el olvido, semejante a los seres que engendra la tenebrosa noche que no deja verlos jamás. Sus labios dan a luz en el aposento del olvido, poblándola de peticiones infinitas, a las cuales ningún hombre ha podido apacentar y amamantar el hambre que las aqueja.
Y ahora, desvestidos, desordenados y sin forma en gran tribulación, se mueven y toman vida en momentos oscuros y críticos, similares a las millares estrellas tintineantes que aparecen en la infinita expansión de la nada, sin hallar esperanzas para dejarse ver a la salida del sol.
Mi destino es hablar por ellos, aunque se que mis palabras han de ser como un pasadero sueño, que en el dormir se vive y en el despertar se olvida.
Por tanto, al estar frente a esta situación, se turba el sueño de sus demandas y levantándose en tenue silencio se preparan para florecer en el escabroso camino de la crisis.
Pero entre la lengua fantasiosa y la lengua sensata existe un limite que solo la razón, el juicio y la verdad darían a cada cual lo justo.
Mas la mentira y avaricia se niegan, dejando a la verdad en una mudez, cansancio e impotencia, luego que la lucha entre ellos ha caído la sensatez en una repetible derrota. Es como si la fuerte tormenta, sin cesar, hubiere destruido lo que el empeño hubo edificado.
Estas situaciones que pasamos los hijos del pueblo son el semen que fecundan y nutren mis palabras. Sus pesares son la razón, extraña para la mentira y el romance, que dan vida a las demandas y críticas.
De esta manera venimos sufriendo día con día en la tremenda crisis de nuestras vidas. Así vivimos. Por tanto, si las cosas comienzan en un principio, para acabar con ellos hay que ponerles un punto.
La crisis y la mentira desnutren al pueblo. ¡Las demandas, como la higuera estéril del desierto que hunde sus raíces en búsqueda de la apreciada agua, disputan en ser suplidas! Es menester que esas corrientes fluyan para que alimente a la higuera y esta de frutos.
¡Apresúrense! Escriban las palabras que solo la justicia puede darles. La verdad los alimentara hasta hartarse lo necesario para que tomen existencia; la razón será su vestido para que la mentira no los rebaje.
Anhelo arar mi memoria para poder sembrar con lápiz y papel toda la verdad y luego repartirle a cada cual lo que le corresponde. Quisiera poseer el cincel que da forma a la historia para cambiársela al que la necesite, pero la razón me dice que eso es imposible.
La pasión por la verdad no me permite dormir, mi conciencia denuncia, a torrentes, las injusticias y mentiras que abominan las venas del pueblo. Necesito vaciar mi cabeza para poder descansar.
Inestables son mis palabra, enjuiciadas como otros a pasar silenciosas e ignoradas como las nubes de la azul inmensidad, a vivir sin ser vistas aun después de haber tomado forma en la realidad.
No será de mi placer que me reproche la conciencia, atormentándome y reprimiéndome por no haber materializado su existencia en la realidad. Tampoco será de mi placer que al tornarlas sustanciales no se infundan en el juicio de cada memoria.
Desearía apartar a los hijos del pueblo de esta existencia, desviar las ventanas del alma hacia otros horizontes para calmar las dolencias de sus vidas.
La razón empieza a resplandecer hasta tomar una forma concreta a la verdad. Me cuesta mucho deducir si engendrando la verdad en la matriz de esta oscuridad ha de procrear nuevos hombres o si los ha de someter a la confusión y equivocación.
Mi conciencia me dice que los padres de la verdad y los apacentadores de la razón han muerto por dar a luz en su memoria la vid de la justicia. Ahora nomás queda la sombra de su existencia.
Quiero ante todo que la verdad quede sustancialmente infundida en la mente de los hijos del pueblo, que sea como el eco que, independientemente de donde obtuvieron su existencia, vague sobre la faz de la tierra dando la esperanza que "la voz del pueblo debe ser tomada en cuenta"
No se trata que yo sea cual partidista,
Un fiel capitalista o buen socialista,
He querido expresar mi punto de vista
No como neoliberalista o marxista.
Esta es nuestra bella y grande nación,
Un gobierno ejercido en manos de ladrón,
Nuestra paz grandemente perdido eslabón,
Bajo verdad ficticia se encuentra en prisión.
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