- Clases de estados
- Según el tamaño
- Ciudades alemanas
- Gobernantes fuertes
- Conservación del gobierno en los estados
Del libro EL PRÍNCIPE de Nicolás Maquiavelo
Glosado por Napoleón Bonaparte
Según la forma de adquirirlos los estados se dividen en hereditarios y nuevos.
Estados Hereditarios.
Los hereditarios provienen de la familia o institución que los poseyó. Entre estos se encuentran también los Estados eclesiásticos.
Estados Nuevos.
Los nuevos estados aparecen de dos modos: por conformación de quien se hace proclamar gobernante de ellos[1]o por anexión a un Estado hereditario.
Los Estados nuevos ofrecen a su vez una subdivisión: están gobernados por un rey o un dictador, o son democráticos. Los primeros pudieron ser adquiridos por la suerte, o por el valor, con armas propias o ajenas. Los democráticos corresponden a gobernaciones civiles.
Estados Eclesiásticos.
Estos Estados no representan dificultad para su adquisición y posesión. No se requiere para ello ni de valor, ni de fortuna. El gobernante se sostiene en ellos por delegación de instituciones de fundación inmemorial, tan poderosas y con propiedades y tributos que sostienen al gobernante en el Estado independientemente del modo que proceda y se conduzca[2]Solamente estos gobernantes no se ven obligados a defender sus Estados ni a gobernar a sus súbditos. Estos Estados aunque indefensos no ofrecen el peligro de ser arrebatados y los súbditos no se preocupan por ser gobernados, ni de cambiar de gobernante porque no pueden hacerlo. Estos Estados son los únicos en que siempre reina la seguridad y la prosperidad.
Estado de la Iglesia Católica Romana
Pero cuál es la causa de que por ejemplo la iglesia católica romana se haya elevado a tanta grandeza? No será un atrevimiento presuntuoso suponer que su soberanía fue establecida y es conservada por Dios mismo?[3]
Con anterioridad al papa Alejandro VI, Italia se hallaba repartida políticamente en cinco Estados: Estados pontificios, Venecia, Nápoles, Milán y Florencia. La principal preocupación de los gobernantes era la de que ninguno de estos Estados se engrandeciera a costa de los otros. Por otra parte, los barones de Roma se hallaban divididos en dos facciones, la de los Ursinos y la de los Colonnas. Cada una de estas facciones se peleaban el poder de imponer el papa. Si uno de ellos era de los Ursinos intentaba extinguir a los Colonnas, y lo contrario sucedía cuando el papa era impuesto por los Colonnas.
Por lo anterior se hacía poco caso de las fuerzas temporales del papa. Pero cuando Rodrigo Borgia logró imponerse como el papa Alejandro VI quiso, a través de los estados pontificios, dominar el resto de los Estados de Italia para heredar a su hijo el cardenal Cesar Borgia un gran imperio. Ocasionó con ello el engrandecimiento de los Estados pontificios, convirtió a la iglesia en una Institución muy poderosa, destruyó las dos facciones de los barones de Roma, los Ursinos y los Colonnas[4]Acabó con las disenciones en el sacro colegio de cardenales al no permitir que en él hubiera familiares o representantes de ellos. Evitó así las discordias y guerras entre los barones de Roma, que dimanaban de los compromisos y ambiciones de estos prelados[5]
El papa Julio II, continuó las acciones de su antecesor Alejandro VI, conquistó a Bolonia y Venecia y arrojó de Italia a los Franceses. En esta forma continuó engrandeciendo y consolidando el patrimonio de la Iglesia[6]
El poder que estos dos papas consiguieron para la iglesia por medio de las guerras y las armas, lo han sabido conservar los papas sucesores con su ingenio, su cultura, su bondad y otras especiales virtudes[7]
Estados Civiles.
Llamo gobernación civil a aquella que se adquieren con el auxilio de los ciudadanos, sin necesidad de valor, fortuna o violencia[8]
Llega a ella el gobernante que cuenta con una acertada astucia y el favor de los grandes del pueblo, o de ambos[9]
Estas gobernaciones civiles peligran cuando se tornan dictaduras absolutas y el gobernante solo manda directamente por intermedio de sus ministros, quienes pueden arrebatarle fácilmente el Estado, no obedeciéndole o sublevándose contra él[10]Estos gobernantes difícilmente recuperan su autoridad, por cuanto sus súbditos están acostumbrados a recibir las órdenes de los ministros y, en circunstancias críticas o tiempos dudosos, el pueblo no obedece las leyes del gobernante[11]y éste no encuentra gente en quien apoyarse[12]
Según el tamaño, los Estados son de dos clases. Unos suficientemente grandes y otros relativamente pequeños.
Estados Grandes.
En ellos los gobernantes:
En caso necesario, pueden sostenerse por sí mismos.
Cuentan con suficientes hombres y dinero para formar el propio ejército, capaz de presentar batalla a cualquiera que vaya a atacarlos[13]
Estados Pequeños.
En ellos los gobernantes por no contar con los anteriores recursos se ven obligados a:
Implorar auxilio ajeno.
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