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La transcripción de tablatura a pauta en la guitarra


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Variantes de la tablatura
    3. Ventajas de la trascripción
    4. Técnicas de la trascripción
    5. Recomendaciones a la edición

    Resumen

    El presente trabajo expone las ventajas y las inconveniencias de los dos sistemas que han dominado la escritura de los instrumentos de cuerda punteada, representados hoy, casi absolutamente, por la guitarra: la antigua tablatura, y la relativamente moderna pauta o pentagrama. Concluye el autor argumentando sobre la conveniencia de la escritura moderna para los intérpretes profesionales de la música, y emitiendo recomendaciones que le han resultado valiosas a la hora de realizar transcripción del formato pretérito al actual.

    Introducción

    La tablatura como sistema de escritura para instrumentos de cuerda punteada fue de uso común en la Europa de los siglos XVI al XVIII, aproximadamente. Se le utilizó principalmente para fines de divulgación, por su fácil comprensión para los lectores[1](en comparación a la escritura convencional, la pauta). Se editaron tablaturas –principalmente para laúd- en cantidades impresionantes. En la actualidad, en el campo de la música popular[2]se sigue editando música en este formato de escritura; la razón de ello es la misma que tuvo en sus orígenes: su sencillez y, de ahí, su accesibilidad.

    Definición.- Este sistema de escritura musical consiste en seis líneas[3]que representan otras tantas cuerdas, donde se sitúan[4]números o letras que señalan los trastes donde se ubicarán los dedos de la mano izquierda. Usualmente en la parte superior del sistema se agregan figuras de nota que definen la medida a aplicar a la música[5]

    La tablatura también se usó –con sus adecuaciones- a notar la música para otros instrumentos[6]

    Variantes de la tablatura

    Según los distintos países, épocas y autores, podemos encontrar modalidades diversas de relacionar las cuerdas con las líneas, así tenemos tablaturas con: la primera cuerda en la línea superior (a partir de ahí las siguientes cuerdas se asignarán en las consecutivas líneas hasta ubicar la sexta en la raya inferior); la primera cuerda en la línea inferior. Habrá tablaturas que señalen los trastes con: letras (la "a" para cuerda al aire o libre; la "b" para primer traste; etc.); números (el "0" para cuerda libre; el "1" para primer traste; y así sucesivamente).

    Respecto a las digitaciones podemos señalar que: A) de modalidades de mano derecha[7]son: A) "dedillo" (pulsación en vaivén con solo el dedo índice) B) figueta (ejecución alternando los dedos p-i en dos versiones –castellana y extranjera[8]ambas presupuestas[9]y C): el "dos dedi" (alternancia de i-m), de eventual consignación.

    La digitación de mano izquierda está totalmente ausente en la tablatura, dejándose al ejecutante de que la defina según su conocimiento y experiencia.

    Los compases se escribían en valores antiguos[10]y los tempos, por el estilo ("algo apriesa", "a espacio", algunos símbolos y hasta indicaciones que definen la agógica tales como "las consonancias a espacio, los redobles apriesa"[11] etc.) y aún símbolos para velocidades[12]

    Limitantes de la tablatura: La sencillez de la tablatura tiene un precio: es necesariamente limitada. Sus posibilidades están acotadas porque:

    A) no permite definir con claridad los valores absolutos de las notas[13]ni las relaciones melódicas entre las partes; por ello la polifonía permanece oculta (por lo menos para los ejecutantes inexpertos en la especialidad).

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