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Mezclas de Trébol Subterráneo con otras Leguminosas Anuales para Suelos Graníticos del Secano Mediterráno Subhúmedo de Chile

Enviado por Carlos Ovalle M.

Partes: 1, 2

    Publicación original: Agric. Téc.. [online]. jun. 2005, vol.65, no.2 [citado 26 Noviembre 2006], p.165-176. Disponible en la World Wide Web: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0365-28072005000200006&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0365-2807 – Reproducción autorizada por: Revista Agricultura Técnica, covalle[arroba]inia.cl

    ABSTRACT: In Cauquenes (35º58' S lat., 72º17' W long.), VII Region, Chile, in a granitic soil, the productivity and persistence of six mixtures with different percentages of annual legumes were evaluated: M1 Trifolium subterraneum (Ts); M2: Ts and Medicago polymorpha (Mp); M3: Ts, Mp and Trifolium michelianum (Tb); M4: Ts, Mp, Tb and Ornithopus compressus (Op); M5: Ts, Mp, Tb, Op and Biserrula pelecinus (Bp) and M6: 20% of each species. The replacement of 50% of the initial seeding rate of Ts by other legumes reduced the population of Ts, particularly in the second and third year. The higher seed production of Mp in mixtures of two or more species in the first two years contributed to the great regeneration of Mp in the third year (1,000-2,000 seedlings m-2 of Mp vs. 100-240 seedlings m-2 of Ts). As a consequence, specific contribution and biomass production of Mp in mixtures (M2-M6) were higher than Ts in the second and third year. The specific contribution of Tb in the mixtures was low (between 4.3 to 17%) in the three years; and that of Op and Bp was almost null in all years. Total aerial biomass fluctuated between 1,673 to 2,020 (P ≥ 0,05) and 3,520 to 4,395 (P ≥ 0,05) kg DM ha-1 in the first and second year, respectively. In the third year, the mixtures with two and five species (M2: 5,838; M5: 5,643 and M6: 5,678 kg DM ha-1) exceeded (P ≤ 0,05) the treatment with Ts only (3,905 kg DM ha-1).

    Key words: annual legumes pastures, Trifolium subterraneum, Medicago polymorpha, Trifolium michelianum, Ornithopus compressus, Biserrula pelecinus.

    RESUMEN: En Cauquenes (35º58' lat. Sur, 72º17' long. Oeste), VII Region, Chile, en un suelo granítico se evaluó la productividad y persistencia de seis mezclas en distintos porcentajes de leguminosas anuales; ellas fueron: M1: Trifolium subterraneum (Ts); M2: Ts y Medicago polymorpha (Mp); M3: Ts, Mp y Trifolium michelianum (Tb); M4: Ts, Mp, Tb y Ornithopus compressus (Op); M5: Ts, Mp, Tb, y Biserrula pelecinus (Bp) y M6: 20% de cada especie. El reemplazo del 50% de la dosis inicial de siembra de Ts por otras leguminosas, redujo drásticamente la población de éste, en el segundo y tercer año. La mayor producción de semillas de Mp en las mezclas de dos y más especies los dos primeros años, se tradujo en una alta regeneración de ésta al tercer año (1.000-2.000 plántulas m-2 de Mp vs 100-240 plántulas m-2 de Ts). En consecuencia, la contribución específica y producción de biomasa de Mp en las mezclas (M2-M6) fueron muy superiores a la de Ts en el segundo y tercer año. La contribución específica de Tb fue baja (entre 4,3 a 17%) las tres temporadas; y la de Op y Bp casi nula en los tres años. La producción de biomasa aérea total fluctuó entre 1.673 a 2.020 (P ≥ 0,05) y 3.520 a 4.395 (P ≥ 0,05) kg MS ha-1 en el primer y segundo año, respectivamente. En el tercer año, las mezclas con dos y cinco especies (M2: 5.838; M5: 5.643 y M6: 5.678 kg MS ha-1) superaron (P ≤ 0,05) al tratamiento con sólo Ts (3.905 kg MS ha-1).

    Palabras clave: praderas leguminosas anuales, Trifolium subterraneum, Medicago polymorpha, Trifolium michelianum, Ornithopus compressus, Biserrula pelecinus.

    INTRODUCCIÓN

    Una parte importante de la comunidad científica de ecólogos (Kareiva, 1996; Tilman et al., 1996; Wardle y Giller, 1996; Tilman et al., 1997), sostiene que el incremento de la riqueza en cantidad de especies aumenta la productividad primaria de los ecosistemas y la resistencia a las perturbaciones. Se propone como hipótesis complementaria que si se mejora el funcionamiento en un sistema, al final el aumento de la biodiversidad igualmente mejora la estabilidad y la rentabilidad económica de los sistemas de producción.

    Las praderas naturales de la cuenca del Mediterráneo se caracterizan por una elevada diversidad de especies de leguminosas anuales, lo que le confiere a la pradera una gran resiliencia, particularmente en ambientes de amplias fluctuaciones en las precipitaciones y expuestos al sobrepastoreo (Cocks y Osman, 1996; Ehrman y Cocks, 1996). Esto contrasta con las praderas mediterráneas de Chile central, que se caracterizan por tener una escasa diversidad de especies leguminosas, con un 8,5% de contribución, y una baja productividad (Acuña et al., 1983; Ovalle et al., 1987; Ovalle y Squella, 1996).

    El trébol subterráneo (Trifolium subterraneum L.) con sus tres subespecies y su amplia gama de cultivares referidos a su precocidad, han constituido las leguminosas más ampliamente estudiadas y difundidas en todos los secanos mediterráneos de Chile, sembrados solos o en mezclas con gramíneas, como praderas permanentes y en rotaciones (Avendaño, 1996). Otra especie, de más reciente desarrollo, que ha demostrado buenas perspectivas, especialmente para ser considerada en un sistema de rotación con trigo (Triticum aestivum L.) es la hualputra (Medicago polymorpha L.) (Del Pozo et al., 1999), de la cual existen cultivares de origen australiano y chilenos (Del Pozo et al., 2001; Ovalle et al., 2001).

    Entre otras leguminosas forrajeras alternativas se destacan la serradela amarilla (Ornithopus compressus L.) biserrula (Biserrula pelecinus L.) y trébol balansa (Trifolium michelianum Savi). La primera presenta varias ventajas con respecto a otras especies: requiere menores aplicaciones de P al suelo (Paynter, 1990), posee un arraigamiento profundo por lo que aprovecha mejor la humedad del suelo, puede crecer dos o tres semanas más que el trébol subterráneo en la misma área (Revell, 1992; Revell et al., 1994), no posee estrógenos ni otros compuestos tóxicos para los animales, y tiene un buen valor nutritivo comparable a otras leguminosas anuales (Freebairn, 1994). Tiene además una alta dureza seminal. Como desventaja se menciona su mala adaptación a suelos arcillosos y alcalinos, bajo crecimiento en invierno, es sensible al sobrepastoreo en la época de semilladura, y presenta dificultades para separar la semilla del fruto (Revell et al., 1994). Presenta un alto porcentaje de semillas duras (> 95%) después del primer verano, lo que contribuye a incrementar el banco de semillas; la germinación puede alcanzar un 55% al tercer año, aunque la tasa de ablandamiento es mayor en semillas enterradas a 2 cm de profundidad (Revell et al., 1998). Esta característica le permite salvar accidentes climáticos, como lluvias de verano, que provocan falsas partidas (germinación antes que se inicie la estación lluviosa), y con ello lograr una adecuada persistencia de la especie. En caracterizaciones preliminares de cultivares de O. compressus, se han obtenido mas de 6 t MS ha–1 (Bustos, 2002; Ovalle et al., 2003).

    Biserrula pelecinus es otra especie promisoria para el secano, debido a su hábito de enraizamiento más profundo que otras leguminosas convencionales, que le permite obtener agua y nutrientes a mayor profundidad y extender el periodo de crecimiento del pasto en primavera. Es una planta de crecimiento vigoroso, con una alta producción anual de semillas, con dureza seminal superior al 90%, de fácil cosecha; muy promisoria para zonas de baja precipitación (Loi et al., 1995; Howieson et al., 1995; Carr et al., 1999). En la zona mediterránea subhúmeda de Chile, el cv. Casbah produjo cerca de 6 t de MS ha–1 tanto en un año lluvioso como en año seco (Ovalle et al., 2000a).

    T. michelianum presenta una excelente adaptación a suelos con problemas de inundaciones (Evans, 1993; Ovalle et al., 1997c). Este trébol posee varias ventajas comparativas con relación a Trifolium subterraneum subsp. yanninicum, que también tolera suelos sujetos a inundaciones prolongadas (Ovalle et al., 1997b). Presenta una gran capacidad para persistir y diseminarse después de la siembra, por su alta producción de semillas (hasta 1000 kg ha-1), de tamaño pequeño (0,5 a 1,2 mm de diámetro) y un peso individual que varía entre los 0,314 y 0,933 mg. Además, posee una alta proporción de semillas duras a la madurez, desde un 60 a 80%, que le permite regenerarse adecuadamente cuando es incluida en sistemas rotacionales con cereales por uno o más años (Mitchell y Cooper, 1989; Squella, 1992). Es de fácil cosecha y presenta un buen crecimiento en primavera, superior al de muchos cultivares de trébol subterráneo; no obstante, su producción de invierno es inferior a éstos (Mitchell y Cooper, 1989). En Chile, se han obtenido al año entre 4,5 y 6 t de MS ha–1 en suelos arcillosos (Ovalle et al., 2000b).

    Los objetivos de este ensayo fueron evaluar la productividad y persistencia de mezclas de especies leguminosas anuales, que contemplaron una pradera monoespecífica de trébol subterráneo comparada con mezclas con Ornithopus compressus, Biserrula pelecinus, Trifolium michelianum y Medicago polymorpha.

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