Las Facultades de Comunicación en el umbral de la era Internet (2000)
Enviado por Miquel de Moragas Spá
- ¿Comunicología o pluridisciplinariedad?
- Formas de estudio: ¿prácticas o formación teórica?
- Internet: ¿a qué Departamento le corresponde?
- la comunicación y los retos teóricos
La transformación tecnológica de la comunicación en la sociedad moderna y la emergencia de lo que se denomina "sociedad de la información" plantea importantes retos a los estudios de comunicación y a la formación de comunicadores. Estos cambios exigen una revisión en profundidad de muchos planteamientos docentes y, más en general, importantes retos al conjunto de la actividad universitaria, incluida la investigación.
Pero esta época de cambios no debería ser vista como una pesadilla sino, más bien, como una gran oportunidad de futuro. Con una condición: que las Universidades estén dispuestas a enfrentar cambios sustanciales en un corto periodo de tiempo, rompiendo con alguna de las grandes inercias del corporativismo y de la burocracia académica.
Estos retos afectan a todas las disciplinas, pero muy especialmente a las Ciencias de la Comunicación, que en nuestros días deben responder adecuadamente a dos principales retos:
a) La creciente demanda de formación, que ocupa de alguna manera lo que antaño se buscaba en las carreras de humanidades, y
b) La necesidad de enfrentar el cambio de paradigma que significa la digitalización de la comunicación.
¿Comunicología o pluridisciplinariedad?
En primer lugar deberíamos plantear algunas cuestiones teóricas o epistemológicas. Es innegable que en la sociedad moderna se produce una nueva centralidad de los fenómenos de la comunicación. En el caso de Europa, por ejemplo, los discursos económicos y políticos sobre el futuro se centran, cada vez más, en las oportunidades y riesgos que significa la sociedad de la "información" o del "conocimiento". Pero este nuevo protagonismo (político, cultural, económico y social) no puede traducirse en una autosuficiencia teórica de la "comunicología" sino que debe traducirse, más bien, en un nuevo compromiso de las ciencias de la comunicación con el conjunto de las ciencias sociales y de las humanidades, para poder llevar a cabo un análisis -pluridisciplinar- de las nuevas formas de comunicación en la sociedad moderna.
Esta problemática (¿comunicología aislada o pluridisciplinariedad?) es decisiva para los nuevos planes de estudios que han de elaborar las Facultades de Comunicación en la era digital. A mi entender sería un grave error desplazar, o marginar, a las humanidades y a las ciencias sociales de los nuevos estudios sobre la comunicación. La centralidad del fenómeno (la comunicación) no debe confundirse con un aislamiento de la disciplina (la comunicología). Por el contrario, esta centralidad y la aceleración de los cambios en la comunicación hacen más necesaria que nunca la aproximación pluridisciplinar a la comunicación como objeto de estudio.
La comunicación: objeto de estudio complejo
Pero también es cierto que las ciencias de la comunicación tienen un reto fundamental que no puede afrontar ninguna otra práctica científica: la identificación de su objeto -la comunicación- en una etapa históricamente excepcional de cambios.
Para afrontar seriamente este reto es necesario corregir sin complejos la tendencia a la "hiper-comunicología" que se ha ido acentuando en algunos planes de estudios en los últimos años. La fundamentación teórica de la sociología, de la antropología, de la economía, etc., sigue siendo indispensable para posteriores aplicaciones a la "sociología de la comunicación", a la "antropología de la comunicación", o a la "economía de la comunicación", solo posteriormente puede afrontarse con suficiente base teórica otros planteamientos transversales como los que corresponden a asignaturas como la "teoría de la recepción", "teorías de la emisión" y otras teorías diversas de la comunicación. Empezar directamente por la última etapa empobrece nuestra actividad investigadora, en perjuicio del principal objetivo de las ciencias de la comunicación: el reconocimiento de su objeto y de las diversas formas de incidencia de la comunicación en la estructura social y en el comportamiento humano.
Formas de estudio: ¿prácticas o formación teórica?
Esta complejidad y la aceleración de los cambios en la comunicación también exigen una reforma, en profundidad, de algunas simplificaciones universitarias que se han ido haciendo crónicas. En la "sociedad del conocimiento" es más necesario que nunca aprender a aprender, evitar lo que en términos del sociólogo Ritzke podríamos denominar McDonalitzación de la enseñanza: enseñanza prefabricada y utilitaria, en la que los profesores dictan y los alumnos toman apuntes, donde la lectura y el debate son sustituidos por fórmulas estándar de conocimiento o por un aprendizaje práctico que se anticipa o se superpone a la sólida formación de contenidos.
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