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El cielo irrepetible


Partes: 1, 2

    POEMA

    I

    Quiero mirarme como a alguien desde un balcón

    Tirar mis anzuelos a mi alma

    El agua está tan chata que no sé si es dura o blanda—

    Emergerán tus imágenes sin ahuyentar las ondas en un eco

    Y te pelaré como a una fruta

    Te desnudaré mil veces

    Hasta que estés desnuda

    Capa por capa cáscara por cáscara

    Como retrocediendo el tiempo del árbol

    Hasta que quede el microbio de la perla

    Y pueda tocar el hijo en un sueño

    Y sepa en mis dedos la sensación de mi amor.

    II

    Por los postigos de tu alma

    Chorrean brazos de mañana

    Y las mariposas de la lluvia enfrutecen los árboles

    Y se levanta el humo del olor a tierra regada

    Que gotea por los postigos de tu alma

    O se acurruca en las paredes

    Y nosotros mismos

    Somos semillas de nuestra propia tormenta.

    III

    Tú eres de verdad

    Y voy incendiando bosques de silencio con tu nombre

    Erigiendo la torre de un grito

    Una torre transparente

    Con los ladrillos de mis lágrimas derruidas

    Con los escombros de mi ciudad sola

    Donde mi ilusión y mi espejismo de alguien

    Crecían sobre mis propias huellas

    Y he acomodado las gotas que lloraste sobre mis manos pordioseras

    Porque eso es lo que tengo de ti

    Porque eso es lo que me diste de ti

    Porque eso es lo que quiero de ti

    El testimonio del cadáver del mar y mi libertad de isla

    La calavera del silencio y mis alas de alma

    Tus palabras.

    IV

    Surge el mástil de un grito

    Y muerde la piel de mi grito con que te exijo

    Y vienes vienes tanto que llegas

    Llegas tanto que muerdo tu alma

    Y tu presencia grita su presencia

    Mientras tu cuerpo es la conciencia

    Que piensa y sabe el grito de mi forma.

    V

    Quisiera poder describirte el amor con que te quiero

    En el recinto de mi alma el humo se acumula

    Se modula la melodía tenue de tu imagen

    Como si en un templo inmenso

    Con estruendo de perfumes

    Adivinase el casi tácito susurro de tu aroma

    Como si en un bosque

    El coro de árboles muriese del silencio

    Y su voz se alzara como un alma dura de gritos gigantes

    Y entre todos ellos tu voz me nombrara diciendo

    Si supieras la forma en que te amo

    En el recinto de mi alma el humo se acumula…

    VI

    Dame la mano y tus ojos

    Deja a mis palabras ser un párpado en tus tímpanos

    Seremos entre la gente

    Dame la mano y embastónate en mi renguera que se suprime en ti

    Vamos

    Subsistiremos las olas como un barco redondo

    Y no podrán volcarnos

    Vampiraré en tu boca un alba que me despierte

    Mientras vaya apretando la noche en tus ojos

    Y te duermas apoyada en mí

    Mañana estarán lejos los ecos de los árboles

    La neblina del silencio habrá desteñido horizontes

    Las palabras que nos dicen serán viejas

    Y se romperán contra las montañas

    Queriendo rescatar nuestros pies

    Pero seremos como el horizonte en los ojos de quien nos busque

    Y viajaremos con el cielo

    Sobre los pasos de quien nos siga

    El último beso es un tácito que nos prensa las bocas

    Mastiquemos nuestras caras

    Y cuando estemos juntos corramos hacia nosotros

    Que podremos ajustarnos más

    Así

    Anonimados en un abrazo

    Partes: 1, 2
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