Son solo tres poemas. El primero nació en cortas y súbitas ráfagas de parrafadas poéticas, pequeños enunciados en prosa poética, subidos de inmediato a Facebook en esos días en que el dolor parecía no tener fin. El segundo y tercero, nacidos hace más de dos décadas, fueron publicados antes en varios espacios o sitios web. —Un pequeño homenaje que, por supuesto, no basta. Falta mucho más, infinitamente más para quien dedicó su vida a lograr el "equilibrio del mundo".
Claro, no puedo ocultar el orgullo de haber nacido en su tiempo histórico (privilegio que millones no tendrán), ni de haberme perfilado como arcilla en sus manos de eterno experimentador.
Retorno en el armón
1
De regreso, en Santa Clara
¡Qué tristeza! ¡Qué alegría!
(En La Habana había quedado Camilo;
Carlota y José Antonio, en Matanzas.)
Pasaron la noche juntos.
El hombre llegó en su armón solemne
y hubo besos, apretones y abrazos.
Delirio de los símbolos.
Hablaron la noche entera,
como en México la primera vez.
No hubo descanso tampoco aquí.
Estaban casi todos: los Tamayo, Vitalio,
Tamara, Antonio, San Luis, Hermes
El Destacamento de Refuerzo.
El hombre controló la guardia,
vigilia eterna del pueblo cubano.
Revisó fusiles, nichos, el campamento;
palmo a palmo,
y después,
cuando todos regresaron a sus puestos,
ellos dos se quedaron solos.
Vieja costumbre:
desde la Sierra Maestra
con quien más habló siempre fue con el Che
("cosas de intelectuales" incluso, según Almeida).
Cantos maniatando la noche;
versos abocados a la gloria delirante.
Cuánto simbolismo. ¡Qué tristeza! ¡Qué alegría!
Recorrieron tropiezos,
atolladeros,
ciertos logros de las últimas décadas,
los próximos desafíos
Raúl sembrando todavía,
aunque ya se podían recoger
algunos resultados infalibles.
Decidieron entonces,
que cuando Raúl terminara la siembra,
invictos ya para siempre,
iniciarían la cosecha grande.
2
En el Camagüey volvió la historia a su espiral,
como aquel 4 de enero de 1959.
Otra vez Agramonte,
su caballería tras la lluvia inaugural.
Cantos maniatando la noche;
versos abocados a la gloria delirante.
Allí se había declarado resistir si la URSS caía
y se esgrimió una divisa vital:
si la juventud falla, todo fallará
La URSS cayó, la juventud resiste y el pueblo todo sigue ahí,
unido tras el bastión, apretado como un bastión!
Cuánto simbolismo
¡Qué tristeza!
Hoy duele hasta la alegría de los símbolos.
3
La noche del 2 de diciembre no fue distinta, pero
—linaje de cubanía—
dialogaron Figueredo, la ciudad quemada,
el himno, la bandera hecha con retazos,
Celia, Almeida, los muchachos del 26.
Allí nacieron el Padre de la Patria y un 26 de julio.
Como aquel 2 de enero de 1959,
ahora frente al armón encendido.
A 60 años del Granma,
retornaba de los manglares cenagosos de la vida
hacia la cosecha grande,
pues Raúl seguía sembrando todavía.
Ya en la madrugada,
jóvenes orientales habían rememorado el desembarco
por aquellos manglares agrestes
Caramba, era un "viaje a la semilla", pero distinto.
Cantos maniatando la noche;
versos abocados a la gloria delirante.
Fidel,
que ha sembrado durante más de medio siglo,
se apresura a cosechar la eternidad.
¡Qué tristeza!
Duele hasta el delirio de los símbolos.
¿Qué pasará en Santiago,
junto a Martí, Céspedes y los muchachos del 26?
¿Qué otra acción coordinará la Historia frente al "Caballo"?
¿Qué le expondrá Fidel a Martí?…
Seguramente,
lo pactado con el Che en Las Villas:
cuando Raúl termine la siembra,
invictos ya para siempre,
iniciarán todos la cosecha grande.
4
Ah , Santiago sigue siendo Santiago.
En Santiago otra vez habló el oráculo.
Otra vez lo increíble.
Otra vez la sorpresa,
la leyenda.
Fue la apoteosis de los símbolos,
locura frente a Mariana.
Revelación premonitoria.
Relectura de lo inamovible:
"¡Fuera de aquí; no quiero llantos
ni en calles, ni estatuas, ni monumentos,
vetustos ya para la nueva siembra"!
Y aquel "¡Raúl, tranquilo: el pueblo está contigo!
¡Raúl, tranquilo: el pueblo está contigo! ",
Raúl sembrando todavía
Ante Maceo, los del Moncada, el Granma, la Sierra,
Frank, Girón, la Limpia, el pueblo todo,
cual resumen extendido a la eternidad,
la insistencia en el Baraguá indomable.
Juramos todos.
Un hombre
Cuando un hombre
abraza a otro,
el sustantivo simple
puede ser amigo.
Si millones de seres
reclaman a otros miles,
el sustantivo simple
puede ser unidad
y patria,
la palabra-savia.
Y si miles de personas
aclaman a un hombre,
el sustantivo simple
puede ser héroe.
Pero si millones de seres
de ambos hemisferios
empinan a un hombre,
entonces,
el sustantivo simple
es Fidel.
Podemos morir
Nosotros podemos morir hoy
mañana
un sábado
un domingo.
Podemos morir de cualquier forma
de un mal
una bomba
una bala.
Nosotros podemos morir en Europa
en América
en Asia
en África podemos morir.
Solo que con nosotros
no morirán
nuestras
ideas.
Autor:
Ing. y Lic. Enrique Martínez Hernández.