- El cura Hidalgo
- Francisco Calvo
- El Conde de Schaffgotsh
- Bernardo Augusto Thiel
- Julián Segundo Agüero
- Fray Cayetano Rodríguez
- Santiago Figueredo
Al momento de la muerte del Papa Juan Pablo I, ya hacía tiempo que sonaban en Italia los nombres de muchos Cardenales, Obispos y prelados de alto rango, que habían sido relacionados con la Francmasonería.
La Logia Propaganda Due (P2), masónica en sus orígenes y luego transformada en una Logia Operativa de poder económico, había destapado una verdad conocida por pocos, escondida por muchos, desmentida por casi todos.
Pero aunque la relación institucional de la Iglesia Católica con la Masonería o con alguna Logia pseudo-masónica, era algo relativamente nuevo, a nivel individual fueron muchos los sacerdotes y frailes católicos que fueron iniciados en el llamado "arte real", y pasaron a la historia como masones confesos y en muchos casos, paladines de la libertad.
Según se afirma en La Francmasonería, preguntas y respuestas de Touvia (Teddy) Goldstein: "El considerado objetivo y científico historiador de la Masonería, aun cuando jesuíta, José Ferrer Benimeli, que ha tenido acceso a los archivos del vaticano, ha constatado más de 2.000 nombres de sacerdotes que durante la segunda mitad del siglo XVIII pertenecieron a la Masonería.
Según este autor, en esa misma época, hubo Logias compuestas exclusivamente por sacerdotes católicos, como por ejemplo: "La Parfaite Unión", en Rennes, L´Amitié a l´Epreuve, en Narbona, y la "Loge Teresienne" en Mons.
No solo simples curas párrocos han pertenecido a la Masonería, sino altos Dignatarios, como fueron el Príncipe de la Iglesia de Lieja, Charles François de Velbruck. El cardenal de Breslau en Austria fue iniciado poco tiempo después de la primera Bula papal".
Veamos algunos de esos hombres, esos caballeros de honor que sin renunciar a su fe católica y a los hábitos religiosos, fueron también francmasones acérrimos y defensores de los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Sin pretender agotar lo que seguramente debe ser una larga lista, veamos aquí los nombres de algunos de esos curas masones.
El cura Hidalgo
Miguel Antonio Hidalgo y Costilla, fue un sacerdote y militar que se destacó en la Guerra de la Independencia de México. Intervino y dirigió los primeros movimientos independentistas, pero fue capturado el 21 de marzo de 1811, llevado prisionero a Chihuahua, en donde se los juzgó vilmente y se lo fusiló el 30 de julio de ese año.
Hombre muy culto y profundo conocedor de las ideas de la Ilustración, las puso en práctica entre sus feligreses, en su mayoría indígenas, en el intento de mejorar sus condiciones económicas y de vida.
Para ello les enseñó a cultivar viñedos, criar abejas y dirigir pequeñas industrias, lo que le valió el apoyo incondicional de sus feligreses.
Al ser atrapado luego de su última derrota, se lo acusó de Alta Traición y de varios asesinatos, a pesar de que en las revueltas, Hidalgo nunca había matado a nadie, y solo una persona había muerto por el agravamiento de heridas producidas durante una refriega
El Obispo Don Manuel Abad y Queipo excomulgó al cura Hidalgo, y luego el doctoral de la Iglesia de Durango, monseñor Francisco Fernández Valentín, se ocupó del proceso de degradación sacerdotal, que se llevó a cabo en el Hospital Real de Chihuahua.
Le rasparon con un cuchillo su cuero cabelludo hasta arrancárselo. Luego le cortaron a cuchillo las yemas de los pulgares e índices, partes consagradas en el momento de su ordenación sacerdotal. Finalmente y luego de torturarlo y humillarlo de esa forma, la Iglesia mexicana lo entregó a los españoles para que lo fusilaran.
Mario Avila González, representante en Michoacán de la Confederación de Grandes Potencias Masónicas de la República mexicana, asegura que lo que se hizo con Hidalgo, es un increíble monumento al odio y a la maldad.
Francisco Calvo
Llamativamente, la Masonería en Costa Rica fue fundada en 1865 por un sacerdote católico. El presbítero Francisco Calvo, de espíritu liberal e independentista, estaba íntimamente relacionado con los grupos de poder en su país, y logró sumar a la Francmasonería a otros sacerdotes como Carlos María Ulloa y Francisco Pacheco.
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