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La ética en el ejercicio de la Gestión Pública (página 2)


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Por este motivo los códigos deontológicos que hoy se promueven en el mundo, llaman a combinar en su articulado normas morales y jurídicas para su más efectiva realización. Ya que no basta solo con códigos morales. Por eso existen diferencias entre la deontología inicial propuesta por J. Bentham (1748-1832) y la que hoy se está poniendo en práctica en la deontología y ética política contemporánea, desarrollada por R. Rorty (1931) y por J. Rawls, (1921) y otros autores contemporáneos.

Son algunos los intentos de elaborar una ética de la gestión pública, así autores como Victoria Camps abogan por la elaboración de una ética pública, consciente de su contexto histórico y geográfico;, una ética carente de los tonos patéticos del negativismo moral, impuesta de que sin virtudes públicas, la democracia es una ficción, un asunto abandonado a unos políticos profesionales que, entre otras aspiraciones sin duda más dignas, se mueven por la inesquivable pulsión de perpetuarse en el poder. No en vano, esta imprescindible autora afirma que el deber se expresa más allá del poder. [3]

Uno de los antivalores que más ofende a las personas en el mundo de hoy, es quizás, el trato burocrático que toma por tonto a los ciudadanos, cuestión que demuestra que la desatención debía ser un elemento invalidante para el ejercicio de los cargos públicos en toda sociedad.

Otro, no menos importante, son las relaciones formales propias de muchos funcionarios y empleados que suelen afectar el buen funcionamiento de la administración pública en distintas sociedades y ámbitos de la vida social.

Reflexionar sobre las cuestiones antes aludidas que vienen expresándose como problemas sociales desde tiempos pretéritos, constituye el objeto de nuestra disertación.

A partir de estas premisas, se emprende la presente investigación, que cuenta con el siguiente diseño:

La importancia de abordar este tema de saberes y conocimientos prácticos es para iluminar los diversos quehaceres en la vida personal y profesional de los servidores públicos.; de contribuir en el esclarecimiento de los términos teóricos y prácticos de la ética de la gestión pública.

Es de vital la importancia revisar los principios, cualidades, virtudes ciudadanas, y la transparencia en la esfera de la administración pública contemporánea. Además, enfatizar cómo se expresan estos resortes morales.

Para adentrarse a este aspecto del conocimiento es necesario presentar los siguientes cuestionamientos: ¿Qué contribuciones teóricas puede realizar una ética de la gestión pública, al desarrollo social y educativo el país? ¿Cuáles serían los aspectos teóricos y prácticos que aporraría la ética para reorientar el ejercicio de la conducta del servidor público? ¿Bajo qué principios y valores se debe formar las generaciones de hoy y del mañana?

Mediante la exploración de información e indagación científica se necesita esclarecer los problemas que se han abordado tangencialmente en la ética de la gestión, en los roles públicos, en ocasiones, en la administración pública. Esta rama del saber ético, a veces se presenta como ética profesional, en otras como ética aplicada, y, en ocasiones, como un tipo de ética deontológica.

Para avanzar y replantear las actividades de la vida profesional del servidor publico es conveniente flexionar sobre la pertinencia científica y docente de una ética de la gestión pública; analizar los aportes que diversos autores que han aportado sobre este tema; esclarecer por qué la transparencia se convierte hoy en una de las categorías centrales de esta disciplina ética, de gran contenido sociológico y político; indagar sobre los valores, virtudes y cualidades negativas que hoy se expresan en el ámbito de la administración pública, particularmente del funcionario público y quien constituye uno de los sujetos fundamentales sobre el cual se construye este saber.

Creo conveniente, al tratar estos aspecto éticos de la administración publica, sistematizar el debate teórico que se ha producido alrededor de lo que puede ser denominada una ética de la gestión pública, o de los roles públicos, que aparece denominada con otras acepciones, aunque lo que se pretende destacar en su contenido es esencialmente idéntico, o sinónimo; fundamentar por qué la transparencia constituye un rasgo y a su vez una categoría esencial de esta rama del saber ético; caracterizar dilemas y conflictos que se presentan en la ética de la administración pública, y precisar el vínculo, las diferencias entre lo público y lo privado en la ética de la administración pública, reflexionar sobre la ética individual, la responsabilidad moral de los funcionarios públicos, y la eticidad de su conducta.

 

 

Autor:

Dr. Ariel Enrique Cetina Bertruy

[1] Arist?les, (384/383- 322 a.C.) En: Diccionario de Filosof? Soporte digital, Editorial Herder, Barcelona, pp.1, 4, 6. Material fotocopiado. Facultad de Filosof? La Habana, 2005, p. 8.

[2] V?e el interesante libro de Juan Arias: Fernando Savater: El arte de vivir, Editorial Planeta, Barcelona, Espa? 1996, p. 174.

[3] Victoria Camps. Virtudes P?icas. Editorial Espasa Calpe. Madrid, Espa? 1990, pp. 197, 204.

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