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Los indios tarahumara de México? Ejemplo insigne para todos?

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. Nuestra visita… y un poco de historia
    2. Gobierno
    3. Su importancia de estudio para nosotros
    4. Génesis, distribución y vestimenta
    5. Las relaciones sociales e interpersonales
    6. Correr y comer…
    7. En resumen
    8. Bibliografía

    Conocimos a Carlos Verteramo y a Alfredo Martínez durante nuestro internado rotatorio en Washington DC. Ambos eran médicos mexicanos y ambos llegarían a convertirse en íntimos amigos nuestros. Amigos, cuya amistad ha perdurado por mucho tiempo.

    Nos conocimos en Washington, nos veríamos en México, en Tampico, Tamahulipas, en VeraCruz y nos juntaríamos en Saint Louis. Teníamos que mantenernos al tanto, porque en aquél entonces comenzábamos una misión que nos trasladaría físicamente a apreciar la manera cómo existen algunas tribus, cuyos miembros desconocen esa palabra nefasta de nuestra invención: La gordura.

    Habiendo oído, por nuestros amigos, acerca de los tarahumaras. Queríamos ser parte de la vida de esos indios cuyas tendencias los hacían correr carreras interminables siguiendo bolas rústicas, de su elaboración propia, por toda la Sierra Madre.

    Nos preguntábamos — si tanto corren — ¿existirían los gordos entre los tarahumaras?

    Necesitábamos la respuesta a esta pregunta de importancia crucial, porque el sobrepeso ha sido nuestra área de interés científico/cultural.

    Para los fines de nuestro proyecto, nos asociábamos entonces con otro ciudadano de México. Nicolás Cámara Peón ("Nico"), quien, además de sus conocimientos, ofreciera su hogar, tesoro histórico norteamericano, para que en éste nuestra boda se celebrase — hace casi cincuenta años.

    Nico era mayor que nosotros. Oriundo de Yucatán. Se hizo médico en Johns Hopkins y allá mismo se entrenó como psiquiatra. Fue, dentro de su especialidad que también nos sirvió de inspiración para seguir su modelo y para conocer, por su medio, muchos de los nombres de mayor prestigio en este campo, entonces, residentes en Washington/Baltimore.

    Nico no sólo fungiría como iluminación y mentor sino que nos alentaría a seguir la ruta que los tarahumaras trazaron.

    Finalmente, el día llegaría cuando los arreglos se completaron para hacer nuestra visita al dominio de los tarahumaras, procediendo por tierra, desde nuestra base en Saint Louis.

    Nuestra visita… y un poco de historia

    En el punto mismo donde la Sierra Madre Occidental se torna más agreste y accidentada viven los tarahumaras o tarahumares, que se llaman a sí mismo rarámuri (los de los pies ligeros).

    Hace unos 300 años este grupo aborigen se disgregaría de un grupo nómada que viajaba por la costa occidental de México rumbo al sur. Conforme el grupo avanzaba, se iba dispersando. A los que llegaron al sur de la sierra se les conoció como huicholes y coras, y los que se establecieron en Sonora y Sinaloa formaron más tarde los grupos yaqui y mayo. Se cree que otro grupo viajó hacia arriba, por profundas barrancas, atravesó la Sierra Madre Occidental y habitó las planicies cercanas a la actual ciudad de Chihuahua. Con la llegada de los españoles, los tarahumaras se refugiaron en las montañas y barrancas de la sierra, buscando proteger sus hábitos y sus costumbres.

    Todavía allí residen, se trata de un pueblo muy resistente a las adversidades, que vive en pequeños núcleos tribales.

    Su resistencia física se debe a sus habilidades insuperables.

    Los visitamos y mucho aprendimos de su vida — como tanto hemos aprendido de tantas tribus cuyas costumbres, en búsqueda de conocer, asimismo hemos compartido.

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