La capacitación como herramienta esencial de la estrategia emprendedora
Enviado por José Leonardo Méndez
- Resumen
- Introducción
- Capacitación específica: necesidad primordial de los nuevos emprendedores
- Limitantes generales de los enfoques de capacitación de emprendedores
- Predominio del enfoque asistencialista en los programas estatales
- Marcado enfoque academicista de los programas universitarios
- Notable enfoque tradicionalista en las ONG
- Escaso desarrollo de conocimientos y habilidades emprendedoras
- Bibliografía recomendada
Resumen
América Latina vive un crecimiento explosivo de programas de capacitación de nuevos emprendedores, ofertados tanto por instituciones públicas como privadas, al punto de constituirse en una floreciente "industria" que tiene como ejes a varias universidades, parques tecnológicos, organizaciones no gubernamentales, empresas privadas e instituciones del Estado. Sin embargo, en estas iniciativas de capacitación se han detectado varias debilidades importantes relativas a los enfoques con que se diseñan y ejecutan. La discusión de las manifestaciones y posibles causas de tales debilidades es el objetivo primordial de este artículo.
Palabras Clave: Programas de capacitación de nuevos emprendedores, enfoques de capacitación, habilidades emprendedoras, estrategia emprendedora, industria de la capacitación empresarial.
Debido a los indudables beneficios económicos y sociales de la estrategia emprendedora, durante las últimas dos décadas surgieron variados programas de capacitación de nuevos emprendedores en América Latina, tanto en instituciones públicas como privadas, al punto de constituirse en una floreciente "industria" que tiene como ejes principales a varias universidades, parques tecnológicos, organizaciones no gubernamentales, empresas privadas e instituciones del Estado.
Al tomar en cuenta que la estrategia emprendedora se refiere en gran parte a la capacidad de las personas para crear nuevas empresas, y que ellas constituyen fuentes de empleo y de renovación empresarial, la capacitación de nuevos emprendedores cobra cada vez mayor importancia.
Ello se debe a que, a través de dichos programas, se espera crear las motivaciones y competencias requeridas por los emprendedores para impulsar el desarrollo de un tejido económico eficiente y competitivo a mediano y largo plazo.
Sin embargo, en estas iniciativas de capacitación se han detectado numerosas debilidades relativas a los enfoques con que se diseñan y ejecutan. La discusión de las manifestaciones y posibles causas de tales debilidades es el objetivo medular de este artículo.
Capacitación específica: necesidad primordial de los nuevos emprendedores
De conformidad con el Centro Emprende (2002), institución española dedicada a la capacitación de nuevos emprendedores, debido a los notables beneficios que puede reportar la creación de nuevas empresas a la economía de cualquier país, el fomento de la cultura emprendedora se ha convertido en la disciplina que más rápido ha crecido en las escuelas de negocios y de ingeniería de las universidades más prestigiosas en casi todo el mundo.
Las investigaciones realizadas por diversos investigadores han sido concluyentes respecto a la necesidad de promover la capacitación específica para aprender a crear empresas a fin de impulsar el crecimiento económico, debido a que se desperdicia un gran número de oportunidades de negocio por falta de emprendedores con los conocimientos y habilidades requeridos (Good y Graves, 1993; Robinson y Sexton, 1994; Fernández y Rusque, 1996; Carpintero, 1998; Varela, 2002; Campos Ríos, 2003).
De conformidad con los resultados de esas investigaciones, la capacitación de nuevos emprendedores favorece una imagen social positiva de la actividad empresarial y facilita la adquisición de actitudes, conocimientos y habilidades claves para el desempeño exitoso de las iniciativas empresariales (Booth y Snower, 1996; Miner, 1997; Berry y Méndez, 1999; Entrialgo, 2000; Jaramillo y Parodi, 2003; Angelelli y Llisterri, 2003; Formichella y Massigoge, 2004; Prats y Angelelli, 2005)
Por tales razones, afirma Castillo Holley (1999), ahora se considera que entre los nuevos objetivos de la educación superior debe estar el de "aprender a emprender", dado que el fomento del espíritu emprendedor como una competencia básica se ha de inculcar mediante el aprendizaje permanente.
De allí que en la Declaración Mundial sobre Educación Superior en el Siglo XXI: visión y acción se reafirma la necesidad de renovar y reforzar los vínculos entre la enseñanza superior y el mundo del trabajo.
Atendiendo a esta recomendación, el Consejo Europeo realizado en Lisboa durante el mes de marzo de 2000 definió la capacitación de nuevos emprendedores como el motor necesario para el fomento de una cultura empresarial más dinámica.
Al mismo tiempo, el Consejo de Ministros de Educación de la Unión Europea, celebrado en febrero de 2001, señaló entre los objetivos futuros de los sistemas educativos el desarrollo del espíritu de empresa en la educación superior (Espíritu Olmos y Sastre Castillo, 2007).
Por todo ello, hoy se acepta ampliamente en casi todo el mundo que el fomento de la estrategia emprendedora demanda una mayor articulación entre las instituciones universitarias y el mundo empresarial, a fin de orientarlas más hacia la formación de emprendedores y al desarrollo sistemático de la cultura empresarial entre los estudiantes durante su período de formación (Robinson y Sexton, 1994; BID, 1996; Bridge, O´Neill y Cromie, 1998; Fletcher, 1999; Audretsch y Thurik, 2001; Varela, 2002; Mowery, David y Shane, 2002; Jaramillo y Parodi, 2003; Bravo, Crespi y Gutiérrez, 2006).
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