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El Rey Escorpión


Partes: 1, 2

    1. Descubrimientos Arqueológicos
    2. ¿Unificación de Egipto?
    3. Obras de arte
    4. ¿Quién habría sido el Rey Escorpión?
    5. Predecesor y sucesores
    6. La tumba

    Introducción

    Se dice que la existencia del Rey Escorpión quedó atestiguada por una lápida descubierta por el arqueólogo Gunter Dreyer -a fin del s. XIX-, donde se observa esculpido un escorpión acompañado del halcón de Horus, que simbolizaba la realeza egipcia.

    El rey llamado Escorpión habría inaugurado o continuado una tradición de realeza ya que la unificación del Antiguo Egipto fue llevada a cabo con posterioridad a Escorpión, aproximadamente hacia el año 3100 a.C., cuando el Alto Egipto conquistó al Bajo Egipto.

    Dentro de todo lo impreciso que son los datos sobre el Rey Escorpión, sobre el cual se duda hasta de su misma existencia, la versión más popular y conocida sostiene que habría vivido quizás hacia el año 3200 o 3300 a.C., y que habría conquistado militarmente la ciudad de Hieracómpolis, la más importante del Alto Egipto, transformándose en el unificador de éste.

    Esta ciudad, fue nomo. Así se conocía a cada subdivisión territorial del Antiguo Egipto. En egipcio se decía sepat o hesp, cuyo traducción es superficie cultivable del territorio. Hieracómpolis era el III nomo, llamado Nejen, conocida en árabe como Kom el-Ahman.

    El nombre del Rey Escorpión provendría de la resistencia que presenta el escorpión a la sequedad del desierto, fuera de su letalidad, lo que aludiría a las cualidades guerreras del sujeto.

    Descubrimientos Arqueológicos

    Se creía que tanto el Rey Escorpión como otros tantos reyes de la época eran personajes míticos, basándose en la dualidad hombre-animal característica de la religión egipcia. La obviedad que ofrece el caso del rey Escorpión ha sumido a este personaje en el más absoluto misterio hasta que ciertas excavaciones, llevadas a cabo en los desiertos del sur de Egipto, proporcionaron evidencias de que esos primeros gobernantes "predinásticos" fueron reales.La antigua ciudad Abedju (en copto llamada Abot o Ebot) fue un lugar de enterramiento, el más importante de Egipto al inicio del período dinástico, dejando huellas de asentamiento que se remontan hasta el Período Predinástico de Nagada I. Fue también un centro religioso muy venerado y concurrido, en el cual los llamados "misterios de Osiris" representaban la muerte y resurrección conglomerando un sinfín de peregrinos.

    En dicha ciudad Abedju, un arqueólogo alemán llamado Gunter Dreyer descubrió tumbas de la dinastía 0. Saqueadas en la antigüedad, llegó a encontrar tumbas predinásticas, entre ellas la supuestamente perteneciente al Rey Escorpión. Encontraron en un tumba un cetro de marfil, indicación que se encontraban ante una tumba real, datándose como el más antiguo de los encontrados hasta el momento por la utilización del Carbono 14.Sería la tumba de éste rey ya que en muchos objetos de alfarería aparece dibujado un escorpión.

    Es una tumba simple imitando un palacio. En el piso de la cámara mortuoria encontraron piezas de marfil y hueso, con sencillos dibujos y una escritura similar a los jeroglíficos egipcios conocidos. Este arqueólogo traduce dicha escritura, identificando formas de contabilización muy antigua.A fines del S. XIX los arqueólogos John y Deborah Darnell, hallaron una tablilla de piedra que representaba una procesión y un gobernante que regresaba a la ciudad de Abedju tras destronar al líder de Naqada. Otros elementos como un halcón dibujado encima del escorpión simboliza a Horus nos revela la verdadera historia del que fuera primer faraón de Egipto. Un hombre con una vara junto a un ave de cuello largo que lleva a una serpiente en el pico simboliza la victoria del orden sobre el caos; un hombre cautivo con una cabello muy largo, amarrado con una soga a la barba larga y blanca de otro hombre de pelo corto continua con el desenlace de la victoria, y con la supuesta ejecución del rey vencido. La cabeza de un toro detrás del prisionero podría representar su nombre.

    En un templo de Hieracómpolis durante la expedición 1987/1998 realizada por los arqueólogos James Edward Quibell y Frederick William Green fue descubierta una pieza clave, considerada una de las obras de arte más antiguas de Egipto. Se trata de una cabeza de maza redondeada de piedra caliza de 25 cm. de alto con tres registros que, se cree, representa el capítulo sobre la tentativa de unificar los territorios del sur sobre los del delta y la inmediata organización del país, aunque el llamado Rey Escorpión sólo ostente la corona blanca (representación del alto Egipto). Sus dimensiones y su decoración nos muestra que se trata de un artefacto ritual y no una verdadera maza con las que los reyes solían aplastar las cabezas de los enemigos; en definitiva, es el símbolo más antiguo conservado hasta la actualidad, perteneciente al poder real egipcio. Pertenece a una época en la que la escritura era incipiente, grabándose junto al rey un escorpión, a modo de jeroglífico, que representaría el nombre del faraón. En uno de los vasos dedicados por él en Hieracómpolis, está acompañado del halcón Horus, símbolo de la realeza egipcia, repitiéndose nuevamente este binomio: escorpión-halcón.

    ¿Unificación de Egipto?

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