Introducción
El Derecho a la vida, es sin mayores referentes y matices teóricos, uno de los derechos de incuestionable valor y jerarquía máxima. Es por lo tanto deber obligado, que el conocimiento científico y su aumento exponencial vaya de la mano con una necesidad ética de proteger la vida de la especie humana por sobre todas las cosas.
Debe existir por lo tanto un lazo estrecho entre "Saber que intensifica el sentido de la humanidad" y conocimiento técnico-científico, este ultimo no debe replegarse allende la realidad humana, sino que debe reconocer toda esta humanidad como el sub suelo desde el cual parte su actividad. Es indudable, por lo tanto que el desarrollo de las ciencias debe hacerse con conciencia, es decir, con conciencia ética comprometida, si se quiere preservar la presencia del ser humano en el mundo, a la vez que preservar el mundo físico de los riesgos inminentes de destrucción ocasionados por la misma especie humana en su búsqueda insaciable de autonomía, que no siempre se hace acompañar de sabiduría ética.
Se debe proteger la vida de la especie humana, no solo desde el punto de vista puramente material, sino considerando que la realidad humana, es una realidad mucho mas amplia que el puro estado de zoé, es además una vida que se desarrolla bajo un ethos vital permanente. A decir de Van Rensselaer Potter, la sabiduría consiste en "el conocimiento de cómo usar el conocimiento para la supervivencia humana y para mejorar la condición humana".
Es indudable, que el avance técnico-científico, ha dado un vuelco positivo a la realidad humana en búsqueda de su creciente deseo por conocer la realidad de las cosas y de su propio cuerpo, diríamos que la voluntad humana ha tomado caminos diversos y adversos en búsqueda de explicaciones que su misma naturaleza pretende posesionar. Muy ingresados ya en la Era del Tercer Milenio, preguntas como : ¿Qué es la vida?; ¿Esta la ciencia autorizada a modificarla de alguna manera?, ¿Podemos alterar de algún modo a nuestra descendencia?, ¿Es licito sacar provecho económico de experimentaciones realizadas con seres humanos?, ¿Puede la ciencia medica manipular nuestros genes e inducir alteraciones a los mismos?, preguntas como estas revisten un sentido real de preocupación, y de debate que no solo intentan ayudar al hombre, sino ante todo aclararle a este cual es su posición ante la vida y los retos éticos que esta le propone. De repente, algunas de nuestras seguridades mas intimas se han vuelto inseguras y nos hemos visto obligados a elaborar respuestas a preguntas complejas para las que nuestra dote mental no estaba preparada.
En la confusión de la paradoja técnico-científica hemos buscado referentes claros, y nos hemos visto obligados a legislar rápida, y en ocasiones desordenadamente sobre temas dudosos y de una dificultad tecnológica y conceptual considerable. La declaración Universal de los Derechos Humanos, fue aprobada en su versión definitiva el 10 de diciembre de 1948 por naciones unidas. El texto nace sobre las ruinas aun calientes de la Segunda Guerra Mundial y con la voluntad de ser una herramienta básica en la lucha contra los errores del pasado. Este fundamentalismo nace con el fin de socavar los muros de las incertidumbres y desarraigos, con los que los Derechos Humanos han tenido que lidiar para hacer valer su presencia ante el inminente y espectacular avance que un cierto numero de disciplinas científicas han experimentado en la segunda mitad del siglo XX, lo que ha supuesto, como es claro, la apertura de un debate con un itinerario de preguntas que solo pueden ser resueltas a la luz de un entendimiento de la realidad del mundo tecnificado al cual nos enfrentamos diariamente.
El incremento vertiginoso de conocimiento científico y tecnológico que nos permite intervenir el fenómeno de la vida, de la cual somos su conciencia, carece de aumento sapiencial para orientar nuestras acciones libres a favor de la lógica de la vida y no en su contra como esta sucediendo. Estas ideas, provienen del teólogo de la "Teología de la liberación" Leonardo Boff que insiste en la idea de que el Ser humano es la conciencia que el universo tiene de si mismo, además, insiste en las graves lesiones que ocasionamos a nuestro planeta, dicha violencia supone una agresión a la tierra, pues los seres humanos son la propia tierra en su dimensión conciente e inteligente. El esta inserto en un inmenso proceso evolutivo, auto creativo y auto organizativo que se manifiesta de muchas formas: como materia y energía, como información y complejidad, como conciencia e interioridad. (Boff, Leonardo : "Vida y muerte sobre el planeta tierra" ).
Este debate que nos abre al mundo de la ética de la vida como fundamento del progreso de las ciencias, es un debate, en el que afloran las mas diversas posiciones en materia de Derecho, política, religión, filosofía, ciencia, sociología, etc. Sin embargo, lo mas claro de aceptar, es que todo intento jurídico, religioso, ético o de la índole que fuere sobre estos temas debe estar orientado a tomar como referencia los Derechos individuales y colectivos reconocidos en la declaración.
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