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Análisis de la obra "Me dio lástima decirte que no"

Enviado por Gabriel Diner

Partes: 1, 2

    1. Desarrollo
    2. Conclusión
    3. Bibliografía

    Introducción

    El espectador llega a la Sala Alucía y se encuentra con una gran casa; toca el timbre "2", alguien lo atiende por el portero eléctrico: "un momento, por favor"; baja un hombre, le abre y cierra la puerta a sus espaldas; un patio, una escalera, el hall de una casita, en donde hay una mesa con las entradas, que el hombre le vende para luego dejarlo pasar al comedor; allí, un gato duerme en el sillón. El espectador se encuentra con otra gente, a quien saluda quedamente, juguetea con el gato; llega una chica con café y con pan integral casero. La gente se acumula en el pequeño ambiente, en donde suena una música cualquiera y conviven las fotos del dueño de casa con un perchero lleno de vestuario teatral. Y de un momento a otro lo hacen pasar a otro ambiente con unas pocas gradas, tachos de luz y una heladera como escenografía, una escalera, un hombre durmiendo, una mano y una pierna. Empezó la obra. En la mitad, el mismo gato del comienzo se atraviesa en el espacio escénico y es introducido en la ficción. ¿Dónde comenzó el hecho teatral en este relato? Podría decirse que "Me Dio Lástima Decirte Que No", de Bernardo Cappa apela a la creación de una fuerte teatralidad desde la entrada a la "sala" hasta el final de la obra.

    Desarrollo

    La teatralidad, según Jossette Féral, es la creación o bien identificación de un espacio otro del cotidiano (cabe aclarar que la teatralidad no es un dato empírico, sino un proceso subjetivo del que realiza el espectáculo o del que lo recibe). Hay distintos elementos responsables de una teatralidad pronunciada.

    El primero que propone Féral es la propia teatralidad del actor: "el actor es a la vez productor y portador de teatralidad". Como principal ejemplo de esto, se encuentra Alicia, el personaje interpretado por el director y dramaturgo Bernardo Cappa, que también es la figura que logra una mayor profundidad. Además de realizar una actuación sumamente remarcada, no se escapa el hecho de que está interpretada por un hombre (característica que remite un poco a la teatralidad del under porteño de los años ’80), lo cual de alguna forma también representa una ruptura con la cotidianeidad, especialmente porque este travestismo nunca se explicita. Los chicos no se refieren a ella como madre, pero tampoco se hace referencia concreta a su masculinidad: cuando dicen que no tiene pechos, lo dicen con mucha naturalidad, como se lo dirían a cualquier mujer. Incluso la seducción a Wenceslao, el medidor del Gobierno de la Ciudad si bien se vuelve extravagante por esta razón, esto nunca se explicita en el texto. A pesar de esta ambigüedad, puesto que el hecho de que un personaje femenino sea interpretado por un hombre , también puede significar querer asignarle al personaje un rol masculino en la familia, o una fuerza varonil, o algún otro significado, el rol de Alicia en la familia es mayormente femenino y maternal. Es el sostén espiritual de la familia, quien maneja la vida diaria, tomando el lugar de un padre delirantemente ausente, aunque mechado por inclusiones perversas en el obsceno juego de los hijos. También el personaje del padre presenta una gran teatralidad; su ausencia se hace constantemente presente a través de un balbuceo continuo, y sobresaltos ocasionales. Toda la familia se presenta como una familia bastante opuesta a la familia tipo: la madre está interpretada por un hombre, el pater familiam es un viejo extraviado en delirios de un pasado ¿glorioso?, y los niños inocentes, intercambian pornografía (de la misma hermana) por favores personales sin importancia. Contra este universo viene a estrellarse Wenceslao, un ser aparentemente moderado (y es esa represión la que le provoca sus exabruptos violentos), inmerso en la sociedad, útil y empleado estatal, que a la vez envidia y reprueba la marginalidad de esta familia y en parte por esto se siente inclinado a salvarlos. Su forma de actuación, su forma de vestir, su lenguaje es tan distinto a los de la familia que esa contradicción es también creadora de teatralidad.

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