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Modelado Fluvial

Enviado por Kriss Linares


Partes: 1, 2

  1. ¿Qué es el suelo? Relacionar con perfil del suelo, edafología, pedólogo
  2. ¿En qué consiste el material parental? ¿Existirá en el Ávila?
  3. Diferencia entre rio y quebrada. ¿Existen ríos en el Ávila?
  4. ¿Cómo se forma un suelo? Características
  5. Definir y dibujar: delta, abanico aluvial, meandros (tipos), terrazas, nacimiento de un rio y quebrada

¿Qué es el suelo? Relacionar con perfil del suelo, edafología, pedólogo

Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente activo, que tiende a desarrollarse en la superficie de las tierras emergidas por la influencia de la intemperie y de los seres vivos. Constituye un conjunto complejo de elementos físicos, químicos y biológicos que compone el sustrato natural en el cual se desarrolla la vida en la superficie de los continentes. El suelo es el hábitat de una biota específica de microorganismos y pequeños animales que constituyen el edafón. El suelo es propio de las tierras emergidas, no existiendo apenas contrapartida equivalente en los ecosistemas acuáticos. Es importante subrayar que el suelo así entendido no se extiende sobre todos los terrenos, sino que en muchos espacios lo que se pisa es roca fresca, o una roca alterada sólo por meteorización, un regolito, que no merece el nombre de suelo.

Desde el punto de vista biológico, las características del suelo más importantes son su permeabilidad, relacionada con la porosidad, su estructura y su composición química. Los suelos retienen las sustancias minerales que las plantas necesitan para su nutrición y que se liberan por la degradación de los restos orgánicos. Un buen suelo es condición para la productividad agrícola.

En el medio natural los suelos más complejos y potentes (gruesos) acompañan a los ecosistemas de mayor biomasa y diversidad, de los que son a la vez producto y condición. En este sentido, desde el punto de vista de la organización jerárquica de los ecosistemas, el suelo es un ecosistema en sí y un subsistema del sistema ecológico del que forma parte. Los suelos no son uniformes en el sentido vertical o en la profundidad, presentando variaciones en capas de diferente composición y color. En un suelo normal distinguimos varias capas verticales, o sea en profundidad, denominadas horizontes del suelo.

La sucesión de distintos horizontes se denomina perfil del suelo. Los horizontes son consecuencia de procesos de formación y desgaste de los suelos. Al principio sólo existía la roca madre, que se conoce como horizonte C. Por la descomposición de la roca madre y la acción de los seres vivos, que añaden materia orgánica a la roca descompuesta, se forman otros horizontes. Un suelo normal y bueno para la agricultura tiene generalmente cuatro horizontes:

  • Horizonte O: De color negro y con materiales orgánicos en diferentes etapas de descomposición. Es la parte más fértil del suelo.

  • Horizonte A: De color pardo o marrón, con materias orgánicas e inorgánicas (arena, arcilla, limo, cascajo).

  • Horizonte B: De diferentes colores según la composición (castaño, amarillo, blanco, rojo). Predominan las materias inorgánicas (arena, arcilla, piedras, compuestos minerales, etc.).

  • Horizonte C: Es la roca madre, que puede estar muy superficial o a gran profundidad.

En un perfil del suelo no siempre están presentes todos los horizontes. Esto se debe a dos causas principales:

  • Por la erosión, o sea, el desgaste causado por el agua o el viento, uno o varios horizontes han sido eliminados. Por estos procesos pueden desaparecer el horizonte O (materia orgánica); los horizontes O y A, y, en casos graves, los horizontes O, A y B.

  • Por falta de culminación de los procesos de formación del suelo pueden faltar uno o varios horizontes. Esto es frecuente en las zonas desérticas, donde por la aridez no se han desarrollado las plantas y no se han formado los horizontes 0 y A.

Un ejemplo puede ser, Si faltan los dos primeros horizontes (O y A) el suelo es de poca fertilidad y muy poco apto para las actividades agropecuarias.

El perfil del suelo está sujeto continuamente a tres procesos: adiciones, pérdidas y transformación interna.

  • Adiciones al suelo: son elementos aportados desde el exterior, como el agua (por precipitación, condensación o riego); elementos de la atmósfera (oxígeno, CO2, nitrógeno, azufre, etc.); materia orgánica de los seres vivos, y energía solar.

  • Pérdidas desde el suelo: elementos eliminados desde el suelo, como el agua por evapotranspiración; el C02 por descomposición microbiana; nitrógeno por denitrificación; volumen por erosión; y energía por radiación.

  • Transformaciones en el mismo suelo: Se refieren esencialmente a la circulación de nutrientes (ciclos biogeoquímicos), materia orgánica en humus, formación de compuestos minerales, reacciones entre materia orgánica y arcilla, y formación de estructuras y concreciones.

Estos procesos son importantes para la conservación de los suelos y serán tratados más adelante con mayores detalles, por ser de importancia para una buena producción.

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