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El Hechicero Inexperto

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2, 3

    1. El aprendiz de brujo
    2. Bibliografía

    Muchos recordarán Fantasia, la celebrada obra del forjador de sueños infantiles, Walt Disney. En una escena inolvidable, nos encontramos con Mickey Mouse en la circunstancia de aventurarse a usar de modo atrevido y subrepticio la varita y el sombrero mágico de su mentor el Mago.

    El guión para esta historia cinematográfica proviene de un poema clásico del taumaturgo romántico y literato teutón, Goethe.

    El aprendiz de brujo

    La historia es una que ilustra el efecto del poder sobre la razón, como en la gordura se ilumina el triunfo de un instinto sobre la razón. (Léase, La Opción de Hobson…)

    El segmento abre en una caverna, con la aparición del Brujo (llamado Yen Sid, por Disney articulado hacia atrás) quien demuestra el artilugio de su magia, transformando el vaporoso espíritu de un murciélago en una mariposa llamativa. Mientras Mickey lo observa, apareciendo como un joven indolente y travieso, aprendiz de mago, asignado a la tarea aburridora de llenar un tanque de agua inmenso que existe en la cueva, con cubos que acarrea de una fuente cercana.

    Cansado de su labor, el ratón se seca la frente y suspira.

    Aprovechando que el brujo se retira para descansar, Mickey se apodera del sombrero alto y puntiagudo que el mago utiliza en sus sortilegios. Es este el mismo sombrero, resplandeciente y vibrante, que está decorado con estrellas blancas y una luna creciente.

    El ratón se ajusta el sombrero y pretende ser el mismo nigromante. Fingiendo encantamientos, extiende sus manos hacia una escoba apoyada contra la pared. Sin saber cómo, el ratón le da vida a la escoba y la hace plantarse erguida. Entonces, la ordena a moverse, a bailar y a que le salgan brazos. Brotados los brazos, las pajas de la escoba se vuelven pies y con sus miembros improvisados la escoba comienza a acarrear el agua de la fuente al tanque inmenso de que antes habláramos. Mickey despliega una actitud, arrogante y prepotente, complacido ampliamente con su éxito asombroso, como los hijos de ricos -una victoria edípica. Sentado en la silla del Mago, el nuevo hechicero, dirige desde ahí los movimientos de la barredora, mientras la observa cargar los cubos de agua. Pero, pronto cae dormido, mientras la escoba trabaja. Mickey duerme soñando que las estrellas, los planetas y aun los mares terminarán por él gobernados.

    Es una victoria del débil sobre el fuerte. Lo que Freud decidiera fue su mayor contribución al entendimiento de nuestra especie. Es la Situación psicoanalítica de Edipo -la situación triangular: El Mago, La Escoba y Mickey Mouse.

    Prosigamos…

    Repentinamente el mago-ratón es despertado de su sueño por olas de agua que chocan contra sus pies. Su sillón flota en el torrente que rebalsa la caverna. La incansable escoba ha llenado la gruta con miles de galones de agua, causando una inundación gigantesca. Ahora, Mickey no puede lograr que la escoba ni pare ni le obedezca. En desesperación, el ratón se apodera de una hachuela y golpeándola, parte la escoba en astillas. Por un instante todo queda en silencio, hasta que los fragmentos de escoba proliferan generando más escobas. Cada nueva escoba transporta dos cubos cada una, acarreando más agua de la fuente a la caverna. Desesperado, Mickey intenta reducir el acreciento de agua con un simple cubo, mientras que el ejército de escobas continúa su misión de inundación.

    En desesperación, Mickey consulta un libro de encantos mágicos que encuentra en la cueva, pero sin ningún resultado, mientras que las escobillas en su misión fuera de control, amenazan sumergirlo todo.

    Al final, el Mago hace una aparición dramática, calmando las aguas, recuperando su sombrero, ordenando a su aprendiz a retornar a su labor de cargar los cubos de agua como de un neófito se espera y terminándolo todo como un buen padre, en gesto humorístico.

    Aplicaciones de ser taumaturgos

    En el aprendizaje acerca del ser humano, pocos científicos se interesan en un aspecto esencial de nuestra naturaleza, siendo que somos seres inteligentes y por propensión curiosos.

    Por ejemplo, ¿cuántos de quienes leen estos escritos reparan en ciertas cosas?:

    Miren hacia detrás y notarán algo que pocas veces hago, subrayar palabras, y que "somos" (igualmente a que ‘yo soy’) se lee como un palíndromo.

    ¿Pero, por qué es importante que seamos curiosos? Lo es porque en nuestro estado original y prístino, nuestra supervivencia de ello mismo dependiera. Cosa simple.

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