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Memorias de un cadáver (Cuento)

Enviado por René Fernández


Partes: 1, 2

    Soy un átomo de Carbono

    Ya estoy viejo y por ello los recuerdos muy de atrás en los evos (evo=mil millones de años) me son tan borrosos; quizás por el impacto que me dejó el Big Bang, así que iniciaré mi relato de donde tengo las cosas mas claras. Hace ya más de 9.000 años

    En medio de la amargura de mi tribu allá en el Río Pinturas en la Patagonia Argentina me enterraron con los ritos propios de esa tierra. Había sido muy estimado, ya que era el mejor impresor de mi mano izquierda en los muros de las cuevas ¡como preparaba los pigmentos y los soplaba con la notable fuerza de mis pulmones a través del trozo de caña!

    Yo pertenecía a una molécula de proteína. En un ambiente nauseabundo dentro de la tumba me transformé en una molécula de metano que escapo de la tierra, quizás por una compañía de un átomo de fósforo que salió de la tierra junto conmigo estallé en una llama, Despertó temor el fuego fatuo dentro del alma de un niño que se había escapado esa noche a ver la Cruz del Sur, corrió a la tienda donde apenas durmió esa noche.

    Ya como anhídrido carbónico goce viajando con el viento que por azar del destino me llevó al oriente crucé una extensión de agua muy grande y luego al bajar de las alturas una gota de lluvia me arrastró a la tierra .Un vegetal me transformo, tiempo después recuerdo un calor sofocante del sol a pleno y mi mundo se transformó en un grano de trigo en un lugar muy distinto al que yo conocía, un gran río estaba cerca de mí hasta que otro hombre arranco la espiga y junto con mis compañeros, su esposa me causó un gran dolor al triturarme entre dos piedras , debe haber sido por error ya que pronto calmó mi dolor con agua fresca, me acaricio junto a mis amigos granos de trigo pero luego con horror todos nosotros sentimos un calor que aumentaba,¡bonito quedé como elemento de un crujiente pan!

    El bochorno de ese calor cambió pronto, un niño que me hizo recordar al patagónico que asusté, me llevo cerca del Nilo y allí con fruición me sumergió en la cueva de su boca.

    ¡Dios! Que energía me demostró que tenia al masticarme ¡ Creo que no me consideraba amigo ya que primero me dio un baño ácido , enseguida uno alcalino; menos mal que tuvo consideración de mi; y luego entré en un arroyo levemente blanquecino ,pero por poco tiempo ya que desemboco en un torrente rojo que me llevó a una célula grasa hasta que luego de un paseo dentro del niño tuve la satisfacción de ver unos grabados muy sofisticados en una piedras, ¡que suerte , pertenecía otra vez a una familia humana que también era artista, salvo que este escribía jeroglíficos muy bellos y que además servían para comunicarse mas fácilmente , a este ya los futuros hombres le entenderían su pensamiento!!!.

    Un día muy grato para el niño jugó con mucho brío y mi grasa de invirtió en glucosa que fue quemada ¡ .. de nuevo a anhídrido carbónico¡

    Esta vez me absorbió un papiro. Diligentes egipcios me transformaron en una especie de papel donde un escriba contabilizo cuanto se había cosechado esa temporada; conocí por primera vez un contador. Otros papiros, compañeros míos fueron descripción de terapéuticas médica en lo que luego se llamó Papiros de Ebers (Ellos son más sedentarios ya que los pueden ver en Leipsig)

    Yo viajero infatigable, fui arrojado; aventado en pedazos y volví a la tierra donde me incorporé a paja que me comió un camello. Esta vez hice viaje directo y me eliminaron como bosta .Poco duré en ese estado, una vez seca me usaron de combustible y de vuelta al aire como anhídrido carbónico

    Una planta de higos en Macedonia me integró a su fruto y fui comido por Alejandro Magno que me llevó por el mundo, ejemplo de jefe que cuando toda su tropa padecía de sed, un soldado encontró agua que se la ofreció, el la tiró pues un jefe debe sufrir los mismos infortunios de su tropa. Luego de exhalarme en su respiración y de allí el viento me llevó a China donde me integré luego de varios pasos a un pedazo de papel, y allí fui reverenciado, cuidado y pasé de mano en mano, ¡era un papel moneda! Hasta que me quemé en un incendio pero por ese paso conocí al carbono de la pólvora, el de la seda, fue una buena experiencia.

    De vuelta a ser CO2 y luego de mucho tiempo volví a integrarme a una madera de árbol de cedro del Líbano, me cortaron y pasé a integrar el mástil de un navío que naufragó en Creta

    Esta vez fueron los hongos los que me descompusieron y vuelta a volar como CO2, no recuerdo cuanto tiempo recorrí el mundo desde las alturas donde evité que los rayos infrarrojos salieran al espacio exterior y di calor al planeta tierra hasta que ya disuelto en agua de mar un caracol me incorporo como integrante de su concha. Vuelta a dormir años ya que me integré a unos blancos acantilados calcáreos hasta que las llamas me convirtieron en cal viva y de allí a una lechada de cal con que se hizo argamasa de una humilde casa de un minero de la era industrial.

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