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Literatura universal (página 5)


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Al definir la naturaleza y funciones de lo poético, Raul H. Castagnino se ocupa de este tema; una de las funciones –señala- es la de posibilitar la evasión de una realidad oprimente. EI escape por medio de. la literatura puede ser horizontal, entendiendo bajo esta denominación la fuga "de una realidad terrenal. cotidiana, a otra realidad sublimada, de conformación ideal, pero no sobrenatural"; mas existe otro tipo de evasión, que se. caracteriza por ser vertical, "trascendente de lo humano y lo terreno en anhelo de aproximación a Dios. Es el éxtasis -aclara el crítico-, la contemplación mística, lograda sólo por aquellos en quienes hasta la ultima fibra del ser vibra estremecido por el amor a Dios''.

En la lírica española, a la que tanto deben nuestras letras, se observa una profunda inclinación hacia la poesía religiosa; Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Santa Teresa, son los más altos exponentes de esta poesía devota. En suelo americano, un espíritu preclaro recogió la·herencia de estos místicos.

En Córdoba, en 1604, nacía Don Luis de Tejeda y Guzman. Tras haber llevado una vida en la que la destacada actuación publica se alternaba con los frecuentes escándalos amorosos, se recluyó, orillando los sesenta años, en el convento de los dominicos; ésta fue -comenta Ricardo Figueira- una "especie de conversión despues de la cual se dedica a la vida religiosa y a la creación literaria".

De su pluma surgieron composiciones misticas y profanas; ninguna de estas ultimas se conserva, hecho que puede deberse -a criterio de Bernardo Canal Feijoo- a que Tejeda, al ingresar a la orden religiosa, las haya destruido en razón de la etapa que evocaban. Para el estudioso, la obra profana debia ser de superior calidad, ya que la poesia religiosa -sostiene- se advierte en realidad como algo constreñida por el compromiso mistico asumido por el poeta al ingresar en la orden dominica". Las composiciones que han llegado a nosotros parecen configurar un unico poema dividido en dos partes; esta obra fue hallada por Ricardo Rojas en un códice colonial, que editó en 1916 bajo el titulo de "EI Peregrino en Babilonia".

ltinerario espiritual

La primera parte de esta composición, titulada "Romance sobre su vida"; cuenta el pasado de Tejeda y Guzman hasta llegar al dia de su conversión, que ubica en la festividad de la Natividad de María (8 de septiembre) del año mil seiscientos cincuenta y ocho. En el Romance encontramos, tras un nombre de ficción, a la esposa del autor, madre de sus diez hijos; junto a ella, su amiga intima, con quien el poeta mantuvo una estrecha relación: "Mas quién creerá que fue Anfrisa/ ocasión aunque no causa/ de otro mas prolijo incendio/ que al infierno me arrojaba??/ De su misma edad y prendas/ era su amiga del alma./ Lucinda, tan recogida,/ Lucinda tan encerrada".

Prosigue el lírico la narración de su turbulento pasado hasta rememorar el momento en que siente el llamado de Dios; estando frente a un monte, escucha una voz que le dice: "a que este monte que miras/ es de Dios la ciudad Santa,/ lo demas es Babilonia/ que peregrinando andas".

La segunda parte, dedicada a Maria, es totalmente diferente; una combinacion de heptasilabos y endecasilabos sustituye la cadencia del romance. "Tiempo es ya que yo agora llore y cante" comienza este segundo grupo de estrofas en que el poeta continúa su acto de contrición, buscando concretar su anhelo de perfecta unión con·el Supremo.

Aunque deudor de una tradición, Luis de Tejeda y Guzman ha cultivado el genero elegido con indudable originalidad; "el primer poeta argentino" recibió una valiosísima herencia peninsular y la adaptó a su modo personal de vivenciar la religión y el arte.

Bernardo Canal Feijóo señala esta peculiaridad del autor de "EI Peregrino en Babilonia": "Contrariamente a lo que ocurre en los místicos puros, el suyo es un misticismo que en ningun momento olvida el "Yo", el Yo pecador, desde luego, que. en ningun momento renuncia a ninguno de sus recuerdos felices, los del pecado, y hasta se goza en proclamarlos, desde que lo hace bajo el velo poético".

Siguiendo el sendero marcado por Fray, Luis y por San Juan de la Cruz, Tejeda implora también un acercamiento al Todopoderoso; pero éste no se realizará, como en los grandes místicos españoles, dejando de lado las vivencias terrenaIes. Luis de Tejeda, cuerpo y alma, presente y pasado, ernprende la ascención.

 

Trabajo enviado por

María González Rouco

Licenciada en Letras UNBA, Periodista

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