Análisis de la obra Agamenón en la versión de Esquilo y de Séneca. Se enfoca el tema del destino y de su relación con el contexto filosófico-religioso de los autores.
La tragedia griega, aún cuando sus argumentos son extraídos de la tradición heroica, se constituyó como un nuevo plano diferente al del culto y al de los mitos. La tragedia transformó estos relatos en función de su propio objetivo: el cuestionamiento acerca del hombre, su destino y la responsabilidad de sus actos, cuyo origen y fin le superan. Este cuestionamiento del hombre es el producto de un momento histórico particular: el nacimiento de la democracia ateniense como un nuevo orden que no solo aseguraba la igualdad de los ciudadanos ante la ley, sino que además, instauraba una relación mutua entre lo personal y lo social en la cual, la voluntad del individuo tiene plena conciencia de su pertenencia a un todo.
Pero lo social y lo político, además, se encontraba entrelazado con lo religioso. La experiencia religiosa del individuo estaba indisolublemente ligada a su condición de ciudadano, es decir, la relación que la persona establecía con la divinidad está mediada por su participación en una comunidad. Autores como Hauser consideran a la tragedia "La creación artística más característica de la democracia ateniense", es el nexo entre religión y política, se encuentra a mitad de camino entre la religión y el arte, lo irracional y lo racional, lo "dionisiaco" y lo "apolíneo".
Si pensamos en los diferentes planos de los que participa la tragedia, es posible comprender estos antagonismos de un modo más claro. El aspecto religioso se encuentra profundamente relacionado, no solo con la tragedia, sino también con el origen del teatro griego. Ya desde Aristóteles, la opinión más extendidas atribuye el origen de la tragedia al ditirambo o canto de Dionisio, celebrado en honor a este dios.
Para Rodríguez Adrados existe una correspondencia entre las unidades elementales del teatro y las unidades elementales del rito; considera al teatro como el término de un proceso gradual de transformación del rito. Los rituales celebrados principalmente en las fiestas agrarias eran "parcialmente miméticos y en gran parte simbólicos" el teatro se convertiría en un fenómeno "totalmente mimético y antropomórfico y totalmente verbalizado". Luego, el Mito sería un momento intermedio de este proceso donde aquellos elementos susceptibles de expresar un relato en forma mimética y verbalizada son extraídos del rito y adaptados al Mito. Pero como decíamos en el inicio, la configuración final de la tragedia en el teatro no se debe solamente a una evolución del aspecto religioso, la tragedia es también el producto de un momento histórico particular: el establecimiento de la Democracia en Atenas sentó las bases de profundos cambios sociales y la tragedia fue la conquista artística que representó la armonía política y religiosa entre la aristocracia y el pueblo.
La experiencia religiosa en la polis se caracterizaba por "la integración social de un culto cívico cuya función es la de sacralizar el orden tanto humano como natural y la de permitir a los individuos ajustarse a él." El culto a los héroes, tradicionalmente aristocrático, encarnaba este aspecto de la religión griega; pero la democracia debía atraer las masas al nuevo Estado: la instauración del culto a Dionisio, de carácter popular, reflejaba una doble motivación política, por un lado integraba al pueblo en la religión oficial y por otro arrebataba algunos privilegios de clase a las familias aristocráticas.
En la tragedia se expresan y se vinculan estos dos aspectos religiosos: "el dionisiaco, esencialmente popular y el heroico, tradicionalmente aristocrático". En este sentido, y siguiendo el análisis de Hauser, la tragedia por su contenido ,la leyenda heroica y el sentimiento trágico de la vida, es aristocrática, mas por su forma exterior , su representación en público , es democrática; "su efecto presupone un fuerte sentido comunal, una profunda nivelación de estratos sociales relativamente amplias, y en su forma auténtica solo puede representarse como experiencia de masas."
Desde el punto de vista artístico la tragedia se presenta como un objeto extremadamente complejo y heterogéneo. La leyenda heroica y la lírica coral adquiere en el teatro una configuración particular que es la del drama.
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