Cuaderno hallado en una casa deshabitada, de Robert Bloch (página 2)
Enviado por Ing+Licdo:Yunior Andrés Castillo S.
Pero al cabo de un rato me levanté y busqué clavos y un martillo y unas tablas de Tío Fred que no estuvieran hechas astillas.
Primero clavé la puerta y luego todas las ventanas. Hasta la última. Creo que estuve trabajando varias horas. Al terminar, la tormenta se había disipado y todo quedó tranquilo. Lo bastante tranquilo como para poderme echar en la cama y quedarme dormido.
Me he despertado hace un par de horas. Era de día. He podido ver la luz a través de las rajas. Por la forma de entrar el sol, he comprendido que ya es por la tarde. He dormido toda la mañana y no ha venido nadie.
Calculaba que tal vez podía abrir y marcharme a pie al pueblo como había planeado ayer.
Pero calculaba mal.
Antes de ponerme a quitar los clavos, le he oído. Era Primo Osborne, naturalmente. El hombre que dijo que era Primo Osborne quiero decir.
Ha entrado en el cercado gritando: «¡Willie!» Pero yo no he contestado. Luego ha intentado abrir la puerta y después las ventanas. Le he oído golpear y maldecir. Eso ha estado mal.
Pero entonces se ha puesto a murmurar, y eso ha sido peor. Porque significaba que no estaba solo.
He echado una ojeada por una raja, pero se habían ido a la parte de atrás de la casa, así que no he visto quiénes estaban con él.
Creo que da lo mismo, porque si estoy en lo cierto, es mejor no berlos.
Ya es bastante desagradable oírlos.
Oír ese ronco croar, y luego oírle a él hablar y después croar otra vez.
El olor es un olor espantoso, como el limo verde de los bosques y del pozo.
El pozo… han ido al pozo de atrás. Y he oído a Primo Osborne decir algo así como: «Esperad hasta que oscurezca. Podemos utilizar el pozo si encontráis la entrada. Buscad la entrada.»
Ahora ya sé lo que significa. El pozo debe de ser una especie de entrada al lugar que tienen bajo tierra, que es donde esos druidas viven. Y esa monstruosidad negra.
He estado escribiendo de un tirón y ya la tarde se va yendo. Miro por las rajas y veo que está oscureciendo otra vez.
Ahora es cuando vendrán por mí; cuando oscurezca.
Romperán la puertas y las ventanas y entrarán y me cogerán. Me bajarán al pozo, me llevarán a los negros lugares donde están los shoggoths. Debe de haber todo un mundo debajo de los montes, un mundo donde se ocultan y esperan para salir por más víctimas, por más sacrificios. No quieren que haya seres humanos por aquí, salvo los que necesitan para los sacrificios.
Yo vi lo que esa monstruosidad negra hizo en el altar. Sé lo que me va a pasar.
Tal vez echen de menos a Primo Osborne en su casa y envíen a alguien a averiguar qué le ha pasado. Puede que las gentes del pueblo echen de menos a Cap Pritchett y vengan a buscarle. Puede que vengan y me encuentren. Pero si no vienen pronto, será demasiado tarde.
Por eso he escrito esto. Es verdad lo que digo, con la mano sobre el corazón, cada palabra. Y si alguien encuentra este cuaderno donde yo lo escondo, que vaya y se asome al pozo. Al pozo viejo, que está detrás.
Que recuerde lo que he dicho de ellos. Que ciegue el pozo y seque las charcas. No tiene sentido que me busquen… si no estoy aquí.
Quisiera no estar tan asustado. No lo estoy tanto por mí como por otras gentes; los que pueden venir a vivir por aquí, y les pase lo mismo… o peor.
Tenéis que creerme. Id a los bosques, si no. Id a la loma. A la loma donde ellos hicieron los sacrificios. Puede que ya no estén las manchas y la lluvia haya borrado las huellas. Puede que no encontréis ningún rastro de fuego. Pero la piedra del altar tiene que estar allí. Y si está, sabréis la verdad. Debe haber unas manchas redondas y grandes en esa piedra. Manchas de medio metro de anchas.
No he hablado de ellas. Al final, miré hacia atrás. Vi a la monstruosidad negra aquella que era un shoggoth. La vi cómo se hinchaba y crecía. Creo que he dicho ya que podía cambiar de forma, y que se hacía enorme. Pero no podéis imaginar el tamaño ni la forma y yo no lo quiero decir.
Lo único que digo es que miréis. Que miréis y veréis lo que se esconde debajo de la tierra en estos montes, esperando salir para celebrar su festín y matar a alguien más.
Esperad. Ya vienen. Se está haciendo de noche y puedo oír sus pasos. Y otros ruidos. Voces. Y otros ruidos. Estan aporreando la puerta. Y estoy seguro de que deben tener un tronco o tablón para derribarla. Toda la casa se estremece. Oigo hablar a voces a Primo Osborne, y también ese zumbido. El olor es espantoso. Me estoy poniendo enfermo, y dentro de un minuto…
Mirad el altar. Luego comprenderéis qué estoy tratando de decir. Mirad las grandes manchas redondas, de medio metro de anchas, a cada lado. Es donde la enorme monstruosidad negra se agarró.
Mirad las marcas, y sabréis lo que vi, lo que me da miedo, lo que espera para atraparos, a menos que lo sepultéis para siempre bajo tierra.
Marcas negras de medio metro de anchas. Pero no son manchas.
En realidad, son ¡huellas de dedos!
Han derribado la puerta d…
CUADERNO HALLADO EN UNA CASA DESHABITADA, DE ROBERT BLOCH
Enviado por:
Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®
www.monografias.com/usuario/perfiles/ing_lic_yunior_andra_s_castillo_s/monografias
Santiago de los Caballeros,
República Dominicana,
2015.
"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"®
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |