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Los mendigos (Enfermería y primeros auxilios) (página 3)


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Ciertamente, es impresionante la franqueza y la fe que tienen en Dios, siendo lo que son y teniendo lo poco que tienen. Aceptando un mundo caótico, derruido, sin sentido… pero con la seguridad y la certeza de que el más allá les espera y depara algo mejor, un mundo nuevo, una nueva vida. Comprobamos así que mendigar no es morir, sino esperar a esa otra vida donde habita ese ser sobrenatural que se encuentra en el lugar más preciado y escondido de su corazón, mostrándoles las puertas de la muerte que más tarde se convertirán en puertas de nueva y eterna vida y salvación.

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Por esto, y por mucho más, no debemos juzgar nunca a toda esta gente que se encuentra así, pues sólo conociéndoles a ellos comprenderemos esa realidad que todos asimilamos como única en todos los que padecen esa misma condición. Creemos sin embargo, que el problema no se soluciona cuando alguien lanza una moneda, funda de caramelos o hace una dotación, intentando limpiar la conciencia, el problema se soluciona con un sistema social que garantice a los niños, su derecho a estudiar, a la salud y a crecer como buen ciudadano.

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No sólo son Mendigos los que andan por las calles mal vestidos, pidiendo de comer o beber porque tienen hambre, sed o frío… Hay en muchos rincones del mundo, miles de limosneros escondidos; elegantes, con techo, pan y vino, pero carentes de amor y sintiéndose por dentro vacíos. Mendigos de un abrazo, de consuelo, de un beso, una mirada, de la presencia de un verdadero amigo o simplemente de una palabra de cariño.

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Mendigos que sienten vergüenza de admitir que aunque tienen todo lo material, viven en la pobreza espiritual y se sienten frágiles como niños. Mendigos que darían todo lo que tienen por encontrar el verdadero amor o hallar dentro de sus familias la paz y el calor de hogar .

El amor y la amistad no se deben mendigar, se merecen por dignidad; fue la herencia que a todos sus hijos Dios por igual nos ha dejado.

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Pero aún así son demasiados los corazones rotos; que aunque por fuera se ven elegantes y bien vestidos; realmente en su interior están destrozados. Seamos de aquellos que son capaces de brindar a todos amor y amistad, hagamos que amando sin distinción, logremos acabar con esa mendicidad; para que podamos construir un mundo mejor y pueda reinar por fin la paz en cada rincón.

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